by AUTODOMINIS

Prueba del Peugeot RCZ 1.6THP

Peugeot RCZ 1.6THP

" En cuerpo y alma "

Lo primero que llama la atención al acercarnos a este Peugeot es su poderosa estética. Sin embargo, la marca que adorna su capó lleva tiempo sin transitar por este camino de coupé deportivo, lo que nos hace sospechar que bajo la chapa, no haya más que humo.




No obstante, reconozco que este es un planteamiento algo pueril, pues si sois de los que habéis seguido la trayectoria de la marca desde hace tiempo, seguro que no hay lugar en vuestra mente para tales suspicacias.
Tampoco hace falta que rememore los “éxitos del León” con su 205GTi, Rally, 309GTi o 405Mi16 para crear ambiente, pues la mera conducción de este RCZ pone ya de relieve que lo fabrica una marca que sabe bien lo que hace. Bueno, lo fabrica Magna, pero el diseño es 100% Peugeot… y un pelín de inspiración Audi TT, no lo voy a negar.
Pero empecemos por el principio.



Visto desde fuera este coche no tiene un solo ángulo malo. Desde el frente resulta poderoso y agresivo, de perfil, estilizado, con unos hombros muy marcados en contraste con los fluidos arcos de la capota marcados en aluminio. La zaga es todo un poema. Pilotos que trepan por los laterales, alerón plegable bien camuflado y el peculiar techo abombado dotan a este automóvil de una personalidad que ya querrían para sí muchos coches más caros y, en teoría, mucho más trabajados.



En el interior la apuesta estética ha sido más conservadora. Encontramos unos asientos delanteros fantásticos –pero que no sujetan el cuerpo en exceso- y unos acabados a la altura de lo que la marca gala nos tiene últimamente acostumbrados: fenomenales.
Sobre todo si incluyes la opción del salpicadero forrado de cuero, que luce tan exclusivo como francamente bien.
La mayoría de la instrumentación viene heredada del 308 aunque cuenta con su propio grafismo y la postura de conducción es bajita y muy deportiva. Al principio su “cockpit” puede dar una sensación algo claustrofóbica por lo exiguo de sus ventanillas laterales, pero un buen parabrisas tumbado y una luneta posterior muy próxima diluyen en gran medida el efecto. Otra cosa es montarse atrás. Bueno, más bien “intentar montarse atrás”. Estas plazas quedan reservadas para niños hasta de seis…meses o al Teniente Dann de Forrest Gump (tras haber perdido las piernas en el Vietnam, claro). Y vaya quien vaya que lleve gorrita, pues a pesar de lo tintado de la luna, el sol caerá a plomo sobre su cabeza.



Sin embargo, donde las cosas cambian de manera sustancial es en el último tercio del coche. Esa apariencia tan polémica de “dónde es delante y dónde es detrás” que nos ofrece de lado tiene su explicación en una muy buena capacidad de maletero. Tenemos 384 litros de agujero lo que viene a ser más, por ejemplo, que un Opel Astra de cinco puertas. Es verdad que es bajo, lo que impide amontonar las bolsas para ganar espacio, pero algo es algo, y doy fe de que a pesar de ello caben dos packs de 3.000 rollos de papel higiénico cada uno y veinticuatro latas de Coca-Cola sin apreturas.



Va siendo hora de ponerse a circular con él, pero me deleito un poco más en su estética. Sus pasos de rueda bien marcados, sus llantas de aleación opcionales de 19”, su techo negro (no, no es panorámico), sus diminutas ventanillas traseras, sus puertas sin marco, luces led traseras, capó afilado, logotipo nuevo, dos grandes salidas de escape… Muy bello realmente. Desborda tanta personalidad como al Audi TT le falta.
Y ya en el interior retomo donde lo dejé antes.

El volante es grande, pero no se hace extraño. El logotipo de Peugeot en el cabecero de los asientos me encanta y los mandos y controles… son de sobra conocidos.

Hay bastantes huecos aunque pequeños (puertas, bajo el climatizador, apoyabrazos y guantera) y la visibilidad es buena. Sobre todo marcha atrás.
Bien, tomo aire y giro su llave de contacto cruzando los dedos para que no me decepcione en marcha y pierda todos los puntos que hasta ahora lleva ganados.
Anotar que la versión probada aquí es la 1.6THP de 156CV, hasta septiembre no podremos “echarle el guante” a la de 200CV, pero ya os adelanto que quien esté esperando por la mecánica más potente… igual anda perdiendo el tiempo.
Como digo, arranco girando su llave demasiado convencional. Suave, muy suave. Sin ruido, sin vibración, sin aspavientos. Bien cierto es que el sonido de motor a ralentí –sobre todo con el a/c conectado- no es lo que se dice muy “musical”, pero tampoco es cuestión de pedirle peras al olmo y con cuatro cilindros y tan bajo cubicaje es difícil sacar otra cosa.

Empezamos a rodar siguiendo las indicaciones de cambio de marcha y el coche va sobre raíles. Tan sólo algún esporádico bache rompe el “buen rollo” que llevamos a bordo. La suspensión es firme, los muelles ofrecen la dureza justa dado su corto recorrido. No es tan corto el recorrido de la palanca de cambios ni el del pedal que acciona el embrague. Pero en diez minutos te habrás acostumbrado. La dirección es rápida y transmite lo que debe. Apenas hay inercias parásitas de su configuración de tracción delantera y eso se lo debemos a su chasis. ¡Qué chasis amigos! De lo mejorcito que he probado. Está tan afinado que en recorridos virados casi te ofrece las mismas sensaciones que un coche de propulsión. Rápido, ágil, reactivo, fiel a la trayectoria, asentado, seguro… podría añadir una docena más de adjetivos positivos para él solito.



Gran parte del secreto de sus bondades las encontramos en el tren trasero: donde otros apuestan por barrocos sistemas de eje multibrazo aquí tenemos un sencillo y efectivo eje torsional. Si a ello le sumamos un centro de gravedad muy bajo y una generosa anchura de vías tenemos como resultado final un RCZ que obedece ciegamente la trayectoria marcada por su amo. No se descompone ante ninguna curva y al ser su balanceo casi anecdótico no cansa ni un ápice, lo cuál lo convierte en un coche tan efectivo como cómodo y sencillo de conducir. Bravo Peugeot. Bravo Magna.

Añadir que los frenos tienen un mordiente excelente con el pedal pisado a fondo, y has de ser muy exigente con ellos para que acusen el cansancio.
En autopista sacamos el alerón y disfrutamos de su rodar contundente mientras vemos por los espejos (qué maravilla apreciar los resaltes traseros) todo y a todos los que dejamos detrás.



Todo ello nos invita a subir el ritmo, lo que nos viene bien a la hora de probar el motor.
Este propulsor ya lo probamos en el monovolumen 5008, y nos dejó muy buen sabor de boca.
Pues imaginaos aquí. Al RCZ le viene como anillo al dedo. Es un motor muy voluntarioso al que no le asustan los regimenes de giro muy altos ni llanear a casi 1.500 rpm. De todo es capaz de salir todo lo airoso que su cilindrada y soplado de turbo le permite. Y lo mejor, lo dicho y más por menos de 8 litros de combustible a los 100 kms.
Ahora vamos al precio.

Son 27.000 euros, que si les sumamos navegador, asientos de cuero eléctricos, llantas de 19”, salpicadero tapizado en piel y dos o tres “chorraditas” más se nos irán a más de 31.000. Caro tal vez. No para lo buen coche que es, pero quizá sí para ser un Peugeot a los ojos de un “pagano”, que seguro prefiere pagar los 6.000 más que le pedirán por un TT 1.8TFsi, el cuál es muy buen coche, sin duda, pero no tan sexy y completo como el RCZ, aunque claro, “es un Audi”.



NUESTRA NOTA: 9
Valoracion prueba 9
Cosas a favor

Estética muy acertada
Chasis afinadísimo
Facilidad de conducción

Cosas en contra

¿Plazas traseras?
¿2.000 euros un navegador?
Plásticos maluchos bajo el salpicadero

motor
MOTOR
  • Cilindrada: 1.598 c.c.
  • Potencia: 156 CV CEE
  • Par: 24,5 mkg
  • Tracción: delantera
  • Caja de cambios: manual 6 velocidades
dimensiones
Dimensiones
  • Largo/ancho/alto: 428/184/136 cms
  • Peso: 1.319 kgs
  • Ruedas: 235/45R18
  • Maletero: 384 l
  • Cap. Depósito: 55 l
prestaciones
Prestaciones
  • Velocidad máxima: 215 km/h
  • Aceleración 0-100km/h: 8,3 seg
  • Consumo medio oficial: 6,7 l/100kms
equipamiento
Equipamiento
  • Equipamiento: ABS, BAS, EDB, ESP, TCS, 6 airbags, bluetooth, climatizador bizona, control de velocidad, control de aparcamiento, control de presión de neumáticos, faros y limpiaparabrisa automáticos, faros de xenon, ordenador de a bordo, pedales de aluminio, equipo de audio CD-MP3-Aux-USB...

"Bonus Gallery"
Fotografías del Peugeot RCZ 1.6THP

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