Alfa Romeo Tonale 1.5Hybrid 160
" Diferente "
Sin plantear nada revolucionario, el Tonale ofrece una alternativa cuanto menos diferente dentro del segmento SUV electrificado, y es que una serie de singularidades le convierte en un coche tan atractivo como interesante.
Empezamos por el exterior, porque es lo que primero se ve. Aquí la diferencia que propone el modelo italiano es el pretender, y creo que lograr, ser un SUV… bonito.
Sí, obviamente es algo muy subjetivo, pero a ojos de todos los que durante estos días nos lo han visto, lo han certificado de manera unánime: Es un modelo bien parecido. Un coche que destaca en un segmento en que algunos de los integrantes que lo componen a penas se distinguen por los faros y el emblema que portan en su delantera.
En su línea el Tonale transmite deportividad por los cuatro costados, más en el caso de nuestra unidad, con ese color rojo intenso, esas preciosas llantas y todos los detalles del acabado Edizione Speciale. Musculoso pero bien perfilado, marcando los volúmenes, destacando las líneas de fuerza que llevan a un frente con preeminencia de la parrilla triangular de la marca y a una trasera subrayada por el conjunto óptico, que hace juego con el delantero. Pasos de rueda en contraste, spoiler, deflectores… Todo tan bien integrado que hacen que el coche no pase desapercibido. Mi único apunte adicional, es decir, más allá del gustó personal, es que quizá la profusión de curvas haga parecer al Tonale un coche más pequeño de lo que en realidad es. Algo que por cierto también le sucede a su hermano mayor, el Stelvio.
Porque el Tonale no es pequeño. Sus cuatro metros y medio de largo lo sitúan en la media del los SUV compactos, frente a Audi Q3 o BMW X1, por ejemplo.
Entramos en el Tonale y comprobamos cómo el espíritu deportivo del exterior tiene su fiel reflejo puertas adentro. Asientos envolventes, volante con resaltos para situar bien las manos y con el botón de arranque incorporado, enormes “palas” tras él para el cambio secuencial que así mismo cuenta con su palanca standard (no el feo interruptor que se están montando en cada vez más modelos), instrumentación bajo capilla, acabados en aluminio rallado, bordados en contraste con el logo dela marca en los cabeceros, mando DNA, salidas de aire redondas… y hasta una banderita de Italia. Que vale, es sólo una bandera, pero siempre evoca los deportivos del país transalpino.
El cuadro es digital, muy completo y configurable, cambiando de apariencia según los modos y aglutinando multitud de parámetros a golpe de tecla en la esfera derecha. Y puedes elegir vistas más clásicas o más modernas sin mucha dificultad. Por supuesto cuenta con una bonita animación tanto cuando te subes al coche como cuando te bajas.
La consola central está presidida por el sistema multimedia, de 10,25 pulgadas y cuyo sistema operativo se ha mejorado muchísimo con respecto al que hace menos de un par de años empleaba la marca. Es muy fácil de manejar y cuenta con conectividad total. Bajo ella, superada un ornamento metálico iluminado en rojo tenue (se puede cambiar de color pero a mi me gustaba ese) hay dos aireadores y, sorpresa total, todos los mandos de climatizador. Sí, sí, botones de toda la vida. Así da gusto. Aunque la pantalla principal tiene su apartado de climatización, sólo habremos de recurrir a ella para activar o desactivar la calefacción de los asientos y del volante.
Y la cosa o acaba ahí, pues los modos de conducción (DNA: Dinámico, Normal y All Weather (¿?)) también se activan con una rosca e incluso hay un mando pequeño y cromado a la derecha del volante para encender/apagar subir/bajar volumen del equipo de sonido. Bien por Alfa.
A ello le tenemos que sumar las dos tomas USB (una de tipo C y otra normal), la de 12V y la bandeja de carga del móvil, que a mí en lugar de cargármelo me lo recalentó y descargó, pero reconozco que no es la primera vez que me pasa.
Entre los asientos hay un par de posavasos –pequeños- y un apoya brazos con guantera –pequeño también.
La calidad percibida es buena, de hecho, es mejor que la real, pues a la que toqueteas descubres que los plásticos blandos son en realidad plásticos duros ligeramente revestidos y sus ajustes, no son precisamente milimétricos. Esto me decepcionó un poco dado el carácter Premium del modelo, pero bueno, también los he visto peores en coches más caros.
El espacio en las plazas delanteras es bueno, con unos asientos envolventes con una apariencia extraordinaria, multitud de reglajes eléctricos, un mullido adecuado y aptos para una gran variedad de tallas. Un detalle que me ha llamado la atención es lo juntos que están los pedales. Si fuera un deportivo manual sería perfecto para hacer punta-tacón, pero aquí, no tiene ningún sentido. Lo bueno es que queda mucho espacio a la izquierda para reposar el pie que no se usa.
Atrás tanto la cota longitudinal como la que marca la anchura son adecuadas para ubicar dos adultos o tres niños o una mezcla entre unos y otros. Siempre y cuando ninguno supere el metro ochenta y cinco porque rozará con la coronilla el techo. La plaza central me ha llamado la atención por ser de dimensiones generosas y con forma y diseño de verdadero asiento, no como tantas otras, a pesar de que la longitud de su banqueta se vea recortada respecto a las dos exteriores. Y lo que menos me ha gustado es el diseño de las puertas, con un pico superior que tanto yo como el fotógrafo nos clavamos en el pecho a la primera toma de contacto con el coche. Peajes del diseño.
Y si bien en el interior no destaca entre sus rivales el italiano sí que puede sacar pecho en lo que atañe al maletero. Con 500 litros declarados queda muy cerca de los mejores superando a otros tantos. El accionamiento del portón es eléctrico –trae función sin manos-, tanto la abertura como el hueco muy regular y el suelo se puede colocar a dos alturas. La boca de carga, aún siendo un SUV, queda relativamente cerca del suelo.
Pasamos al apartado dinámico donde, contando con el logotipo que exhibe en su calandra, esperamos buenas sensaciones.
Y estas no se hacen esperar. El tacto de la dirección del Tonale es el más directo de todos los coches del segmento que he probado. Eso lo vuelve rápido, intuitivo. Disimula su peso –que no es precisamente liviano- y hace que tomar curvas de baja y media velocidad sea un ejercicio harto gratificante. A ello también contribuyen una suspensión tirando a firme y unos frenos firmados por Brembo con gran mordida y notable resistencia al cansancio. Y la gozada de llevarlo con el programa deportivo, el cambio en manual y manejando las enormes palas tras el volante. Con lo que este coche puntúa muy bien en términos dinámicos, aún siendo un poquito rumoroso, pero no propone nada nuevo dado el espíritu deportivo de la marca. Donde sin embargo sí que lo hace, es en la mecánica.
Aquí volvemos a hablar de un coche diferente, algo a mi juicio, muy bien pensado.
Porque el Tonale MHEV no es un “midro híbrido” como otros, que emplean el motor eléctrico para generar corriente auxiliar nada más permitiendo un funcionamiento del sistema start/stop de toda la vida más ambicioso que les otorgue el honro de contar con una pegatina ECO en el parabrisas. No, el Alfa Romeo estaría más cerca de un HEV o híbrido convencional. Porque su motor eléctrico, sí que es capaz de mover las ruedas por sí mismo.
Eso sí, con ciertas –bastantes- limitaciones.
Dado que su batería tiene sólo 0,77 kwh de capacidad y el generador 20 CV de potencia, no haremos más de 500 metros a una velocidad inferior a 40 km/h. Pero oye, ya es más que un MHEV cualquiera. Y a mí me ha bastado para que siempre recorriese los aparcamientos en suavidad y silencio, ahorrando a los peatones ruido de escape, emisiones, y a mi bolsillo décimas de combustible. Y como el sistema se recarga en seguida, a nada que intercalara un corto recorrido por carretera, me podría pasar el día haciéndolo. La verdad es que entre este MHEV y un HEV no se encuentran muchas diferencias a baja velocidad ni un abismo entre los 2-3 kms (con mucho tacto) que ofrecen los segundos en eléctrico y los 500-600 metros del Alfa. Así como ambos caen penalizados en la prueba de consumo por carretera donde el sistema apenas aporta nada. Aparte de peso “muerto”. El Tonale marcó 6,8 litros de media en nuestra medición de 100 kms en uso mixto, donde el propulsor térmico de 4 cilindros, 1.5L y 160CV estuvo presente el 98% del tiempo.
Sin embargo, dadas las limitaciones antes mencionadas, si hubiéramos insistido en urbano, el italiano tampoco hubiera mejorado mucho su marca como sí que lo hubiese hecho –sin tirar cohetes- un híbrido convencional.
Y otro “pero” voy a poner a su sistema propulsor.
Seguramente se deba a un tema de software presente en nuestra joven unidad de pruebas (matriculado creo que al día siguiente de que se presentara el modelo), pero percibimos una duda clara y manifiesta del coche a la hora de accionar o no el motor de combustión. Me explico: al querer salir presto de un semáforo pisas el acelerador, el motor eléctrico se da cuenta de que no va a poder cumplir con tu demanda, inicia el movimiento y al instante le pasa la tarea al térmico que debería salir de su letargo al primer grado de giro de las ruedas y propulsar el coche con celeridad hacia delante, según tu requerimiento. Pero eso aquí no pasa. El eléctrico tira la toalla sin intentarlo si quiera y el motor de gasolina tarda en desperezarse su buen segundo y medio. Total, que para salir rápido, tenía que iniciar la maniobra despacio… o llevar accionado el modo Dynamic del DNA, que utiliza el apoyo del eléctrico de modo puntual y como refuerzo.
Tampoco el cambio automático de doble embrague y seis marchas ajustaba bien sus relaciones en los pasos de térmico a eléctrico. En ocasiones dudaba y parecía boicotear al sistema propulsor del coche. Defectos de juventud, entiendo (o quiero pensar...).
Con todo diré que este coche me ha gustado mucho. Creo que es un modelo muy importante para la marca y que han sabido dar en el clavo con él. Esencia Alfa Romeo pero adecuado al nuevo –y extraño- mundo de nuestros días. Diferente entre la maraña de SUVs compactos del mercado. Y a esa diferencia le sumo la exclusividad de provenir de un fabricante minoritario en nuestro mercado.
Del precio no puedo hablar porque la Edizione Speciale en este motor sólo estuvo disponible para las primeras unidades del modelo. Ahora vendría a ser un Veloce con todos los Packs y llantas de 20”. Del orden de 50.000 euros. No es poco pero, dado lo singular, atractivo y bien equipado del modelo… ]
NUESTRA NOTA: 8.5
Cosas a favor
Sistema híbrido
Estética exterior e interior
Comportamiento dinámico
Cosas en contra
Transiciones por pulir
El motor térmico podría sonar mejor
Materiales algo pobres y altura trasera un poco escasa
MOTOR
- Cilindrada: 1.468 c.c.
- Potencia: 160 CV CEE
- Par: 240 NM
- Tracción: delantera
- Caja de cambios: automática 6 velocidades
Dimensiones
- Largo/ancho/alto: 452/184/160 cms
- Peso: 1.600 kgs
- Ruedas: 235/40R20 op.
- Maletero: 500 l
- Cap. Depósito: 55 l
Prestaciones
- Velocidad máxima: 210 km/h
- Aceleración 0-100km/h: 8,8 seg
- Consumo medio oficial: 5,9 l/100 kms
Equipamiento
- Equipamiento: ABS, BAS, EDB, ESP, TCS, Hill holder, 6 airbags + de rodilla conductor, sistema de frenado de emergencia, asistente de mantenimiento de carril, faros Matrix LED, sensor de luces y limpias, luces largas automáticas, lector de señales de tráfico, control de crucero adaptativo, acceso y arranque sin llave, cámara de visión trasera, sensores de parking delantero y traseros, lunas traseras sobre tintadas, cuadro de instrumentos TFT 12,3 pulgadas, modos de conducción, cargador inalámbrico, navegador, climatizador bizona, conectividad apple/android...