Chevrolet Cruze 1.7VDCi 5p LS+
" Apostar sobre seguro "
Si algo le faltaba al Chevrolet Cruze era una versión 5 puertas que lo situase en lid con los compactos de su categoría. Pues aquí está, y con ella viene un nuevo motor diesel de acceso que resulta ser ya un viejo conocido.
Quizá el Cruze en su versión 4 puertas no ha disfrutado de todo el éxito que merece. Y mira que es buen producto. Sin embargo su único problema venía de no disponer de una carrocería más versátil como lucen sus rivales en nuestro mercado. Y es que los compactos de tres volúmenes siempre han tenido poco público en este país (que se lo digan al Fiat Línea, Astra Sedán, y al antiguo C4 berlina –sí, aunque tú no vieras ninguno en realidad se vendía-).
Bien, pues en Chevrolet, contando con la base del Opel Astra, lo tenían fácil: Recortamos, quitamos tapa de maletero y ponemos portón sin más modificación ni drama. Por cierto que también, puestos a trastear con la carrocería, les ha salido una versión familiar con un maletero enorme que se pondrá a la venta tras el verano.
Por otro lado, aprovechando la novedad, la marca americana (digan lo que digan de su “tufillo coreano” Chevy siempre fue Made in USA) ha echado mano de la familia de motores GM montados en Opel y se ha decidido por incorporar a su gama el 1.7VDCi de 130CV, con Start & Stop y todo, ofreciendo una alternativa más económica de mantener que el 2.0VDCi de 163CV que hasta ahora era el único gasoil disponible para el modelo. Y digo económico de mantener porque en función de una peculiar política de precios, no es más barato de adquirir que el modelo más potente. Es más, a igualdad de equipamiento (LT+) vale lo mismo: 19.035 euros, con una campaña promocional en ambos casos con 3.000 euros de descuento que lo deja en una cuantía (16.035 euros) muy alejada, por lo bajo, de su competencia.
Por lo que no se si realmente merece la pena apostar por la versión de 1.7 litros, ya que el ahorro de combustible apenas se cifra en un litro a los 100 kms respecto a su hermano mayor, pero bueno, es cierto que el seguro sale más barato… y poco más.
Por otra vertiente, por la de las prestaciones, este 1.7 tampoco le tiene nada que envidiar al bloque de dos litros.
Asociado a un cambio de 6 velocidades de desarrollos bien medidos, el pequeño mil setecientos resulta incluso más suave y su potencia es más que de sobra para garantizar cruceros sostenidos por encima de la legalidad sin despeinarse, y ser “más que un cruce un pura raza” a la hora de adelantar dado el ritmo del tráfico actual.
Su pisada es franca y sólo la enturbia un tacto de dirección excesivamente blanco que nos hará corregir la trayectoria en alguna ocasión más por exceso que por defecto.
Este defecto, como siempre, en ciudad se convierte en virtud, donde también los 9 cms que pierde de voladizo trasero respecto a la versión 4 puertas nos facilitan las maniobras y el encontrar sitio en espacios más reducidos. En este entorno también operará con primor el sistema automático de detención y puesta en marcha del motor. Su S&S no es, desde luego, de los más refinados del segmento, pero su funcionalidad sigue siendo la misma. El ahorro que se logra con dicho elemento es prácticamente marginal (del orden de 0,1 litros a los 100 kms de media en uso mixto), pero algo es algo y los fabricantes a la hora de homologar consumos les viene de “perillas”. Por cierto se puede desconectar pulsando el botón “Eco” junto a la palanca de cambios.
Nuestro Cruze, entre pitos y flautas, se conformó con 6,2 litros a los 100. Por cierto que el ordenador de a bordo peca de fatalista (marca de más) y el sistema de aviso de la reserva, cuando aún quedan 80 kilómetros de autonomía, llega a ser exasperante.
Del equipo de suspensión y frenos no hay queja. Los primeros soportan el uso normal del coche marcando distancias de frenado en la media, y sobre lo segundo decir que el Cruze cuenta con una suspensión cómoda aunque firme.
Hablando ahora de su configuración 5 puertas, aquí sólo encontramos ventajas.
Como la batalla no se ha tocado, el espacio interior sigue siendo el mismo ahora sumando un gran maletero de fácil y cómodo acceso a través de portón.
En las plazas delanteras el ambiente es el típico del los Chevrolet de la nueva era: parecen Opel “low cost”. Pero permitidme aquí aclarar que este y otros coches de la marca realmente cuestan menos de lo que en realidad aparentan.
Es verdad que los plásticos son duros en su mayoría y los ajustes no son milimétricos. Pero ello también lo he podido apreciar en coches como mínimo 3.000 euros más caros, por lo que tampoco se lo voy a tener en cuenta.
Desde el puesto del conductor todo está a mano, la instrumentación es clara, la visibilidad buena y hay huecos y agujeritos apropiadamente distribuidos por el interior. Todavía no se para qué es el que se encuentra frente a la palanca de cambios, pues no he conseguido meter nada que cupiera o algo que una vez dentro se estuviera quieto.
La postura al volante es ligeramente elevada para mi gusto, pero lo que sin duda más me disgusta es lo estrecho de la banqueta. De esta guisa, no es un coche apto para tallas grandes. Y eso que luego el respaldo sí que recoge mejor la espalda. Tampoco me ha satisfecho la calidad de la radio de serie. Tiene 6 altavoces conexión USB y tal, pero su amplificador dudo que erogue más de 15 vatios de potencia. Lo contrario le pasa al climatizador, también de serie, cuya potencia de refrigeración lo hace perfecto como congelador auxiliar o criadero de pingüinos. Lo malo es que es ruidoso, pero bueno, todo no se puede tener.
Gracias a su potencia tampoco se echan de menos salidas de aire en las plazas traseras, las cuales, como en la versión 4 puertas, disfrutan de unas cotas aceptables pero en cierto modo insuficientes para alojar tres adultos en su interior.
Tampoco la nueva configuración de cinco puertas logra una sensible mayor altura al techo, la cual es ya bastante buena.
El maletero, sin duda, es lo mejor. De buen acceso y formas regulares se traga lo que le eches en su interior. Hay ganchitos a los lados, pero puesto que el fondo queda más bajo de lo que nos marca la línea de carga, estos soportes se quedan un poco altos obligando a viajar en vilo a las bolsas del súper. Según el acabado nos correspondía una red de carga, pero en nuestro coche no venía. Y por cierto, tampoco hay rueda de repuesto. Tan sólo el mísero y manido kit reparapichazos.
Con la tapa cerrada vemos cómo el departamento de diseño de Chevrolet ha echado el resto. Entre unas ópticas rediseñadas y un cristal abombado encontramos unos listones de plástico que a modo del nuevo Honda Civic (bajo sus pilotos traseros) prometen sumar enteros a la eficacia aerodinámica.
Entre eso, las bonitas llantas de serie y color rojo rubí el coche sin ser bonito, tampoco destaca por feo.
En verdad el Cruze destaca por muchas cosas siendo muy pocas negativas.
Amén de su precio de derribo, su agradable rodar, su buena capacidad y lo correcto del rendimiento de mueve el conjunto, queda por comentar su extensísimo equipamiento de serie. A excepción del sensor de luces y limpias (reservado para el acabado LTZ) en este LT+ no falta de nada, siendo quizá la variante que más interesa.
¿Pero interesa pagar lo mismo para llevarse menos bajo el capó?
Eso es una cuestión personal. La respuesta se podría resumir en si quieres que tu coche ahorre o corra, pero es que el 1.7 como ya he dicho no se queda corto en prestaciones y el 2.0 tampoco consume mucho más. Sin duda la carrocería es todo un acierto, pero la igualdad de precio entre una y otra mecánica sembrará las dudas en la mente de más de uno. El 1.7VDCi apuesta sobre seguro, mientras que al 2.0VDCi… no le gusta el juego.
Yo, si me tengo que mojar –y ya dije que aquí estamos para eso- es probable que optara por el más pequeño. Esa gotita menos de consumo y esa gotita más de suavidad pueden inclinar la balanza a su favor… dos milímetros y medio.
Bien, pues en Chevrolet, contando con la base del Opel Astra, lo tenían fácil: Recortamos, quitamos tapa de maletero y ponemos portón sin más modificación ni drama. Por cierto que también, puestos a trastear con la carrocería, les ha salido una versión familiar con un maletero enorme que se pondrá a la venta tras el verano.
Por otro lado, aprovechando la novedad, la marca americana (digan lo que digan de su “tufillo coreano” Chevy siempre fue Made in USA) ha echado mano de la familia de motores GM montados en Opel y se ha decidido por incorporar a su gama el 1.7VDCi de 130CV, con Start & Stop y todo, ofreciendo una alternativa más económica de mantener que el 2.0VDCi de 163CV que hasta ahora era el único gasoil disponible para el modelo. Y digo económico de mantener porque en función de una peculiar política de precios, no es más barato de adquirir que el modelo más potente. Es más, a igualdad de equipamiento (LT+) vale lo mismo: 19.035 euros, con una campaña promocional en ambos casos con 3.000 euros de descuento que lo deja en una cuantía (16.035 euros) muy alejada, por lo bajo, de su competencia.
Por lo que no se si realmente merece la pena apostar por la versión de 1.7 litros, ya que el ahorro de combustible apenas se cifra en un litro a los 100 kms respecto a su hermano mayor, pero bueno, es cierto que el seguro sale más barato… y poco más.
Por otra vertiente, por la de las prestaciones, este 1.7 tampoco le tiene nada que envidiar al bloque de dos litros.
Asociado a un cambio de 6 velocidades de desarrollos bien medidos, el pequeño mil setecientos resulta incluso más suave y su potencia es más que de sobra para garantizar cruceros sostenidos por encima de la legalidad sin despeinarse, y ser “más que un cruce un pura raza” a la hora de adelantar dado el ritmo del tráfico actual.
Su pisada es franca y sólo la enturbia un tacto de dirección excesivamente blanco que nos hará corregir la trayectoria en alguna ocasión más por exceso que por defecto.
Este defecto, como siempre, en ciudad se convierte en virtud, donde también los 9 cms que pierde de voladizo trasero respecto a la versión 4 puertas nos facilitan las maniobras y el encontrar sitio en espacios más reducidos. En este entorno también operará con primor el sistema automático de detención y puesta en marcha del motor. Su S&S no es, desde luego, de los más refinados del segmento, pero su funcionalidad sigue siendo la misma. El ahorro que se logra con dicho elemento es prácticamente marginal (del orden de 0,1 litros a los 100 kms de media en uso mixto), pero algo es algo y los fabricantes a la hora de homologar consumos les viene de “perillas”. Por cierto se puede desconectar pulsando el botón “Eco” junto a la palanca de cambios.
Nuestro Cruze, entre pitos y flautas, se conformó con 6,2 litros a los 100. Por cierto que el ordenador de a bordo peca de fatalista (marca de más) y el sistema de aviso de la reserva, cuando aún quedan 80 kilómetros de autonomía, llega a ser exasperante.
Del equipo de suspensión y frenos no hay queja. Los primeros soportan el uso normal del coche marcando distancias de frenado en la media, y sobre lo segundo decir que el Cruze cuenta con una suspensión cómoda aunque firme.
Hablando ahora de su configuración 5 puertas, aquí sólo encontramos ventajas.
Como la batalla no se ha tocado, el espacio interior sigue siendo el mismo ahora sumando un gran maletero de fácil y cómodo acceso a través de portón.
En las plazas delanteras el ambiente es el típico del los Chevrolet de la nueva era: parecen Opel “low cost”. Pero permitidme aquí aclarar que este y otros coches de la marca realmente cuestan menos de lo que en realidad aparentan.
Es verdad que los plásticos son duros en su mayoría y los ajustes no son milimétricos. Pero ello también lo he podido apreciar en coches como mínimo 3.000 euros más caros, por lo que tampoco se lo voy a tener en cuenta.
Desde el puesto del conductor todo está a mano, la instrumentación es clara, la visibilidad buena y hay huecos y agujeritos apropiadamente distribuidos por el interior. Todavía no se para qué es el que se encuentra frente a la palanca de cambios, pues no he conseguido meter nada que cupiera o algo que una vez dentro se estuviera quieto.
La postura al volante es ligeramente elevada para mi gusto, pero lo que sin duda más me disgusta es lo estrecho de la banqueta. De esta guisa, no es un coche apto para tallas grandes. Y eso que luego el respaldo sí que recoge mejor la espalda. Tampoco me ha satisfecho la calidad de la radio de serie. Tiene 6 altavoces conexión USB y tal, pero su amplificador dudo que erogue más de 15 vatios de potencia. Lo contrario le pasa al climatizador, también de serie, cuya potencia de refrigeración lo hace perfecto como congelador auxiliar o criadero de pingüinos. Lo malo es que es ruidoso, pero bueno, todo no se puede tener.
Gracias a su potencia tampoco se echan de menos salidas de aire en las plazas traseras, las cuales, como en la versión 4 puertas, disfrutan de unas cotas aceptables pero en cierto modo insuficientes para alojar tres adultos en su interior.
Tampoco la nueva configuración de cinco puertas logra una sensible mayor altura al techo, la cual es ya bastante buena.
El maletero, sin duda, es lo mejor. De buen acceso y formas regulares se traga lo que le eches en su interior. Hay ganchitos a los lados, pero puesto que el fondo queda más bajo de lo que nos marca la línea de carga, estos soportes se quedan un poco altos obligando a viajar en vilo a las bolsas del súper. Según el acabado nos correspondía una red de carga, pero en nuestro coche no venía. Y por cierto, tampoco hay rueda de repuesto. Tan sólo el mísero y manido kit reparapichazos.
Con la tapa cerrada vemos cómo el departamento de diseño de Chevrolet ha echado el resto. Entre unas ópticas rediseñadas y un cristal abombado encontramos unos listones de plástico que a modo del nuevo Honda Civic (bajo sus pilotos traseros) prometen sumar enteros a la eficacia aerodinámica.
Entre eso, las bonitas llantas de serie y color rojo rubí el coche sin ser bonito, tampoco destaca por feo.
En verdad el Cruze destaca por muchas cosas siendo muy pocas negativas.
Amén de su precio de derribo, su agradable rodar, su buena capacidad y lo correcto del rendimiento de mueve el conjunto, queda por comentar su extensísimo equipamiento de serie. A excepción del sensor de luces y limpias (reservado para el acabado LTZ) en este LT+ no falta de nada, siendo quizá la variante que más interesa.
¿Pero interesa pagar lo mismo para llevarse menos bajo el capó?
Eso es una cuestión personal. La respuesta se podría resumir en si quieres que tu coche ahorre o corra, pero es que el 1.7 como ya he dicho no se queda corto en prestaciones y el 2.0 tampoco consume mucho más. Sin duda la carrocería es todo un acierto, pero la igualdad de precio entre una y otra mecánica sembrará las dudas en la mente de más de uno. El 1.7VDCi apuesta sobre seguro, mientras que al 2.0VDCi… no le gusta el juego.
Yo, si me tengo que mojar –y ya dije que aquí estamos para eso- es probable que optara por el más pequeño. Esa gotita menos de consumo y esa gotita más de suavidad pueden inclinar la balanza a su favor… dos milímetros y medio.
NUESTRA NOTA: 8
Cosas a favor
Motor agradable y solvente
Relación precio/equipamiento inmejorable
Maletero grande y aprovechable
Cosas en contra
Asientos pequeños
Dirección extra suave
Start & Stop poco refinado
MOTOR
- Cilindrada: 1.686 c.c.
- Potencia: 130 CV CEE
- Par: 30,6 mkg
- Tracción: delantera
- Caja de cambios: manual 6 velocidades
Dimensiones
- Largo/ancho/alto: 451/179/147 cms
- Peso: 1.429 kgs
- Ruedas: 205/50R16
- Maletero: 450 l
- Cap. Depósito: 60 l
Prestaciones
- Velocidad máxima: 200 km/h
- Aceleración 0-100km/h: 10,1 seg
- Consumo medio oficial: 4,5 l/100kms
Equipamiento
- Equipamiento: ABS, EDB, ESP, TCS, 6 airbags, asiento trasero abatible por partes, climatizador, radio premium con interfaz usb y mp3, portagafas, sensor de aparcamiento trasero, faros antiniebla, guantera con llave, llantas de aleación de 16", spoiler trasero...