Renault 5
" Nuevos tiempos... "
Traen nuevas necesidades, nuevos gustos y nuevos modelos. Como el archiconocido Renault 5. Un "Compacto Urbano" que vino a conquistar a las nuevas familias de nuestro país con sus múltiples versiones y buena relación calidad-espacio-precio. Un best seller que también se fabricó es España.
Estamos a mediados de los 70 y el traslado de la gente a la ciudad ya es un hecho, con el consiguiente crecimiento de las primeras urbes y la llegada de un nuevo público para los que el Renault 4L (el legendario "4 latas") se antoja excesivamente rural y añejo.
Por ello y para ellos La Regiè desarrolla en tiempo récord su sustituto, un coche joven y moderno con tres o cinco puertas y un maletero aprovechable.
Su diseñador, Michel Boué, partiendo de una fotografía del Renault 4, trazó las líneas maestras del R5 en dos días. En síntesis, consistía en el concepto del R4, al que se pasaba al cofre motor la rueda de repuesto originalmente colgada detrás, con la consiguiente reducción de longitud. En el compartimento del motor se acercó el grupo motor al habitáculo de pasajeros para ganar espacio. Se utilizó la técnica del monocasco con una carrocería de tres puertas solamente. La palanca en los primeros modelos conservaba el sistema del R4 al salpicadero. Posteriormente se trasladó al suelo, ingeniando un sistema de palanca por debajo del motor para acceder a la caja de cambios situada delante. Las versiones españolas montaron este sistema desde el principio. Los paragolpes eran de plástico, mejorando a los metálicos en el hecho de poder absorber los pequeños golpes sin deformaciones persistentes, siendo uno de los pioneros, tras los Renault 15 y 17, en ofrecer una solución que terminó adoptando la práctica totalidad de los modelos existentes en el mercado. Montaba motores del tipo Ventoux con cilindradas de 782 y 845 cc y «Cléon-Fonte» entre los 956 y 1397 cc, con una mecánica simple compartida con otros modelos de la marca. La suspensión era independiente a las cuatro ruedas mediante barras de torsión.
El primer modelo fabricado en España, en la factoría de Valladolid, fue el 950, basado en el TL francés, con motor de 956 cc. A partir de 1974, la gama se desdobló en 950 y TL, únicamente en base al equipamiento. Tras desaparecer el 950 poco después, en 1975 se unió a la gama el GTL, con motor de 1037 cc, sustituido más adelante por otro de 1108 cc. También en 1975 se lanzó la versión semideportiva TS (Tourisme Sport), con motor de 1289 cc, 64cv y carburador Weber-Bressel de doble cuerpo, siendo entonces en cierto modo considerado como un compacto deportivo de lujo. Con esta versión, conocidos pilotos españoles como Carlos Sáinz o Jesús Puras se iniciaron en el mundo de los rallys. La última versión lanzada al mercado fue el TX (sustituyendo al TS) y llevaba un motor de 1.397 cc, 63 cv y un carburador vertical Weber 32-DIR 100, de dos cuerpos.
Por cierto que también fabricada en España surgió la versión de cuatro puertas y tres cuerpos, el Renault Siete (R-7 al final de su vida), sin modelo análogo en Francia.
También el R-5 contó una buena cantidad de versiones especiales, destacando por encima de cualquiera, el Renault 5 Copa y Copa Turbo.
En España, la popularidad de las Copas de promoción que organizaba Renault teniendo como protagonista el modelo 5, hicieron que a los Alpine y Alpine Turbo (así se llamaban allende los Pirineos) se les denominase Copa y Copa Turbo respectivamente. Exteriormente era igual al resto de modelos excepto por el anagrama de Alpine(Francia) o Copa (España), llantas más anchas que el resto de la gama, y un paragolpes delantero más grande y deportivo, que al igual que sucedía con el capot, ambos eran de color negro indistintamente del color que fuese la carrocería, que en esta versión únicamente se podía elegir entre blanco, amarillo y naranja. Su producción finalizó en 1982 con la aparición de lo fue su evolución, el Alpine (Copa) Turbo.
En 1982 se recurre a la sobrealimentación para evolucionar la versión Alpine, lo que da lugar al Renault 5 Alpine Turbo, con mayor proyección a la competición y circuitos. Tenía la misma cilindrada que la versión anterior, pero gracias al Turbo se pasaban de los 93cv del anterior a los 108 que hicieron famoso a este modelo. El Turbo en cuestión era un Garret T3 (utilizado anteriormente en el Renault 5 Turbo 1 y Turbo 2) y se mantenía el mismo sistema de alimentación que el de la versión Alpine, un carburador de doble cuerpo. Exteriormente y respecto de la versión Alpine/Copa, se distinguía únicamente por llevar llantas de aleación, los anagramas e inscripciones "Turbo", y por que el color del capot era el mismo que el resto de la carrocería. Los colores a elegir eran todos los disponibles para Renault 5. Esta versión se produjo hasta 1984.
Otra historia es el Renault 5 MaxiTurbo Fase I y Fase II. Unos coches con motor central, tracción trasera y claro enfoque hacia el mundo de la competición pura y dura.
Una pasada de cacharros que hoy en día pueden costas tanto como vehículo histórico como un Porsche 911 Turbo de la misma época.
Pero la andadura del simpático R-5 no se quedó en el viejo continente, el modelo francés fue introducido en México a fines de 1975 como modelo 1976 en una única versión 5 TL. A diferencia de su homónimo galo, el Renault 5 mexicano portaba un motor 1.3 L con 60 CV y una transmisión manual de 4 velocidades. Posteriormentese introduce el Renault 5 Custom, con acabados más sencillos, conservando la misma mecánica. La publicidad mexicana del Renault 5 hacía alusión al muy reducido consumo de combustible y a sus características de estabilidad.
Para el modelo 1979, el Renault 5 TL es reemplazado por el Renault 5 Mirage, dotado de una apariencia más deportiva en la que destacaban sus llantas de aleación en 13", su defensa delantera con deflector (similar a la del Renault 5 Alpine francés, y unos asientos delanteros con reposacabezas integrados, similares a los ya utilizados por el Renault 12 TS en la misma época.
En 1980, el Renault 5 Mirage se desdobla en dos versiones: El Renault 5 Mirage L y el Renault 5 Mirage S, que se diferenciaban por algunos detalles de equipamiento. En 1981 el Renault 5 mexicano toma los faros delanteros del Renault LeCar vendido en los Estados Unidos, aplicándose tanto al Renault 5 Custom como al reunificado Renault 5 Mirage LS. El Renault 5 mexicano se mantiene sin cambios hasta el modelo 1983.
Para 1984, que es el último año del Renault 5 en el mercado mexicano, un motor 1.4 L reemplaza al 1.3L, tanto en el Renault 5 Custom como en el Mirage, que ahora es rebautizado como Renault 5 Mirage TX. El Renault 5 Mirage TX se distingue de todas las versiones anteriores por sus defensas tipo americano, tomadas del Renault LeCar. En marzo de 1984, tanto el Renault 5 como el Renault 12 son reemplazados por el nuevo Renault Alliance en el mercado mexicano. A la fecha, el Renault 5 (al que cariñosamente se le apoda "el zapatito") es un automóvil codiciado por coleccionistas de automóviles antiguos en México.
El éxito del pequeño Renault fue imparable.
a lo largo de su historia el R5 vendió más de 5.325.000 unidades en todo el mundo.
Hoy en día, sigue figurando entre los vehículos que obtuvieron el estatus de "auto de culto" en la segunda mitad del siglo 20, junto con el Citroen 2CV, el Escarabajo (VW Sedan) y el Citroen DS.
El 1984 el Renault 5 llegó su sucesor, el Renault Supercinco, y es que, en los años 80… todo tenía que ser súper…
Por ello y para ellos La Regiè desarrolla en tiempo récord su sustituto, un coche joven y moderno con tres o cinco puertas y un maletero aprovechable.
Su diseñador, Michel Boué, partiendo de una fotografía del Renault 4, trazó las líneas maestras del R5 en dos días. En síntesis, consistía en el concepto del R4, al que se pasaba al cofre motor la rueda de repuesto originalmente colgada detrás, con la consiguiente reducción de longitud. En el compartimento del motor se acercó el grupo motor al habitáculo de pasajeros para ganar espacio. Se utilizó la técnica del monocasco con una carrocería de tres puertas solamente. La palanca en los primeros modelos conservaba el sistema del R4 al salpicadero. Posteriormente se trasladó al suelo, ingeniando un sistema de palanca por debajo del motor para acceder a la caja de cambios situada delante. Las versiones españolas montaron este sistema desde el principio. Los paragolpes eran de plástico, mejorando a los metálicos en el hecho de poder absorber los pequeños golpes sin deformaciones persistentes, siendo uno de los pioneros, tras los Renault 15 y 17, en ofrecer una solución que terminó adoptando la práctica totalidad de los modelos existentes en el mercado. Montaba motores del tipo Ventoux con cilindradas de 782 y 845 cc y «Cléon-Fonte» entre los 956 y 1397 cc, con una mecánica simple compartida con otros modelos de la marca. La suspensión era independiente a las cuatro ruedas mediante barras de torsión.
El primer modelo fabricado en España, en la factoría de Valladolid, fue el 950, basado en el TL francés, con motor de 956 cc. A partir de 1974, la gama se desdobló en 950 y TL, únicamente en base al equipamiento. Tras desaparecer el 950 poco después, en 1975 se unió a la gama el GTL, con motor de 1037 cc, sustituido más adelante por otro de 1108 cc. También en 1975 se lanzó la versión semideportiva TS (Tourisme Sport), con motor de 1289 cc, 64cv y carburador Weber-Bressel de doble cuerpo, siendo entonces en cierto modo considerado como un compacto deportivo de lujo. Con esta versión, conocidos pilotos españoles como Carlos Sáinz o Jesús Puras se iniciaron en el mundo de los rallys. La última versión lanzada al mercado fue el TX (sustituyendo al TS) y llevaba un motor de 1.397 cc, 63 cv y un carburador vertical Weber 32-DIR 100, de dos cuerpos.
Por cierto que también fabricada en España surgió la versión de cuatro puertas y tres cuerpos, el Renault Siete (R-7 al final de su vida), sin modelo análogo en Francia.
También el R-5 contó una buena cantidad de versiones especiales, destacando por encima de cualquiera, el Renault 5 Copa y Copa Turbo.
En España, la popularidad de las Copas de promoción que organizaba Renault teniendo como protagonista el modelo 5, hicieron que a los Alpine y Alpine Turbo (así se llamaban allende los Pirineos) se les denominase Copa y Copa Turbo respectivamente. Exteriormente era igual al resto de modelos excepto por el anagrama de Alpine(Francia) o Copa (España), llantas más anchas que el resto de la gama, y un paragolpes delantero más grande y deportivo, que al igual que sucedía con el capot, ambos eran de color negro indistintamente del color que fuese la carrocería, que en esta versión únicamente se podía elegir entre blanco, amarillo y naranja. Su producción finalizó en 1982 con la aparición de lo fue su evolución, el Alpine (Copa) Turbo.
En 1982 se recurre a la sobrealimentación para evolucionar la versión Alpine, lo que da lugar al Renault 5 Alpine Turbo, con mayor proyección a la competición y circuitos. Tenía la misma cilindrada que la versión anterior, pero gracias al Turbo se pasaban de los 93cv del anterior a los 108 que hicieron famoso a este modelo. El Turbo en cuestión era un Garret T3 (utilizado anteriormente en el Renault 5 Turbo 1 y Turbo 2) y se mantenía el mismo sistema de alimentación que el de la versión Alpine, un carburador de doble cuerpo. Exteriormente y respecto de la versión Alpine/Copa, se distinguía únicamente por llevar llantas de aleación, los anagramas e inscripciones "Turbo", y por que el color del capot era el mismo que el resto de la carrocería. Los colores a elegir eran todos los disponibles para Renault 5. Esta versión se produjo hasta 1984.
Otra historia es el Renault 5 MaxiTurbo Fase I y Fase II. Unos coches con motor central, tracción trasera y claro enfoque hacia el mundo de la competición pura y dura.
Una pasada de cacharros que hoy en día pueden costas tanto como vehículo histórico como un Porsche 911 Turbo de la misma época.
Pero la andadura del simpático R-5 no se quedó en el viejo continente, el modelo francés fue introducido en México a fines de 1975 como modelo 1976 en una única versión 5 TL. A diferencia de su homónimo galo, el Renault 5 mexicano portaba un motor 1.3 L con 60 CV y una transmisión manual de 4 velocidades. Posteriormentese introduce el Renault 5 Custom, con acabados más sencillos, conservando la misma mecánica. La publicidad mexicana del Renault 5 hacía alusión al muy reducido consumo de combustible y a sus características de estabilidad.
Para el modelo 1979, el Renault 5 TL es reemplazado por el Renault 5 Mirage, dotado de una apariencia más deportiva en la que destacaban sus llantas de aleación en 13", su defensa delantera con deflector (similar a la del Renault 5 Alpine francés, y unos asientos delanteros con reposacabezas integrados, similares a los ya utilizados por el Renault 12 TS en la misma época.
En 1980, el Renault 5 Mirage se desdobla en dos versiones: El Renault 5 Mirage L y el Renault 5 Mirage S, que se diferenciaban por algunos detalles de equipamiento. En 1981 el Renault 5 mexicano toma los faros delanteros del Renault LeCar vendido en los Estados Unidos, aplicándose tanto al Renault 5 Custom como al reunificado Renault 5 Mirage LS. El Renault 5 mexicano se mantiene sin cambios hasta el modelo 1983.
Para 1984, que es el último año del Renault 5 en el mercado mexicano, un motor 1.4 L reemplaza al 1.3L, tanto en el Renault 5 Custom como en el Mirage, que ahora es rebautizado como Renault 5 Mirage TX. El Renault 5 Mirage TX se distingue de todas las versiones anteriores por sus defensas tipo americano, tomadas del Renault LeCar. En marzo de 1984, tanto el Renault 5 como el Renault 12 son reemplazados por el nuevo Renault Alliance en el mercado mexicano. A la fecha, el Renault 5 (al que cariñosamente se le apoda "el zapatito") es un automóvil codiciado por coleccionistas de automóviles antiguos en México.
El éxito del pequeño Renault fue imparable.
a lo largo de su historia el R5 vendió más de 5.325.000 unidades en todo el mundo.
Hoy en día, sigue figurando entre los vehículos que obtuvieron el estatus de "auto de culto" en la segunda mitad del siglo 20, junto con el Citroen 2CV, el Escarabajo (VW Sedan) y el Citroen DS.
El 1984 el Renault 5 llegó su sucesor, el Renault Supercinco, y es que, en los años 80… todo tenía que ser súper…