Un paseo por Europa
" Una ruta y cinco países. ¡Preparad ropa cómoda! "
Europa del Este destaca por concentrar algunos de los parajes más espectaculares por los que perderse en coche. Serbia, Rumanía, Eslovenia… guardan una serie de atractivos turísticos para ser disfrutados por carretera.
En esta ocasión no soy yo sino la marca Seat la que nos propone cinco destinos en Europa. A falta de uno, he tenido oportunidad de recorrer y conocer todos ellos y suscribo su recomendación. Obviamente, para este viaje lo mejor es volar en avión y escoger entre la oferta de coches de alquiler en el destino. Y aunque vamos a pisar cinco países distintos, la distancia entre un punto y otro de esta guía no es descabellada, con lo que bien organizados, se puede hacer del tirón.
– Empezamos desde la capital de Serbia, Belgrado. La carretera E70 hacia el norte atraviesa la provincia de Vojvodina, conocida por ser la zona vinícola más importante del país. Entre viñedos y colinas, la carretera prosigue hacia el parque natural de Fruska Gora, una cordillera que alberga más de 16 monasterios.
Hasta nuestro próximo destino hay 378 kms de buena carretera rumbo norte, atravesando la frontera de Hungría.
– Buda y Pest, un paseo por la historia de Hungría: En el viaje por Hungría destaca su capital, Budapest. En su recorrido por la ciudad, el viajero podrá cruzar el Puente de las Cadenas; el más antiguo de la capital húngara y que une las dos ciudades: Buda y Pest separadas por el río Danubio. No hay monumentos a Buda en la ciudad de Buda, antes de que preguntéis.
Creo que lo oportuno es hacer noche en esta capital, con mucho que ver, y plantear con tranquilidad el siguiente tramo, pues nos esperan 515 kms por delante.
– Baño refrescante a los pies de los Alpes: Situado a los pies de los Alpes Julianos en Eslovenia, el viajero encontrará el pueblo de Bled, de poco más de 5.000 habitantes. El atractivo de este punto de Europa del Este reside en el lago de esta población, de nombre homónimo, donde los visitantes podrán hacer un alto en el camino y darse un baño.
O bien podemos “tirar para el otro lado” y seguir subiendo hacia Polonia. A 518 kms desde “nuestra base” (pasando por Brno, por cierto) se encuentra nuestro siguiente hito:
– Polonia, 23 Parques Nacionales para perderse: En la región de Klodzko, en Polonia, se encuentra ubicado el Parque Nacional de Stolewe, uno de los 23 del país. En él se concentran diferentes rutas para combinar coche y senderismo a través de los desfiladeros y barrancos que alberga la cordillera de los Montes Mesa; una región montañosa de más de 42 kilómetros que divide Polonia y la República Checa.
Y la tercera opción, “de paso” de vuelta hacia nuestro lugar de salida, nos pilla a 800 kms (también desde Budapest)
– La Transfagarasan rumana y sus 90 km de curvas: Al norte de Rumanía se encuentra la carretera de la que ya hablamos tiempo atrás, la famosa ruta Transfagarasan: 90 kilómetros de curvas que atraviesan los Cárpatos. Además del atractivo paisajístico, en ella se encuentra el castillo Poenari, residencia del príncipe que inspiró la novela Drácula de Bram Stoker.
Obviamente el mayor disfrute de la ruta es resultado de la suma de la calidad del coche en el que se viaje, de la de su conductor a los mandos y de la resistencia de sus pasajeros al mareo.
Supongo que lo oportuno es descansar en el lugar antes de salir hacia Belgrado. Hay bastantes hotelitos por la carretera. No esperéis un Hilton, pero son funcionales y con encanto. Yo conozco la pensión Tower Marshall (Peinsiunea Turnul Maresalului en rumano) y bueno, no está mal, pero igual encontráis algo mejor.
Desde allí, 569 kms hasta Belgrado y unas cuatro horas de avión hasta España en las que poder ir durmiendo… ¡y descansando de tanto coche!.
– Empezamos desde la capital de Serbia, Belgrado. La carretera E70 hacia el norte atraviesa la provincia de Vojvodina, conocida por ser la zona vinícola más importante del país. Entre viñedos y colinas, la carretera prosigue hacia el parque natural de Fruska Gora, una cordillera que alberga más de 16 monasterios.
Hasta nuestro próximo destino hay 378 kms de buena carretera rumbo norte, atravesando la frontera de Hungría.
– Buda y Pest, un paseo por la historia de Hungría: En el viaje por Hungría destaca su capital, Budapest. En su recorrido por la ciudad, el viajero podrá cruzar el Puente de las Cadenas; el más antiguo de la capital húngara y que une las dos ciudades: Buda y Pest separadas por el río Danubio. No hay monumentos a Buda en la ciudad de Buda, antes de que preguntéis.
Creo que lo oportuno es hacer noche en esta capital, con mucho que ver, y plantear con tranquilidad el siguiente tramo, pues nos esperan 515 kms por delante.
– Baño refrescante a los pies de los Alpes: Situado a los pies de los Alpes Julianos en Eslovenia, el viajero encontrará el pueblo de Bled, de poco más de 5.000 habitantes. El atractivo de este punto de Europa del Este reside en el lago de esta población, de nombre homónimo, donde los visitantes podrán hacer un alto en el camino y darse un baño.
O bien podemos “tirar para el otro lado” y seguir subiendo hacia Polonia. A 518 kms desde “nuestra base” (pasando por Brno, por cierto) se encuentra nuestro siguiente hito:
– Polonia, 23 Parques Nacionales para perderse: En la región de Klodzko, en Polonia, se encuentra ubicado el Parque Nacional de Stolewe, uno de los 23 del país. En él se concentran diferentes rutas para combinar coche y senderismo a través de los desfiladeros y barrancos que alberga la cordillera de los Montes Mesa; una región montañosa de más de 42 kilómetros que divide Polonia y la República Checa.
Y la tercera opción, “de paso” de vuelta hacia nuestro lugar de salida, nos pilla a 800 kms (también desde Budapest)
– La Transfagarasan rumana y sus 90 km de curvas: Al norte de Rumanía se encuentra la carretera de la que ya hablamos tiempo atrás, la famosa ruta Transfagarasan: 90 kilómetros de curvas que atraviesan los Cárpatos. Además del atractivo paisajístico, en ella se encuentra el castillo Poenari, residencia del príncipe que inspiró la novela Drácula de Bram Stoker.
Obviamente el mayor disfrute de la ruta es resultado de la suma de la calidad del coche en el que se viaje, de la de su conductor a los mandos y de la resistencia de sus pasajeros al mareo.
Supongo que lo oportuno es descansar en el lugar antes de salir hacia Belgrado. Hay bastantes hotelitos por la carretera. No esperéis un Hilton, pero son funcionales y con encanto. Yo conozco la pensión Tower Marshall (Peinsiunea Turnul Maresalului en rumano) y bueno, no está mal, pero igual encontráis algo mejor.
Desde allí, 569 kms hasta Belgrado y unas cuatro horas de avión hasta España en las que poder ir durmiendo… ¡y descansando de tanto coche!.