by AUTODOMINIS

Prueba del Mercedes Benz E350 Bluetec

Mercedes Benz E350 Bluetec

" Poderoso caballero "

Mercedes recientemente ha actualizado su Clase E a base de pulir detalles e incorporar novedades tecnológicas con el fin de mantenerse tan vigente y tan referente en el segmento de las berlinas de lujo como hasta ahora.


La competencia arrecia, y ahora el nicho de las “berlinas de representación” aglutina un nutrido grupo de exponentes del confort y la tecnología. Así, junto a nuestro protagonista y sus inseparables comparsas –Audi A6 y BMW Serie 5- aparecen modelos que poco a poco han ido mejorando hasta llegar casi a su nivel. Por ejemplo el Lexus GS, el Infiniti M o el Jaguar XF.
Y es que dentro del “subsegmento” del lujo, las “berlinas de representación” o “Executives Saloons” en el mundo anglosajón, tienen una importancia capital dentro de todas las marcas. El éxito de la Clase E de Mercedes a lo largo de sus mil y una reencarnaciones da buena cuanta de ello.
Son coches que destilan cierto aroma de éxito en sus versiones más ambiciosas y apetecibles de ser conducidos por uno mismo, y no como los modelos situados en el escalón siguiente (Clase S, Serie 7 de BMW, Audi A8…), que invitan a contar con los servicios de un chofer.



Sea como fuere, el Clase E hace gala de esa imponente e importante presencia tanto a nivel físico como psicológico. En este restyling del modelo que data de 2010, apenas unas pinceladas en el morro y en la zaga, amén de nuevos equipamientos, han sido suficientes para mantener al gran Clase E lo suficientemente moderno como para plantar cara a sus más recientes competidores.

El frontal ahora es más estilizado. La doble óptica ha dejado paso a una compuesta, en nuestro coche, con Leds por doquier incluidas las luces principales con mucha más prestancia de eficacia en carretera –personalmente me gusta más el dispositivo bixenon ILS que emplean otros modelos de la marca-. La apariencia del coche, dicho sea de paso, irá íntimamente ligada a la terminación que escojamos en el concesionario, Elegance, más elegante, y Avantgarde -la nuestra- más… ¿avangardado?.
Cada acabado conlleva un parachoques y calandra diferenciados, con la estrella sobre el radiador en el primero y encastrada entre dos lamas en el segundo, como veis en las fotos.
De perfil, nuestra unidad de pruebas también gozaba de identidad específica gracias a su paquete deportivo que lo adornaba con una bonitas llantas de 18 pulgadas y unos discos de freno sobredimensionados y perforados en el eje delantero, con pinzas de doble pistón con anagrama Mercedes. Bonitas y eficaces.



En la parte de atrás cambian los grupos ópticos, que siguen siendo de Led pero ahora exhiben un diseño más cuidado, y el parachoques, que como la parte delantera, según sea Elegance o Avantgarde, tienen una estética distintiva. El nuestro llevaba un par de –falsas- salidas de escape trapezoidales cromadas a cada lado que le daban una estampa de lo más contundente.
Sé que a muchos compañeros este paquete Sport sumado a la línea Avantgarde no les ha gustado nada, o no les ha parecido oportuna para un modelo que vende comodidad y lujo. A mí sí que me ha convencido, y no sólo por lo que aporta en el terreno dinámico, sino por la exclusividad de suma al coche, distinguiéndolo de otros Clase E con mecánicas más discretas que ruedan como vehículos de alquiler o exhiben la placa S.P. junto a su matrícula...

Ya en el interior, amplitud, calidad y lujo se dan a partes iguales.
Reconozco que alguno de estos elementos, sobre todo el último, viene dado por el grosor de tu talonario y tu dadivosidad a la hora de elegir equipamiento adicional, sin embargo, al menos la amplitud sí que es de serie.
En sus plazas delanteras dos enormes sillones acogerán a conductor y copiloto cualesquiera que sean sus tallas. Son más cómodos que recogidos, pues carecen de una buena sujeción lateral, pero resultan casi ideales para largos viajes a cruceros “tranquilos”. Y son casi ideales y no ideales del todo porque les falta mullido. Creo que Mercedes ha escatimado en la gomaespuma de su interior más de lo que debe.

Porque no nos engañemos, por mucho modelo de lujo de una marca de lujo que sea, la economía de escala manda y si es posible ahorrar medio euro por coche, se hace. Lo digo por la calidad de su interior. La cual en absoluto es mala, de hecho, es buena o muy buena, pero no tan excelente como en Mercedes de hace diez años. Parece mejor de lo que es, sin duda, pero hay algún plástico duro que desentona el conjunto.
Claro, que esos detalles “reguleros” llaman más la atención, por contraste, cuando llevas un impecable salpicadero forrado en cuero y unos preciosos detalles de aluminio pulido por doquier.
Volviendo a puesto de conductor, la ergonomía es muy buena. El acomodo se logra en cuestión de segundos y todo queda a la vista y al alcance de la mano. Quizá lo menos logrado sea el climatizador, por estar muy bajo, pero el resto está muy bien pensado.

El cuadro, en esta versión 2013, ha perdido el reloj analógico –que ahora encontramos entre los aireadores de la consola central- y el dial de temperatura del motor, que ahora se ofrece de manera digital.
Pero ha ganado limpieza, vistosidad y funciones interesantes del ordenador de a bordo calado con acierto en el velocímetro. Desde él se controlan todos los parámetros del coche con sorprendente sencillez a través de los mandos del volante.
Un volante que en acabado Avantgarde y con paquete Sport es de tres brazos, un poquito más grueso que de costumbre e incorpora levas para el cambio “pseudomanual”.



Hablando de cambios, la palanquita selectora tras el aro por mucho que guste allende el Atlántico a mí me parece un asco. En gran parte es una cuestión personal, pero no en la parte que obedece a su accionamiento en maniobras, donde se muestra poco intuitiva, lenta y hasta frágil.
El freno de mano de pedal lo perdono, es más, lo elijo antes que los de botón eléctricos tan en boga, que tardan una eternidad en bloquear las ruedas traseras y en algunos modelos han dado muestras de fallos prematuros.
Lo que sí es un acierto es la reubicación en el volante del control de velocidad. Antes (y no sólo en la Clase E) se corría el riesgo de poner el “cruise control” por error a la hora de accionar los intermitentes. Ahora no, actualmente sólo existe una piña a la izquierda, eliminando el peligro de confusión.

Ya en la mitad del salpicadero, aunque ligeramente orientado hacia el conductor, encontramos la pantalla de sistema multimedia, las toberas de ventilación con el bonito reloj en medio antes aludido, el equipo de música, una nueva botonera cromada mucho mejor integrada, y el climatizador bizona.
Entre los asientos, huecos, posavasos y guanteras, pues al no haber ni palanca de cambios ni freno de manos que estorben, la zona queda diáfana.
Sí que hay un mando redondo al alcance de nuestra mano cuando apoyamos el brazo en el apoyabrazos. Es la interpretación de Mercedes del iDrive/MMi de otras marcas. Es fácil de manejar a través de su mecanismo de rosca, y contempla dos imprescindibles botones, el de “salir” y el de “me he perdido, volvamos a empezar” –inicio-.

Las plazas de atrás disfrutan de las dimensiones del coche tanto como las delanteras.
Son amplias para tres, luminosas –el acabado claro de la tapicería ayuda- y confortables.
El túnel de transmisión en medio es el único obstáculo a salvar, pero el pasajero que tope con él tiene margen de maniobra a los lados para ubicar sus pies.
También es muy buena la altura y, si como ha sido nuestro caso, dispones de climatizador trizona, la estancia en estas plazas será más que agradable.
El hueco reservado al maletero también es considerable. Cubica 540 litros reales, y con ese dato en la mano, se convierte en el mayor del segmento con clara ventaja respecto a su competencia. Y eso que aún no habiendo rueda de repuesto, su hueco queda ocupado por el depósito “addblue” –un tipo de urea-, baluarte de la limpieza de su tecnología.
La boca de carga es amplia y el mecanismo no obstruye en exceso el hueco. Eso sí, ojo con el resorte de apertura de la tapa, pues sus muelles son tan potentes que pueden llegar a saltarte los dientes a nada que no estés atento.



Visto el coche parado, es imperativo ponerlo a rodar para verificar que no pierde su “poderío”.
Desde el primer giro de motor, queda claro que es un “tope de gama”. Por muy buenos que sean los bloques tetracilíndricos de 2.143 c.c. que animan las versiones 200, 220 y 250 CDi, ninguno alcanza el refinamiento de este 6 cilindros en V.
Aunque lo esperaba más silencioso, su rumor –porque no se le puede llamar ruido- apenas nos llega al interior como un eco lejano, muy amortiguado por su excelente aislamiento. Por supuesto no hay ninguna vibración, ni dentro ni fuera del coche.

El Mercedes, con la D seleccionada en su mando-bastoncillo de cambio, se mueve con indolencia. Pisa firme, pisa seguro y parece mirar por encima del hombro al resto del tráfico. No hay reacciones extrañas, no hay movimientos parásitos, no hay saltos ni rebotes. Lo único que hay es un fluir cómodo y lineal, brindado por un motor potente y elástico y una caja de cambios 7G-Tronic de funcionamiento magistral. Muy suave y precisa. La calidad de amortiguación de nuestro coche, con un tarado “deportivo” hace equilibrios en el filo del confort, balanceándose quizá más del lado de la comodidad que de la eficacia, como no pudiera ser de otra manera. Si hay algún bache que se transmite a de manera seca a nuestras nalgas, será más culpa del bajo perfil del neumático que del fino trabajo de la suspensión.



El motor empuja con solvencia pero sin alardes. De hecho, sin mirar al cronómetro ni al velocímetro, yo al inicio de la prueba habría jurado que sus cifras de prestaciones oficiales estaban más que “edulcoradas”. Pero no. Si no las hemos igualado, lastrados sin duda por los enormes rodillos traseros de 265 de sección, ha sido por décimas. Y es que el E350 corre mucho más de lo que parece. Y todavía lo haría mucho más si su cambio contemplara un modo manual de verdad, porque incluso en modo Sport y accionamiento con levas, el modo automático toma el mando pasando a una marcha superior si considera que vas “pasado de vueltas”. De la misma manera, no te deja reducir “a capón” cuando a ti se te antoje. Por ello mejor dejar el dispositivo en modo normal o disfrutar de lo oportuno de su gestión en modo deportivo, accionable a golpe de botón y que saca mayor partido al motor sin medra de su confort… ni de su economía de uso.

Una economía que por otro lado, tampoco es para echar cohetes. Nosotros hemos sido incapaces de bajar de los 8,4 litros a los 102kms recorridos en modo normal y con modo ECO (que opera sobre el fantástico start&stop) activado. Esta medida no sólo lo aleja del 5,6 l/100kms homologado, sino que incluso lo aleja de los 8 de media de la categoría (media rebajada en base a los extratosféricos 6,9 l/100kms que en su día medimos con el BMW 530d). Lo bueno es que tiene depósito de 80 litros.



Pero claro, el Mercedes no es un coche ligero, y con 252CV -261 en banco de rodillos-… no esperemos consumos de Golf Tdi.
Más cuando montamos el paquete deportivo y sus grandes ruedas, las cuales, como suele ser habitual, han reducido un 6% los datos oficiales respecto a distancia de frenado en suelo seco (aunque algo de culpa también tendrán sus grandes frenos), y nos han permitido una velocidad de paso por curva más allá de lo que a nadie se le ocurriría probar en este modelo. Quisimos ver cuánto E63 AMG había en este diesel 350…
En ciudad la visibilidad del coche es muy buena y su buen radio de giro asistido por una dirección paramétrica tirando a blanda resulta una bendición. La cámara de visión trasera con guiado dinámico es practiquísima.
El paquete de control de carril con advertencia de objetos en el ángulo muerto opera, asimismo, con fenomenal eficacia.

Pero lo uno, lo otro y lo de más allá, es opcional, lo que nos lleva, para ir cerrando la prueba, al difícil apartado del coste del coche.
Mercedes nos habla de 59.550 euros de coste de adquisición de este modelo. En línea, quizá algo más caro, con el coste de sus inmediatos rivales. Pero claro, por ese precio te llevas el E350BT básico, que poco o nada tiene que ver con el que ves en nuestra imágenes, un automóvil cuyos opcionales elevan su precio a, sujétate a la silla, 74.500 euros. Eso llevando aún un buen puñado de botones del salpicadero vacíos de función.
Y es que las opciones son demasiado caras. Lo que abunda en la diferencia con rivales de su categoría.



Es una pena porque este coche no merece menos. Pero su precio bien completo de dotación lo acerca demasiado a lo que pudiera ser un Clase S de kilómetro cero.
Pero bueno, seguramente quien compra este coche no busca el ahorro de manera denodada, y puede disfrutar configurando un gran vehículo a golpe de talonario. Y es que poderoso caballero es este Mercedes… y Don Dinero.




NUESTRA NOTA: 7.5
Valoracion prueba 7.5
Cosas a favor

Confort de marcha
Conjunto motor/cambio
Interior y maletero muy amplios

Cosas en contra

Dotación de serie escasa y opciones caras
Comportamiento supeditado a equipo opcional
Consumo algo elevado

motor
MOTOR
  • Cilindrada: 2.987 c.c.
  • Potencia: 252 CV CEE
  • Par: 63,2 mkg
  • Tracción: trasera
  • Caja de cambios: automática 7 velocidades
dimensiones
Dimensiones
  • Largo/ancho/alto: 487/185/144 cms
  • Peso: 1.885 kgs
  • Ruedas: 245/40R18-265/35R18 (op.)
  • Maletero: 540 l
  • Cap. Depósito: 80 l
prestaciones
Prestaciones
  • Velocidad máxima: 250 km7h
  • Aceleración 0-100km/h: 7,3 seg
  • Consumo medio oficial: 5,6 l/100kms
equipamiento
Equipamiento
  • Equipamiento: ABS, BAS, EDB, ESP, 6 airbags + airbag de rodilla conductor, Hill Holder, asientos delanteros semieléctricos, reposacabezas activos, bluetooth, attention assist, testigo de presión de neumaticos, climatizador bizona, control y limitador de velocidad, volante multifunción, retrovisores eléctricos abatibles, sensor de lluvia...

"Bonus Gallery"
Fotografías del Mercedes Benz E350 Bluetec

  • Bluetec o El Artista antes conocido como CDi...

    Bluetec o El Artista antes conocido como CDi...
  • Climatizador independiente para las plazas traseras. Un extra de mil euros

    Climatizador independiente para las plazas traseras. Un extra de mil euros
  • Los escapes reales tienen un tamaño mucho más discreto que el sugerido por su embellecedor externo

    Los escapes reales tienen un tamaño mucho más discreto que el sugerido por su embellecedor externo
  • ¿Aceleración de dragster? ¿El cadáver de Barry White en el maletero? No. simplemente un cambio de rasante inoportuno

    ¿Aceleración de dragster? ¿El cadáver de Barry White en el maletero? No. simplemente un cambio de rasante inoportuno
  • Muy bonito y trabajado el diseño de los pilotos Led completos

    Muy bonito y trabajado el diseño de los pilotos Led completos
  • Grandes llantas, frenos sobredimensionados y perforados con pinza de doble pistón y logo grabado. De serie con el paquete deportivo

    Grandes llantas, frenos sobredimensionados y perforados con pinza de doble pistón y logo grabado. De serie con el paquete deportivo
Curro San Miguel.com
Equipo C
Francisco -Curro- San Miguel (Editor), Marisa Castre (Directora de Contenidos), Manuel dCP, F. David Arós, Michael D. Hesse, David S. Pareja (Colaboradores), Roberto Sanjuan (Webmaster).