Kia Optima 1.7CRDi Emotion
" Más moderno. Igual de óptimo. "
La coreana Kia renueva su berlina media-grande manteniendo sus virtudes y minimizando sus defectos para luchar de tú a tú con las marcas más establecidas de nuestro continente.
Aunque el segmento de la berlina convencional lleva unos años de capa caída en nuestro país a favor de los SUV tan de moda, bien es cierto que cada vez hay más propuestas interesantes para los “más clásicos” que buscan un buen coche como los de “toda la vida”.
Al nuevo Passat, nuevo Renault Talismán, Skoda Superb… se les suma el Kia Óptima, que, aunque siempre –o sea, desde hace unos cinco años- estuvo allí, es ahora, cuando ya va sonando la calidad de la marca, el momento en el que puede encontrar más público.
La actualización del modelo cometida en este 2016 ha sido bastante sutil, pues un poco por su escasa difusión y un mucho por lo bien dibujado que estaba, la versión anterior estaba de plena vigencia.
Sin embargo, la identidad de marca manda y había que dotar al aspecto exterior del Optima de los rasgos que se van introduciendo en el resto de la gama.
Así, y por la parte de adelante, tenemos nueva y amplia parrilla flanqueada por dos nuevos, aunque muy parecidos al los anteriores, grupos ópticos. El faldón también es de nueva cuña, e incluye en este acabado Emotion unos faros antiniebla de iluminación por ledes de aspecto muy futurista.
El perfil cambia poco, con algún cromado aquí y allá y un nuevo juego de llantas de 18 pulgadas disponibles.
La trasera modifica grupos ópticos (con parte de su iluminación también de LED) y poco más.
El aspecto del coche en general es muy bueno. Grande, serio, aplomado, moderno y con cierto toque deportivo.
Es bastante grande, tanto como 485 cms de largo (casi como un Serie 5 de BMW o un A6 de Audi) por 186 de ancho, pero no resulta voluminoso.
El interior es uno de sus puntos fuertes.
En este modelo 2016 la principal novedad viene de la mano del equipo multimedia, que ha simplificado su funcionamiento al ser posible ahora operar de manera táctil desde su pantalla. Ello ha servido para “limpiar” de botones la consola central que ahora sólo contempla los mandos del climatizador y la radio, bastante buena, por cierto.
Frente al conductor nos encontramos un volante de nuevo diseño y la misma instrumentación pero con un ordenador ahora en color.
Los asientos delanteros son grandes y de reglaje eléctrico en esta versión, así como tapizados en cuero. Lo que recubre el salpicadero es una imitación en plástico, pero queda muy aparente.
La calidad real percibida en el interior de este coche hace arquear las cejas para bien a sus posibles compradores y fruncir el ceño a su posible competencia.
La plazas traseras son harina de otro costal. Si esta zona en el Skoda Superb es la cueva de Alí-Babá, la del Óptima es la misma cueva pero con los 40 ladrones, sus familias y mascotas incorporadas.
El espacio es sencillamente descomunal. A la altura de los coches de representación con batalla alargada. Pasajeros de talla generosa no encontrarán dificultad para lograr acomodo para sus piernas, que de hecho, podrán cruzar sin rozar el respaldo delantero. A lo ancho, aunque conserva configuración de tres plazas reales, ya no sobra tanto, y en altura… la caída de su techo compromete algo el hueco, pero siempre cabe la posibilidad de echarse un poco para delante.
Hay salidas de aire y toma de mechero y USB, y buenas bolsas en las puertas.
Las cortinillas con las que contaba nuestra unidad de pruebas no sé si son de serie o accesorio, en cualquier caso, las ventanillas traseras son tintadas.
El maletero ofrece un buen espacio, pero no tan extraordinario como el de las plazas traseras. Cubica algo más de 500 litros y, aunque la mayoría son aprovechables, dispone su fondo en forma de embudo lo que nos obligará a ubicar nuestro equipaje en forma de pirámide azteca.
Bajo el piso esconde una rueda de repuesto de emergencia, pero de dimensiones razonables.
La tapa se puede abrir de manera remota, desde el mando o pasando el pié por debajo del paragolpes.
Abordamos ya el apartado dinámico desde el asiento del conductor (hacerlo agarrados al techo tampoco tendría mucho sentido…). Con dos golpes de botón encontramos una postura de conducción muy natural, quizá algo bajo, o quizá no, quizá es que llevo demasiado tiempo probando SUVs… Todo queda a mano y la visibilidad es buena excepto hacia atrás, donde una cámara de serie nos enseña lo que queda fuera de nuestra visión. Gracias al techo panorámico de un metro cuadrado el interior, con tapicería negra, guarnecidos negros e insertos negros, resulta menos oscuro de lo previsto.
El motor 1.7CRDi se ha mejorado con respecto al anterior, logrando subir algo la potencia y reducir un poco el consumo. Los 141 CV actuales (136 antes) se conforman, sobre el papel, con 4,2 litros a los 100kms (5,1 antes). La verdad es que nosotros hemos marcado como media en uso mixto 5,5 litros, lo que también mejora al anterior modelo que probamos por estos lares.
El bloque suena lo suyo al ralentí, pero el aislamiento del coche trabaja duro para mitigar su presencia en el interior, manteniendo su sonido siempre en “márgenes tolerables”. Lanzado en autopista apenas se escucha nada más que el ruido de rodadura –y no mucho- y el viento en los retrovisores –casi nada-.
Nuestro coche traía la caja de cambios manual de 6 velocidades. Yo a este Optima le veo más con la automática de 7 que tiene la marca, por darle un andar más señorial y solemne, pero reconozco que se le saca mejor chicha al motor con el cambio convencional. Y así lo demuestran los fríos datos: corre más, acelera mejor, recupera más rápido y consume menos. Total, que se lo van a tener que mirar en Kia…
Por otro lado, su manejo no es del todo fino ni deportivo, aunque cabe el consuelo en que los diesel, a base de par, hacen que su conductor recurra a la palanca más bien poco.
De suspensión va suave y de dirección también. Los frenos cumplen en uso habitual. Es un tragamillas fantástico para viajar cómodo y seguro por la autopista. En vías secundarias, su tamaño y la potencia relativamente corta de su motor, compromete ligeramente su conducción.
En ciudad va bien, pero es bajito, con lo que hay que tener ojo con los bordillos.
El equipamiento del coche en este acabado es absolutamente completo, dejando muy poco a la imaginación y a la lista de opciones del modelo. Y por menos de 36.000 euros de tarifa a lo que hay que añadir 7 años de garantía. Un atributo diferencial digno de reconocer y considerar.
Con todo, mí este nuevo Optima se me parece mucho al anterior Optima. Se h modernizado, sin duda, pero no se ha mejorado mucho porque tampoco hacía falta. Me parece un coche tan bueno y tan recomendable como el anterior.
Y es que ya se sabe, lo óptimo no se puede mejorar, porque si se mejorara, ya no sería lo óptimo.
Al nuevo Passat, nuevo Renault Talismán, Skoda Superb… se les suma el Kia Óptima, que, aunque siempre –o sea, desde hace unos cinco años- estuvo allí, es ahora, cuando ya va sonando la calidad de la marca, el momento en el que puede encontrar más público.
La actualización del modelo cometida en este 2016 ha sido bastante sutil, pues un poco por su escasa difusión y un mucho por lo bien dibujado que estaba, la versión anterior estaba de plena vigencia.
Sin embargo, la identidad de marca manda y había que dotar al aspecto exterior del Optima de los rasgos que se van introduciendo en el resto de la gama.
Así, y por la parte de adelante, tenemos nueva y amplia parrilla flanqueada por dos nuevos, aunque muy parecidos al los anteriores, grupos ópticos. El faldón también es de nueva cuña, e incluye en este acabado Emotion unos faros antiniebla de iluminación por ledes de aspecto muy futurista.
El perfil cambia poco, con algún cromado aquí y allá y un nuevo juego de llantas de 18 pulgadas disponibles.
La trasera modifica grupos ópticos (con parte de su iluminación también de LED) y poco más.
El aspecto del coche en general es muy bueno. Grande, serio, aplomado, moderno y con cierto toque deportivo.
Es bastante grande, tanto como 485 cms de largo (casi como un Serie 5 de BMW o un A6 de Audi) por 186 de ancho, pero no resulta voluminoso.
El interior es uno de sus puntos fuertes.
En este modelo 2016 la principal novedad viene de la mano del equipo multimedia, que ha simplificado su funcionamiento al ser posible ahora operar de manera táctil desde su pantalla. Ello ha servido para “limpiar” de botones la consola central que ahora sólo contempla los mandos del climatizador y la radio, bastante buena, por cierto.
Frente al conductor nos encontramos un volante de nuevo diseño y la misma instrumentación pero con un ordenador ahora en color.
Los asientos delanteros son grandes y de reglaje eléctrico en esta versión, así como tapizados en cuero. Lo que recubre el salpicadero es una imitación en plástico, pero queda muy aparente.
La calidad real percibida en el interior de este coche hace arquear las cejas para bien a sus posibles compradores y fruncir el ceño a su posible competencia.
La plazas traseras son harina de otro costal. Si esta zona en el Skoda Superb es la cueva de Alí-Babá, la del Óptima es la misma cueva pero con los 40 ladrones, sus familias y mascotas incorporadas.
El espacio es sencillamente descomunal. A la altura de los coches de representación con batalla alargada. Pasajeros de talla generosa no encontrarán dificultad para lograr acomodo para sus piernas, que de hecho, podrán cruzar sin rozar el respaldo delantero. A lo ancho, aunque conserva configuración de tres plazas reales, ya no sobra tanto, y en altura… la caída de su techo compromete algo el hueco, pero siempre cabe la posibilidad de echarse un poco para delante.
Hay salidas de aire y toma de mechero y USB, y buenas bolsas en las puertas.
Las cortinillas con las que contaba nuestra unidad de pruebas no sé si son de serie o accesorio, en cualquier caso, las ventanillas traseras son tintadas.
El maletero ofrece un buen espacio, pero no tan extraordinario como el de las plazas traseras. Cubica algo más de 500 litros y, aunque la mayoría son aprovechables, dispone su fondo en forma de embudo lo que nos obligará a ubicar nuestro equipaje en forma de pirámide azteca.
Bajo el piso esconde una rueda de repuesto de emergencia, pero de dimensiones razonables.
La tapa se puede abrir de manera remota, desde el mando o pasando el pié por debajo del paragolpes.
Abordamos ya el apartado dinámico desde el asiento del conductor (hacerlo agarrados al techo tampoco tendría mucho sentido…). Con dos golpes de botón encontramos una postura de conducción muy natural, quizá algo bajo, o quizá no, quizá es que llevo demasiado tiempo probando SUVs… Todo queda a mano y la visibilidad es buena excepto hacia atrás, donde una cámara de serie nos enseña lo que queda fuera de nuestra visión. Gracias al techo panorámico de un metro cuadrado el interior, con tapicería negra, guarnecidos negros e insertos negros, resulta menos oscuro de lo previsto.
El motor 1.7CRDi se ha mejorado con respecto al anterior, logrando subir algo la potencia y reducir un poco el consumo. Los 141 CV actuales (136 antes) se conforman, sobre el papel, con 4,2 litros a los 100kms (5,1 antes). La verdad es que nosotros hemos marcado como media en uso mixto 5,5 litros, lo que también mejora al anterior modelo que probamos por estos lares.
El bloque suena lo suyo al ralentí, pero el aislamiento del coche trabaja duro para mitigar su presencia en el interior, manteniendo su sonido siempre en “márgenes tolerables”. Lanzado en autopista apenas se escucha nada más que el ruido de rodadura –y no mucho- y el viento en los retrovisores –casi nada-.
Nuestro coche traía la caja de cambios manual de 6 velocidades. Yo a este Optima le veo más con la automática de 7 que tiene la marca, por darle un andar más señorial y solemne, pero reconozco que se le saca mejor chicha al motor con el cambio convencional. Y así lo demuestran los fríos datos: corre más, acelera mejor, recupera más rápido y consume menos. Total, que se lo van a tener que mirar en Kia…
Por otro lado, su manejo no es del todo fino ni deportivo, aunque cabe el consuelo en que los diesel, a base de par, hacen que su conductor recurra a la palanca más bien poco.
De suspensión va suave y de dirección también. Los frenos cumplen en uso habitual. Es un tragamillas fantástico para viajar cómodo y seguro por la autopista. En vías secundarias, su tamaño y la potencia relativamente corta de su motor, compromete ligeramente su conducción.
En ciudad va bien, pero es bajito, con lo que hay que tener ojo con los bordillos.
El equipamiento del coche en este acabado es absolutamente completo, dejando muy poco a la imaginación y a la lista de opciones del modelo. Y por menos de 36.000 euros de tarifa a lo que hay que añadir 7 años de garantía. Un atributo diferencial digno de reconocer y considerar.
Con todo, mí este nuevo Optima se me parece mucho al anterior Optima. Se h modernizado, sin duda, pero no se ha mejorado mucho porque tampoco hacía falta. Me parece un coche tan bueno y tan recomendable como el anterior.
Y es que ya se sabe, lo óptimo no se puede mejorar, porque si se mejorara, ya no sería lo óptimo.
NUESTRA NOTA: 8.5
Cosas a favor
Confort de marcha
Precio, garantía y equipamiento
Plazas traseras
Cosas en contra
Motor algo corto
Gama de colores
Sin reproductor de CD
MOTOR
- Cilindrada: 1.685 c.c.
- Potencia: 141 CV CEE
- Par: 340 NM
- Tracción: delantera
- Caja de cambios: manual 6 velocidades
Dimensiones
- Largo/ancho/alto: 485/186/146 cms
- Peso: 1.515 kgs.
- Ruedas: 235/45R18
- Maletero: 510 l
- Cap. Depósito: 70 l
Prestaciones
- Velocidad máxima: 203 km/h
- Aceleración 0-100km/h: 10 seg
- Consumo medio oficial: 4,2 l/100kms
Equipamiento
- Equipamiento: ABS, BAS, EDB, ESP, hill holder, 6 airbags + de rodilla conductor, asientos delanteros eléctricos, tapicería de cuero, techo panorámico, climatizador bizona, asientos delanteros climatizados, control y regulador de velocidad, navegador, ordenador de a bordo, bluetooth, sensor de luces y limpias, faros bixenon direccionales, feos antiniebla LED, cámara de marcha atrás, sensores de parking...