Test (2) BMW 135i Coupé
" Por aclamación: Mi coche "
No es nada habitual en la prensa del motor de nuestro país que un probador de coches publique la prueba de su propio coche. No obstante, ante el interés y la buena acogida del test anterior… aquí me tenéis a mí y a mi coche.
Entiendo que el test del 135i que hace ya bastantes meses publicamos* se os quedara corto. También entiendo que quien acude a la búsqueda de información sobre este modelo es alguien que precisa de mayores y mejores explicaciones que las que en su día pudimos dar. Por ello, valga esta prueba como corolario.
Como soy un hombre de palabra, tras la prueba del ejemplar de cortesía en color blanco que os trajimos el año pasado en la que concluí diciendo que me gustaba tanto que me compraría uno, me fui a la BMW y lo encargué de veras.
Poco tiempo (sorprendentemente) después me encontraba estrenando mi propio 135i. De ahí hasta ahora, 22.700 kms con una sonrisa en los labios.
Puestos a personalizar (y esta prueba en la que me habéis liado es ya bastante personal…) hablaré de mi unidad en cuestión.
Lo pedí Sedonarot tras un mes de dudas en el que el azul estuvo a punto de llevarse el gato al agua, y solicité el interior en beige claro a pesar de que dicha combinación no está recomendada en el catálogo. Sin embargo, creo que todavía no ha nacido el alemán que pueda dar lecciones de moda y estilo. Si no me creéis o dudáis de mi gusto, no tenéis más que mirar las fotos.
Bien, luego lo de siempre, empezar a tirar de la lista de opciones para contar con un coche medianamente equipado. Os cuento lo que yo puse por si os encontráis pensando en montarlo.
Empecé con la dirección activa, que es una gozada y os recomiendo encarecidamente. Seguí con el bixenon dinámico, luz en curva y ópticas que giran. Muy bueno. Los asientos eléctricos con memoria y la regulación lumbar reconozco que fueron un capricho, como el navegador “business” (de los últimos sube-y-baja) que sin embargo da muy buen resultado. Teléfono integrado, imprescindible, así como el sistema de sonido super-guay-DSP, que es incapaz de ofrecer una audición nítida de la radio más de tres minutos y suena bien, pero no es espectacular. Con ello vino el cargador de CDs en el maletero (6) y el paquete iluminación, que es muy vistoso. De lo que me arrepiento es de la “apertura confort”: Es un rollo. No puedes lavar el coche sin que se estén abriendo o cerrando las puertas al primer roce de agua en la maneta.
Y luego lo habitual, sensores de luces y limpias, control de crucero, alarma, pomo y volante “M”, alfombrillas… todo lo que en un coche de estas características debería ser de serie, vamos.
Y vamos con lo que vamos, que no es otra cosa que saber cómo va (o cómo sigue yendo). Aclarar aquí que no le debo nada a la BMW (bueno sí, tres cuotas) y a pesar de ser un automóvil de mi propiedad puedo hablar con toda la objetividad con la que acometo cada prueba que os ofrezco.
Bien, dicho esto, resumo: Este-coche-va-de-fábula. En serio, es probablemente el mejor que he poseído. Y estoy incluyendo un Porsche 911. Con los kilómetros y el tiempo, no sólo no pierde, sino que gana. Ahora es más rápido, consume menos y suena mejor.
Es una gozada reencontrarme con él en mi garaje tras “penar” (unas veces menos y otras veces más) una semana con un coche de prensa. En base a eso, no lo muevo mucho, pero lo disfruto bastante.
Vale, creo que debo puntualizar lo de que corre más y gasta menos.
El 0 a 100 km/h en “modo de tracción” (sólo DTC activado) lo hace en 5 segundos clavados, mejorando el registro oficial de la marca. Su potencia en banco de pruebas (con 11.340 kms) fue de 319,3 CV CEE a 5.250 rpm. No sé a vosotros, a mí con eso me vale. El consumo en un uso racional (conducción dinámica sin excesos) está clavado en los 9,8 litros, bajando a 9,1 l/100kms en viajes con cruceros sostenidos un pelín por encima del límite legal. De aplauso.
Llevo las mismas ruedas que estrenó y las pastillas de freno están casi nuevas, con una potencia de frenado y resistencia al cansancio dignas de un deportivo. No vale la pena optar por los frenos BMW-Performance a menos que quieras denodadamente las pinzas de color amarillo.
Tampoco vale la pena endurecer la suspensión, pues en viajes largos su conducción ya es más gratificante que confortable. Tu espalda lo agradecerá.
Ahorrar para el escape deportivo tampoco tiene sentido. Yo lo llevé en el anterior 330i y la verdad es que sonaba espléndido, pero en este coche, con los kilómetros el de serie ha ido ecualizando su sonido hasta ir desde la frecuencia de rugido gutural al ralentí hasta aullido espeluznante a plena carga.
Pero tampoco vais a conducir a plena carga mucho tiempo. De hecho yo me paso la vida en sexta, incluso yendo a sesenta por hora. En el caso de necesitarlo, pisotón a fondo y… 20 puntos del carnet a la basura. Claro, motor grande + turbo pequeño es la fórmula correcta, y no al revés, como muchos fabricantes insisten últimamente.
Porque este motor no es un V8, pero lo parece. Quizá es algo más nervioso, cosa que puede gustar o no. En este último caso, compra un V8.
Y bueno, vamos a lo malo que también lo hay, aunque muy poco.
Voy a destacar lo escueto de la boca de carga de su maletero, que no hace justicia a la gran capacidad del hueco. También la ausencia de ganchos donde enganchar cositas pequeñas (las bolsas de la compra) en dicho maletero. Creo que para tenerlos debería haber pagado el “paquete compartimentos”, pero no me dio la gana.
Respecto a averías nada que reseñar. Bueno sí, se fue a la porra un sensor de gases de escape a los 20.000 kms, pero fue sustituido en garantía en menos de un día en la BMW.
Los ocupantes ocasionales de las plazas de atrás se me han quejado de no tener apoyabrazos, y yo de que al abatir mi asiento para dejarles pasar éste no ha recuperado su posición original (para eso sí que vienen bien los asientos eléctricos con memoria).
Nada más.
En cuanto al comportamiento dinámico una fea tendencia a irse de morro en asfalto seco rodando a un ritmo sólo aconsejable en circuito y una absoluta neutralidad con bonito redondeo de la zaga rodando alegre en carretera abierta. La caja de cambios podría ser más rápida, pero no mejor.
La primera revisión me costó 268 euros con cambio de aceite y ya no sé qué más contaros. Mejor os compráis uno y lo descubrís vosotros mismos, y dejáis este en paz, que es mío-y-sólo-mío.
* Podéis encontrar este test en nuestro buscador por marca (BMW) o yendo a nuestro “archivo”: “Enemigo a las puertas” se titulaba.
Como soy un hombre de palabra, tras la prueba del ejemplar de cortesía en color blanco que os trajimos el año pasado en la que concluí diciendo que me gustaba tanto que me compraría uno, me fui a la BMW y lo encargué de veras.
Poco tiempo (sorprendentemente) después me encontraba estrenando mi propio 135i. De ahí hasta ahora, 22.700 kms con una sonrisa en los labios.
Puestos a personalizar (y esta prueba en la que me habéis liado es ya bastante personal…) hablaré de mi unidad en cuestión.
Lo pedí Sedonarot tras un mes de dudas en el que el azul estuvo a punto de llevarse el gato al agua, y solicité el interior en beige claro a pesar de que dicha combinación no está recomendada en el catálogo. Sin embargo, creo que todavía no ha nacido el alemán que pueda dar lecciones de moda y estilo. Si no me creéis o dudáis de mi gusto, no tenéis más que mirar las fotos.
Bien, luego lo de siempre, empezar a tirar de la lista de opciones para contar con un coche medianamente equipado. Os cuento lo que yo puse por si os encontráis pensando en montarlo.
Empecé con la dirección activa, que es una gozada y os recomiendo encarecidamente. Seguí con el bixenon dinámico, luz en curva y ópticas que giran. Muy bueno. Los asientos eléctricos con memoria y la regulación lumbar reconozco que fueron un capricho, como el navegador “business” (de los últimos sube-y-baja) que sin embargo da muy buen resultado. Teléfono integrado, imprescindible, así como el sistema de sonido super-guay-DSP, que es incapaz de ofrecer una audición nítida de la radio más de tres minutos y suena bien, pero no es espectacular. Con ello vino el cargador de CDs en el maletero (6) y el paquete iluminación, que es muy vistoso. De lo que me arrepiento es de la “apertura confort”: Es un rollo. No puedes lavar el coche sin que se estén abriendo o cerrando las puertas al primer roce de agua en la maneta.
Y luego lo habitual, sensores de luces y limpias, control de crucero, alarma, pomo y volante “M”, alfombrillas… todo lo que en un coche de estas características debería ser de serie, vamos.
Y vamos con lo que vamos, que no es otra cosa que saber cómo va (o cómo sigue yendo). Aclarar aquí que no le debo nada a la BMW (bueno sí, tres cuotas) y a pesar de ser un automóvil de mi propiedad puedo hablar con toda la objetividad con la que acometo cada prueba que os ofrezco.
Bien, dicho esto, resumo: Este-coche-va-de-fábula. En serio, es probablemente el mejor que he poseído. Y estoy incluyendo un Porsche 911. Con los kilómetros y el tiempo, no sólo no pierde, sino que gana. Ahora es más rápido, consume menos y suena mejor.
Es una gozada reencontrarme con él en mi garaje tras “penar” (unas veces menos y otras veces más) una semana con un coche de prensa. En base a eso, no lo muevo mucho, pero lo disfruto bastante.
Vale, creo que debo puntualizar lo de que corre más y gasta menos.
El 0 a 100 km/h en “modo de tracción” (sólo DTC activado) lo hace en 5 segundos clavados, mejorando el registro oficial de la marca. Su potencia en banco de pruebas (con 11.340 kms) fue de 319,3 CV CEE a 5.250 rpm. No sé a vosotros, a mí con eso me vale. El consumo en un uso racional (conducción dinámica sin excesos) está clavado en los 9,8 litros, bajando a 9,1 l/100kms en viajes con cruceros sostenidos un pelín por encima del límite legal. De aplauso.
Llevo las mismas ruedas que estrenó y las pastillas de freno están casi nuevas, con una potencia de frenado y resistencia al cansancio dignas de un deportivo. No vale la pena optar por los frenos BMW-Performance a menos que quieras denodadamente las pinzas de color amarillo.
Tampoco vale la pena endurecer la suspensión, pues en viajes largos su conducción ya es más gratificante que confortable. Tu espalda lo agradecerá.
Ahorrar para el escape deportivo tampoco tiene sentido. Yo lo llevé en el anterior 330i y la verdad es que sonaba espléndido, pero en este coche, con los kilómetros el de serie ha ido ecualizando su sonido hasta ir desde la frecuencia de rugido gutural al ralentí hasta aullido espeluznante a plena carga.
Pero tampoco vais a conducir a plena carga mucho tiempo. De hecho yo me paso la vida en sexta, incluso yendo a sesenta por hora. En el caso de necesitarlo, pisotón a fondo y… 20 puntos del carnet a la basura. Claro, motor grande + turbo pequeño es la fórmula correcta, y no al revés, como muchos fabricantes insisten últimamente.
Porque este motor no es un V8, pero lo parece. Quizá es algo más nervioso, cosa que puede gustar o no. En este último caso, compra un V8.
Y bueno, vamos a lo malo que también lo hay, aunque muy poco.
Voy a destacar lo escueto de la boca de carga de su maletero, que no hace justicia a la gran capacidad del hueco. También la ausencia de ganchos donde enganchar cositas pequeñas (las bolsas de la compra) en dicho maletero. Creo que para tenerlos debería haber pagado el “paquete compartimentos”, pero no me dio la gana.
Respecto a averías nada que reseñar. Bueno sí, se fue a la porra un sensor de gases de escape a los 20.000 kms, pero fue sustituido en garantía en menos de un día en la BMW.
Los ocupantes ocasionales de las plazas de atrás se me han quejado de no tener apoyabrazos, y yo de que al abatir mi asiento para dejarles pasar éste no ha recuperado su posición original (para eso sí que vienen bien los asientos eléctricos con memoria).
Nada más.
En cuanto al comportamiento dinámico una fea tendencia a irse de morro en asfalto seco rodando a un ritmo sólo aconsejable en circuito y una absoluta neutralidad con bonito redondeo de la zaga rodando alegre en carretera abierta. La caja de cambios podría ser más rápida, pero no mejor.
La primera revisión me costó 268 euros con cambio de aceite y ya no sé qué más contaros. Mejor os compráis uno y lo descubrís vosotros mismos, y dejáis este en paz, que es mío-y-sólo-mío.
* Podéis encontrar este test en nuestro buscador por marca (BMW) o yendo a nuestro “archivo”: “Enemigo a las puertas” se titulaba.
NUESTRA NOTA: 9.5
Cosas a favor
Motor
Estética / Practicidad
Consumo / Prestaciones
Cosas en contra
Equipamiento de serie escaso
Precio abultado y opciones caras
Boca de carga del maletero
MOTOR
- Cilindrada: 2.979 c.c.
- Potencia: 306 CV CEE
- Par: 40,8 mkg
- Tracción: trasera
- Caja de cambios: manual 6 velocidades
Dimensiones
- Largo/ancho/alto: 436/175/141 cms
- Peso: 1.560 kgs
- Ruedas: 215/40R18-245/35R18
- Maletero: 370 L
- Cap. Depósito: 53 L
Prestaciones
- Velocidad máxima: 250 km/h
- Aceleración 0-100km/h: 5,3 seg
- Consumo medio oficial: 9,2 l/100kms
Equipamiento
- Equipamiento: ABS, EDB, ESP, TCS, CBC, 6 airbags, asientos abatibles, climatizador bizona, equipo de audio CD-Mp3, ordenador, pedales retráctiles, kit aerodinámico, cromados, llantas de alecaión de 18", tapicería de cuero, asientos deportivos, suespensión deportiva, elevalunas eléctricos delanteros...