by AUTODOMINIS

Prueba del DS4 Hybrid 136

DS4 Hybrid 136

" El Príncipe "

La marca de automóviles DS propone una interesante motorización híbrida convencional para su compacto de lujo, el 4, reforzando así su perfil de modelo más cómodo del segmento.


Tenía muchas ganas de probar el DS4.
Por problemas de agenda no pude asistir a su presentación y tampoco conseguíamos cuadrar fechas con la marca para realizar una prueba inmediata hasta que, cuando hubo oportunidad, su amable departamento de comunicación me recomendó que esperase, que venían motores más interesantes y acabados más completos. Les hice caso y no me decepcionaron en absoluto, porque a los días, DS anunció la incorporación a la gama de un propulsor híbrido “de toda la vida”, o sea, ni con enchufe ni MildHybrid, sino algo del tipo Toyota Corolla, para que nos entendamos.



Aquello aumentó mi interés.
Y es que creo que, si bien el futuro es incierto, el presente es híbrido y la fórmula que mejor funciona es la inauguró el Prius hace ya lo que parece una eternidad. Motor de gasolina, pequeño motor eléctrico y baterías a la par para mover el coche lo justo y suficiente para reducir consumos y emisiones pero sin estropear la dinámica del vehículo ni la calidad de vida de su dueño.
Entendía también que, dicha mecánica, bien montada, añadiría confort al confort ya presente al compacto burgués de la marca. Según me habían contado.

Bueno, pues llegó el día y acudía a la madrileña y legendaria fábrica de Villaverde a recoger un ejemplar del DS4 que resultó venir con el acabado dedicado al aviador y escritor francés Antoine de Saint Exupèry. Famoso por su libro ¨infantil” El Principito y por haber desaparecido misteriosamente durante un vuelo de reconocimiento en 1944 frente a la costa de Marsella.



El coche, más allá de homenaje que rinde al autor, tiene una planta estupenda.
Es muy moderno y elegante, con algún detalle que a mí me ha resultado demasiado barroco como la enorme y trabajada parrilla delantera y las exageradas luces de día. Elementos comunes –en lo excesivo de su diseño- a toda la gama DS.
El perfil es muy afilado, con una línea de cintura alta, pliegues de expresión y un techo bajo, lo que le da un aspecto de lo más aguerrido. Destacan, para bien, las grandes ruedas de 19 pulgadas, los detalles cromados, y para mal, la gigantesca tapa del depósito de carburante. No sé muy bien por qué.

En la parte de atrás, la caída del techo, las formas geométricas del portón y sus grupos ópticos enlazados por una tira cromada acentúan la anchura del coche. A las falsas salidas de escape no me acabo de acostumbrar. Me siguen pareciendo prescindibles.



Con todo, el DS4 es un coche bien plantado, atractivo y con una imagen claramente Premium. Es un modelo que no llega a los cuatro metros y medio de largo pero parece claramente más grande.

Pasamos a su interior tirando de unas manetas que quedan enrasadas con la carrocería cuando el coche se cierra y se despliegan al desbloquearlo o acercar la mano –con la llave en el bolsillo- y, tras superar un embellecedor en la puerta dedicado a Antoine, nos acomodamos en una butaca digna de reyes, o de príncipes en este caso.
Toda la atmósfera que envuelve el “cockpit” es lujosa y, sobre todo, detallista.
Los materiales son de primera –o se han revestido para que lo parezcan- y el diseño es primoroso. Hay cuero con costuras vivas por doquier, inserciones metálicas, remates en negro piano –pocos, afortunadamente- y hasta al mando de la regulación de los espejos, que podría perfectamente proceder de un Citroën Berlingo, se le ha dado un toque en el diseño de su botón para que no desentone.
La instrumentación, digital, sigue sin ser apenas configurable, pero trae temas propios para distinguirse de sus primos hermanos del doble chevrón.



La pantalla multimedia, coronando el salpicadero, estrena un interfaz que responde con mayor diligencia y atino a los requerimientos de usuario, y hace cosas curiosas, como atenuar los colores una vez seleccionada la emisora de radio requerida o lo que sea, para no molestar después con “estridencias visuales” al conductor. Bajo la pantalla hay una ristra de botones físicos, dispuestos a lo largo de una franja tipo aluminio diamantado, con los que se manejan de manera rápida e intuitiva la funciones más básicas e imprescindibles del equipo, como el climatizador.
Por cierto que a ambos lados de la tira de botones hay un par que yo pensé que eran para subir y bajar la temperatura del aire, pero no, son para orientar la salida de la ventilación.
Más abajo están los botones de arranque, warning y el freno de mano, que yo no lo hubiera puesto ahí.
Para rematar, llegamos a una bandeja con tapa de cuero que oculta una toma USB, una de 12v y un cargador del móvil por inducción.



En la zona de entre los asientos asoma un misterioso ojo robótico al estilo del HAL9000 de “2001 Una odisea en el espacio” pero en forma de rombo, por supuesto. En realidad es una pantalla táctil a través dela cual se manejan un par de cositas del equipo multimedia. Pero poco. O yo no la he entendido. Pero me parece un poco desperdicio, la verdad. Pero queda chula.
Junto a ella y perfilado en metal, está en mando del cambio y una rosca para subir o bajar el volumen del equipo de sonido y un botón para apagarlo. Ah, y los modos de conducción. Sport, normal y eco, sin más complicación.

Todo suma un entorno principesco, de lujo chic, pero no puedo irme de estas plazas sin sacarle los colores a este Versalles de bolsillo con ruedas. A ver, en las puertas está todo mal.
Las salidas de aire te apuntan al codo, los botones de los elevalunas, por diseño y ubicación, cuesta encontrarlos. La manera de apertura está demasiado baja y el apoyabrazos demasiado retrasado. Al menos el hueco portaobjetos es grande y está forrado. Pero vamos, que no sé yo qué experto en ergonomía con cuerpo de orangután ha pensado esta disposición… Ahora bien, ¿queda bonito? Sí. Eso se lo voy conceder.



El estilo principesco se extiende a la parte trasera. Por materiales y acabados, que no por espacio. Sobre todo en el apartado destinado a colocar las piernas. La cota es escasa, mejor para “principitos”. A lo ancho sí que hay espacio así como la altura es buena, cosa que me sorprendió. Por cierto, reseñable lo bien que suena el equipo de sonido en estas plazas, seguramente porque están dispuestos los altavoces en el pilar C, los llevas prácticamente pegados a la oreja.
También hay salidas de aire independientes, redes tras los respaldos delanteros y toma USB.

El maletero cubica 439 litros en ficha, pero a nosotros nos han salido 10 menos. Igual nos dejamos algún hueco oculto sin descubrir. Bueno, no pasa nada. El espacio es más que suficiente y ofrece unas formas regulares muy aprovechables. Cuenta con anclajes en forma de ganchos y cintas elásticas y el cierre del portón es manual. Eléctrico en opción.



Vamos a ponernos a rodar.
Como ya avancé, este DS4 Hybrid 136 cuenta con un propulsor de gasolina de tres cilindros turbo, 1.2 litros de cubicaje y 136CV asociado a un motor eléctrico de 21 kw que se alimenta de una batería de 0,89 kwh situada en el centro del vehículo.

Puesto que la norma hoy en día parecen ser las baterías de locomotora de mercancías para mover los absurdos coches “electrificados”, estos menos de 90 kwh parecen una miseria, pero no lo son, creedme.
Con tacto en el pedal del acelerador, se pueden cubrir entre dos y casi tres kilómetros del tirón en tráfico urbano, luego se cargan súper rápido y vuelta a empezar. Y rodando ligeros, en vías rápidas, muchas veces el sistema pasa a eléctrico ahorrándonos unas valiosas decimillas de litro. Todo ello, conduciendo de manera normal y sin tenernos que bajar a cargar en un poste -que igual no funciona- a las diez de la noche, con dos grados en la calle y lloviendo. Igualito que en los anuncios, que siempre aparece un poste de carga en mitad de la nada, listo para ti sin más ni más y en un clima tropical con la dosis exacta de sol y sombra.
En fin, cosas de la publicidad.
Volvamos con el DS.



El arranque, si hay batería y no hace mucho frío, se hace en eléctrico. De ahí pasaremos al modo térmico sin enterarnos, pues las transiciones este coche las hace con tacto de seda. Está muy bien aislado y el sistema está muy bien integrado. Vamos, que hay que mirar el cuadro para saber que propulsión estás usando.
También me ha gustado mucho que, a diferencia de los híbridos japoneses -y otros-, el DS4 fía su transmisión a un cambio de doble embrague y seis relaciones, de gran rendimiento y funcionamiento tan preciso como delicado.
Al igual que son delicadas las suspensiones.



Nuestra unidad de pruebas venía equipada con unos amortiguadores controlado electrónicamente con varios niveles de dureza. No es una suspensión neumática pero se le parece. Hay que irse haciendo poco a poco con los movimientos amplios de la carrocería, pero en breve, acaba resultando de lo más placentero viajar en este coche. Yo diría, sin miedo a equivocarme, que es el coche más cómodo del segmento. Y muy cerca de los modelos superiores.
La dirección es suave y los frenos, a pesar del tacto esponjo del pedal, cumplen siendo su potencia muy dosificable.
En nuestro circuito de “handling” el DS4 demostró más cintura de la que le presuponíamos –por su concepción lujosa- moviéndose de manera ágil entre los conos y marcando unas prestaciones en línea con las oficiales.
De hecho, otro dato que ha clavado ha sido el consumo: 5,2 litros a los 100 kms recorridos en uso mixto. En unas ocasiones hemos marcado fácilmente menos de 5 –urbano- y en otras –autopista, ritmo muy elevado- no hemos sido capaces de pasar de 6,5. Muy buenas cifras.



Por supuesto, como todo príncipe que se precie, este ha de venir rodeado de regalos y “alhajas”. Es decir, el DS4 Saint Exupèry viene de equipamiento hasta arriba. A todo lo que te puedas imaginar sólo se le puede sumar el techo panorámico y el equipo de sonido Focal –muy recomendable.
Todo a un precio no excesivamente palaciego: 43.697 euros (diciembre 2024) sin contar descuentos.
Desde luego no es poco dinero, pero es lo que tiene apuntar a un carro de la realeza. Un coche ideal para viajar con total comodidad o para los que quieren lujo más allá de las marcas Premium. A mí me ha gustado, y creo que este propulsor híbrido le va como anillo al dedo al concepto del modelo.


NUESTRA NOTA: 8.5
Valoracion prueba 8.5
Cosas a favor

Comodidad superlativa
Diseño, equipamiento, acabados y materiales
Rendimiento híbrido

Cosas en contra

Diseño interior de las puertas
Smart Touch desaprovechado
Precio elevado para ser un compacto

motor
MOTOR
  • Cilindrada: 1.199 c.c.
  • Potencia: 136 CV CEE
  • Par: 230 NM
  • Tracción: delantera
  • Caja de cambios: automática 6 velocidades
dimensiones
Dimensiones
  • Largo/ancho/alto: 440/183/147 cms
  • Peso: 1.529 kgs
  • Ruedas: 205/55R19
  • Maletero: 439 l
  • Cap. Depósito: 42 l
prestaciones
Prestaciones
  • Velocidad máxima: 203 km/h
  • Aceleración 0-100km/h: 9,4 seg
  • Consumo medio oficial: 5,2 l/100kms
equipamiento
Equipamiento
  • Equipamiento: ABs, BAs, EDB, ESP, TCS, 7 airbags, sistema de frenado de emergencia, control de carril, alerta de fatiga, control de velocidad activo, lector de señales de tráfico, avisador de vehículos en el ángulo muerto, cámara trasera, acceso y arranque sin llave, faros LED, climatizador bizona, asientos delanteros eléctricos, lunas traseras oscurecidas, pantalla multimedia de 10", instrumentación digital, sensores de luces, limpias y aparcamiento, conectividad IOs/Android, control por voz...

"Bonus Gallery"
Fotografías del DS4 Hybrid 136

  • Para entender el enorme cuidado que pone la marca en el diseño de sus coches, basta con observar lo intrincado del pilar C de este modelo.

    Para entender el enorme cuidado que pone la marca en el diseño de sus coches, basta con observar lo intrincado del pilar C de este modelo.
  • Esta edición, dedicada al autor de El Principito, nos recibe con una frase suya: Las estrellas miden las distancias reales para nosotros.

    Esta edición, dedicada al autor de El Principito, nos recibe con una frase suya: Las estrellas miden las distancias reales para nosotros.
  • Este ojo de Sauron es, en realidad, una pantalla táctil desde la que manejar algunas funciones multimedia.

    Este ojo de Sauron es, en realidad, una pantalla táctil desde la que manejar algunas funciones multimedia.
  • Esta botonera bajo la pantalla central además de ser muy estética, resuelve de manera sencilla diversos accesos directos.

    Esta botonera bajo la pantalla central además de ser muy estética, resuelve de manera sencilla diversos accesos directos.
  • El cuadro es pequeño y sencillo. Aquí muestra al DS4 rodando en modo eléctrico puro. De lo que es capaz durante un buen rato.

    El cuadro es pequeño y sencillo. Aquí muestra al DS4 rodando en modo eléctrico puro. De lo que es capaz durante un buen rato.
  • Aquí el diseño primó sobre la ergonomía. Cuesta acostumbrarse a dónde está cada cosa.

    Aquí el diseño primó sobre la ergonomía. Cuesta acostumbrarse a dónde está cada cosa.
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