by AUTODOMINIS

Prueba del Citroen C4 Cactus BlueHDi FeelCool

Citroen C4 Cactus BlueHDi FeelCool

" Extravagancia funcional "

Citroen, como no podía ser de otra manera, entra en el territorio SUV urbano de la mano de un coche singular, un “concept-car” legalizado y real con el que agitar el segmento e imposible de ignorar en la calle.


Sobre todo si te encuentras con un ejemplar amarillo lima como el nuestro, con sus barras de techo blancas, los “airbumps” negros y las llantas futurísticas de 17” pulgadas.
He conducido deportivos de campanillas mucho más discretos a la hora de abrirse camino entre el tráfico cotidiano que este Citroen “high design-low cost”.
Lo mejor es que todo observador resolvía su curiosidad con una sonrisa. Y es que el Cactus te puede gustar o no, pero nunca dejarte indiferente.

Su frontal toma ciertas líneas de lo ya visto en el C4 Picasso, con los LEDs de día arriba y los faros “de verdad” abajo, con innumerables protecciones (faldón, airbumps…) y un capó largo pero de marcadas formas redondeadas.



El perfil también exhibe protecciones y una generosa altura merced al hueco libre que dejan sus llantas en el paso de rueda. La barras en el techo, por cierto, son tan anchas que puesto boca abajo este coche estoy convencido que podría deslizarse sobre ellas a modo de trineo.
Sin embargo, la altura del coche es bastante contenida, lo que proporciona una sensación de mayor longitud de la que en realidad tiene (415 cms).
La trasera está bien resuelta, volvemos a ver plástico por doquier, unos pequeños grupos ópticos, más protecciones y una presencia orgullosa de su marca y logo.
El cristal trasero parece no acusar el peso del diseño y ofrece suficiente tamaño.

Sin embargo, no podemos dejar de pensar que la denominación que exhibe al lado izquierdo de su zaga es sólo una verdad a medias –o menos-. Aunque comparte elementos con el compacto de la marca, el original C4, la mayor parte del coche, incluida su plataforma, procede del pequeño C3. Ya nos explicaron que todo obedece a una cuidada estrategia de posicionamiento en la gama, pero para mí que se equivocan con tanto “nombre y apellido”. El C4 Cactus podría ser perfectamente un Cactus a secas, como el C-Elysee un Elysee y un C4 Picasso un Picasso… con permiso de la obra del artista y del pequeño C3 Picasso –que también hay uno-.
Entidad a cada uno de los mencionados productos les sobra, pero bueno, cosas de la Citroen.



Sea como fuere, este Cactus es netamente más grande que un C3, hablo de su exterior y sobre todo de puertas adentro.
Los diseñadores franceses de este apartado hablaban en su inicio, cuando el coche sólo era un “prototipo” (o eso nos hicieron creer), de llevar al legendario Mehari al siglo XXI. Pero como digo, eso fue al inicio, y seguro que no tardaron en venirse arriba al descubrir que eran capaces de mucho más… respetando el presupuesto.

Porque no nos olvidemos que una de las premisas a la hora de poner en el mercado este coche era que su precio fuera contenido. Nada que ver con cosas como el Dacia Duster, pero sí algo por debajo de su competencia.

Con ello, al abrir la puerta nos encontramos con un puesto de mandos que de puro moderno da en austero. Era la idea, y está muy logrado.
La instrumentación desaparece como tal. Sólo hay una pequeña pantalla digital ante nuestros ojos que nos informa de la velocidad y el nivel de carburante, aunque también contempla indicaciones sobre el control/limitador de velocidad si lo lleva.
Está bien y se ve bien, pero con cambio manual como fue nuestro caso, se echa de menos un sencillo cuentarrevoluciones.
La consola central, por su parte, sólo ofrece cinco botones (warning, cierre de puertas, ESP, calefactor de luneta y parabrisas) ya que todo se maneja a través de su pantalla táctil de 7” que corona el salpicadero. Yo siempre tengo mis más y mis menos con estos dispositivos, pero bien está que esté y además, venga de serie. Pero andar cambiando de pantallas para bajar un grado la temperatura del climatizador o buscar un número de teléfono de la guía… no sé, no me gusta, y ahí lo dejo. Al menos la radio se puede manejar desde los botones del volante, el cual tiene una forma curiosa y un buen tacto.



Añado que hay conexiones USB frente a la palanca de cambios y en la guantera (que está en el salpicadero, y no bajo él como es costumbre, ya que el airbag de este lado se despliega desde el techo), y el interior del coche viene cuajado de huecos de pequeño, mediano y gran tamaño para dejar nuestros objetos.
Los plásticos a la vista son duros en su inmensa mayoría, y además del cuentavueltas, echo de menos agarraderas sobre las ventanillas, espejos de cortesía, un buen plafón de luz trasero y salida de aire en el lado del acompañante.

Los asientos delanteros merecen párrafo aparte, y es que he tenido sillones en casa más pequeños y mucho más incómodos que las butacas de este coche. Son sencillamente enormes a lo ancho, a lo alto y a lo largo y su mullido es realmente confortable. Es verdad que peca de blando y eso nos lo hará notar la espalda en largos viajes, pero para el día a día, lo dicho, a total confort.
En las versiones automáticas existe una banqueta corrida que, con las mismas ventajas que la variante “partida”, ahonda en la sensación de espacio que estas plazas dan. Las regulaciones son buenas y la postura a los mandos del coche es de lo más natural.

La visibilidad es buena hacia todos los ángulos, a lo que ayuda la cámara de marcha atrás… excepto de noche, pues bien por su sensibilidad, bien por lo pobre de la luz del coche, no se ve nada de nada. Benditos sensores de parking… opcionales en este acabado Feel Cool.

Las plazas traseras ofrecen capacidad real para tres adultos, y ya ni recuerdo cuándo fue la última vez que vi en un coche una plaza central “de verdad”, con su asiento y respaldo ad hoc. Bien, pues este coche, sí que la tiene. También hay un pequeño resalto en la zona del túnel central.
Sin embargo, de nuevo encontramos “carencias tontas” en estas plazas. Dicho lo de las asas de las puertas, la escasa iluminación y los plásticos duros “a tutti plen”, falta por mencionar lo de las ventanillas, que no se abren, o bueno, se abren en compás no más allá de un par de dedos. Esto es la segunda vez que nos lo hace la marca, la primera fue en el DS4, pero bueno, en dicho DS merced a su pretendida estética cupé y demás puede llegar a colar, pero en un Cactus que quiere ser tan extravagante como funcional, debe ser un detalle a revisar. Al menos las puertas, son de lo más ligeras en su manejo.



Del maletero nada que objetar. Bien de formas y capacidad. Quizá su boca de carga queda algo elevada, pero en ningún caso es un obstáculo insalvable pues el coche en sí no es muy alto.

Pasamos al apartado dinámico. Bajo el capó tenemos el conocido tetracilíndrico diesel de 1.6 litros de cilindrada de la marca. En esta ocasión bajo la denominación BlueHDi se esconde un dispositivo capaz de minimizar aún más las partículas nocivas de los gases de escape pulverizando una sustancia azul a base de urea antes de su expulsión. Es más limpio y no afecta en absoluto al rendimiento.
Este motor eroga 100CV en esta versión, una potencia más que suficiente para mover al Cactus con alegría, tanta que se me antojan escasas las cinco velocidades que trae su caja de cambios. Podría sin problemas con una sexta… a nada que se le pusiese cuentarrevoluciones.



El coche no es un prodigio de prestaciones, pero aguanta en el carril de la izquierda como el que más, y con el aliciente de marcar siempre un consumo medio por debajo de los 5.5 litros a los 100 kms recorridos. De hecho, nosotros logramos 5,2.
Tampoco hace mucho ruido, ni por fuera ni por dentro. Yo, visto lo visto, me esperaba un peor aislamiento, la verdad.

También esta muy bien aislado del suelo. Su sistema de suspensión-amortiguación es de lo más blando, lo que añadido a un chasis procedente de un urbano, hace que nos debamos tomar con calma la carreteras más reviradas si no queremos marear al pasaje o meter una rueda en la cuneta. Porque la dirección, de puro blanda se vuelve imprecisa. Los frenos bien, con discos en las cuatro ruedas. Tacto esponjoso pero respuesta apropiada.



Obviamente no lo hemos metido por campo, pues su estética es básicamente eso, estética, y por mucho recorrido que tengan sus muelles… mejor no tentar a la suerte. Lo hemos testado en camino de tierra y más profundamente por ciudad en obras, lo que puede que sea más su entorno, y lo ha hecho bien. Se controla, regatea, bachea y salta con gran comodidad y solvencia. Lo de los airbumps lo dejo en cuarentena. No dudo de su funcionalidad a la hora de parar pequeños golpes y rozones, pero todavía queda chapa expuesta más que de sobra para decorar con un inoportuno arañazo.



Llegado al final es momento de poner a este Cactus fabricado en Villaverde para todo el mundo frente a su competencia, que visto lo llamativo del coche, casi no es tal.
Ciñéndonos a tamaño, precio y concepto, tendríamos al Renault Captur, Chevrolet Trax, Ford Ecosport y Nissan Juke en su punto de mira. Sin embargo, por 19.080 euros que es lo que vale esta versión con este motor, ninguno de ellos resulta tan completo… y de esta guisa, tan poco discreto.




NUESTRA NOTA: 8
Valoracion prueba 8
Cosas a favor

Estética diferenciadora
Gran motor, pequeño consumo
Interior muy bien aprovechado

Cosas en contra

Lagunas de equipamiento básico
Mucho plástico duro
Sólo 5 marchas

motor
MOTOR
  • Cilindrada: 1.560 c.c.
  • Potencia: 100 CV CEE
  • Par: 254 NM
  • Tracción: delantera
  • Caja de cambios: manual 5 velocidades
dimensiones
Dimensiones
  • Largo/ancho/alto: 415/173/148 cms
  • Peso: 1.070 kgs
  • Ruedas: 205/55R17
  • Maletero: 358 l
  • Cap. Depósito: 50 l
prestaciones
Prestaciones
  • Velocidad máxima: 184 km/h
  • Aceleración 0-100km/h: 10,7 seg
  • Consumo medio oficial: 3,4 l/100kms
equipamiento
Equipamiento
  • Equipamiento: ABS, BAS, EDB, ESP, 6 airbags, control y regulador de velocidad, elevalunas eléctricos delanteros, luces diurnas LED, protecciones Airbump, climatizador, sensor de luz y lluvia, llantas de 17", control de presión de neumáticos, bluetooth, barras en el techo, cristales traseros tintados, pantalla multimedia táctil de 7"...

"Bonus Gallery"
Fotografías del Citroen C4 Cactus BlueHDi FeelCool

  • Las protecciones plásticas de este coche son prácticas... siempre y cuando el golpe les atine a ellas y no al resto de la chapa descubierta

    Las protecciones plásticas de este coche son prácticas... siempre y cuando el golpe les atine a ellas y no al resto de la chapa descubierta
  • Mi sofá orejero de casa es más estrecho y más incómodo que las butacas delanteras de este Cactus

    Mi sofá orejero de casa es más estrecho y más incómodo que las butacas delanteras de este Cactus
  • El cuadro es legible y sencillo, quizá demasiado...

    El cuadro es legible y sencillo, quizá demasiado...
  • La pantalla central de manejo táctil ofrece mucha información y un manejo correcto

    La pantalla central de manejo táctil ofrece mucha información y un manejo correcto
  • A pesar de que sólo podrás abrir dos dedos las ventanillas traseras, el interior no genera claustrofobia

    A pesar de que sólo podrás abrir dos dedos las ventanillas traseras, el interior no genera claustrofobia
  • A algunos la estampa del coche les encantará, otros lo odiarán, pero a nadie pasará inadvertido

    A algunos la estampa del coche les encantará, otros lo odiarán, pero a nadie pasará inadvertido
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