Test Volvo S80 4.4 V8
" El muscle car sueco "
Para inaugurar esta subsección de “pruebas breves” queríamos algo bueno y original. ¡Y vaya si lo hemos logrado! Un Volvo tan exótico como conseguido.
8 cilindros en V. 4.414 Centímetros Cúbicos. 315 cv y dos toneladas de peso. Estos datos nos podrían llamar a engaño y pensar que nos estamos refiriendo a un musculoso deportivo tipo Corvette, Mustang o similar. Si a todo lo dicho le añadimos la tracción total -y no es un todo terreno- nuestra mente evocaría un potente Audi. Si rematamos con una pista y mencionamos que el coche procede de “más al norte”, a nuestro interlocutor le harán los ojos chirivitas. Las mismas que cuando vea que se trata de un Volvo S80. Una berlina afable con un pedazo de motor capaz de hacer sombra a muchos modelos germanos.
Es obvio que la marca pensaba en el jugoso mercado estadounidense cuando se decidió a fabricar este modelo, pero alguna unidad despistada se ha quedado en nuestro continente y puntualmente una ha pasado un rato entretenido entre mis manos.
En el exterior lo único que denota su fuerza es su inscripción V8 en la parrilla delantera, pilar C del techo y la trasera, rematada con dos tubos de escape ovalados similares a los de las versiones V6 y T6 pero con un par de milímetros más de diámetro.
En el interior la estupenda atmósfera Volvo de sus últimos productos: Moderna y lujosa. Buena calidad, buenos ajustes y buena ergonomía. Impreso en el tacómetro también aparece el tipo de motor que gasta este nórdico.
Un par de breves explicaciones y en marcha.
Al arrancar su bien insonorizada carrocería apenas deja escuchar el sonido bronco y amenazador de su mecánica. Es al empezar a pisar el acelerador cuando nuestros oídos (y no será el único de nuestros sentidos) comenzarán a tomar en cuenta lo que hay bajo el capó. A ritmo de crucero moderado es todo suavidad. Su caja automática de 6 velocidades va saltando relaciones hasta engranar la última a menos de 100km/h, ya que con casi 45 mkg de par motor, se lo puede permitir.
El consumo es todo lo contenido que se puede esperar (unos 12 litros a los 100 kms) y su comodidad es alta, aunque sin llegar a adormecer. La suspensión está endurecida pero sin llegar a ser seca y la dureza de su dirección está perfectamente adecuada a este uso de “no corro porque no quiero, no porque no pueda”.
Pero no hemos escogido este coche para ir de paseo, para eso nos vale el 2.0 Flexifuel de 145 cv. Vamos a pisar a fondo.
Buscamos un tramo desértico de autopista y a la salida de un peaje pisamos inmisericordemente el pedal derecho.
Sin demora pero no sin queja (no estoy hecho para estoooo!!! Parece decir) los 2.000 kilogramos del coche salen catapultados hacia delante. La caja de cambios en modo sport aguanta hasta casi el corte de inyección. El sonido es de tanque al ataque. En menos de lo que se santigua un cura loco podíamos haber perdido 122.543 puntos del carnet sin despeinarnos. Superado todo límite legal –y casi racional- este V8 insiste en enseñarnos que es verdaderamente capaz de llegar a su velocidad punta oficial (250 por hora) pero no le vamos a tentar tanto. Mejor, hacer curvas.
Su aplomo en carretera es muy elevado y si bien su peso y dimensiones nos anuncian un “torpe escalador de montaña”, la tracción total logra en buena medida suplir tales faltas.
No es un coche muy ágil, pero su estupenda motricidad a la entrada y salida de cada curva junto al poderoso motor que nos lanza a buscar la siguiente, no nos condenará a la “cola del pelotón”.
A ritmo exigente el ordenador nos pide 17,4 litros de gasolina por cada 100 kilómetros. Es lo que tienen los motores grandes...
Ya de vuelta me bajo del coche con muy buenas impresiones y me enfrento a los fríos números. 75.270 euros es lo que nos pide la marca por adquirir esta rápida máquina en acabado Executive. Mucho, pero va equipado hasta los topes. Sin embargo, su valor de reventa será siempre muy inferior al de un Bmw 550i, que cuesta casi lo mismo -con la mitad de equipamiento- aunque es algo más potente.
Y es una lástima, pues la eficacia, originalidad y calidad de este coche bien valen su precio, el problema es que muy pocos se lo van a creer y lo van a querer pagar.
Es obvio que la marca pensaba en el jugoso mercado estadounidense cuando se decidió a fabricar este modelo, pero alguna unidad despistada se ha quedado en nuestro continente y puntualmente una ha pasado un rato entretenido entre mis manos.
En el exterior lo único que denota su fuerza es su inscripción V8 en la parrilla delantera, pilar C del techo y la trasera, rematada con dos tubos de escape ovalados similares a los de las versiones V6 y T6 pero con un par de milímetros más de diámetro.
En el interior la estupenda atmósfera Volvo de sus últimos productos: Moderna y lujosa. Buena calidad, buenos ajustes y buena ergonomía. Impreso en el tacómetro también aparece el tipo de motor que gasta este nórdico.
Un par de breves explicaciones y en marcha.
Al arrancar su bien insonorizada carrocería apenas deja escuchar el sonido bronco y amenazador de su mecánica. Es al empezar a pisar el acelerador cuando nuestros oídos (y no será el único de nuestros sentidos) comenzarán a tomar en cuenta lo que hay bajo el capó. A ritmo de crucero moderado es todo suavidad. Su caja automática de 6 velocidades va saltando relaciones hasta engranar la última a menos de 100km/h, ya que con casi 45 mkg de par motor, se lo puede permitir.
El consumo es todo lo contenido que se puede esperar (unos 12 litros a los 100 kms) y su comodidad es alta, aunque sin llegar a adormecer. La suspensión está endurecida pero sin llegar a ser seca y la dureza de su dirección está perfectamente adecuada a este uso de “no corro porque no quiero, no porque no pueda”.
Pero no hemos escogido este coche para ir de paseo, para eso nos vale el 2.0 Flexifuel de 145 cv. Vamos a pisar a fondo.
Buscamos un tramo desértico de autopista y a la salida de un peaje pisamos inmisericordemente el pedal derecho.
Sin demora pero no sin queja (no estoy hecho para estoooo!!! Parece decir) los 2.000 kilogramos del coche salen catapultados hacia delante. La caja de cambios en modo sport aguanta hasta casi el corte de inyección. El sonido es de tanque al ataque. En menos de lo que se santigua un cura loco podíamos haber perdido 122.543 puntos del carnet sin despeinarnos. Superado todo límite legal –y casi racional- este V8 insiste en enseñarnos que es verdaderamente capaz de llegar a su velocidad punta oficial (250 por hora) pero no le vamos a tentar tanto. Mejor, hacer curvas.
Su aplomo en carretera es muy elevado y si bien su peso y dimensiones nos anuncian un “torpe escalador de montaña”, la tracción total logra en buena medida suplir tales faltas.
No es un coche muy ágil, pero su estupenda motricidad a la entrada y salida de cada curva junto al poderoso motor que nos lanza a buscar la siguiente, no nos condenará a la “cola del pelotón”.
A ritmo exigente el ordenador nos pide 17,4 litros de gasolina por cada 100 kilómetros. Es lo que tienen los motores grandes...
Ya de vuelta me bajo del coche con muy buenas impresiones y me enfrento a los fríos números. 75.270 euros es lo que nos pide la marca por adquirir esta rápida máquina en acabado Executive. Mucho, pero va equipado hasta los topes. Sin embargo, su valor de reventa será siempre muy inferior al de un Bmw 550i, que cuesta casi lo mismo -con la mitad de equipamiento- aunque es algo más potente.
Y es una lástima, pues la eficacia, originalidad y calidad de este coche bien valen su precio, el problema es que muy pocos se lo van a creer y lo van a querer pagar.
NUESTRA NOTA: 8.5
Cosas a favor
Motor suave y potente
Tracción integral
Diseño y gama de colores (a ver si aprenden los alemanes…)
Cosas en contra
Consumo a ritmo elevado
Amplitud interior y maletero
Poco deportivo (yo diría “casi nada”)
MOTOR
- Cilindrada: 4.414 c.c.
- Potencia: 315 CV CEE
- Par: 44,9 mkg
- Tracción: integral
- Caja de cambios: automática 6 velocidades
Dimensiones
- Largo/ancho/alto: 485/186/149 cms
- Peso: 2.000 kgs
- Ruedas: 225/45R18
- Maletero: 480 L
- Cap. Depósito: 70 L
Prestaciones
- Velocidad máxima: 250 km/h
- Aceleración 0-100km/h: 6,5 seg
- Consumo medio oficial: 11,9 l/100kms
Equipamiento
- Equipamiento: ABS, BAS, EDB, TCS, ESP, 8 airbags, WHIPS (mitigación latigazo cervical), IDIS, climatizador bizona, control de velocidad, tapiceria de cuero con asientos delanteros y traseros calefactables, asientos eléctricos multiregulables, faros de xenon, luces y limpiaparabrisas automáticos, bluetooth, control de aparcamiento trasero, freno de mano automático, equipo de audio especial, cromados, inserciones de madera, portagafas, asiento trasero abatible...