Subaru Impreza 2.0D Rally Ed.
" Yo creía yo creía... "
¿Creías que un diesel refinado ha de tener 6 cilindros o más? ¿Pensabas que la tracción total era patrimonio de coches caros? ¿Que el mundo de los compactos carecía de originalidad? ¿Quizá creíste que las marcas japonesas habían tirado la toalla en el segmento? ¿O que daban menos por más dinero? En fin, creyeras lo que creyeras, aquí está el Subaru Impreza para decirte lo contrario.
Motor bóxer diesel de dos litros, 150CV y menos de seis litros de consumo de media. Tracción total, versátil configuración de cinco puertas y espíritu de rally. Tres años de garantía, completo equipamiento y una factura, por todo ello, inferior a los 25.000 euros.
Esto es todo lo que promete este Subaru, y entiendo que todo lo que muchos pueden desear de su coche. Sin embargo, sus poco más de 200 unidades vendidas en lo que va de año en nuestro país ponen en duda su oferta. ¿Por qué?
En primer lugar hemos de achacar su poco éxito al desconocimiento de la marca por parte del gran público. Muchos creen que es un coche coreano (lo cuál tampoco tendría nada de malo), otros chino y la mayoría ni siquiera sabe de dónde ha salido.
Con ello también se piensa que su red comercial se reduce a un taller en Madrid, otro en Barcelona y un multimarca en Badajoz o qué se yo, olvidándose los 70 concesionarios restantes que existen en nuestra geografía.
En segundo lugar esta la estética del modelo en cuestión… y que resulta muy cuestionada y cuestionable. La verdad es que no es un coche bonito, pero por nuestras carreteras circulan automóviles de apariencia sin duda mucho más atroz que la que exhibe el nuestro…
Y en tercer lugar, la competencia. El Impreza entra de lleno en el segmento de lucha más encarnizada de nuestro país, el de los compactos. Bien cierto es que unos pocos centímetros lo intentan llevar hacia la batalla con coches más grandes. Lucha fútil en mi opinión, pues entre ellos siempre será el más raro y el más pequeño. Mejor cabeza de ratón que cola de león, vamos, creo yo.
Pero dejemos que sea el coche el que de o quite la razón al público que lo elije y al que lo rechaza.
Nos acercamos a él sin prejuicios y contemplamos un estampa original que ha mejorado mucho con el paquete aerodinámico que monta este acabado Rally Edition –pronto el único disponible-. El deflector en los bajos del paragolpes trasero y su enorme salida de escape cromada adelantan “espíritu racing”, la toma de aire del capó (sólo en versiones diesel) y su spoiler frontal le dan agresividad, y las taloneras laterales y sus llantas de 17” junto con el alerón de maletero redondean el conjunto.
Pasamos al interior.
Allí nos recibe un salpicadero exento de imaginación pero lleno de sentido común. Todo es fácil, todo queda a mano, todo funciona muy bien y todo es sencillito de manejar. Los asientos deportivos sujetan bien el cuerpo y en dos golpes de mano encontramos buena postura al volante. Tras dicho aro una instrumentación sencilla a la que sólo le falta indicador de temperatura de motor, pero bueno, tiene chivato.
Plásticos duros alternan con plásticos blandos, mandos y accionadores que aparentan mucha peor calidad de la que en realidad tienen (esto es una constante en los coches japoneses), huecos grandes en las puertas, medianos en el apoyabrazos y pequeños en el salpicadero, climatizador a rosca y buenas plazas traseras donde dos son compañía y tres son multitud. Bien por el momento.
Arrancamos el motor y donde esperábamos encontrar un bramido diesel encontramos… un bramido diesel, exactamente. Uh, que chasco. Obviamente el coche esta frío y lo he encendido en el interior de un garaje pero suena… caramba, pronto caigo en la cuenta de que llevo todas las ventanillas bajadas. Las subo y la diferencia es muy-muy notable.
Al ralentí el ruido mecánico que se filtra está muy bien atenuado, pero a velocidad de crucero resulta prácticamente indistinguible de su equivalente de gasolina.
Gracias a la configuración boxer de su motor con los cilindros tumbados la vibración resulta anecdótica y su equilibrio de pesos realmente favorable. Pero eso lo tiene que demostrar en marcha, y a eso vamos.
En terrenos muy rotos –las obras de mi barrio, por ejemplo- con zanjas, baches y agujeros. Cambios de asfalto, arena suelta, gravilla, conos, operarios suicidas, tapas de alcantarillas levantadas, conductores perdidos en sentido contrario, chapas de hierro, montañas de arena… su suspensión se muestra colaboradora con nuestros riñones y nos castigará lo justo para prescindir de fisioterapeuta. Tenemos unos frenos aceptables y un motor que entre segunda y tercera puede con lo mucho y con lo poco.
Ya en carretera abierta el propulsor diesel busca la marcha más alta con premura para rodar desahogado. La caja de cambios de seis velocidades tiene una actitud muy golfa de “dámelo todo y dámelo ya” con inserciones muy marcadas y recorridos a los que les va la marcha. La sensación es que se lo traga todo sin rechistar. Un embrague de corto pero efectivo recorrido le sigue el juego.
Las prestaciones del coche no son para tirar cohetes, pero se mueve dentro de los valores de referencia de su segmento. Acelera bien y recupera regular dados sus generosos desarrollos. En general acusa el peso extra de su sistema de tracción total, un sistema que justificará su presencia en el coche a nada que nos pongamos exigentes con él.
Realmente aquí es donde el Subaru saca pecho. Como ya dije tiempo atrás el sistema de tracción total Symmetrical AWD de la marca me parece de lo mejorcito. Con un reparto 50/50 de tracción a través de un diferencial de acoplamiento viscoso LSD sumado al Control Dinámico de Chasis el coche empieza a marcar diferencias a cada curva. Su velocidad de paso por los vértices queda limitada tan sólo por el límite de los neumáticos, la musculatura de nuestro cuello… y una dirección terriblemente lenta. Creo que tiene 150 vueltas de volante entre topes, más o menos, lo cuál le otorga un fantástico radio de giro para ciudad, pero en conducción dinámica queda bastante por detrás de lo que tracción, chasis y motor nos pueden ofrecer en la carretera. Al menos tiene la asistencia justa y transmite con fidelidad lo que va encontrando en el camino el tren delantero.
Con lluvia, descolocar el coche de su trazada implica un gran ejercicio de despropósito intencionado por nuestra parte, y ojo, se va de adelante. Pero tranquilo, mucho antes de que esto suceda su control de tracción te habrá avisado –y felicitado por el logro- de que estás llegando a sus límites.
Verdaderamente es un coche que da gusto conducir. Haga sol, llueva o nieve.
Con nosotros ha consumido 7 litros de media. Esto lo aleja de su cifra oficial pero lo acerca a las cifras reales con las que nos solemos encontrar entre su competencia. No está mal.
Por lo demás decir que su climatizador es capaz de pasar del “frío polar” al “verano sahariano” en un tiempo record a nada que se lo pidamos, pero que sus aireadores están demasiado bajos. También que la bandeja trasera -que oculta un buen maletero- y que no es otra cosa que una cortina enrollable hacía un ruidito molesto, que solucionamos plegándola, y añadir que no hay rueda de repuesto, sino el spay repara pinchazos cutre-salchichero con el que cada vez más marcas quieren que los conductores nos busquemos la vida ante un reventón.
Por cierto que esto nos lleva al equipamiento de serie, muy bueno pero con lagunas inexplicables. Tenemos faros de xenon y descongelante de parabrisas pero no tenemos sensor de luces ni limpias, por ejemplo. Y esto nos conduce a su precio y competencia.
Algo más de 25.000 euros de tarifa me parece un precio muy razonable a pagar por todo lo que nos llevamos, que viene a ser 3.000 euros más barato que un Golf 2.0TDi 4Motion Sport, más pequeño, menos original, aunque mejor acabado. El León no monta ya tracción total y Audi se nos va de precio. Y poco más, tal vez algún SUV descafeinado…
En conclusión diré que opino que la oferta de Subaru está bien hecha, y que quizá sea el público el que aún no la ha sabido entender. Sin embargo la alternativa japonesa ahí está, y la gente, que no es tonta, tarde o temprano se dará cuenta y apostará por él.
Ya no sólo es cuestión de creer, es cuestión de probar.
Esto es todo lo que promete este Subaru, y entiendo que todo lo que muchos pueden desear de su coche. Sin embargo, sus poco más de 200 unidades vendidas en lo que va de año en nuestro país ponen en duda su oferta. ¿Por qué?
En primer lugar hemos de achacar su poco éxito al desconocimiento de la marca por parte del gran público. Muchos creen que es un coche coreano (lo cuál tampoco tendría nada de malo), otros chino y la mayoría ni siquiera sabe de dónde ha salido.
Con ello también se piensa que su red comercial se reduce a un taller en Madrid, otro en Barcelona y un multimarca en Badajoz o qué se yo, olvidándose los 70 concesionarios restantes que existen en nuestra geografía.
En segundo lugar esta la estética del modelo en cuestión… y que resulta muy cuestionada y cuestionable. La verdad es que no es un coche bonito, pero por nuestras carreteras circulan automóviles de apariencia sin duda mucho más atroz que la que exhibe el nuestro…
Y en tercer lugar, la competencia. El Impreza entra de lleno en el segmento de lucha más encarnizada de nuestro país, el de los compactos. Bien cierto es que unos pocos centímetros lo intentan llevar hacia la batalla con coches más grandes. Lucha fútil en mi opinión, pues entre ellos siempre será el más raro y el más pequeño. Mejor cabeza de ratón que cola de león, vamos, creo yo.
Pero dejemos que sea el coche el que de o quite la razón al público que lo elije y al que lo rechaza.
Nos acercamos a él sin prejuicios y contemplamos un estampa original que ha mejorado mucho con el paquete aerodinámico que monta este acabado Rally Edition –pronto el único disponible-. El deflector en los bajos del paragolpes trasero y su enorme salida de escape cromada adelantan “espíritu racing”, la toma de aire del capó (sólo en versiones diesel) y su spoiler frontal le dan agresividad, y las taloneras laterales y sus llantas de 17” junto con el alerón de maletero redondean el conjunto.
Pasamos al interior.
Allí nos recibe un salpicadero exento de imaginación pero lleno de sentido común. Todo es fácil, todo queda a mano, todo funciona muy bien y todo es sencillito de manejar. Los asientos deportivos sujetan bien el cuerpo y en dos golpes de mano encontramos buena postura al volante. Tras dicho aro una instrumentación sencilla a la que sólo le falta indicador de temperatura de motor, pero bueno, tiene chivato.
Plásticos duros alternan con plásticos blandos, mandos y accionadores que aparentan mucha peor calidad de la que en realidad tienen (esto es una constante en los coches japoneses), huecos grandes en las puertas, medianos en el apoyabrazos y pequeños en el salpicadero, climatizador a rosca y buenas plazas traseras donde dos son compañía y tres son multitud. Bien por el momento.
Arrancamos el motor y donde esperábamos encontrar un bramido diesel encontramos… un bramido diesel, exactamente. Uh, que chasco. Obviamente el coche esta frío y lo he encendido en el interior de un garaje pero suena… caramba, pronto caigo en la cuenta de que llevo todas las ventanillas bajadas. Las subo y la diferencia es muy-muy notable.
Al ralentí el ruido mecánico que se filtra está muy bien atenuado, pero a velocidad de crucero resulta prácticamente indistinguible de su equivalente de gasolina.
Gracias a la configuración boxer de su motor con los cilindros tumbados la vibración resulta anecdótica y su equilibrio de pesos realmente favorable. Pero eso lo tiene que demostrar en marcha, y a eso vamos.
En terrenos muy rotos –las obras de mi barrio, por ejemplo- con zanjas, baches y agujeros. Cambios de asfalto, arena suelta, gravilla, conos, operarios suicidas, tapas de alcantarillas levantadas, conductores perdidos en sentido contrario, chapas de hierro, montañas de arena… su suspensión se muestra colaboradora con nuestros riñones y nos castigará lo justo para prescindir de fisioterapeuta. Tenemos unos frenos aceptables y un motor que entre segunda y tercera puede con lo mucho y con lo poco.
Ya en carretera abierta el propulsor diesel busca la marcha más alta con premura para rodar desahogado. La caja de cambios de seis velocidades tiene una actitud muy golfa de “dámelo todo y dámelo ya” con inserciones muy marcadas y recorridos a los que les va la marcha. La sensación es que se lo traga todo sin rechistar. Un embrague de corto pero efectivo recorrido le sigue el juego.
Las prestaciones del coche no son para tirar cohetes, pero se mueve dentro de los valores de referencia de su segmento. Acelera bien y recupera regular dados sus generosos desarrollos. En general acusa el peso extra de su sistema de tracción total, un sistema que justificará su presencia en el coche a nada que nos pongamos exigentes con él.
Realmente aquí es donde el Subaru saca pecho. Como ya dije tiempo atrás el sistema de tracción total Symmetrical AWD de la marca me parece de lo mejorcito. Con un reparto 50/50 de tracción a través de un diferencial de acoplamiento viscoso LSD sumado al Control Dinámico de Chasis el coche empieza a marcar diferencias a cada curva. Su velocidad de paso por los vértices queda limitada tan sólo por el límite de los neumáticos, la musculatura de nuestro cuello… y una dirección terriblemente lenta. Creo que tiene 150 vueltas de volante entre topes, más o menos, lo cuál le otorga un fantástico radio de giro para ciudad, pero en conducción dinámica queda bastante por detrás de lo que tracción, chasis y motor nos pueden ofrecer en la carretera. Al menos tiene la asistencia justa y transmite con fidelidad lo que va encontrando en el camino el tren delantero.
Con lluvia, descolocar el coche de su trazada implica un gran ejercicio de despropósito intencionado por nuestra parte, y ojo, se va de adelante. Pero tranquilo, mucho antes de que esto suceda su control de tracción te habrá avisado –y felicitado por el logro- de que estás llegando a sus límites.
Verdaderamente es un coche que da gusto conducir. Haga sol, llueva o nieve.
Con nosotros ha consumido 7 litros de media. Esto lo aleja de su cifra oficial pero lo acerca a las cifras reales con las que nos solemos encontrar entre su competencia. No está mal.
Por lo demás decir que su climatizador es capaz de pasar del “frío polar” al “verano sahariano” en un tiempo record a nada que se lo pidamos, pero que sus aireadores están demasiado bajos. También que la bandeja trasera -que oculta un buen maletero- y que no es otra cosa que una cortina enrollable hacía un ruidito molesto, que solucionamos plegándola, y añadir que no hay rueda de repuesto, sino el spay repara pinchazos cutre-salchichero con el que cada vez más marcas quieren que los conductores nos busquemos la vida ante un reventón.
Por cierto que esto nos lleva al equipamiento de serie, muy bueno pero con lagunas inexplicables. Tenemos faros de xenon y descongelante de parabrisas pero no tenemos sensor de luces ni limpias, por ejemplo. Y esto nos conduce a su precio y competencia.
Algo más de 25.000 euros de tarifa me parece un precio muy razonable a pagar por todo lo que nos llevamos, que viene a ser 3.000 euros más barato que un Golf 2.0TDi 4Motion Sport, más pequeño, menos original, aunque mejor acabado. El León no monta ya tracción total y Audi se nos va de precio. Y poco más, tal vez algún SUV descafeinado…
En conclusión diré que opino que la oferta de Subaru está bien hecha, y que quizá sea el público el que aún no la ha sabido entender. Sin embargo la alternativa japonesa ahí está, y la gente, que no es tonta, tarde o temprano se dará cuenta y apostará por él.
Ya no sólo es cuestión de creer, es cuestión de probar.
NUESTRA NOTA: 8
Cosas a favor
Motor y tracción AWD
Precio y equipamiento
Estética… ¿Original?
Cosas en contra
Dirección lenta
Detalles del interior
Sólo una versión y acabado
MOTOR
- Cilindrada: 1.998 c.c.
- Potencia: 150 CV CEE
- Par: 35,7 mkg
- Tracción: integral permanente
- Caja de cambios: manual 6 velocidades
Dimensiones
- Largo/ancho/alto: 441/174/147 cms
- Peso: 1.410 kgs
- Ruedas: 205/50 R17
- Maletero: 538* (hasta el techo)
- Cap. Depósito: 64 l
Prestaciones
- Velocidad máxima: 205 km/h
- Aceleración 0-100km/h: 8,6 seg
- Consumo medio oficial: 5,8 l/100kms
Equipamiento
- Equipamiento: ABS, EDB, ESP, TCS, 6 airbags, asientos deportivos, faros de xenon, faros antinieblas, parabrisas calefactable, climatizador, radio CD- MP3, puerto USB, llantas de aleación de 17", kit aerodinámico, retrovisores eléctricos abatibles, control de velocidad, asientos calefactables...