Subaru Trezia 1.4D Limited
" Un poquito de Subaru "
La fórmula no es nueva: se coge un modelo X de la marca Y existente en otro país y se comercializa bajo la marca W con el nombre Z en el nuestro. Generalmente la cosa funciona cuando la trayectoria e implantación de las marcas es similar, pero…¿y si no lo es?
Empecemos por lo delicado del asunto “sinergias”.
El Trezia aquí presentado viene a ser un Toyota Verso S (también conocido como Ractis) al que se le han cambiado los logotipos y poco más. Esto en absoluto resulta un demérito del coche ni de la marca, pues los productos Toyota gozan de un merecido reconocimiento internacional. Lo espinoso del asunto viene de ver cómo Subaru, marca a la que yo me atrevería a considerar “de culto”, ha tragado sin pensarlo con un coche tan bueno… como prosaico.
Porque olvidémonos del motor bóxer o la tracción integral de la marca, incluso olvidémonos de la comprometida estética de su gama, pues este Trezia resulta incluso atractivo visto por fuera y por dentro.
Hecha ya la salvedad de lo “poco Subaru” que resulta este Subaru a bote pronto, pasemos a analizarlo en detalle.
Del exterior, como ya he comentado, todo son parabienes. Sin ser un coche bello (¿Qué mini-mono-volumen lo es?) resulta agradable de mirar. Su diseño, cargado de aristas y líneas de expresión lo cargan de atractivo, y su gran y tendido parabrisas nos anuncia lo que nos encontraremos en el interior: mucha luz.
En el interior, aquel que dudara de su capacidad vistas sus contenidas dimensiones exteriores, resolverá su inquietud positivamente. El Trezia nos recibe nada más abrir su puerta con una habitabilidad real y percibida superior a la media.
Sentados a sus mandos la única critica posible es lo bajo que queda su volante, incluso en su posición más elevada y con el asiento lo más pegado al suelo posible.
A partir de ahí, la presentación y calidad de sus mandos y ajustes están a la gran altura a la que se encuentran tanto Toyota como Subaru. Todo en su sitio, todo muy a mano, desde la palanca de cambios hasta la gran pantalla multimedia pasando por un climatizador de una sola zona. El cuadro es sencillo y legible y el equipamiento de esta versión Limited es muy completo.
Los asientos delanteros son grandes y cómodos (echo de menos un apoyabrazos central, eso sí) y destaca la enorme distancia que, una vez acomodados en su plazas, queda entre nuestra cabeza y su techo. Creo que incluso el Trezia se podría conducir con un sombrero de copa puesto.
En las plazas de atrás, su mejor registro lo obtiene en el hueco que deja para las piernas de nuestros pasajeros. El asiento no es deslizable, pero da el suficiente cuartelillo como para que dos viajen a gusto y tres… algo menos. Sobre todo por la forma del asiento, que invita a que el ocupante de la plaza central adelgace, mengüe o se quede en casa.
O puede venir en el maletero. Acomodado en cualquiera de sus dos niveles de carga. Con sus buenos 426 litros de capacidad (a nosotros nos han salido 428) da mucho de sí.
Y su boca de carga, queda bastante baja facilitando la maniobra de introducir objetos voluminosos en en su interior sin dejarnos las lumbares en el intento.
Puestos a circular, este “Subayota” no merece otro calificativo que el de “muy agradable”.
Su pequeño motor tetracilíndrico 1.4 diesel de 90CV resulta más que de sobra a la hora de mover sus poco más de 1.000 kilos sobre el asfalto. Tenemos ya unas cifras de par decentes a menos de dos mil vueltas y el indicador de cambio de marcha nos anima a subir marcha en el momento justo. Por cierto, este indicador jamás me indicó meter sexta a ritmos legales. Entiendo que lo deja a tu elección (o eso o lo aterroricé en la prueba de prestaciones apurando sus marchas hasta casi el corte…). El propulsor suena y vibra a ralentí… no más que la media.
El cambio goza de buen guiado y, sin ser rápido, resulta preciso en sus inserciones. La dirección disfruta de un radio de giro muy oportuno a la hora de maniobrar en ciudad, a lo que su corta batalla y buena visibilidad (con cámara de visión trasera) también ayudan. Los frenos resultan correctos y la suspensión filtra y transmite a partes iguales.
Puesto en autopista el Trezia no se arruga, aunque su aplomo está en consonancia con su reducido peso. En carretera, haciendo curvas cerradas, lo alto de su carrocería lo incita a balancear mientras su chasis lucha porque no lo haga. La batalla queda en tablas.
En adelantamientos y recuperaciones… no es un GTi, precisamente. Suerte que la palanca de cambios queda muy a mano…
Donde sí que es un campeón es en el consumo: 4,9 litros a los 100 kilómetros medidos durante la prueba. Consigue con 4 cilindros y una cilindrada normal lo que otros no logran con mecánicas de dos o tres cilindros y cubicaje de moto. Muy bien. Sin Stop/Start ni nada.
En general, el coche se gana el mencionado calificativo de “muy agradable”. No tiene serias lagunas. Cumple holgado con la expectativa que todo cliente potencial pueda tener hacia él. Es práctico (aunque no sobran huecos), es bien parecido (aunque para gustos los colores), resulta convincente en carretera (dentro de sus límites), parco en el consumo (esto es incontestable), va muy bien equipado (con airbag de rodilla para el conductor incluído), es amplio (dado su tamaño) y más cómodo que deportivo.
El “pero” se lo da la competencia, pues con un precio de 19.000 euros para esta versión y muy poco donde elegir, el Subaru no resulta un coche barato (aunque ha nacido con descuento -1.500 euros-). Un Citroen C3 Picasso con una apariencia más desenfadada y algo menos de espacio ofrece cuatro motores a elegir y tres niveles de equipamiento la mayoría por debajo del precio de tarifa del Trezia. Lo mismo pasa con el Opel Meriva o con el Kia Venga. También, en menor medida, con el Honda Jazz o el Nissan Note. Todos productos homogéneos adecuados a su uso y público. Y el Trezia…bueno, ahí está. La alternativa de Subaru… sin ser Subaru del todo.
El Trezia aquí presentado viene a ser un Toyota Verso S (también conocido como Ractis) al que se le han cambiado los logotipos y poco más. Esto en absoluto resulta un demérito del coche ni de la marca, pues los productos Toyota gozan de un merecido reconocimiento internacional. Lo espinoso del asunto viene de ver cómo Subaru, marca a la que yo me atrevería a considerar “de culto”, ha tragado sin pensarlo con un coche tan bueno… como prosaico.
Porque olvidémonos del motor bóxer o la tracción integral de la marca, incluso olvidémonos de la comprometida estética de su gama, pues este Trezia resulta incluso atractivo visto por fuera y por dentro.
Hecha ya la salvedad de lo “poco Subaru” que resulta este Subaru a bote pronto, pasemos a analizarlo en detalle.
Del exterior, como ya he comentado, todo son parabienes. Sin ser un coche bello (¿Qué mini-mono-volumen lo es?) resulta agradable de mirar. Su diseño, cargado de aristas y líneas de expresión lo cargan de atractivo, y su gran y tendido parabrisas nos anuncia lo que nos encontraremos en el interior: mucha luz.
En el interior, aquel que dudara de su capacidad vistas sus contenidas dimensiones exteriores, resolverá su inquietud positivamente. El Trezia nos recibe nada más abrir su puerta con una habitabilidad real y percibida superior a la media.
Sentados a sus mandos la única critica posible es lo bajo que queda su volante, incluso en su posición más elevada y con el asiento lo más pegado al suelo posible.
A partir de ahí, la presentación y calidad de sus mandos y ajustes están a la gran altura a la que se encuentran tanto Toyota como Subaru. Todo en su sitio, todo muy a mano, desde la palanca de cambios hasta la gran pantalla multimedia pasando por un climatizador de una sola zona. El cuadro es sencillo y legible y el equipamiento de esta versión Limited es muy completo.
Los asientos delanteros son grandes y cómodos (echo de menos un apoyabrazos central, eso sí) y destaca la enorme distancia que, una vez acomodados en su plazas, queda entre nuestra cabeza y su techo. Creo que incluso el Trezia se podría conducir con un sombrero de copa puesto.
En las plazas de atrás, su mejor registro lo obtiene en el hueco que deja para las piernas de nuestros pasajeros. El asiento no es deslizable, pero da el suficiente cuartelillo como para que dos viajen a gusto y tres… algo menos. Sobre todo por la forma del asiento, que invita a que el ocupante de la plaza central adelgace, mengüe o se quede en casa.
O puede venir en el maletero. Acomodado en cualquiera de sus dos niveles de carga. Con sus buenos 426 litros de capacidad (a nosotros nos han salido 428) da mucho de sí.
Y su boca de carga, queda bastante baja facilitando la maniobra de introducir objetos voluminosos en en su interior sin dejarnos las lumbares en el intento.
Puestos a circular, este “Subayota” no merece otro calificativo que el de “muy agradable”.
Su pequeño motor tetracilíndrico 1.4 diesel de 90CV resulta más que de sobra a la hora de mover sus poco más de 1.000 kilos sobre el asfalto. Tenemos ya unas cifras de par decentes a menos de dos mil vueltas y el indicador de cambio de marcha nos anima a subir marcha en el momento justo. Por cierto, este indicador jamás me indicó meter sexta a ritmos legales. Entiendo que lo deja a tu elección (o eso o lo aterroricé en la prueba de prestaciones apurando sus marchas hasta casi el corte…). El propulsor suena y vibra a ralentí… no más que la media.
El cambio goza de buen guiado y, sin ser rápido, resulta preciso en sus inserciones. La dirección disfruta de un radio de giro muy oportuno a la hora de maniobrar en ciudad, a lo que su corta batalla y buena visibilidad (con cámara de visión trasera) también ayudan. Los frenos resultan correctos y la suspensión filtra y transmite a partes iguales.
Puesto en autopista el Trezia no se arruga, aunque su aplomo está en consonancia con su reducido peso. En carretera, haciendo curvas cerradas, lo alto de su carrocería lo incita a balancear mientras su chasis lucha porque no lo haga. La batalla queda en tablas.
En adelantamientos y recuperaciones… no es un GTi, precisamente. Suerte que la palanca de cambios queda muy a mano…
Donde sí que es un campeón es en el consumo: 4,9 litros a los 100 kilómetros medidos durante la prueba. Consigue con 4 cilindros y una cilindrada normal lo que otros no logran con mecánicas de dos o tres cilindros y cubicaje de moto. Muy bien. Sin Stop/Start ni nada.
En general, el coche se gana el mencionado calificativo de “muy agradable”. No tiene serias lagunas. Cumple holgado con la expectativa que todo cliente potencial pueda tener hacia él. Es práctico (aunque no sobran huecos), es bien parecido (aunque para gustos los colores), resulta convincente en carretera (dentro de sus límites), parco en el consumo (esto es incontestable), va muy bien equipado (con airbag de rodilla para el conductor incluído), es amplio (dado su tamaño) y más cómodo que deportivo.
El “pero” se lo da la competencia, pues con un precio de 19.000 euros para esta versión y muy poco donde elegir, el Subaru no resulta un coche barato (aunque ha nacido con descuento -1.500 euros-). Un Citroen C3 Picasso con una apariencia más desenfadada y algo menos de espacio ofrece cuatro motores a elegir y tres niveles de equipamiento la mayoría por debajo del precio de tarifa del Trezia. Lo mismo pasa con el Opel Meriva o con el Kia Venga. También, en menor medida, con el Honda Jazz o el Nissan Note. Todos productos homogéneos adecuados a su uso y público. Y el Trezia…bueno, ahí está. La alternativa de Subaru… sin ser Subaru del todo.
NUESTRA NOTA: 8
Cosas a favor
Consumo medio real
Amplitud interior
Calidad y equipamiento
Cosas en contra
Un Subaru poco Subaru
Gama reducida
Sin sensor de parking
MOTOR
- Cilindrada: 1.364 c.c.
- Potencia: 90CV CEE
- Par: 20,9 mkg
- Tracción: delantera
- Caja de cambios: manual 6 velocidades
Dimensiones
- Largo/ancho/alto: 399/169/159 cms
- Peso: 1.135 kgs
- Ruedas: 185/60R16
- Maletero: 426 l
- Cap. Depósito: 42 l
Prestaciones
- Velocidad máxima: 175 km/h
- Aceleración 0-100km/h: 12,1 seg
- Consumo medio oficial: 4,3 l/100kms
Equipamiento
- Equipamiento: ABS, EDB, ESP, TCS, 7 airbags, cimatizador, pantalla multifunción, ordenador de a bordo, volante multifuncional de cuero, sensor de luces y limpias, cámara de marcha atrás, faros antiniebla, asientos traseros abatibles, arranque sin llave, elevalunas y retrovisores eléctricos...