Prueba del Test Infiniti EX37GT AWD

¿Es un todo terreno? ¿Es una ranchera? ¿Es un deportivo? ¿Un coche chino? Ni sí a todo ni no a nada (bueno, no es chino, pero sí asiático). Es un mini-suv sin posibilidad de campo y con un motor de deportivo.

Básicamente es eso lo que se esconde bajo una estética llamativa y un nombre lamentable (¿Qué suena mejor, “Tengo un EX37GTAWD” o “Tengo un Tiguan TDi”?).

Pero no es sólo eso, en sus más de cuatro metros y medio se podrán acomodar cinco adultos (el quinto justito) y todo su equipaje (340 litros de maletero) viajando en una atmósfera de lujo oriental: el equipamiento de serie es abrumador, tanto que dejar los faros de xenón en opción (1.100 euros, pero son adaptativos) parece casi un despiste.



Sin embargo este punto tampoco es lo que más me ha gustado. Lo que realmente me ha convencido es el rodar, y más que el rodar, las sensaciones que transmite su motor: 3.696 c.c., 320cv y 36,7mkg de par. Con ello no es de extrañar que pare el crono de 0 a 100 km/h en seis segundos y medio y sea capaz de tontear con los 240 km/h. Y es que los más avezados se habrán dado cuenta de que este motor “huele a 370Z”. Pues sí, es una versión del que monta el cupé prestacional de Nissan.



El propulsor sube de vueltas sin desfallecer hasta más allá de las 6.000 revoluciones acompañado de un precioso sonido procedente de su mecánica y –especialmente- de su doble salida de escape. Su caja de cambios de 7 velocidades permite una función manual secuencial, pero su manejo automático sabe casi siempre qué es lo que nos conviene. Sin embargo a la hora de detenerse los frenos pronto empiezan a acusar el cansancio de lidiar constantemente con un coche que pesa 1.876 kilos (del orden de 100 más que un Q5). Y los vas a usar frecuentemente, pues su motor te anima constantemente a ir a buen ritmo. Luego también hay que ver que ese ritmo te va a pasar factura en la gasolinera. El coche anuncia 11,2 litros a los 100kms. Pero no es nada extraño que pases de 12. Demasiado, si obviamos sus prestaciones, claro.

Mejor ir relajado y disfrutar de lo bien que va su suspensión y de su extraordinario equipo de música Bosé (opcional junto con el navegador y cámara trasera por 3.500 euros).

O tratando de averiguar para qué sirven todos los botoncitos que inundan el salpicadero, o viendo cómo la gente se pone a tu altura en la carretera tratando de dilucidar en qué coche vas montado.
De campo no te voy a hablar pues este coche de pruebas tiene dueño (sí, Nissan nos dejaba uno para mediados de 2011 y hubo que buscar otro medio) y no tenía ningún interés en probar su pintura auto-reparable con el roce de una rama o una piedra del camino. Sin embargo, viendo su altura al suelo y ángulos de ataque y salida -y a pesar de su excelente tracción 4x4 permanente- yo no me aventuraría más allá de una pradera de césped (y cortito).



Conclusión: Alternativa exótica a pequeños SUVs alemanes, con buen motor, fenomenal equipamiento, muy buenos acabados y un precio… moderado. Sí, aunque sus 53.450 euros parezcan un mundo, un Bmw X3 con menos motor (3.0i) y un 70% menos de equipamiento sale 1.000 euros más caro –sin contar promociones-, o un Q5 de Audi 3.2Fsi apenas queda 350 euros más barato.

El problema es que en este segmento las mecánicas de gasolina son anecdóticas y el Infiniti no tiene motor a gasoil (para el año que viene). Con lo que si a una marca minoritaria le sumamos una motorización anecdótica nos sale que si te lo compras, en tu barrio no va a haber otro igual “ni de coña”.