Las mejores carreteras

Hace pocas fechas se reunieron una serie de “expertos” de reputada fama en el mundo del motor, representantes de clubes de automovilistas y un par de periodistas del motor que pasaban por allí para establecer la lista oficial –al menos, oficial entre ellos- de las mejores carreteras del mundo para disfrutar conduciendo y extraer una vencedora de entre todas ellas.

Para puntuar a cada vía se valoraron cuatro aspectos principales: aceleración, velocidad, frenado y curvas. El mayor equilibrio entre ellas da el mejor de los resultados, puesto que mientras la velocidad y la aceleración ofrecen emoción, las curvas prueban la capacidad de conducción y las rectas hacen posible el disfrute del escenario.

Puestos a trasladar esto a frías cifras, se decidió que la proporción ideal era de 10:1, o sea, 10 segundos de recta por 1 segundo de curva. El resto de valores suman de manera más objetiva.

Entre las rutas más valoradas están la Big Sur de California, por ejemplo, o la A535 de Reino Unido, con unos ratios de 8,5:1 y 8,4:1 respectivamente. Aunque a la primera de ellas hay que sumarle mucho encanto y leyenda.
Sin embargo, si lo que quieres es hacer curvas, la mejor está en Italia, cerca de Nápoles, con un ratio de 1:1 capaz de marear al más osado.
Al otro lado de la balanza, USA, como no podía ser de otra forma. Hay unas cuantas en las que las curvas brillan por su ausencia, pero la más llamativa es la ruta Overseas Highway, con una proporción de 1240:1. Total, que casi puedes poner el control de velocidad con radar y echarte la siesta a los mandos sin peligro.

En España también tenemos una carretera buena (aunque yo estoy convencido que hay más de una) que ha clasificado en el decimoprimer puesto, es la nacional ALP-822 a su paso entre San José y Cabo de Gata (Almería). Este tramo de 24 kms de largo presenta 30 curvas, con un ratio de 5:1, y con unas vistas espectaculares. Doy fe.

Sin embargo la ganadora, con bastante ventaja, ha sido la carretera portuguesa N-222 a su paso entre las localidades de Peso da Règua y Pinhao. Un tramo de 27 kilómetros de largo que incluye 93 curvas de todo tipo. Pero no solo se ha tenido en cuenta el trazado, sino que también el entorno ha tenido mucho que ver en la designación final.
Dicho tramo de la N-222 bordea en todo momento el cauce del río Duero. Esta región es famosa por dar origen a la denominación vinícola del Oporto, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2001. Teniendo en cuenta esto no es de extrañar que dicha carretera sea capaz de aportar las mismas sensaciones automovilísticas como visuales. Todo un placer para los sentidos… según, digo yo, pues hace años y sin darme cuenta circulé por ella de camino a Oporto y la verdad, he tenido que hacer memoria “fuerte-fuerte” para acordarme de ella. Seguramente el hecho de recorrerla con prisa, bajo la lluvia, adelantando camiones y con un Seat Ibiza de alquiler no contribuyó a hacer memorable mi experiencia, pero ahí está.

Hay muchas más, y seguro que cada uno de nosotros tenemos una carretera favorita que, ni de lejos está en la lista. Pero es lo que tienen los “ránquines”: valen como referencia, pero no son dogma ni mucho menos.