BMW 330d Coupé Aut.
" Al filo de lo imposible "
Más por menos, bajo ese principio la marca bávara insiste en ofrecernos, modelo tras modelo, un rendimiento mecánico acompañado de un consumo con el que hace años sólo podíamos soñar. Claro, la cosa es más sencilla cuando bajo el capó se esconde un seis cilindros “made in Munich” como este.
Recuerdo el primer motor tres litros diesel que montó Bmw en una berlina. Era el 530d, “El turbodiesel más rápido del mundo” rezaba Motor16 en su edición de Septiembre de 1998. Aquel modelo anunciaba 184CV, 39,7 mkg de par, 225 km/h con un consumo de 7,4 litros a los 100 kms. (que luego no bajaban de los 8, en realidad). A todos nos pareció un prodigio mecánico que nos encantó. Luego llegó a la Serie 3 y el entusiasmo fue en aumento, en la misma línea en la que crecía su potencia: 197CV, 204, 230… hasta los 245CV actuales. De manera inversamente proporcional a la escalada de fuerza el consumo se iba reduciendo, de los siete litros y medio del primer 330cd a los menos de seis de este “nuevo” –y mucho más potente- 330d coupé.
Digo nuevo y lo digo entre comillas pues el ligero “restyling” que hace bien poco ha sufrido el modelo es eso: bastante ligero. Por fuera nos encontramos con nuevos grupos ópticos delanteros y traseros, con potentes luces diurnas en el frontal y la omnipresente tecnología Led de Gusiluz en los pilotos traseros. Ambos parachoques han sido rediseñados y suavizados, hay retrovisores más grandes y nueva gama de colores para la carrocería y llantas para las ruedas.
Por dentro, la inclusión de tres nuevos cromados (mando de luces y posavasos, opcionales) y poco más.
Y es que puestos a mejorar lo bueno… mejor ser sutil a correr el riesgo de fastidiarla.
Bajo el capó mismo motor: 2.993 c.c. con turbo. Pero ahora más frugal. Aunque parezca imposible. Todo ello se lo debemos al cacareado EfficientDynamics, nombre –muy bello, por cierto- bajo el que se esconde toda la parafernalia ecológica y tecnológica de la marca alemana. Desarrollar punto por punto todo este grueso de medidas me llevaría más texto y tiempo del que estoy seguro tú estarías dispuesto a emplear en leer para entenderlo. Es por ello que lo resumiremos en “máximo aprovechamiento de cada gota de combustible”. Y funciona, vaya si funciona.
Pero vayamos por partes.
Conocido y admirado por fuera paso a su interior donde encuentro todo familiar y sencillo. Logro la postura perfecta al volante en menos de cinco segundos. Arranco. Suave ronroneo. Diesel, sí, pero poco, pienso.
Tenemos caja automática Steptronic de 6 velocidades. Otro elemento de la marca muy difícil de mejorar. Inserto la D y en marcha.
Fino, muy fino. No tanto como un 330i, pero casi.
-No, no es verdad. Realmente hay diferencia. Creo que me ha perdido el entusiasmo.-
Ganamos velocidad como si tal cosa dejándole a la caja de cambios que haga lo suyo mientras nosotros hacemos lo nuestro: Disfrutar.
Su calidad de rodadura es extraordinaria, su aplomo encomiable, su agilidad digna de un coche más pequeño, su dirección rápida e instintiva, sus aceleraciones y recuperaciones de otra galaxia y sus frenos son realmente buenos.
Bien cierto es que quizá no resulte un coche excesivamente cómodo para largos viajes, lo cuál puede ser en gran parte solucionado prescindiendo de las enormes llantas de 19” que equipaba nuestra unidad de pruebas. Son muy chulas, pero una o dos pulgadas menos serán una o dos sesiones menos de fisioterapia en tus riñones.
Hablando de viajar, el maletero se tragará sin problema el equipaje de tus pasajeros, y los ocupantes de las plazas de atrás (sólo dos) no se quejarán de su puesto más que al intentar acceder o salir de él.
Pero seguimos rodando a buen ritmo. Pasamos el cambio a modo deportivo (“MS” pone en el cuadro). Carril secuencial pero sin tirar ni empujar de la palanca. “Que lo haga todo él, que para eso lo hemos pagado”. No hay piedad para el acelerador.
Pisotón tras pisotón el coche sale disparado hacia delante con furia y clara sensación de propulsión. Apenas hay problemas de motricidad por lo que la aceleración te pega literalmente al asiento. Hay un sonido de motor elevado, pero, a diferencia de otros diesel, éste no me atrevo de calificarlo como “ruido”. No llega al bramido gutural de camión Caterpillar de su hermano mayor 335d (Twin-Turbo antes, Twin-Scroll ahora), pero no desagrada.
Y ahora la guinda del pastel: consumo medio durante la prueba: 6,6 l/100kms. Eso contando con las enormes ruedas antes mencionadas, con los apenas 1.000 kms que tenía el coche cuando lo recogimos y de haberlo exprimido –bordeando la legalidad vigente- durante un buen trayecto. También es justo confesar que no pudimos completar nuestro recorrido en urbano al 100%, pero dudo que incluso con ello, hubiéramos llegado a los 7 litros.
Por lo demás poco más o poco que ya no supiéramos.
Es un coche que va de fábula, llevando hasta el filo de lo imposible el rendimiento mecánico sumando a una enorme dosis de agrado de conducción.
Un tragamillas. Pero un tragamillas bastante caro debido a lo de siempre: escasez de equipamiento de serie -aunque mejor que la berlina equivalente- sólo solventable tirando de una eterna y carísima lista de opciones. De los 46.950 euros de precio base (ahora algo más gracias al nuevo IVA) nos ponemos en los más de 60.000 euros del modelo de las fotos a nada que lo equipemos con lo que trae de serie un Peugeot 308, por ejemplo.
No obstante, sigue siendo algo más económico que su homólogo gasolina, el delicioso 330i, el cuál puede quedar ya sólo reservado a auténticos gourmets apasionados de la gasolina (“Petrolheads” en inglés), pues el rendimiento de este 330d no le va a la zaga.
Cuestión de finura y de uso, supongo.
Digo nuevo y lo digo entre comillas pues el ligero “restyling” que hace bien poco ha sufrido el modelo es eso: bastante ligero. Por fuera nos encontramos con nuevos grupos ópticos delanteros y traseros, con potentes luces diurnas en el frontal y la omnipresente tecnología Led de Gusiluz en los pilotos traseros. Ambos parachoques han sido rediseñados y suavizados, hay retrovisores más grandes y nueva gama de colores para la carrocería y llantas para las ruedas.
Por dentro, la inclusión de tres nuevos cromados (mando de luces y posavasos, opcionales) y poco más.
Y es que puestos a mejorar lo bueno… mejor ser sutil a correr el riesgo de fastidiarla.
Bajo el capó mismo motor: 2.993 c.c. con turbo. Pero ahora más frugal. Aunque parezca imposible. Todo ello se lo debemos al cacareado EfficientDynamics, nombre –muy bello, por cierto- bajo el que se esconde toda la parafernalia ecológica y tecnológica de la marca alemana. Desarrollar punto por punto todo este grueso de medidas me llevaría más texto y tiempo del que estoy seguro tú estarías dispuesto a emplear en leer para entenderlo. Es por ello que lo resumiremos en “máximo aprovechamiento de cada gota de combustible”. Y funciona, vaya si funciona.
Pero vayamos por partes.
Conocido y admirado por fuera paso a su interior donde encuentro todo familiar y sencillo. Logro la postura perfecta al volante en menos de cinco segundos. Arranco. Suave ronroneo. Diesel, sí, pero poco, pienso.
Tenemos caja automática Steptronic de 6 velocidades. Otro elemento de la marca muy difícil de mejorar. Inserto la D y en marcha.
Fino, muy fino. No tanto como un 330i, pero casi.
-No, no es verdad. Realmente hay diferencia. Creo que me ha perdido el entusiasmo.-
Ganamos velocidad como si tal cosa dejándole a la caja de cambios que haga lo suyo mientras nosotros hacemos lo nuestro: Disfrutar.
Su calidad de rodadura es extraordinaria, su aplomo encomiable, su agilidad digna de un coche más pequeño, su dirección rápida e instintiva, sus aceleraciones y recuperaciones de otra galaxia y sus frenos son realmente buenos.
Bien cierto es que quizá no resulte un coche excesivamente cómodo para largos viajes, lo cuál puede ser en gran parte solucionado prescindiendo de las enormes llantas de 19” que equipaba nuestra unidad de pruebas. Son muy chulas, pero una o dos pulgadas menos serán una o dos sesiones menos de fisioterapia en tus riñones.
Hablando de viajar, el maletero se tragará sin problema el equipaje de tus pasajeros, y los ocupantes de las plazas de atrás (sólo dos) no se quejarán de su puesto más que al intentar acceder o salir de él.
Pero seguimos rodando a buen ritmo. Pasamos el cambio a modo deportivo (“MS” pone en el cuadro). Carril secuencial pero sin tirar ni empujar de la palanca. “Que lo haga todo él, que para eso lo hemos pagado”. No hay piedad para el acelerador.
Pisotón tras pisotón el coche sale disparado hacia delante con furia y clara sensación de propulsión. Apenas hay problemas de motricidad por lo que la aceleración te pega literalmente al asiento. Hay un sonido de motor elevado, pero, a diferencia de otros diesel, éste no me atrevo de calificarlo como “ruido”. No llega al bramido gutural de camión Caterpillar de su hermano mayor 335d (Twin-Turbo antes, Twin-Scroll ahora), pero no desagrada.
Y ahora la guinda del pastel: consumo medio durante la prueba: 6,6 l/100kms. Eso contando con las enormes ruedas antes mencionadas, con los apenas 1.000 kms que tenía el coche cuando lo recogimos y de haberlo exprimido –bordeando la legalidad vigente- durante un buen trayecto. También es justo confesar que no pudimos completar nuestro recorrido en urbano al 100%, pero dudo que incluso con ello, hubiéramos llegado a los 7 litros.
Por lo demás poco más o poco que ya no supiéramos.
Es un coche que va de fábula, llevando hasta el filo de lo imposible el rendimiento mecánico sumando a una enorme dosis de agrado de conducción.
Un tragamillas. Pero un tragamillas bastante caro debido a lo de siempre: escasez de equipamiento de serie -aunque mejor que la berlina equivalente- sólo solventable tirando de una eterna y carísima lista de opciones. De los 46.950 euros de precio base (ahora algo más gracias al nuevo IVA) nos ponemos en los más de 60.000 euros del modelo de las fotos a nada que lo equipemos con lo que trae de serie un Peugeot 308, por ejemplo.
No obstante, sigue siendo algo más económico que su homólogo gasolina, el delicioso 330i, el cuál puede quedar ya sólo reservado a auténticos gourmets apasionados de la gasolina (“Petrolheads” en inglés), pues el rendimiento de este 330d no le va a la zaga.
Cuestión de finura y de uso, supongo.
NUESTRA NOTA: 9
Cosas a favor
Rendimiento mecánico
Consumos
Dinamismo
Cosas en contra
Equipamiento y precio de opciones
Acceso a plazas traseras
Confort sobre piso irregular
MOTOR
- Cilindrada: 2.993 c.c.
- Potencia: 245 CV CEE
- Par: 53,0 mkg
- Tracción: trasera
- Caja de cambios: automática 6 velocidades
Dimensiones
- Largo/ancho/alto: 461/178/139 cms
- Peso: 1.540 kgs
- Ruedas: 225/45R17
- Maletero: 440 l
- Cap. Depósito: 63 l
Prestaciones
- Velocidad máxima: 250 km/h
- Aceleración 0-100km/h: 6,2 seg
- Consumo medio oficial: 6,2 l/100 kms
Equipamiento
- Equipamiento: ABS, EDB, ESP, Control de frenada en curva, Hill Holder, 6 airbags, asientos eléctricos, climatizador bizona, control de presión de neumáticos, faros de xenon, faros y limpiaparabrisas automáticos, ordenador de a bordo, equipo de música CD-Aux-in, diferencial de bloqueo electrónico, faros antiniebla...