by AUTODOMINIS

Prueba del Citroen DS4 THP200 Sport

Citroen DS4 THP200 Sport

" Mejorando lo presente "

Que el Citroen C4 es un gran compacto ya muy pocos lo discuten. Que aún así, se podría mejorar, tampoco. Y que Citroen, con su línea DS es capaz de dar ese plus de personalidad tan buscado hoy en día… queda patente en coches como este.




Cuando los de la prensa del motor fuimos llamados a la presentación de DS4 creíamos ya saber lo que íbamos a ver. La versión “pija” del C4 y poco más, pues la marca había preferido dejar sin versión de 3 puertas a su compacto, por no quitarle ventas al DS3 y parapetados tras unas cifras de ventas de su predecesor con esta carrocería más bien discretas.

Sin embargo, una vez allí, con el coche delante y sus responsables a su lado, esta afirmación tenía truco. Por activa y por pasiva nos insistieron que este DS4 había sido concebido como un cupé… con dos puertas auxiliares. Una manera de satisfacer a todos… o de dejarnos a medias, como yo les dije. Pero la idea de este coche está clara en cuanto lo analizamos en detalle: es un 3+2 puertas, y así es como merece ser analizado.



Porque ya visto desde fuera, observando su perfil, se aprecia la desproporción entre sus grandes puertas delanteras y sus pequeñas portezuelas traseras, que además disimulan su apertura con un tirador camuflado en el marco de la ventanilla.
También es notable el aumento de la altura de la carrocería buscando… no sé qué la verdad, tal vez el poder contar con ruedas de enormes dimensiones, pues hasta las de 18 pulgadas de serie en nuestra unidad de pruebas se quedaban pequeñas en el hueco (hay en opción otras de 19”). En torno a este elemento, diré que me gusta el músculo en sus pasos de rueda y el casi preciosismo del que hace gala la marca gala a la hora de situar con maestría cromados, líneas de fuerza, pliegues y logotipos. Como también celebro que, aunque la base sea la de un Citroen C4, se hayan modificado sus medidas, resultando un coche más corto, más alto y más ancho. Y lo celebro porque es un detalle que le aporta una personalidad independiente del modelo del que deriva… y lo acerca a la versión coupé que pretende ser. El detallito de la iluminación LED delantera y trasera tiene encanto.

El frontal es quizá el aspecto en el que más se asemeja a su hermano de Citroen, a pesar de una parrilla más trabajada, y la zaga se muestra más redonda y contundente, pero pide a gritos, más en esta motorización, prescindir de los embellecedores de los bajos del parachoques y sacar una doble salida de escape cromada de verdad al estilo DS3. Los tubos a la vista, que la moda del churro bajo el paragolpes ya está superada, hombre.



Pasamos al interior por la puerta del conductor y tan sólo la profusión de materiales de extraordinaria calidad nos separa de un C4. El DS es como el Citroen de alguien que no ha escatimado en la lista de opciones. Buen cuero, buenos plásticos, y aceptables inserciones en el salpicadero (este punto todavía hay que trabajarlo más). El equipamiento, a tope y todo de serie en este acabado Sport.



El puesto de mando es cómodo con unos asientos de gran factura con mil regulaciones eléctricas, con calefacción y masaje. El volante, “ovoide”, disfruta de un buen forro en cuero con un agarre excelente. Quizá cuenta con demasiados mandos, y muchos de ellos de manejo delicado. El cuadro mixto digital/analógico es completo y de fácil lectura. Lo de que cambie de color estaría genial si no fuera porque tan sólo cubre el espectro entre el blanco y el azul, es decir, blanco, azul clarito, azul, azul oscuro, y azul marino. Es poco, pero el detalle se agradece. Lo de cambiar los tonos de aviso me ha divertido más.



La consola central está bien organizada, con los botones justos, de buen tacto y accionamiento instintivo. Echo de menos el ambientador integrado.
Las puertas tienen buenos huecos y, como este coche cuenta con freno de mano por botón, tras la palanca de cambios y dicho accionador, contamos con un posabrazos con un notable hueco en su interior.
La visibilidad es sobresaliente hacia delante con un parabrisas muy tendido que aporta luminosidad al interior (es “medio panorámico”, pudiendo retraer un trozo de techo para ver el cielo), también hacia los lados con unos retrovisores bien dimensionados y hacia atrás… pues no es tan estupenda.

Hablando de atrás, vamos a cambiar de plazas.
Abrimos una de las puertas de atrás de este cupé (por contradictorio que parezca) y con el estrecho paso que dejan y guardándonos muy-mucho de no apuñalarnos con el pico del extremo de su marco accedemos al interior. Efectivamente, una vez sentados, nos sentimos más en las entrañas de un 2+2 que en las de un compacto corriente y moliente.



Las ventanillas no se abren, el espacio no sobra en ninguna cota y aunque el coche está homologado para 5 plazas, tres atrás no viajarán cómodos. Si a ello le sumamos el “tinte del bueno” que ostentan sus ventanillas y la ausencia de salidas de aire, lo que tenemos aquí es, efectivamente, la zaga de un coche de dos puertas al estilo de la vieja escuela. Algunos compañeros critican esta configuración, quizá porque aún piensan que todo lo que tenga puertas atrás ha de ser una berlina. No sé, pero yo opino que este automóvil es fiel al espíritu con el que fue creado. Otra cosa ya es que me trague que el Passat CC es un cupé y el Mercedes CLS otro tanto de lo mismo. El límite hay que ponerlo en algún sitio y yo, como conductor de coches 2+2 desde hace la intemerata, lo pongo en este DS4 que puedo comparar a un Hyundai Veloster, del que luego hablaremos.
Acabando con el interior, añadir que el maletero es suficiente. Teniendo en cuenta que aloja el enorme subwoofer Bosé en su interior… el espacio que deja diáfano es aceptable.



Ahora toca rodar y rodar.
Bajo el capó tenemos el 1.6THP de 200CV con un funcionamiento y rendimiento para hacerle la ola. Es, sin duda, el propulsor tetracilíndrico de pequeña cilindrada más satisfactorio que he probado en los últimos tiempos. ¿Su principal defecto? Que suena como un anciano asmático al ralentí. Puede que en este coche sí valiera la pena invertir en un sistema de reverberación análogo al que monta el Peugeot RCZ bajo su salpicadero, que resulta adictivo sin llegar a ser molesto. No sé, que le den una vuelta en Citroen.

Por lo demás, no hay otra queja.
Asociado a un cambio de 6 marchas manual “guarrindongo” made in PSA los 200CV del propulsor mueven la carrocería del DS4 con pasmosa sencillez, marcando unas prestaciones puras más que notables, unas cifras de recuperación buenas y un consumo… de 7,6 litros de media a los 104 kms recorridos en estrictas condiciones de tráfico real. Fantástico.



No hay baches en la entrega de potencia y par, y si bien por debajo de las 1.275 rpm no hay donde rascar, el DS4 es capaz de subir de revoluciones sin miedo para explotar en el entorno de las 5.500 vueltas. Muy arriba, sí, pero el máximo par ya lo tenemos disponible desde las 1.750 revoluciones.

Con todo, el DS4 rueda rápido sobre cualquier trazado.
El aplomo se mantiene intacto comparado con el C4, a pesar de contar con una carrocería elevada, lo que podría contribuir a inclinar el coche más de lo deseado en curvas cerradas, es por ello que se ha endurecido la suspensión haciéndolo tan estable como su hermano pero un punto más incómodo.
El chasis muestra un comportamiento muy neutro incluso buscando sus límites y la dirección y los frenos no destacan sobre el conjunto pero tampoco desentonan.
En tráfico urbano el DS4 solamente queda lastrado por su comprometida visibilidad trasera, pero maniobra bien y resulta grato de conducir, sobre todo por el ambiente tan logrado de su interior. El “medidor de huecos de aparcamiento” –de serie- se ha revelado bastante preciso en su funcionamiento.

Todo lo dicho por 28.290 euros. Sin ser barato, lo que te llevas por ese precio no es poco. A saber: un cupé con un punto de exclusividad y dos puertas traseras, un motor fantástico y un equipamiento de serie completísimo que se puede redondear con unos opcionales ofertados a un precio más que competitivo (recomiendo los faros bixenon adaptativos por 950 euros). Su principal competidor en el mercado lo podemos encontrar en el antes mencionado Hyundai Veloster, que es un cupé con una puertecilla a un lado a imitación del Mini Clubman, pero su –inicialmente- pobre gama de motores –sólo hay uno- y un precio un pelín más elevado se lo ponen difícil. Otros, como el tremendamente atractivo Opel Astra GTC, carecen de ese plus de puertas traseras (y su motor gasolina 1.6T de 180CV es bastante “tragón”). El C4, por su parte, se planta en el THP de 156CV a nivel de motores, y en estética también queda atrás.
Peugeot, eliminó inexplicablemente su 308 de 3 puertas y las marcas Premium (que hay que ver dónde queda su marchamo Premium comparadas con este “humilde Citroen”…) dan menos por más.



Así las cosas el DS4 1.6THP 200 Sport mejora todo lo bueno del C4, y añade una buena dosis de Chic francés que satisfará plenamente a compradores originales y con estilo que busquen un cupé distinto bien motorizado y aceptablemente práctico.


NUESTRA NOTA: 9
Valoracion prueba 9
Cosas a favor

Fantástico motor
Diseño muy cuidado
Equipamiento de serie

Cosas en contra

Sonido del motor
Visibilidad trasera
Mandos en el volante

motor
MOTOR
  • Cilindrada: 1.598 c.c.
  • Potencia: 200 CV CEE
  • Par: 28 mkg
  • Tracción: delantera
  • Caja de cambios: manual 6 velocidades
dimensiones
Dimensiones
  • Largo/ancho/alto: 427/181/152 cms
  • Peso: 1.391 kgs
  • Ruedas: 225/45R18
  • Maletero: 359 l
  • Cap. Depósito: 60 l
prestaciones
Prestaciones
  • Velocidad máxima: 235 km/h
  • Aceleración 0-100km/h: 7,9 seg
  • Consumo medio oficial: 6,4 l/100kms
equipamiento
Equipamiento
  • Equipamiento: ABS, BAS, EDB, ESP, TCS, Hill Holder, 6 airbags + airbag de rodilla para el conductor, climatizador bizona, bluetooth, control y limitador de velocidad, parktronic con medidor de huecos, luces diurnas led, sensor de luces y limpias, avisador objetos ángulo muerto, llantas de 18", asientos con masaje...

"Bonus Gallery"
Fotografías del Citroen DS4 THP200 Sport

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