Nuevo "Lancia" Stratos
Mi Lancia se ha comido a tu Ferrari
La pasión de dos amigos con amplia experiencia y generosas carteras ha servido para poner de nuevo en la calle uno de los deportivos más radicales y admirados de antaño.
Mientras Lancia parece más interesada en copar mercados con fusiones bizarras, el diseñador austriaco Chris Hrabalek y el hombre de negocios alemán Michael Stoscheck decidieron devolver a la vida el mito de los rallyes de los 80: El Stratos.
Su punto de partida fue conservar al máximo posible la originalidad del diseño del modelo a copiar en su versión del siglo XXI, objetivo cumplido a juzfar por las fotografías, pues este Stratos 2011 mejora con delicadeza lo que ya era difícil de mejorar del modelo del que parte. Se han suavizado las líneas, se han fabricado los paneles con la celebérrima fibra de carbono, se le han puesto zapatos nuevos y se le ha dotado de las luces leds delanteras y traseras que tanto gustan últimamente.
Y bajo su ondulante carrocería lo que descubrimos es un Ferrari F430.
Necesitaban un deportivo dos plazas con motor central para encajar en su traje, y les pareció buena idea ajustarlo sobre una percha italiana del grupo Fiat. Obviamente se ha precisado de algún ajuste y recorte (200mm de longitud, por ejemplo) para que la cosa se acoplase, así como se han modificado muchos componentes (dirección) o creado algunos nuevos para la ocasión (suspensión). Al final, el Stratos ´11 arroja un peso en la báscula de 1.247 kgs, 80 menos que el F430 Scudería empleado en la elaboración del prototipo, y reparte su tonelada y cuarto al 44/56 sobre sus ejes frontal y trasero.
Bajo el capó trasero tenemos también el motor Ferrari 4.3 V8, aunque con una linea de escape totalmente nueva, retoques en su inyección y “cosas secretas” que hace que su potencia aumente de los 503 CV originales hasta los 533 CV de este modelo. Mucha tralla. Tanta que permite un 0 a 100 km/h en tan sólo 3,3 segundos, y sitúa su velocidad máxima en los 301 km/h. Una pasada.
Lo malo es que como os podéis hacer a la idea se trata de un modelo artesanal, del que sus creadores no esperan fabricar más de 50 unidades, y el otro problema es que necesitarás cerca de 600.000 euros mas un Ferrari 430 como donante para que te lo construyan a medida.
Total, un ejercicio de estilo exclusivo y vintage al alcance de muy-muy pocos, pero entre prototipos absurdos a pilas, que conducen solos o que te pueden conectar a Internet de alta velocidad vía anal, da gusto encontrarse con gente que entiende de verdad lo que ha sido y debe seguir siendo el automóvil.
