Curvas Pitiusas
" Hoy proponemos un recorrido por Palma de Mallorca no apto para gente de fácil mareo. "
El norte de la principal isla balear acoge la Sierra de Tramuntana, un precioso paraje natural que reserva una agradable sorpresa para los que disfrutan al volante: una espectacular carretera cuajada de curvas.
En esta ocasión me vais a permitir que prime el disfrute de la conducción sobre las meras recomendaciones turísticas. También es cierto que ante la variada oferta de Palma de Mallorca en ese sentido me es muy difícil quedarme con sólo cuatro cinco sugerencias. Mejor que lo vayáis descubriendo sobre la marcha. Y marcha vamos a tener… de la de cuatro ruedas.
Como inicio del camino propongo Soller, al norte. Una bella ciudad con un bellísimo puerto. Podéis pasear, bañaros en su playa y tomar un almuerzo ligero. Y la palabra clave es "ligero". Cuanto menos haya entrado, menos saldrá y menos tendréis que limpiar.
Como entrenamiento para nuestra ruta habréis de coger la MA-10 en dirección a Gorg Blau. A lo largo de 12 kms iréis alternando el paisaje de sierra con sus pinos y rocas con las vistas de dos grandes embalses artificiales. Por supuesto hay curvas, pero la mayoría son suaves y la carretera es bastante ancha con un buen firme. Una vez estiradas las piernas y hecho las fotos de rigor, es el momento de afrontar el tramo de verdad: la MA2141 en dirección Sa Calobra.
Son cerca de 14 kilómetros arañados a la roca Tramuntana como una obra maestra del ingeniero Antonio Paveti, que ideó este trazado en los años 30 del siglo pasado para evitar la construcción de un túnel y respetar así completamente el entorno natural. Y lo hizo "a puro huevo", sin maquinaria pesada.
En algunos tramos la carretera es tan estrecha que no caben dos coches, y vence un desnivel de 800 metros en la zona más agreste de la isla. La calidad del asfalto es bastante irregular y por lo uno y por lo otro no es infrecuente dar con viajeros "asustados" que os chafen la diversión formado una larga fila de coches a su zaga mientras avanzan a 10 km/h. Si así es el caso, paciencia y a disfrutar del paisaje, que vale la pena.
O también podéis parar -y dar cierta ventaja- en el bar de una de sus curvas más famosas: el nudo de la corbata. Es un giro de más de 360 grados (como hacerte una rotonda y media) donde siempre hay que ir con cuidado pues suele haber despistados a los que no se les ocurre otra cosa que tirarse un "selfie" en mitad de la calzada.
Al final del camino nos encontramos con la Cala de Sa Calobra. Que es pequeñita, de piedra y en la que a día de hoy sólo hay un snack bar.
Pero no pasa nada, pues queda el consuelo de dar la vuelta y volverse a enfrentar con la revirada carretera… esta vez al revés.
Como inicio del camino propongo Soller, al norte. Una bella ciudad con un bellísimo puerto. Podéis pasear, bañaros en su playa y tomar un almuerzo ligero. Y la palabra clave es "ligero". Cuanto menos haya entrado, menos saldrá y menos tendréis que limpiar.
Como entrenamiento para nuestra ruta habréis de coger la MA-10 en dirección a Gorg Blau. A lo largo de 12 kms iréis alternando el paisaje de sierra con sus pinos y rocas con las vistas de dos grandes embalses artificiales. Por supuesto hay curvas, pero la mayoría son suaves y la carretera es bastante ancha con un buen firme. Una vez estiradas las piernas y hecho las fotos de rigor, es el momento de afrontar el tramo de verdad: la MA2141 en dirección Sa Calobra.
Son cerca de 14 kilómetros arañados a la roca Tramuntana como una obra maestra del ingeniero Antonio Paveti, que ideó este trazado en los años 30 del siglo pasado para evitar la construcción de un túnel y respetar así completamente el entorno natural. Y lo hizo "a puro huevo", sin maquinaria pesada.
En algunos tramos la carretera es tan estrecha que no caben dos coches, y vence un desnivel de 800 metros en la zona más agreste de la isla. La calidad del asfalto es bastante irregular y por lo uno y por lo otro no es infrecuente dar con viajeros "asustados" que os chafen la diversión formado una larga fila de coches a su zaga mientras avanzan a 10 km/h. Si así es el caso, paciencia y a disfrutar del paisaje, que vale la pena.
O también podéis parar -y dar cierta ventaja- en el bar de una de sus curvas más famosas: el nudo de la corbata. Es un giro de más de 360 grados (como hacerte una rotonda y media) donde siempre hay que ir con cuidado pues suele haber despistados a los que no se les ocurre otra cosa que tirarse un "selfie" en mitad de la calzada.
Al final del camino nos encontramos con la Cala de Sa Calobra. Que es pequeñita, de piedra y en la que a día de hoy sólo hay un snack bar.
Pero no pasa nada, pues queda el consuelo de dar la vuelta y volverse a enfrentar con la revirada carretera… esta vez al revés.