Opel Astra 1.2T 130
" ¿La nueva referencia? "
Hoy por hoy ante el reinante panorama SUV, nos es muy grato probar un representante del que otrora fuera el segmento rey del mercado, el de los compactos. Y no se trata de un compacto cualquiera, sino del primer Astra de Opel bajo la estela de Stellantis.
El Opel Astra de primera generación lanzado a primeros de los años 90 para sustituir al celebérrimo Kadett gozó de casi del mismo éxito de crítica y público que el modelo anterior. Su segunda generación, con un pie en el siglo XXI se hizo un coche más maduro que siguió gustando y convenciendo por su oferta mecánica, de carrocerías y su excelente relación calidad precio. La tercera revalidó sus fortalezas, con nuevos y potentes motores CDTi –era la era del diesel-, haciendo especialmente interesante su versión tres puertas. Y su éxito sigue vigente, pues en la actualidad sigue siendo un modelo bastante buscado en el mercado de segunda mano. El cuarto y quinto Astra lo tuvieron más difícil. Eran iteraciones mucho más ambiciosas, más grandes, más pesadas, con gamas algo más reducidas y precios un poco más elevados. Opel descaradamente apuntaba al Golf. Pero de estas generaciones, quien lo tuvo peor, fue la última. Un Astra excelente que surgió cuando el mercado ya estaba mirando a los –puñeteros- SUV. Pasó sin pena ni gloria. De hecho, algunos tienen que mirar fotos en internet para acordarse de él.
Así las cosas, el Astra corría el riesgo de ser superado y sustituido por algún todo camino. Que su espacio lo ocupase el Grandland y ya está. Desarrollar un modelo compacto desde cero es lento y costoso y, anticipando unas ventas discretas, no parecía una empresa que mereciera la pena. Eso y que sí o sí, lo que saliera, tendría que contar con la consabida –e irrelevante comercialmente- versión electrificada para satisfacer a los burócratas suicidas de la UE.
En esto que primero llegó PSA y luego Stellantis, y decidió unificar plataformas y que década una salieran tres o cuatro modelos de cada una de sus marcas. Con el ADN de cada una de ellas, claro está.
Y de los mimbres del nuevo Peugeot 308 (entre otros) surgió este Opel Astra, el miembro más atractivo de su nutrida familia.
Como digo, el punto de partida ya era bueno. El Peugeot 308 es un gran coche únicamente penalizado por un puesto de mando diseñado por un esquizofrénico, una posición a los mandos sólo apta para la morfología de un orangután y una puesta a punto que va de blanda a dura sin pasar por los puntos intermedios.
Opel tomó buena nota, y así salió lo que le salió.
Pero vayamos por partes.
En el exterior descubrimos los mismos rasgos del nuevo diseño que ya inauguró el Mokka. Líneas rectas y rotundas, frente muy vertical con esa franja negra en la que se integran las ópticas, cintura alta, muchos captadores de luz que hacen relucir de múltiples maneras el bonito color de la carrocería de nuestra unidad y una zaga sencilla y sincera pero con algún toque sport. Me gusta mucho la tercera luz de freno chiquitita y vertical.
Sus dimensiones superan en un centímetro las del Peugeot, tanto a lo largo como a lo ancho, siendo común la altura para los dos. Sin duda hay detalles que hacen innegable su parentesco, pero visto de manera aislada, el Astra es un coche lo suficientemente distinto como para ser tenido en consideración.
La cosa mejora al acceder al interior.
Los asientos son estupendos, el volante exhibe un agraciado diseño y es de tamaño regular, la instrumentación está donde debe y junto a la pantalla multimedia se han dejado unos importantes mandos físicos que nos van a hacer la vida mucho más fácil.
En su contra diré que me sobra algún detalle en negro piano y que el cuadro de instrumentos apenas permite personalización. Que vale, que es muy completo, pero me hubiera gustado que hubiera posibilidad de mostrar la información en forma de dos esferas o algo así.
Tampoco me gusta el triste mando del cambio, pero es algo a lo que nos vamos a tener que acostumbrar en todas las marcas, y si se lo perdono es por todo el espacio libre que deja, que en el Astra está aprovechado por prácticos posavasos, portagafas, guanteritas… todo con tapa. Muy bien.
La postura al volante es perfecta. Apenas tuve que realizar un reajuste durante la semana de pruebas. Se va sentado muy natural, con todo a mano y muy buena visibilidad. Los asientos son tirando a duros. Cómodos, no obstante.
Al frente hay un Head-Up-Display “de verdad”, de los que proyecta en el cristal. De todas formas ya sabéis que para mí todos son prácticamente invisibles, y por otro lado el del Opel al tercer día, no se sabe por qué, dejó de funcionar. Pues vale.
Por cierto que también tuvimos algún “duende” trasteando con la pantalla multimedia, que en un par de ocasiones cobró vida por sí misma. Una risa. Tanto lo uno como lo otro no lo he tenido en cuenta pues nuestro coche era una unidad temprana (yo creo que de la primera docena que fabricaron) y a otros compañeros con coches más nuevos no les pasó.
El volante me gusta mucho, es muy moderno. Pero lo de poner negro brillante las superficies multifunción…
Los materiales empleados me han dado la sensación de estar medio peldaño por debajo del último Opel Astra que probé. El aspecto es bueno, sobre todo en la parte superior, pero de obligo para abajo… mucho plástico duro y feo. En fin, es lo que hay.
Y es un coche amplio. Las tallas más generosas se encontrarán a gusto en las plazas delanteras. Y las salidas de climatización, que la primera vez me parecieron distribuidas a lo loco, están mejor pensadas de lo que yo creí.
En las plazas traseras llama la atención lo grande que es la butaca. Sobre todo las de los extremos. En cuanto a espacio, dos adultos irán muy bien y tres regular, que no mal. Notable altura a pesar de contar con techo panorámico. Ligera protuberancia en el suelo. Hay salidas de aire tras la consola central.
El maletero con 420 litros está en la cúspide del segmento. De formas regulares y superficie de carga baja, pero se les ha olvidado poner gachos a los lados para sujetar las bolsas de la compra.
En el apartado dinámico el motor no ofrece ninguna sorpresa. Es el buen tres cilindros 1.2L turbo de PSA con 130CV aquí. Sin hibridación de ningún tipo por lo que le corresponde la etiqueta C (que dice un colega que acabará siendo la C de Co*onudos, porque acaban siendo los que mejor van). El propulsor apenas vibra y apenas suena. Sólo se queja un poco cuando le pedimos “más”. A todo esto que además de los modos de conducción (normal, eco y sport) en este Astra se puede configurar el sonido que llega al interior, con variaciones que me temo, apenas son de matiz.
Lo que sí que vamos a escuchar es el ruido de rodadura a la que pasemos de 80 km/h. Un poco más de aislamiento no habría estado de más.
Si para un uso habitual nos basta y nos sobra con lo que llevamos bajo el capó, a la que le buscamos las cosquillas al coche, echamos en falta algún caballo más. Y es que los de Russelheim han puesto a punto el chasis de una manera perfecta. Al menos en esta versión Ultimate. El término medio perfecto entre las versiones Allure y GT Line del 308. Un acierto.
En autopista pisa con aplomo transmitiendo enorme confianza. En carretera secundaria se muestra noble ayudándonos a redondear con la zaga las curvas de rápida y media velocidad mientras que en vías reviradas es más ágil de lo que parece, con una ligera tendencia subviradora si las cosas se llevan al límite.
Lo que se que se queda un poco atrás en ese escenario es la caja de cambios, aún llevándola en modo manual. Es algo lenta y dubitativa y, para mí, 8 velocidades siguen siendo demasiadas.
Hombre, bien están para reducir el consumo si somos cuidadosos y vamos a puntita de gas pero teniendo coche para más… En fin, nosotros logramos una media de 6 litros a los 100kms en uso mixto. En conducción “descuidada” y modo normal.
Los frenos frenan y la dirección, sin ser muy rápida y directa, tiene mejor tacto que otras del mismo segmento y grupo. Las suspensiones, como ya he dicho, estupendas. Suya es gran parte de la culpa de lo bien que va este coche.
Hablamos de “dineros” y los ojos me comienza a hacer chiribitas. No por el importe de este Astra Ultimate equipado hasta arriba, sino por lo que cuesta cualquier coche hoy en día. De verdad, la locura.
Son 32.000 euros de partida (febrero 2023) a los que habrá que sumar la pintura especial. Mucho dinero por un 1.2… Pero es que un Golf 1.5 que va como mucho igual (lo del ya GTi son palabras mayores), son 5.000 euros más a igualdad de equipamiento. Por eso, creo que el Astra, como punto medio virtuoso, podría convertirse en la nueva referencia del segmento.
Así las cosas, el Astra corría el riesgo de ser superado y sustituido por algún todo camino. Que su espacio lo ocupase el Grandland y ya está. Desarrollar un modelo compacto desde cero es lento y costoso y, anticipando unas ventas discretas, no parecía una empresa que mereciera la pena. Eso y que sí o sí, lo que saliera, tendría que contar con la consabida –e irrelevante comercialmente- versión electrificada para satisfacer a los burócratas suicidas de la UE.
En esto que primero llegó PSA y luego Stellantis, y decidió unificar plataformas y que década una salieran tres o cuatro modelos de cada una de sus marcas. Con el ADN de cada una de ellas, claro está.
Y de los mimbres del nuevo Peugeot 308 (entre otros) surgió este Opel Astra, el miembro más atractivo de su nutrida familia.
Como digo, el punto de partida ya era bueno. El Peugeot 308 es un gran coche únicamente penalizado por un puesto de mando diseñado por un esquizofrénico, una posición a los mandos sólo apta para la morfología de un orangután y una puesta a punto que va de blanda a dura sin pasar por los puntos intermedios.
Opel tomó buena nota, y así salió lo que le salió.
Pero vayamos por partes.
En el exterior descubrimos los mismos rasgos del nuevo diseño que ya inauguró el Mokka. Líneas rectas y rotundas, frente muy vertical con esa franja negra en la que se integran las ópticas, cintura alta, muchos captadores de luz que hacen relucir de múltiples maneras el bonito color de la carrocería de nuestra unidad y una zaga sencilla y sincera pero con algún toque sport. Me gusta mucho la tercera luz de freno chiquitita y vertical.
Sus dimensiones superan en un centímetro las del Peugeot, tanto a lo largo como a lo ancho, siendo común la altura para los dos. Sin duda hay detalles que hacen innegable su parentesco, pero visto de manera aislada, el Astra es un coche lo suficientemente distinto como para ser tenido en consideración.
La cosa mejora al acceder al interior.
Los asientos son estupendos, el volante exhibe un agraciado diseño y es de tamaño regular, la instrumentación está donde debe y junto a la pantalla multimedia se han dejado unos importantes mandos físicos que nos van a hacer la vida mucho más fácil.
En su contra diré que me sobra algún detalle en negro piano y que el cuadro de instrumentos apenas permite personalización. Que vale, que es muy completo, pero me hubiera gustado que hubiera posibilidad de mostrar la información en forma de dos esferas o algo así.
Tampoco me gusta el triste mando del cambio, pero es algo a lo que nos vamos a tener que acostumbrar en todas las marcas, y si se lo perdono es por todo el espacio libre que deja, que en el Astra está aprovechado por prácticos posavasos, portagafas, guanteritas… todo con tapa. Muy bien.
La postura al volante es perfecta. Apenas tuve que realizar un reajuste durante la semana de pruebas. Se va sentado muy natural, con todo a mano y muy buena visibilidad. Los asientos son tirando a duros. Cómodos, no obstante.
Al frente hay un Head-Up-Display “de verdad”, de los que proyecta en el cristal. De todas formas ya sabéis que para mí todos son prácticamente invisibles, y por otro lado el del Opel al tercer día, no se sabe por qué, dejó de funcionar. Pues vale.
Por cierto que también tuvimos algún “duende” trasteando con la pantalla multimedia, que en un par de ocasiones cobró vida por sí misma. Una risa. Tanto lo uno como lo otro no lo he tenido en cuenta pues nuestro coche era una unidad temprana (yo creo que de la primera docena que fabricaron) y a otros compañeros con coches más nuevos no les pasó.
El volante me gusta mucho, es muy moderno. Pero lo de poner negro brillante las superficies multifunción…
Los materiales empleados me han dado la sensación de estar medio peldaño por debajo del último Opel Astra que probé. El aspecto es bueno, sobre todo en la parte superior, pero de obligo para abajo… mucho plástico duro y feo. En fin, es lo que hay.
Y es un coche amplio. Las tallas más generosas se encontrarán a gusto en las plazas delanteras. Y las salidas de climatización, que la primera vez me parecieron distribuidas a lo loco, están mejor pensadas de lo que yo creí.
En las plazas traseras llama la atención lo grande que es la butaca. Sobre todo las de los extremos. En cuanto a espacio, dos adultos irán muy bien y tres regular, que no mal. Notable altura a pesar de contar con techo panorámico. Ligera protuberancia en el suelo. Hay salidas de aire tras la consola central.
El maletero con 420 litros está en la cúspide del segmento. De formas regulares y superficie de carga baja, pero se les ha olvidado poner gachos a los lados para sujetar las bolsas de la compra.
En el apartado dinámico el motor no ofrece ninguna sorpresa. Es el buen tres cilindros 1.2L turbo de PSA con 130CV aquí. Sin hibridación de ningún tipo por lo que le corresponde la etiqueta C (que dice un colega que acabará siendo la C de Co*onudos, porque acaban siendo los que mejor van). El propulsor apenas vibra y apenas suena. Sólo se queja un poco cuando le pedimos “más”. A todo esto que además de los modos de conducción (normal, eco y sport) en este Astra se puede configurar el sonido que llega al interior, con variaciones que me temo, apenas son de matiz.
Lo que sí que vamos a escuchar es el ruido de rodadura a la que pasemos de 80 km/h. Un poco más de aislamiento no habría estado de más.
Si para un uso habitual nos basta y nos sobra con lo que llevamos bajo el capó, a la que le buscamos las cosquillas al coche, echamos en falta algún caballo más. Y es que los de Russelheim han puesto a punto el chasis de una manera perfecta. Al menos en esta versión Ultimate. El término medio perfecto entre las versiones Allure y GT Line del 308. Un acierto.
En autopista pisa con aplomo transmitiendo enorme confianza. En carretera secundaria se muestra noble ayudándonos a redondear con la zaga las curvas de rápida y media velocidad mientras que en vías reviradas es más ágil de lo que parece, con una ligera tendencia subviradora si las cosas se llevan al límite.
Lo que se que se queda un poco atrás en ese escenario es la caja de cambios, aún llevándola en modo manual. Es algo lenta y dubitativa y, para mí, 8 velocidades siguen siendo demasiadas.
Hombre, bien están para reducir el consumo si somos cuidadosos y vamos a puntita de gas pero teniendo coche para más… En fin, nosotros logramos una media de 6 litros a los 100kms en uso mixto. En conducción “descuidada” y modo normal.
Los frenos frenan y la dirección, sin ser muy rápida y directa, tiene mejor tacto que otras del mismo segmento y grupo. Las suspensiones, como ya he dicho, estupendas. Suya es gran parte de la culpa de lo bien que va este coche.
Hablamos de “dineros” y los ojos me comienza a hacer chiribitas. No por el importe de este Astra Ultimate equipado hasta arriba, sino por lo que cuesta cualquier coche hoy en día. De verdad, la locura.
Son 32.000 euros de partida (febrero 2023) a los que habrá que sumar la pintura especial. Mucho dinero por un 1.2… Pero es que un Golf 1.5 que va como mucho igual (lo del ya GTi son palabras mayores), son 5.000 euros más a igualdad de equipamiento. Por eso, creo que el Astra, como punto medio virtuoso, podría convertirse en la nueva referencia del segmento.
NUESTRA NOTA: 9
Cosas a favor
Equilibrio general en todos los aspectos
(Gama, precio, comportamiento, espacio, acabados, equipamiento,
consumos, estética, prestaciones, tecnología, seguridad, opciones,
maniobras...)
Cosas en contra
Plástico duro (y negro piano) a la vista
Ruido de rodadura
Instrumentación sin encanto
MOTOR
- Cilindrada: 1.199 c.c.
- Potencia: 131 CV CEE
- Par: 230 NM
- Tracción: delantera
- Caja de cambios: automática 8 velocidades
Dimensiones
- Largo/ancho/alto: 437/186/144 cms
- Peso: 1.296 kgs
- Ruedas: 225/40R18
- Maletero: 427 l
- Cap. Depósito: 52 l
Prestaciones
- Velocidad máxima: 210 km/h
- Aceleración 0-100km/h: 9,7 seg
- Consumo medio oficial: 5,4 l/100 kms
Equipamiento
- Equipamiento: ABS, BAS, EDB, ESP, TCS, Hill holder, 6 airbags, arranque sin llave, sistema de frenado de emergencia, control de velocidad activo, control de carril, lector de señales de tráfico, avisador de objetos en el ángulo muerto, cámaras 360, alerta de tráfico cruzado, asiento del conductor con reglaje eléctrico, instrumentación digital, pantalla multimedia de 10", faros LED adaptativos, Head Up Display, llantas de 18", navegador, techo panorámico, WIfi, llantas de aleación de 18"...