Renault Arkana E-Tech Esprit Alpine
" Lavado de cara "
Renault actualiza ligeramente el cupé SUV Arkana con nuevos acabados y mejoras en algunos puntos que tenía pendientes.
El Arkana trajo consigo para la marca del rombo un éxito similar al que en su día experimentó con el Captur, y que ojalá se extienda al Austral.
Y es que el Arkana, además de resultar un coche completamente solvente, venía con el marchamo de SUV cupé, una fórmula hasta no hace mucho propiedad de las marcas Premium, por mucho que la inaugurase Ssangyong con el Actyon bastante años atrás.
El caso es que el Arkana era –y es- un coche pintón. Podría parecer un BMW X4 si no lo aparcas al lado de uno, donde las diferencias de tamaño se hacen evidentes. Así y a pesar de sus defectos, que los tenía y los tiene como veremos, es un modelo vigente y atractivo. Tanto que lo único que se ha hecho para mantenerlo actual han sido unos retoques por aquí y por allá, algunos más evidentes que otros.
Para empezar con este “lavado de cara” desaparece el acabado R.S. y es sustituido por este Espirit Alpine que, en el exterior, incluye nueva parrilla que incorpora el nuevo logotipo, paragolpes modificados, detalles en negro brillante y unas preciosas llantas específicas. Los grupos ópticos, que también han sido actualizados, son comunes con el resto de versiones.
En el interior es donde a mi parecer la cosa mejora sensiblemente.
En su día nos quejamos de la profusión de materiales “baratos” y acabados mediocres. Ahora, y al menos en este Espirit Alpine, la cosa cambia. Hay muchas más superficies forradas, los ajustes se han trabajado y convence tanto a la vista como al tacto. El triple pespunte con la bandera de Alpine –y la francesa, por extensión- está por todas partes y le da un toque muy racing. Pero ojo, estas modificaciones traen consigo un efecto un tanto perverso: en interior de este Arkana se ha vuelto tremendamente caluroso. Mejor aparcar a la sombra… y acordarse de cerrar al toldilla del techo solar.
Otra cosa que me ha llamado la atención es que, si bien las dos banquetas delanteras –excelentes- exhiben un revestimiento de Alcántara, las traseras no. Estas son de una imitación de cuero. Me recuerda a los primeros T-Roc de Volkswagen, cuyos insertos en las puertas delanteras y traseras eran distintos.
Eso respecto a lo que se ve, lo que no se ve es la actualización del interfaz del equipo multimedia, que poco a poco va madurando y ahora funciona tan bien como pudimos comprobar no hace mucho con el del Renault Espace.
Las cotas interiores se mantienen inalteradas ofreciendo muy buen espacio en las plazas anteriores y razonable en las de atrás, donde el espacio para las piernas no es para tirar cohetes. Hay salidas de aire traseras y conexiones USB-C.
El maletero también conserva su volumen inalterado, de 480 litros con este propulsor E-Tech.
Y hablando ya del motor. Nos dicen que el propulsor híbrido ha sido optimizado, pero la verdad es que no se nota. O no mucho. El tetracilíndrico de 1.6L apoyado por dos motores eléctricos que suman 145 CV en total hacen que el Arkana siga siendo un coche de lo más agradable de conducir en ciudad e interurbano y algo perezoso en vías rápidas, cosa que no pasa con los propulsores híbridos de sus hermanos mayores.
Si hay algo distinto que haya podido percibir en este modelo actualizado podría ser lo rápido que carga la batería, resultando prácticamente imposible bajar de un tercio de su capacidad, lo que nos garantiza no dejarnos “vendidos” ante un rápida demanda de potencia.
El consumo sigue siendo muy bueno. Le hemos medido 4,6 litros a los 100 kilómetros en nuestro recorrido de uso mixto y hemos sido incapaces de pasar de 5 conduciendo despreocupados durante todos los días de la prueba. Y hablando de despreocupación, tampoco teníamos que ir buscando un dichoso poste de carga como con los fastidiosos “híbridos enchufables”.
Tampoco cambia el hecho de que, a pesar de sus pinturas de guerra, no hay más espíritu deportivo que el que pueda emanar de la imaginación de su conductor. Tampoco hay modificaciones en el apartado dinámico, en lo que se refiera a tarados de suspensión, dirección o frenos. Es un coche para ir a gusto tranquilo.
El precio tampoco varía de manera significativa.
Por 33.156 euros te lo llevas con un equipamiento de primera, que sólo se puede enriquecer con el paquete aparcamiento plus (850 euros), con el techo panorámico (1.100 euros, pero que se abre, no es fijo) o el equipo de sonido Bosé (700, pero merece la pena). Ah, y el color blanco es de serie, pero la pintura “rojo deseo” que es la que yo escogería, se paga aparte.
Y añadir para acabar que, si tu tollo es más rutero con lo que el tema híbrido se te podría quedar flojo, también hay una versión MHEV con algo más de músculo y, al mismo nivel de acabado, por 600 euros menos.
Y es que el Arkana, además de resultar un coche completamente solvente, venía con el marchamo de SUV cupé, una fórmula hasta no hace mucho propiedad de las marcas Premium, por mucho que la inaugurase Ssangyong con el Actyon bastante años atrás.
El caso es que el Arkana era –y es- un coche pintón. Podría parecer un BMW X4 si no lo aparcas al lado de uno, donde las diferencias de tamaño se hacen evidentes. Así y a pesar de sus defectos, que los tenía y los tiene como veremos, es un modelo vigente y atractivo. Tanto que lo único que se ha hecho para mantenerlo actual han sido unos retoques por aquí y por allá, algunos más evidentes que otros.
Para empezar con este “lavado de cara” desaparece el acabado R.S. y es sustituido por este Espirit Alpine que, en el exterior, incluye nueva parrilla que incorpora el nuevo logotipo, paragolpes modificados, detalles en negro brillante y unas preciosas llantas específicas. Los grupos ópticos, que también han sido actualizados, son comunes con el resto de versiones.
En el interior es donde a mi parecer la cosa mejora sensiblemente.
En su día nos quejamos de la profusión de materiales “baratos” y acabados mediocres. Ahora, y al menos en este Espirit Alpine, la cosa cambia. Hay muchas más superficies forradas, los ajustes se han trabajado y convence tanto a la vista como al tacto. El triple pespunte con la bandera de Alpine –y la francesa, por extensión- está por todas partes y le da un toque muy racing. Pero ojo, estas modificaciones traen consigo un efecto un tanto perverso: en interior de este Arkana se ha vuelto tremendamente caluroso. Mejor aparcar a la sombra… y acordarse de cerrar al toldilla del techo solar.
Otra cosa que me ha llamado la atención es que, si bien las dos banquetas delanteras –excelentes- exhiben un revestimiento de Alcántara, las traseras no. Estas son de una imitación de cuero. Me recuerda a los primeros T-Roc de Volkswagen, cuyos insertos en las puertas delanteras y traseras eran distintos.
Eso respecto a lo que se ve, lo que no se ve es la actualización del interfaz del equipo multimedia, que poco a poco va madurando y ahora funciona tan bien como pudimos comprobar no hace mucho con el del Renault Espace.
Las cotas interiores se mantienen inalteradas ofreciendo muy buen espacio en las plazas anteriores y razonable en las de atrás, donde el espacio para las piernas no es para tirar cohetes. Hay salidas de aire traseras y conexiones USB-C.
El maletero también conserva su volumen inalterado, de 480 litros con este propulsor E-Tech.
Y hablando ya del motor. Nos dicen que el propulsor híbrido ha sido optimizado, pero la verdad es que no se nota. O no mucho. El tetracilíndrico de 1.6L apoyado por dos motores eléctricos que suman 145 CV en total hacen que el Arkana siga siendo un coche de lo más agradable de conducir en ciudad e interurbano y algo perezoso en vías rápidas, cosa que no pasa con los propulsores híbridos de sus hermanos mayores.
Si hay algo distinto que haya podido percibir en este modelo actualizado podría ser lo rápido que carga la batería, resultando prácticamente imposible bajar de un tercio de su capacidad, lo que nos garantiza no dejarnos “vendidos” ante un rápida demanda de potencia.
El consumo sigue siendo muy bueno. Le hemos medido 4,6 litros a los 100 kilómetros en nuestro recorrido de uso mixto y hemos sido incapaces de pasar de 5 conduciendo despreocupados durante todos los días de la prueba. Y hablando de despreocupación, tampoco teníamos que ir buscando un dichoso poste de carga como con los fastidiosos “híbridos enchufables”.
Tampoco cambia el hecho de que, a pesar de sus pinturas de guerra, no hay más espíritu deportivo que el que pueda emanar de la imaginación de su conductor. Tampoco hay modificaciones en el apartado dinámico, en lo que se refiera a tarados de suspensión, dirección o frenos. Es un coche para ir a gusto tranquilo.
El precio tampoco varía de manera significativa.
Por 33.156 euros te lo llevas con un equipamiento de primera, que sólo se puede enriquecer con el paquete aparcamiento plus (850 euros), con el techo panorámico (1.100 euros, pero que se abre, no es fijo) o el equipo de sonido Bosé (700, pero merece la pena). Ah, y el color blanco es de serie, pero la pintura “rojo deseo” que es la que yo escogería, se paga aparte.
Y añadir para acabar que, si tu tollo es más rutero con lo que el tema híbrido se te podría quedar flojo, también hay una versión MHEV con algo más de músculo y, al mismo nivel de acabado, por 600 euros menos.
NUESTRA NOTA: 8.5
Cosas a favor
Estética y detalles Esprit Alpine
Relación precio-tamaño-equipamiento
Funcionamiento híbrido
Cosas en contra
Comportamiento burgués
Queda alguna cosilla de acabado por mejorar
Prestaciones discretas
MOTOR
- Cilindrada: 1.598 c.c.
- Potencia: 145 CV CEE
- Par: 144 NM (motor combustión)
- Tracción: delantera
- Caja de cambios: automática múltiples relaciones
Dimensiones
- Largo/ancho/alto: 456/182/157 cms
- Peso: 1.510 kgs
- Ruedas: 225/45R19
- Maletero: 480 l
- Cap. Depósito: 50 l
Prestaciones
- Velocidad máxima: 172 km/h
- Aceleración 0-100km/h: 10,8 seg
- Consumo medio oficial: 4,7 l/100kms
Equipamiento
- Equipamiento: ABS, BAS, EDB, TCS, ESP, 6 airbags, asistente de frenado de emergencia, control de carril, control de velocidad activo, sensores de parking, cámara trasera, asistente de atascos, faros LED, acceso sin llave, regulación eléctrica asientos delanteros, cuadro de instrumentos digital, pantalla multimedia de 9,3 pulgadas, Apple Carplay/Android auto, volante con calefacción, lector de señales de tráfico, avisador de objetos en el ángulo muerto...