Porsche Macan S Diesel
" ¿Fashion Victim? "
Porsche se apunta a la moda del SUV compacto Premium y, sobre la base del Audi Q5, ofrece en el nuevo Macan versatilidad y deportividad sin renunciar a una imagen de prestigio y una dinámica superior.
Tras el enorme éxito del Cayenne y buscando hacer propia la fórmula del Range Rover Evoque, la marca de Stuttgart se decide a presentar su segundo SUV tomando buena parte de elementos prestados de su ahora casa matriz, Volkswagen.
Pero no nos llamemos a engaño, si es verdad que plataforma y motor -en esta versión diesel- vienen directamente de su primo el Audi Q5, no es menos cierto que a partir de ahí los técnicos y diseñadores de Porsche han podido dotar de identidad aparte a su nuevo modelo.
Desde los trenes rodantes hasta el climatizador, pasando por el interior, es todo suyo y es lo que más le acerca al resto de coches que actualmente vende la marca.
Eso y el exterior, claro.
No entraré a juzgar el mismo, pues para gustos lo colores. A mí personalmente no me entusiasma, quizá por el mal escogido color negro de la unidad de pruebas. Sin embargo reconozco lo bien integradas que están las líneas maestras de toda la gama Porsche en este coche. 911, Cayenne, Cayman, Panamera, Boxster… hay un poco de todos ellos en el Macan junto con un atractivo guiño a su supercoche de carreras Porsche 918.
En el interior el SUV compacto repite el esquema inaugurado por el Panamera en su día y que poco a poco fue pasando a todos los modelos. Me refiero al abotonamiento hasta el techo, nunca mejor dicho.
Más allá de los asientos o el precioso volante eso es lo que más poderosamente llama la atención: mil millones de botones –grosso modo- flanqueando la palanca de cambios y el retrovisor central. La idea es sugerir cierto ambiente de aviación en el interior del coche, pero lo que se logra es confundir al conductor con tanto pulsador y pantallita (por cierto, las dos que indican la temperatura del climatizador a nada que les de el sol, no se ven).
Hablando del climatizador. Su potencia, al menos en nuestra unidad de pruebas, es inversamente proporcional al ruido que hace. Tremendo follón para lo poco que enfría… Esto se lo tienen que mirar.
La postura a los mandos es excelente, todo queda muy a mano y a la vista. También el cuadro sigue la línea de los últimos Porsche, con tres esferas siendo la derecha digital y plenamente configurable.
El equipo multimedia, protagonista en la consola central, está bien. Cumple con lo esperado… y pagado aparte.
Los asientos son fantásticos y ofrecen a los dos ocupantes de las plazas anteriores una buena visión del entorno, sin estar excesivamente altos, y un buen acomodo para sus posaderas. Si se puede criticar algo de estas plazas es, junto con el barullo de botones, la falta de huecos para pequeños y medianos objetos, amén de que los espejos de cortesía de los parasoles no tienen luz.
Las plazas de atrás, a pesar de la significativa caída del techo, ofrecen suficiente altura para adultos y suficiente anchura para que dos personas viajen holgadas, tres, ya no tanto. A lo largo, a nada que midas más de un metro setenta las rodillas te darán con los respaldos delanteros, pero no incomoda en exceso, o al menos no tanto como sí lo hará el prominente túnel de transmisión al pobre que le toque sentarse en medio.
Lo que sí que llama la atención, es que Porsche le ha sacado mucha más miga a este espacio en su Macan que Audi a su Q5, cuyas plazas traseras resultan más angostas. Son pocos centímetros –a favor del Porsche- los que alejan a uno del otro, pero parece que en este SUV deportivo rinden mas.
El maletero también está bastante bien. Anuncia 500 litros y los hace. Además, sus formas totalmente regulares lo hacen tremendamente aprovechable y el plano de carga no queda muy elevado para cargar objetos pesados. Tiene dos niveles y no cuenta con rueda de repuesto.
Dicho esto, vamos al “turrón”, que no es otra cosa que el comportamiento del coche en sí, pues siendo un Porsche, es en este apartado donde debe brillar especialmente.
¿Y lo hace? Pues sí… más o menos.
A ver, este modelo viene firmado por la marca que hace, en mi humilde opinión, los mejores deportivos para el mundo real que hay hoy en día en el mercado. Y volcar todo su saber en un SUV… pues no es fácil, pero lograr las sensaciones… una vez conducido el Macan, creo que es imposible.
Es el problema de crear un “producto de tendencia” cuando tu marca –con permiso del Cayenne- siempre se ha mantenido al margen en este juego. Y puestos a entrar, ¿qué haces? ¿renuncias a tu tradición para ofrecer un producto asequible y competitivo o renuncias al mercado para mantener tu tradición? Tienes que elegir, y en Porsche no lo han hecho. Han querido que llueva a gusto de todos, lo que hace que, a mi juicio, se hayan quedado a mitad de camino en todo.
Verdaderamente el Macan S diesel es un todocamino rapidísimo cuyos límites están mucho más allá que lo que pueda ofrecer la competencia. Pero todo lo hace y todo lo da sin ningún encanto ni sentimiento. Te deja frío. Y desde luego no es problema de su motor, de una suavidad extraordinaria y con una fuerza sin parangón. Ni de sus frenos, que no tienen el genuino “tacto Porsche” pero sí su eficacia. Tampoco de su cambio automático de 7velocidades, tan suave como contundente. ¿La suspensión tal vez? Sí, va muy filtrado, incluso con las ruedas de 19” opcionales, pero tampoco creo que sea eso. ¿La dirección de asistencia eléctrica pero de manejo milimétrico? Tampoco, el culpable de lo insulso de su conducción no es nada en particular sino todo en general.
Es el propio concepto SUV, y es que dicen que aunque la mona se vista de seda…
Pero es que el Macan viene con otra contradicción añadida, y es la de lo bien que va –comparado con el resto de su segmento- a la hora de ir rápido. Insisto, va muy bien hasta donde le permiten su carrocería elevada y peso, pero en el fondo… ¿para qué? Estos coches rara vez ponen una rueda en un circuito y sus compradores, si nos guiamos por el estudio que hace unos años se hizo respecto al Cayenne, valoran –por este orden- la calidad, versatilidad e imagen de marca. Las virtudes dinámicas quedaban relegadas al quinto o sexto puesto, justo por delante de la posibilidad de salir del asfalto con él, una posibilidad que también existe en el Macan.
Por ello dicen que el grueso de sus ventas lo representará la versión diesel, quizá la más equilibrada y asequible a los mandos para sus futuros compradores. A todo esto, del consumo en la prueba me da miedo decir algo ya que la primera vez que hicimos el recorrido obtuvimos unos escandalosos 9,9 l/100kms, muy lejos de los 6,3 que homologa la marca. Repetimos el recorrido y marcamos 7,9 al mismo ritmo. No contentos con ello volvimos una tercera vez y logramos un registro de 8,1 l/100kms.
No sé, Porsche siempre ha sido muy prudente a la hora de publicar datos, pero tal vez la entrada al nuevo segmento traiga nuevos planteamientos de cara a obtener ciertos resultados…
Sigo con un punto más, me temo que negativo, en la idiosincrasia de este coche.
Lo anunciaron como el “Porsche barato”, y bien cierto es que ninguno nos lo creímos. Su precio de partida está en poco más de 63.000 euros, lo que no lo deja mal situado entre su entorno. Pero claro, como buena marca Premium, es un precio con trampa. El ejemplar que veis en las fotos sale por 86.000 euros. Claro, diréis, va muy equipado como todo buen coche de prensa. Correcto. Pero es que para obtener un Macan S diesel con el equipamiento que trae de serie, por ejemplo, un Nissan Qashqai 4x4 Tekna (31.000 euros) la Porsche os va a invitar a poner sobre la mesa entre 12 y 15 mil euros por encima de esos 63 mil de origen.
Ergo nos encontramos con un SUV de 76mil euros que no es una preciosidad, no transmite grandes sensaciones, no sabemos lo que consume y da lo mejor de sí a ritmos ignotos para la mayoría de sus compradores. Así las cosas, yo lo tendría claro, elijo el original sobre la versión con extra de cafeína: me quedo con el Audi Q5. Ahora, que si hablamos de SUV de moda… Un Range Rover Evoque SD4 con una buena combinación de opcionales puede hacer tus delicias.
El Macan se queda en tierra de nadie, no es lo suficientemente SUV compacto asequible ni es el deportivo que prometían. Aunque parezca mentira, tal vez su mejor baza sea el Macan Turbo, para los que busquen un “deportivo” de cinco puertas de medidas contenidas y sin importar el consumo o precio.
Pero no nos llamemos a engaño, si es verdad que plataforma y motor -en esta versión diesel- vienen directamente de su primo el Audi Q5, no es menos cierto que a partir de ahí los técnicos y diseñadores de Porsche han podido dotar de identidad aparte a su nuevo modelo.
Desde los trenes rodantes hasta el climatizador, pasando por el interior, es todo suyo y es lo que más le acerca al resto de coches que actualmente vende la marca.
Eso y el exterior, claro.
No entraré a juzgar el mismo, pues para gustos lo colores. A mí personalmente no me entusiasma, quizá por el mal escogido color negro de la unidad de pruebas. Sin embargo reconozco lo bien integradas que están las líneas maestras de toda la gama Porsche en este coche. 911, Cayenne, Cayman, Panamera, Boxster… hay un poco de todos ellos en el Macan junto con un atractivo guiño a su supercoche de carreras Porsche 918.
En el interior el SUV compacto repite el esquema inaugurado por el Panamera en su día y que poco a poco fue pasando a todos los modelos. Me refiero al abotonamiento hasta el techo, nunca mejor dicho.
Más allá de los asientos o el precioso volante eso es lo que más poderosamente llama la atención: mil millones de botones –grosso modo- flanqueando la palanca de cambios y el retrovisor central. La idea es sugerir cierto ambiente de aviación en el interior del coche, pero lo que se logra es confundir al conductor con tanto pulsador y pantallita (por cierto, las dos que indican la temperatura del climatizador a nada que les de el sol, no se ven).
Hablando del climatizador. Su potencia, al menos en nuestra unidad de pruebas, es inversamente proporcional al ruido que hace. Tremendo follón para lo poco que enfría… Esto se lo tienen que mirar.
La postura a los mandos es excelente, todo queda muy a mano y a la vista. También el cuadro sigue la línea de los últimos Porsche, con tres esferas siendo la derecha digital y plenamente configurable.
El equipo multimedia, protagonista en la consola central, está bien. Cumple con lo esperado… y pagado aparte.
Los asientos son fantásticos y ofrecen a los dos ocupantes de las plazas anteriores una buena visión del entorno, sin estar excesivamente altos, y un buen acomodo para sus posaderas. Si se puede criticar algo de estas plazas es, junto con el barullo de botones, la falta de huecos para pequeños y medianos objetos, amén de que los espejos de cortesía de los parasoles no tienen luz.
Las plazas de atrás, a pesar de la significativa caída del techo, ofrecen suficiente altura para adultos y suficiente anchura para que dos personas viajen holgadas, tres, ya no tanto. A lo largo, a nada que midas más de un metro setenta las rodillas te darán con los respaldos delanteros, pero no incomoda en exceso, o al menos no tanto como sí lo hará el prominente túnel de transmisión al pobre que le toque sentarse en medio.
Lo que sí que llama la atención, es que Porsche le ha sacado mucha más miga a este espacio en su Macan que Audi a su Q5, cuyas plazas traseras resultan más angostas. Son pocos centímetros –a favor del Porsche- los que alejan a uno del otro, pero parece que en este SUV deportivo rinden mas.
El maletero también está bastante bien. Anuncia 500 litros y los hace. Además, sus formas totalmente regulares lo hacen tremendamente aprovechable y el plano de carga no queda muy elevado para cargar objetos pesados. Tiene dos niveles y no cuenta con rueda de repuesto.
Dicho esto, vamos al “turrón”, que no es otra cosa que el comportamiento del coche en sí, pues siendo un Porsche, es en este apartado donde debe brillar especialmente.
¿Y lo hace? Pues sí… más o menos.
A ver, este modelo viene firmado por la marca que hace, en mi humilde opinión, los mejores deportivos para el mundo real que hay hoy en día en el mercado. Y volcar todo su saber en un SUV… pues no es fácil, pero lograr las sensaciones… una vez conducido el Macan, creo que es imposible.
Es el problema de crear un “producto de tendencia” cuando tu marca –con permiso del Cayenne- siempre se ha mantenido al margen en este juego. Y puestos a entrar, ¿qué haces? ¿renuncias a tu tradición para ofrecer un producto asequible y competitivo o renuncias al mercado para mantener tu tradición? Tienes que elegir, y en Porsche no lo han hecho. Han querido que llueva a gusto de todos, lo que hace que, a mi juicio, se hayan quedado a mitad de camino en todo.
Verdaderamente el Macan S diesel es un todocamino rapidísimo cuyos límites están mucho más allá que lo que pueda ofrecer la competencia. Pero todo lo hace y todo lo da sin ningún encanto ni sentimiento. Te deja frío. Y desde luego no es problema de su motor, de una suavidad extraordinaria y con una fuerza sin parangón. Ni de sus frenos, que no tienen el genuino “tacto Porsche” pero sí su eficacia. Tampoco de su cambio automático de 7velocidades, tan suave como contundente. ¿La suspensión tal vez? Sí, va muy filtrado, incluso con las ruedas de 19” opcionales, pero tampoco creo que sea eso. ¿La dirección de asistencia eléctrica pero de manejo milimétrico? Tampoco, el culpable de lo insulso de su conducción no es nada en particular sino todo en general.
Es el propio concepto SUV, y es que dicen que aunque la mona se vista de seda…
Pero es que el Macan viene con otra contradicción añadida, y es la de lo bien que va –comparado con el resto de su segmento- a la hora de ir rápido. Insisto, va muy bien hasta donde le permiten su carrocería elevada y peso, pero en el fondo… ¿para qué? Estos coches rara vez ponen una rueda en un circuito y sus compradores, si nos guiamos por el estudio que hace unos años se hizo respecto al Cayenne, valoran –por este orden- la calidad, versatilidad e imagen de marca. Las virtudes dinámicas quedaban relegadas al quinto o sexto puesto, justo por delante de la posibilidad de salir del asfalto con él, una posibilidad que también existe en el Macan.
Por ello dicen que el grueso de sus ventas lo representará la versión diesel, quizá la más equilibrada y asequible a los mandos para sus futuros compradores. A todo esto, del consumo en la prueba me da miedo decir algo ya que la primera vez que hicimos el recorrido obtuvimos unos escandalosos 9,9 l/100kms, muy lejos de los 6,3 que homologa la marca. Repetimos el recorrido y marcamos 7,9 al mismo ritmo. No contentos con ello volvimos una tercera vez y logramos un registro de 8,1 l/100kms.
No sé, Porsche siempre ha sido muy prudente a la hora de publicar datos, pero tal vez la entrada al nuevo segmento traiga nuevos planteamientos de cara a obtener ciertos resultados…
Sigo con un punto más, me temo que negativo, en la idiosincrasia de este coche.
Lo anunciaron como el “Porsche barato”, y bien cierto es que ninguno nos lo creímos. Su precio de partida está en poco más de 63.000 euros, lo que no lo deja mal situado entre su entorno. Pero claro, como buena marca Premium, es un precio con trampa. El ejemplar que veis en las fotos sale por 86.000 euros. Claro, diréis, va muy equipado como todo buen coche de prensa. Correcto. Pero es que para obtener un Macan S diesel con el equipamiento que trae de serie, por ejemplo, un Nissan Qashqai 4x4 Tekna (31.000 euros) la Porsche os va a invitar a poner sobre la mesa entre 12 y 15 mil euros por encima de esos 63 mil de origen.
Ergo nos encontramos con un SUV de 76mil euros que no es una preciosidad, no transmite grandes sensaciones, no sabemos lo que consume y da lo mejor de sí a ritmos ignotos para la mayoría de sus compradores. Así las cosas, yo lo tendría claro, elijo el original sobre la versión con extra de cafeína: me quedo con el Audi Q5. Ahora, que si hablamos de SUV de moda… Un Range Rover Evoque SD4 con una buena combinación de opcionales puede hacer tus delicias.
El Macan se queda en tierra de nadie, no es lo suficientemente SUV compacto asequible ni es el deportivo que prometían. Aunque parezca mentira, tal vez su mejor baza sea el Macan Turbo, para los que busquen un “deportivo” de cinco puertas de medidas contenidas y sin importar el consumo o precio.
NUESTRA NOTA: 7.5
Cosas a favor
Motor muy suave y potente
Comportamiento a ritmo “alegre”
Postura al volante y aislamiento interior
Cosas en contra
Conducción sin encanto
Consumo inconstante
Equipamiento flojo y precio de opciones
MOTOR
- Cilindrada: 2.967 c.c.
- Potencia: 258 CV CEE
- Par: 580 NM
- Tracción: integral permanente
- Caja de cambios: automática 7 velocidades
Dimensiones
- Largo/ancho/alto: 468/192/162 cms
- Peso: 1.880 kgs
- Ruedas: 235/55R19-255/50R19 (Op.)
- Maletero: 500 l
- Cap. Depósito: 60 l
Prestaciones
- Velocidad máxima: 230 km/h
- Aceleración 0-100km/h: 6,3 seg
- Consumo medio oficial: 6,3 l/100kms
Equipamiento
- Equipamiento: ABS, BAS, EDB, ESP, TCS, EDS, 6 airbags, apertura eléctrica del portón, climatizador bizona, control de presión de neumáticos, botón modo sport, freno de mano eléctrico, sensor de luces y limpias, espejos eléctricos plegables, botón modo offroad, faros antiniebla, levas tras el volante...