Seat Ibiza 1.9Tdi 90cv. Stylance
" Bueno, vale, de acuerdo... "
Vosotros lo habéis querido. Tras la prueba del Ibiza 1.4 de gasolina meses atrás publicada, no habéis sido pocos los que nos habéis escrito pidiendo más información de su equivalente en gasóleo. Bien, pues aquí esta.
Sin más preámbulo y dilación recojo las llaves del vehículo a prueba y me dirijo al parking. No me detendré en hablar de la estética pues ya lo hice en la anterior prueba y me reafirmo en que me gusta. Agresiva, moderna, joven y bien resuelta. A medida que me acerco descubro lo bien que le queda a este SEAT el acabado Stylance, que sobre el básico -Reference- suma en el exterior unas elaboradas llantas de 15”, los tiradores de las puerta en el color de la carrocería (aunque en este caso nos da lo mismo porque el coche es negro), faros antiniebla y faros delanteros de doble óptica. El indicativo Tdi de sus aletas delanteras avanza su promesa de ser un austero devorador de kilómetros.
En el interior la cúpula de la instrumentación luce un acabado de “plasticucho” imitación metal francamente mejorable, además, el anterior conductor en un giro brusco rozó con las uñas este elemento llevándose un trozo de la decoración y dejando el plástico negro al descubierto (¡joder, ni que fuera el Lobezno de los X-Men el tío!).
Otro detalle visible de este acabado es el climatizador, en acabado negro lacado pero con una apariencia tan sólo un peldaño por encima de los relojes Casio de los ochenta. No es bizona y su terminación es a juego con la de la radio, que es muy chula, facilita de manejar y suena bien.
Para esta prueba hemos elegido la mecánica diesel de 90 cv, otorgándola algo de ventaja sobre el modelo anteriormente testado de gasolina de “sólo” 85 caballos de vapor. Por otro lado no os voy a mentir, la versión 1.4 Tdi de 80 cv esa semana no estaba disponible.
De acuerdo, pues en marcha.
Nada más girar la llave un ruido atronador invade mis tímpanos. A motor frío y a ralentí este motor suena lo suyo y gran parte de sus decibelios se filtran al interior. Así como un poco de su vibración llega a nuestros pies a través de los pedales. Nada comparable con el traqueteo de la generación anterior, pero casi. Primera mancha notable en su expediente.
Voy acelerando y subiendo marchas hasta que se me acaban, y es que tiene sólo cinco. Pero una sexta hubiera estado fuera de lugar. El escalonamiento y desarrollo de la caja de cambios me parece sólo aceptable, ya que yo hubiera preferido una tercera y una cuarta velocidad más largas, pues rodar en quinta a 80 por hora y en un momento dado pretender un buen reprís es casi imposible y te obliga a bajar a cuarta, pero a esa velocidad y en esa relación vas casi a 4.000 vueltas, con lo que el ruido diesel se acentúa y el consumo se va a la porra.
Porque del consumo anunciado de 4 litros y medio te puedes ir olvidando. Conduciendo este coche con brío es probable que no bajes de los 6 l/100km. Y es que en este coche son muchas cosas las que invitan a ir “ligero”.
Primero el motor, que si no es un gran “bajista”, tiene unos medios aceptables y unos altos (entre 3.500 y 4.000 rpm) brillantes. Segundo y ya comentado, la caja de cambios te hace que para mantener quinta y tener chicha bajo el pie derecho has de rodar por encima de 100 por hora. Y tercero y más importante, su chasis es de los mejorcitos del segmento. Con estas ruedas el coche va aplomado, pisa con alegría a la entrada de las curvas y las redondea en un suspiro sin un mal gesto. Se lleva por dónde tú quieras incluso a velocidades elevadas con pasmosa facilidad. Si le picas, subvira, pero de una manera tan previsible y noble que no te costará darle un azote y devolverle a tu vereda.
De suspensión va muy bien y de frenos… me hubiera gustado algo más de mordiente pero… ¡y a quien no!
La dirección tampoco es un prodigio en “transmisión de datos”, y esto empieza a ser crónico en toda la gama SEAT, teniendo que optar por los deportivos Cupra si te quieres enterar un poco de lo que pasa entre tus ruedas y el asfalto.
Respecto a criterios prácticos vuelvo a alabar el completo equipamiento de este coche y más de esta versión, la cuál por algo más de 14.500 euros lleva desde faros de alumbrado lateral hasta puerto USB, pasando por el control de presión de neumáticos y un muy completo ordenador de abordo. Tanto la capacidad del habitáculo como la del maletero es correcta (y es que no se le puede pedir más a un coche de 4 metros de largo), siendo la bandeja de este último hueco una auténtica porquería que parece comprada en un “Todo a un euro”. También desde el segundo día nos acompañaron una serie de de crujidos interiores que no atinamos a saber de dónde venían, pero eran esporádicos y no especialmente molestos.
Para ir concluyendo diré que aunque este pequeño diesel anda bastante bien, yo me quedo con el 1.4 de gasolina que va “más fino” y consume muy poco más. Además, a igualdad de equipamiento sale casi mil eurillos más barato, que puedo destinar a los faros bixenon y a una de esas pinturas estridentes disponibles para este coche.
En el interior la cúpula de la instrumentación luce un acabado de “plasticucho” imitación metal francamente mejorable, además, el anterior conductor en un giro brusco rozó con las uñas este elemento llevándose un trozo de la decoración y dejando el plástico negro al descubierto (¡joder, ni que fuera el Lobezno de los X-Men el tío!).
Otro detalle visible de este acabado es el climatizador, en acabado negro lacado pero con una apariencia tan sólo un peldaño por encima de los relojes Casio de los ochenta. No es bizona y su terminación es a juego con la de la radio, que es muy chula, facilita de manejar y suena bien.
Para esta prueba hemos elegido la mecánica diesel de 90 cv, otorgándola algo de ventaja sobre el modelo anteriormente testado de gasolina de “sólo” 85 caballos de vapor. Por otro lado no os voy a mentir, la versión 1.4 Tdi de 80 cv esa semana no estaba disponible.
De acuerdo, pues en marcha.
Nada más girar la llave un ruido atronador invade mis tímpanos. A motor frío y a ralentí este motor suena lo suyo y gran parte de sus decibelios se filtran al interior. Así como un poco de su vibración llega a nuestros pies a través de los pedales. Nada comparable con el traqueteo de la generación anterior, pero casi. Primera mancha notable en su expediente.
Voy acelerando y subiendo marchas hasta que se me acaban, y es que tiene sólo cinco. Pero una sexta hubiera estado fuera de lugar. El escalonamiento y desarrollo de la caja de cambios me parece sólo aceptable, ya que yo hubiera preferido una tercera y una cuarta velocidad más largas, pues rodar en quinta a 80 por hora y en un momento dado pretender un buen reprís es casi imposible y te obliga a bajar a cuarta, pero a esa velocidad y en esa relación vas casi a 4.000 vueltas, con lo que el ruido diesel se acentúa y el consumo se va a la porra.
Porque del consumo anunciado de 4 litros y medio te puedes ir olvidando. Conduciendo este coche con brío es probable que no bajes de los 6 l/100km. Y es que en este coche son muchas cosas las que invitan a ir “ligero”.
Primero el motor, que si no es un gran “bajista”, tiene unos medios aceptables y unos altos (entre 3.500 y 4.000 rpm) brillantes. Segundo y ya comentado, la caja de cambios te hace que para mantener quinta y tener chicha bajo el pie derecho has de rodar por encima de 100 por hora. Y tercero y más importante, su chasis es de los mejorcitos del segmento. Con estas ruedas el coche va aplomado, pisa con alegría a la entrada de las curvas y las redondea en un suspiro sin un mal gesto. Se lleva por dónde tú quieras incluso a velocidades elevadas con pasmosa facilidad. Si le picas, subvira, pero de una manera tan previsible y noble que no te costará darle un azote y devolverle a tu vereda.
De suspensión va muy bien y de frenos… me hubiera gustado algo más de mordiente pero… ¡y a quien no!
La dirección tampoco es un prodigio en “transmisión de datos”, y esto empieza a ser crónico en toda la gama SEAT, teniendo que optar por los deportivos Cupra si te quieres enterar un poco de lo que pasa entre tus ruedas y el asfalto.
Respecto a criterios prácticos vuelvo a alabar el completo equipamiento de este coche y más de esta versión, la cuál por algo más de 14.500 euros lleva desde faros de alumbrado lateral hasta puerto USB, pasando por el control de presión de neumáticos y un muy completo ordenador de abordo. Tanto la capacidad del habitáculo como la del maletero es correcta (y es que no se le puede pedir más a un coche de 4 metros de largo), siendo la bandeja de este último hueco una auténtica porquería que parece comprada en un “Todo a un euro”. También desde el segundo día nos acompañaron una serie de de crujidos interiores que no atinamos a saber de dónde venían, pero eran esporádicos y no especialmente molestos.
Para ir concluyendo diré que aunque este pequeño diesel anda bastante bien, yo me quedo con el 1.4 de gasolina que va “más fino” y consume muy poco más. Además, a igualdad de equipamiento sale casi mil eurillos más barato, que puedo destinar a los faros bixenon y a una de esas pinturas estridentes disponibles para este coche.
NUESTRA NOTA: 7
Cosas a favor
Comportamiento
Equipamiento
Estética
Cosas en contra
Motor rumoroso
Caja de cambios
Calidad de algunos materiales
MOTOR
- Cilindrada: 1.896 c.c.
- Potencia: 90 CV CEE
- Par: 21,4 mkg
- Tracción: delantera
- Caja de cambios: manual 5 velocidades
Dimensiones
- Largo/ancho/alto: 405/169/144 cms
- Peso: 1.100 kgs
- Ruedas: 185/60R15
- Maletero: 284 L
- Cap. Depósito: 45 L
Prestaciones
- Velocidad máxima: 178 km/h
- Aceleración 0-100km/h: 11,8 seg
- Consumo medio oficial: 4,5 l/100kms
Equipamiento
- Equipamiento: ABS, EDB, TCS, ESP, 4 airbags, Hill Holder, control de presión de neumáticos, elevalunas eléctricos delanteros, equipo de audio CD-Mp3 con puerto USB, volante multifunción, climatizador, llantas de aleación, asiento trasero abatible, control de velocidad, faros antiniebla con alumbrado lateral...