Renault Espace E-Tech
" Agrandar lo bueno "
La marca del rombo reinventa su emblemático monovolumen Espace apuntándose al carro SUV, sirviéndose para ello de gran parte del nuevo y exitoso Renault Austral.
No hace falta ser muy listo para darse cuenta de que la fiebre monovolumen que asoló nuestro mercado a principios de siglo ya no es más que un vago recuerdo lejano. Todas esas “furgonetas” reconvertidas han ido poco a poco abandonando sus gamas a favor de su reemplazo natural, los SUVs o todo caminos. Estos prometen la misma versatilidad pero con una estética más moderna, aguerrida y menos familiar. “Adiós papá moñas del Scenic bienvenido maduro interesante a bordo de un Nissan X-trail”, se podría decir. Porque las mujeres siempre fueron más listas y estuvieron por encima de los estereotipos, pero algo ganó también su corazón: ir sentadas más altas. Por ello, bien estaba renunciar a cierta versatilidad.
Renault ya le dio cierta pátina SUV a la anterior generación del Espace, con lo que era obvio seguir ese camino si querían que el modelo perdurase.
Pero, en tal caso… ¿Era necesario crear un coche desde cero? El Austral se acaba de presentar con gran éxito (absolutamente merecido, pues uno de mis coches favoritos del año pasado) y su plataforma dejaba claro que podía ir a más. Con lo que, con buen criterio, los de la Regiè se pusieron a tirar un poquito de allí, a subir un tanto de allá, rediseñar dos o tres cosas, meter un par de asientos más… e voilà, el nuevo Renault Espace.
La plataforma sobre la que se asienta es la misma CMF-CD, pero su batalla se ha alargado 7 centímetros así como el voladizo trasero. Ello le ha permitido ganar espacio en la segunda fila de asientos como el poder equipar una tercera y/o mayor espacio de carga. Y es que el Espace es 21 centímetros más largo que el mencionado Austral, mientras que es exactamente igual de ancho y apenas tres centímetros más alto. Vistos de frente los dos coches, cuesta distinguirlos, de lado, es obvio, y en la vista trasera… Hay que afinar para darse cuenta de que los paragolpes son distintos, contando el Espace con un par de falsas salidas de aire a los lados. Porque la mayor caída de la luna del “pequeño”, a primera vista no se distingue.
En el interior el Espace también toma los mimbres del Austral en forma de pantallas, buenos materiales y buenos acabados. Todo el lo mismo y todo funciona igual. Si bien es cierto que nuestra unidad de pruebas, equipada con el acabado tope de gama “Iconic” podía presumir de una atmósfera más lujosa que la del Austral quue probamos tiempos atrás, que era un “Esprit Alpine”, de corte más deportivo.
No sé si era ese cuero claro, el enorme techo panorámico o esos centímetros adicionales, pero sí que tengo que decir que en el Espace se va más “desahogado”. Y me refiero a las plazas delanteras. Porque en las traseras, no es sensación, es la realidad. Ya llegaremos a ellas.
Del puesto del conductor nada nuevo que decir que no dijese ya con el Austral. Volante curioso, todo a mano, buenas pantalla, botones físicos y la misma incordiante bandeja para cargar el móvil. Pero es opcional. Iba a elogiar los acabados en madera que trae el coche, pero es que lo único de ese material que hay es un listón frente al acompañante. Y ya está. No hay nada más, lo que hace que ese único trozo quede algo extraño en el interior. Tampoco me han gustado los tiradores de las puertas de color negro –de noche no se ven- e insisto en que la pantalla que hace de instrumentación desperdicia su calidad con escasísimas posibilidades de personalización.
También estaría bien que los huecos donde dejar cosas fueran revestidos, si no todos, porque hay unos cuantos, al menos un par de ellos. Porque es dejar unas llaves ahí y el coche se vuelve un sonajero, estropeando la experiencia de rodar suavemente en silencio.
Las plazas de atrás efectivamente ganan espacio con respecto al Austral, pero no es una ganancia estratosférica, si bien es suficiente para acomodar tres adultos en sus butacas. Unas butacas que han perdido la modularidad del Espace. Ahora simplemente se deslizan hacia delante un poco (5 cms) y se reclina su respaldo una docena de grados, pero han dejado de ser modulares y extraíbles. Hay una buena altura al techo y las puertas son muy grandes.
Lo de la tercera fila es… bueno, pues ahí está, pero a menos que la ocupen niños o eches los asientos de la segunda fila al máximo para delante, no cuentes con ella para gente grande o viajes largos. Además, se accede fatal. Los asientos no basculan, con lo que hay que apañarse con el hueco que nos deja el respaldo abatido. Este es quizá el punto menos Espace de la Espace. Donde más se deja ver que estamos, y que ni de lejos se entienda como peyorativo, ante un Austral Plus. Sin más.
El maletero es muy grande, con una capacidad máxima de 677 litros con dos filas de asientos, lo que son 125 más del modelo del que deriva. Con las tres filas arriba la cosa decrece hasta quedarse e unos escuetos 159, que son 150 mas 9 en un agujero alargado bajo la base.
Nos ponemos a rodar con él y descubrimos que su dinámica es calcada a la de su hermano pequeño. No en vano equipan el mismo propulsor, el E-Tech híbrido sin enchufe de 199CV, que provienen de un motor de combustión 1.2 de cuatro cilindros y 131CV al que se suman los 68 de otro generador eléctrico. Hay uno más, el que va en el cambio, con 34 CV, pero ese no interviene a la hora de mover el coche.
Cuenta con modos de conducción Comfort, Sport y Eco, así como otro que fuerza el funcionamiento eléctrico, un funcionamiento que, en base a su pequeña batería de 2kwh, es capaz de desplazar el automóvil algo más de un kilómetro. No olvidemos que estamos hablando de un coche de más de 1.800 kilos.
Así las cosas, el Espace se mueve con soltura y sin drama en cualquier condición, en cualquier carretera, bajo cualquier conducción. Es un automóvil francamente agradable de conducir, con una pisada franca y buenos frenos. Una suspensión cómoda y una dirección marcada por el buen funcionamiento del sistema 4Control, que dita de cierta capacidad de maniobra al eje trasero. La prestaciones son correctas, nunca se echa en falta más potencia. A menos que busques velocidad punta, que ya sabes –y si no lo sabes te lo digo yo- que estos híbridos están limitados a 175 km/h. Sea un Espace, sea un Austral o un Clío.
El consumo también demuestra lo vigente que está esta tecnología híbrida, tanto que estos coches se están convirtiendo en “los nuevos diesel”. Y es que nuestro Espace ha marcado 5,3 litros a los 100 kms recorridos en uso mixto y hemos sido incapaces de pasar de los 5,5 durante toda la prueba. Eso, sumado a la buena capacidad de su depósito, te permitirá autonomías de cerca, muy cerca, de los 1.000 kms. Sin enchufes, ni cargas, ni historias, y con pegatina ECO.
Ahora, la “dolorosa”. La cuenta a pagar por este modelo en concreto son 46.922 euros. Pero ojo, viene con prácticamente todo de serie. Lo que lo sitúa como una oferta muy atractiva, para los tiempos que corren.
Es como si Renault, en este coche, hubiera querido agrandar todo lo bueno que ya tenían en otro. Y sí, les ha salido bien.
Renault ya le dio cierta pátina SUV a la anterior generación del Espace, con lo que era obvio seguir ese camino si querían que el modelo perdurase.
Pero, en tal caso… ¿Era necesario crear un coche desde cero? El Austral se acaba de presentar con gran éxito (absolutamente merecido, pues uno de mis coches favoritos del año pasado) y su plataforma dejaba claro que podía ir a más. Con lo que, con buen criterio, los de la Regiè se pusieron a tirar un poquito de allí, a subir un tanto de allá, rediseñar dos o tres cosas, meter un par de asientos más… e voilà, el nuevo Renault Espace.
La plataforma sobre la que se asienta es la misma CMF-CD, pero su batalla se ha alargado 7 centímetros así como el voladizo trasero. Ello le ha permitido ganar espacio en la segunda fila de asientos como el poder equipar una tercera y/o mayor espacio de carga. Y es que el Espace es 21 centímetros más largo que el mencionado Austral, mientras que es exactamente igual de ancho y apenas tres centímetros más alto. Vistos de frente los dos coches, cuesta distinguirlos, de lado, es obvio, y en la vista trasera… Hay que afinar para darse cuenta de que los paragolpes son distintos, contando el Espace con un par de falsas salidas de aire a los lados. Porque la mayor caída de la luna del “pequeño”, a primera vista no se distingue.
En el interior el Espace también toma los mimbres del Austral en forma de pantallas, buenos materiales y buenos acabados. Todo el lo mismo y todo funciona igual. Si bien es cierto que nuestra unidad de pruebas, equipada con el acabado tope de gama “Iconic” podía presumir de una atmósfera más lujosa que la del Austral quue probamos tiempos atrás, que era un “Esprit Alpine”, de corte más deportivo.
No sé si era ese cuero claro, el enorme techo panorámico o esos centímetros adicionales, pero sí que tengo que decir que en el Espace se va más “desahogado”. Y me refiero a las plazas delanteras. Porque en las traseras, no es sensación, es la realidad. Ya llegaremos a ellas.
Del puesto del conductor nada nuevo que decir que no dijese ya con el Austral. Volante curioso, todo a mano, buenas pantalla, botones físicos y la misma incordiante bandeja para cargar el móvil. Pero es opcional. Iba a elogiar los acabados en madera que trae el coche, pero es que lo único de ese material que hay es un listón frente al acompañante. Y ya está. No hay nada más, lo que hace que ese único trozo quede algo extraño en el interior. Tampoco me han gustado los tiradores de las puertas de color negro –de noche no se ven- e insisto en que la pantalla que hace de instrumentación desperdicia su calidad con escasísimas posibilidades de personalización.
También estaría bien que los huecos donde dejar cosas fueran revestidos, si no todos, porque hay unos cuantos, al menos un par de ellos. Porque es dejar unas llaves ahí y el coche se vuelve un sonajero, estropeando la experiencia de rodar suavemente en silencio.
Las plazas de atrás efectivamente ganan espacio con respecto al Austral, pero no es una ganancia estratosférica, si bien es suficiente para acomodar tres adultos en sus butacas. Unas butacas que han perdido la modularidad del Espace. Ahora simplemente se deslizan hacia delante un poco (5 cms) y se reclina su respaldo una docena de grados, pero han dejado de ser modulares y extraíbles. Hay una buena altura al techo y las puertas son muy grandes.
Lo de la tercera fila es… bueno, pues ahí está, pero a menos que la ocupen niños o eches los asientos de la segunda fila al máximo para delante, no cuentes con ella para gente grande o viajes largos. Además, se accede fatal. Los asientos no basculan, con lo que hay que apañarse con el hueco que nos deja el respaldo abatido. Este es quizá el punto menos Espace de la Espace. Donde más se deja ver que estamos, y que ni de lejos se entienda como peyorativo, ante un Austral Plus. Sin más.
El maletero es muy grande, con una capacidad máxima de 677 litros con dos filas de asientos, lo que son 125 más del modelo del que deriva. Con las tres filas arriba la cosa decrece hasta quedarse e unos escuetos 159, que son 150 mas 9 en un agujero alargado bajo la base.
Nos ponemos a rodar con él y descubrimos que su dinámica es calcada a la de su hermano pequeño. No en vano equipan el mismo propulsor, el E-Tech híbrido sin enchufe de 199CV, que provienen de un motor de combustión 1.2 de cuatro cilindros y 131CV al que se suman los 68 de otro generador eléctrico. Hay uno más, el que va en el cambio, con 34 CV, pero ese no interviene a la hora de mover el coche.
Cuenta con modos de conducción Comfort, Sport y Eco, así como otro que fuerza el funcionamiento eléctrico, un funcionamiento que, en base a su pequeña batería de 2kwh, es capaz de desplazar el automóvil algo más de un kilómetro. No olvidemos que estamos hablando de un coche de más de 1.800 kilos.
Así las cosas, el Espace se mueve con soltura y sin drama en cualquier condición, en cualquier carretera, bajo cualquier conducción. Es un automóvil francamente agradable de conducir, con una pisada franca y buenos frenos. Una suspensión cómoda y una dirección marcada por el buen funcionamiento del sistema 4Control, que dita de cierta capacidad de maniobra al eje trasero. La prestaciones son correctas, nunca se echa en falta más potencia. A menos que busques velocidad punta, que ya sabes –y si no lo sabes te lo digo yo- que estos híbridos están limitados a 175 km/h. Sea un Espace, sea un Austral o un Clío.
El consumo también demuestra lo vigente que está esta tecnología híbrida, tanto que estos coches se están convirtiendo en “los nuevos diesel”. Y es que nuestro Espace ha marcado 5,3 litros a los 100 kms recorridos en uso mixto y hemos sido incapaces de pasar de los 5,5 durante toda la prueba. Eso, sumado a la buena capacidad de su depósito, te permitirá autonomías de cerca, muy cerca, de los 1.000 kms. Sin enchufes, ni cargas, ni historias, y con pegatina ECO.
Ahora, la “dolorosa”. La cuenta a pagar por este modelo en concreto son 46.922 euros. Pero ojo, viene con prácticamente todo de serie. Lo que lo sitúa como una oferta muy atractiva, para los tiempos que corren.
Es como si Renault, en este coche, hubiera querido agrandar todo lo bueno que ya tenían en otro. Y sí, les ha salido bien.
NUESTRA NOTA: 9.5
Cosas a favor
Dinámica de marcha muy agradable
Consumos muy bajos
Estética, acabados y equipamiento
Cosas en contra
Instrumentación desperdiciada
Sin revestimiento en los huecos portaobjetos
Tercera fila pequeña
MOTOR
- Cilindrada: 1.199 c.c.
- Potencia: 199 CV CEE
- Par: 205 NM
- Tracción: delantera
- Caja de cambios: automática múltiples relaciones
Dimensiones
- Largo/ancho/alto: 472/184/164 cms
- Peso: 1.773 kgs
- Ruedas: 235/45R20
- Maletero: 677 l
- Cap. Depósito: 55 l
Prestaciones
- Velocidad máxima: 175 km/h
- Aceleración 0-100km/h: 8,8 seg
- Consumo medio oficial: 4,8 l/100kms
Equipamiento
- Equipamiento: ABS, BAS, EDB, ESP, TCS, 6 airbags + central delantero, sistema de frenada de emergencia, Hill Holder, control de carril, control de velocidad activo, avisador de objetos en el ángulo muerto, aparcamiento asistido, sistema de cámaras 360, faros LED, climatizador, navegador, instrumentación digital, tapicería de cuero, asientos delanteros eléctricos y con calefacción, lunas traseras tintadas, 6 tomas USB, Apple Carplay/Android Auto, acceso y arranque sin llave, espejo de vigilancia infantil...