Mercedes Benz CLE 220d
" Dos pájaros y medio "
Con el CLE, Mercedes Benz pretende sustituir tanto a la variante cupé de la Clase C como a la misma de la Clase E, logrado matar así dos pájaros de un tiro. Y esta variante diesel, apunta incluso a las versiones híbridas enchufables.
Si bien las variantes de carrocería cupé no atraviesan su mejor momento, toda marca Premium que se precie ha de incorporar, de manera casi obligatoria, alguno de estos coches más pasionales que prácticos en su gama.
Y Mercedes, hace años los tenía “a patadas”. Todas las clases tenían sus versión dos puertas, de los más grandes a los más pequeños.
Pero llegaron los tiempos absurdos en que todo lo que no sea o parezca SUV lo tiene difícil en el mercado y comenzó la poda selectiva.
Primero cayeron las versiones bajas, el Sportcoupé y las variantes de tres puertas del A. Luego, las más altas: La Clase S cupé, que siempre había tenia contado con una versión “deportiva”, desde los legendarios SEb de los años 60/70, los SEC de los 70/80 o los CL de los 90/00. Una pena. Cierto es que, para compensar, se sacaron de la manga ese experimento de berlina cupé que funcionó tan bien, hablo del CLS. Y en formato reducido incorporaron el CLA que, para sorpresa de nadie y disgusto de muchos, no tendrá continuidad.
Sin contar con el AMG-GT, al menos y hasta hace nada quedaban en la oferta de la estrella dos modelos recortados: el Clase C coupé y el Clase E coupé. Bien, pues el CLE ha fusionado ambos y ahora, donde antes eran multitud, sólo queda uno.
Bien cierto es que el modelo que nos ocupa se basta y se sobra para olvidarnos, hasta cierta medida, de los modelos que sustituye.
Para empezar su tamaño, que lo lleva por encima de los 4,85 metros de largo lo que le mete en el segmento de, por ejemplo, el Bentley Continental GT o Lexus LC. Porque los BMW Serie 4 y Audi A5 (ambos en su versión de dos puertas) se quedan pequeños a su lado. Otra cosa ese el precio, donde se aleja de los más lujosos para quedarse cómodamente asentado en el terreno Premium en el que la marca siempre ha habitado (vamos, que creo que hasta le pusieron nombre ellos…).
El CLE es un coche bonito lo mires por donde lo mires. Esculpido, bajito, afilado, ancho, huye de barroquismos, adornos superfluos y plantea un cupé tan elegante como deportivo.
En la vista frontal destaca la gran parrilla con la decoración en motivos de estrella de tres puntas que se extiende a los bajos del paragolpes, también los faros con tecnología matricial Digital Light, opcionales y con un rendimiento simplemente sobresaliente. También me gustan las dos nervaduras del capó, aunque ya lo habíamos visto en otros modelos de la marca.
La vista lateral está marcada por la altura reducida del CLE, que le hace lucir todavía más largo de lo que es. Las llantas equipadas en nuestra unidad de pruebas son opcionales, de 20”, y tengo sensaciones encontradas respecto a ellas. Y es que si es verdad que le quedan estupendamente, sobre todo en esta combinación de colores gris plomo – negro, comprometen algo su comportamiento, como ya veremos.
También merece la pena destacar el pliegue que recorre el flanco y marca un claro ensanchamiento llegando a los pasos de rueda traseros. Le da músculo, deportividad.
La zaga tiene claras reminiscencias GLE coupé y, como en aquel, diré que quedaría chulo que el plástico que une los dos pilotos fuera tintado en rojo y ofreciera iluminación, como se está poniendo tan de moda estos días. Igual esa carta se la están guardando para el futuro restyling del modelo.
Y lo que me parece imperdonable, más en un modelo de estas características, es lo de las dos salidas de escape simuladas, porque efectivamente, los dos tubos del coche están escondidos bajo el lado izquierdo del paragolpes.
En el interior nos encontramos con un entorno de sobra conocido, el del Clase C. Volante, instrumentación, pantallas… todo igual. La única diferencia es que el CLE trae una nueva actualización del sistema MBUX que hace que éste funcione algo mejor, o algo menos mal, como dicen algunos.
Sigo echando de menos mandos físicos para la climatización, al menos un botón que haga de ON/OFF.
Los asientos sí que son específicos de este modelo, y modifican tu postura respecto a la de la berlina. Aquí vas mucho más tendido, con las piernas estiradas y sentado más cerca del suelo. Su comodidad es notable y la ergonomía sigue siendo buena, lastrando sólo en parte la visibilidad exterior. Y digo sólo en parte porque ya viene lastrada “de serie” por las pequeñas ventanillas, la luna trasera tan tendida y porque, gracias al cielo, el coche viene con un extraordinario circuito de cámaras.
Las plazas traseras (dos) son amplias. Baten por la mano a las del anterior C Coupé y mejoras, un poquito, a las del Clase E coupé. La anchura es generosa, la longitud es más que aceptable y la altura permite que ocupantes por debajo del metro setenta y cinco no teman por el riesgo de chichones o de que se les chafe el moño.
Tampoco son unas plazas especialmente claustrofóbicas gracias a la incursión de techo panorámico –opcional. El acceso sin embargo no es del todo sencillo, como en todo buen cupé. El asiento delantero pliega su respaldo y se desplaza de manera eléctrica dejando un hueco suficiente. Sin embargo, es la poca altura del coche la que más dificulta la maniobra. Pero una vez dentro, pues muy bien. Con tus salidas de aire independientes, tus tomas USB y la feria de luces LED que se extiende por todo el habitáculo.
El maletero, con 420 litros de capacidad es bueno. De formas regulares, con apertura motorizada de la tapa y una boca de carga amplia, aunque algo condicionada por las formas del paragolpes y el mecanismo de los brazos que sostienen la tapa.
Bajo el capó de este CLE220d se esconde el conocido motor de dos litros diesel que tanto y tan merecido éxito le está dando a la marca. Son 197 caballos a 3.600 vueltas con 440 NM de par disponibles a menos de 2.000 revoluciones. El bloque diesel va “hibridado” con un motor eléctrico de 48V y 23CV encargado de generar corriente eléctrica y sin función a la hora de mover el coche. Aunque esto habría que entrecomillarlo (pero ya llevo demasiadas comillas en la prueba…), pues aunque no aporte tracción, sí que ayuda a que los consumos sean realmente bajos. Extraordinariamente bajos, diría yo.
Nosotros medimos 5,1 litros a los 100 kms recorridos en el entorno mixto de nuestro recorrido de pruebas, pero es que he sido incapaz de llegar a 6 durante toda la semana de pruebas. Ni con el circuito de handling de por medio. Y a pesar de las grandes ruedas montadas, que echaban a perder un poco la fantástica aerodinámica del modelo y un mucho su comportamiento.
Porque que nadie se llame a engaño. El CLE no es un deportivo ni lo pretende. Tal vez la versión AMG53…
Es un coche que permite ir rápido con total confort y seguridad. Que se come las autovías y las autopistas, pero que cuando la cosa se retuerce… se vuelve un tanto torpe y si el asfalto no está perfecto, sus rodillos de goma irán buscando irregularidades para transmitirlas, de una manera tan confusa como molesta, a la dirección. No sé si la opción del eje trasero directriz le dará algo más de cintura a este coche, pero tampoco creo que la mejora sea sustancial. Por el contrario, lo de dejarle las ruedas de serie del acabado AMG es una opción recomendable y barata.
Por lo demás, la suspensión mantiene el pulso en toda situación sin agitar en exceso a los pasajeros, los frenos son excelentes y la dirección se vuelve mejor y más directa cuanto más rápido vayas.
La caja de cambios de nueve relaciones es un dechado de suavidad y rara vez equivoca la relación, por supuesto cuenta con levas tras el volante para un manejo manual más pasional. Lo del palito tras el volante para seleccionar las marchas me sigue sin convencer.
El motor suena bastante en frío, pero sobre todo se percibe en el exterior del coche, porque el interior está muy bien aislado y únicamente percibirás algún –molesto- gruñido en momentos de máxima exigencia. Y oye, si es el peaje que hay que pagar por contar con las fantásticas prestaciones de este coche y una autonomía de más de 1.200 kms, pues yo lo desembolso con gusto. Además, es etiqueta ECO.
Sinceramente, así las cosas, no le veo ningún sentido a la variante híbrida enchufable CLE 300e.
Concluimos con el precio que, siendo un Mercedes y un cupé en estos tiempos de carestía, ya te puedes imaginar que “va a doler”. El precio base son 60.250 euros (octubre de 2024), que tampoco son una locura, pero si quieres un CLE220d equipado como el que ves en las fotos con paquete AMG Line Premium Plus y algunos otros detalles, la factura ascenderá hasta cerca de los 80.000 euros.
Y bueno, lo puedes ver como que te llevas un coche que vienen a ser dos coches y medio por el mordisco que les da, merced a sus consumos, emisiones y prestaciones, a la tecnología de los coches con enchufe.
Y Mercedes, hace años los tenía “a patadas”. Todas las clases tenían sus versión dos puertas, de los más grandes a los más pequeños.
Pero llegaron los tiempos absurdos en que todo lo que no sea o parezca SUV lo tiene difícil en el mercado y comenzó la poda selectiva.
Primero cayeron las versiones bajas, el Sportcoupé y las variantes de tres puertas del A. Luego, las más altas: La Clase S cupé, que siempre había tenia contado con una versión “deportiva”, desde los legendarios SEb de los años 60/70, los SEC de los 70/80 o los CL de los 90/00. Una pena. Cierto es que, para compensar, se sacaron de la manga ese experimento de berlina cupé que funcionó tan bien, hablo del CLS. Y en formato reducido incorporaron el CLA que, para sorpresa de nadie y disgusto de muchos, no tendrá continuidad.
Sin contar con el AMG-GT, al menos y hasta hace nada quedaban en la oferta de la estrella dos modelos recortados: el Clase C coupé y el Clase E coupé. Bien, pues el CLE ha fusionado ambos y ahora, donde antes eran multitud, sólo queda uno.
Bien cierto es que el modelo que nos ocupa se basta y se sobra para olvidarnos, hasta cierta medida, de los modelos que sustituye.
Para empezar su tamaño, que lo lleva por encima de los 4,85 metros de largo lo que le mete en el segmento de, por ejemplo, el Bentley Continental GT o Lexus LC. Porque los BMW Serie 4 y Audi A5 (ambos en su versión de dos puertas) se quedan pequeños a su lado. Otra cosa ese el precio, donde se aleja de los más lujosos para quedarse cómodamente asentado en el terreno Premium en el que la marca siempre ha habitado (vamos, que creo que hasta le pusieron nombre ellos…).
El CLE es un coche bonito lo mires por donde lo mires. Esculpido, bajito, afilado, ancho, huye de barroquismos, adornos superfluos y plantea un cupé tan elegante como deportivo.
En la vista frontal destaca la gran parrilla con la decoración en motivos de estrella de tres puntas que se extiende a los bajos del paragolpes, también los faros con tecnología matricial Digital Light, opcionales y con un rendimiento simplemente sobresaliente. También me gustan las dos nervaduras del capó, aunque ya lo habíamos visto en otros modelos de la marca.
La vista lateral está marcada por la altura reducida del CLE, que le hace lucir todavía más largo de lo que es. Las llantas equipadas en nuestra unidad de pruebas son opcionales, de 20”, y tengo sensaciones encontradas respecto a ellas. Y es que si es verdad que le quedan estupendamente, sobre todo en esta combinación de colores gris plomo – negro, comprometen algo su comportamiento, como ya veremos.
También merece la pena destacar el pliegue que recorre el flanco y marca un claro ensanchamiento llegando a los pasos de rueda traseros. Le da músculo, deportividad.
La zaga tiene claras reminiscencias GLE coupé y, como en aquel, diré que quedaría chulo que el plástico que une los dos pilotos fuera tintado en rojo y ofreciera iluminación, como se está poniendo tan de moda estos días. Igual esa carta se la están guardando para el futuro restyling del modelo.
Y lo que me parece imperdonable, más en un modelo de estas características, es lo de las dos salidas de escape simuladas, porque efectivamente, los dos tubos del coche están escondidos bajo el lado izquierdo del paragolpes.
En el interior nos encontramos con un entorno de sobra conocido, el del Clase C. Volante, instrumentación, pantallas… todo igual. La única diferencia es que el CLE trae una nueva actualización del sistema MBUX que hace que éste funcione algo mejor, o algo menos mal, como dicen algunos.
Sigo echando de menos mandos físicos para la climatización, al menos un botón que haga de ON/OFF.
Los asientos sí que son específicos de este modelo, y modifican tu postura respecto a la de la berlina. Aquí vas mucho más tendido, con las piernas estiradas y sentado más cerca del suelo. Su comodidad es notable y la ergonomía sigue siendo buena, lastrando sólo en parte la visibilidad exterior. Y digo sólo en parte porque ya viene lastrada “de serie” por las pequeñas ventanillas, la luna trasera tan tendida y porque, gracias al cielo, el coche viene con un extraordinario circuito de cámaras.
Las plazas traseras (dos) son amplias. Baten por la mano a las del anterior C Coupé y mejoras, un poquito, a las del Clase E coupé. La anchura es generosa, la longitud es más que aceptable y la altura permite que ocupantes por debajo del metro setenta y cinco no teman por el riesgo de chichones o de que se les chafe el moño.
Tampoco son unas plazas especialmente claustrofóbicas gracias a la incursión de techo panorámico –opcional. El acceso sin embargo no es del todo sencillo, como en todo buen cupé. El asiento delantero pliega su respaldo y se desplaza de manera eléctrica dejando un hueco suficiente. Sin embargo, es la poca altura del coche la que más dificulta la maniobra. Pero una vez dentro, pues muy bien. Con tus salidas de aire independientes, tus tomas USB y la feria de luces LED que se extiende por todo el habitáculo.
El maletero, con 420 litros de capacidad es bueno. De formas regulares, con apertura motorizada de la tapa y una boca de carga amplia, aunque algo condicionada por las formas del paragolpes y el mecanismo de los brazos que sostienen la tapa.
Bajo el capó de este CLE220d se esconde el conocido motor de dos litros diesel que tanto y tan merecido éxito le está dando a la marca. Son 197 caballos a 3.600 vueltas con 440 NM de par disponibles a menos de 2.000 revoluciones. El bloque diesel va “hibridado” con un motor eléctrico de 48V y 23CV encargado de generar corriente eléctrica y sin función a la hora de mover el coche. Aunque esto habría que entrecomillarlo (pero ya llevo demasiadas comillas en la prueba…), pues aunque no aporte tracción, sí que ayuda a que los consumos sean realmente bajos. Extraordinariamente bajos, diría yo.
Nosotros medimos 5,1 litros a los 100 kms recorridos en el entorno mixto de nuestro recorrido de pruebas, pero es que he sido incapaz de llegar a 6 durante toda la semana de pruebas. Ni con el circuito de handling de por medio. Y a pesar de las grandes ruedas montadas, que echaban a perder un poco la fantástica aerodinámica del modelo y un mucho su comportamiento.
Porque que nadie se llame a engaño. El CLE no es un deportivo ni lo pretende. Tal vez la versión AMG53…
Es un coche que permite ir rápido con total confort y seguridad. Que se come las autovías y las autopistas, pero que cuando la cosa se retuerce… se vuelve un tanto torpe y si el asfalto no está perfecto, sus rodillos de goma irán buscando irregularidades para transmitirlas, de una manera tan confusa como molesta, a la dirección. No sé si la opción del eje trasero directriz le dará algo más de cintura a este coche, pero tampoco creo que la mejora sea sustancial. Por el contrario, lo de dejarle las ruedas de serie del acabado AMG es una opción recomendable y barata.
Por lo demás, la suspensión mantiene el pulso en toda situación sin agitar en exceso a los pasajeros, los frenos son excelentes y la dirección se vuelve mejor y más directa cuanto más rápido vayas.
La caja de cambios de nueve relaciones es un dechado de suavidad y rara vez equivoca la relación, por supuesto cuenta con levas tras el volante para un manejo manual más pasional. Lo del palito tras el volante para seleccionar las marchas me sigue sin convencer.
El motor suena bastante en frío, pero sobre todo se percibe en el exterior del coche, porque el interior está muy bien aislado y únicamente percibirás algún –molesto- gruñido en momentos de máxima exigencia. Y oye, si es el peaje que hay que pagar por contar con las fantásticas prestaciones de este coche y una autonomía de más de 1.200 kms, pues yo lo desembolso con gusto. Además, es etiqueta ECO.
Sinceramente, así las cosas, no le veo ningún sentido a la variante híbrida enchufable CLE 300e.
Concluimos con el precio que, siendo un Mercedes y un cupé en estos tiempos de carestía, ya te puedes imaginar que “va a doler”. El precio base son 60.250 euros (octubre de 2024), que tampoco son una locura, pero si quieres un CLE220d equipado como el que ves en las fotos con paquete AMG Line Premium Plus y algunos otros detalles, la factura ascenderá hasta cerca de los 80.000 euros.
Y bueno, lo puedes ver como que te llevas un coche que vienen a ser dos coches y medio por el mordisco que les da, merced a sus consumos, emisiones y prestaciones, a la tecnología de los coches con enchufe.
NUESTRA NOTA: 9
Cosas a favor
Rendimiento mecánico
Consumos
Cupé de tamaño grande y precio razonable.
Cosas en contra
Precio con opciones
Comportamiento aburguesado
Demasiadas funciones en la pantalla central
MOTOR
- Cilindrada: 1.993 c.c.
- Potencia: 197 CV
- Par: 440 NM
- Tracción: trasera
- Caja de cambios: automática 9 velocidades
Dimensiones
- Largo/ancho/alto: 485/186/142 cms
- Peso: 1.860 kgs
- Ruedas: 245/35-275/30R20 op.
- Maletero: 420 l
- Cap. Depósito: 66 l
Prestaciones
- Velocidad máxima: 238 km/h
- Aceleración 0-100km/h: 7,5 seg
- Consumo medio oficial: 4,7 l/100 kms
Equipamiento
- Equipamiento: ABS, BAS, EDB, ESP, TCS, 6 airbags + central delantero, sistema de frenado de emergencia, control de carril, faros LED, sensores de parking, cámara trasera, acceso y arranque sin llave, climatizador bizona, modos de conducción, navegador, instrumentación digital, pantalla multimedia de 11,9 pulgadas, conectividad android/apple, carga inalámbrica, asientos deportivos, sensores de luces y limpias, regulación eléctrica de los asientos...