Prueba del Renault Captur E-Tech Híbrido

Igual en estos tiempos de escasez y carestía energética lo mejor es apostar por fórmulas ya probadas, como son los híbridos que, a la chita callando, llevan cerca de 20 años con nosotros.



Y es que si por un lado te insisten hasta la exasperación en que compres un coche eléctrico, a renglón seguido te recomiendan que ahorres electricidad. Tampoco es muy creíble que la red de carga multiplique por 10 o por 20 su capacidad en los próximos cinco años, de hecho ahora, yo me estoy encontrando con menos enchufes que el año pasado, como los gratuitos de los centros comerciales que de un tiempo a esta parte aparecen con un misterioso precinto de “avería/no disponible/estamos trabajando en ello” de manera permanente. Por no hablar del precio de los vehículos con mayor electrificación, que continúa siendo prohibitivo.



Así las cosas nos encontramos con una opción HEV (Hybrid Electric Vehicle) en Renault, dentro de la gama de su modelo de mayor éxito, la del Captur, que parece bastante razonable.
Lo es porque como digo usa una tecnología más que probada, aunque en su caso resulte bastante singular, ya la ha montado con éxito tanto en el Clío como en el Arkana. Hablo del motor atmosférico 1.6L apoyado en dos motores eléctricos, uno de ellos integrado en la propia caja de cambios Locotronic, y que únicamente sirve como generador al conjunto. La potencia total disponible es de 143CV que proporcionan mayor agrado de marcha que la versión “microhíbrida” 1.3Tce de 140CV. Ahora bien, sus prestaciones son ligeramente inferiores y su precio del orden de 2.500 euros más abultado. El consumo, por otra parte, es menor en la versión híbrida, pero tampoco vence por excesivo margen. Nuestro coche marcó una media de 5,3 litros a los 100 kilómetros de uso mixto recorridos, mientras que el último 1.3Tce que probamos de la marca –sin hibridar- se conformó con poco más de 6. Por cierto que el Arkana con esta misma tecnología HEV nos hizo 6,6 en el mismo recorrido y el Clío nos sorprendió con unos escasos 4,5. Valga el punto medio virtuoso de este Captur entre ellos.



Hay que tener en cuenta que todos cuentan con un “lastre” de 35 kilos en forma de baterías, unas baterías de 1,2 kwh de capacidad (0,85 en realidad) que al SUV urbano le permiten rodar unos tres kilómetros en modo eléctrico, siendo optimistas y cuidadosos, seleccionando el modo EV y contando con más del 50% de energía acumulada.



El resto del tiempo, si llevamos activado el modo MySense –que es el que se activa por defecto- disfrutaremos de lo que viene siendo un híbrido al uso: arranques en eléctrico, movimientos a baja velocidad y “llaneos” con el motor de combustión apagado pero presto a entrar en acción cuando se solicite mayor aceleración o haya que recuperar energía. Por cierto que la palanca de cambios contempla una función “B” que, si lo seleccionamos, actúa como freno adicional para recargar de manera más intensa las baterías. Si vas despacio puede llegar a detener el coche, pero no está pensado como el “one-pedal” de algunos modelos eléctricos.

El comportamiento del Captur es noble y seguro. Mejor cuanto más tranquilos. Si pisamos inmisericordemente el pedal izquierdo su motor, del que el habitáculo está muy bien aislado, emitirá un quejido agudo protestando. Que yo creo que tiene más que ver con la peculiar gestión de su caja de cambios que con la falta de fuerza del grupo propulsor.
Suspensiones y dirección cumplen, enfocadas más al confort, incluso con este acabado R.S. Los frenos, como siempre en la marca, cumplen con nota y, a pesar de la hibridación, no se vuelven extraños en su tacto. Que también podría ser que, a fuerza de probar uno tras otro, ya me estoy acostumbrando.



Del interior, como ya dije en su día, es un coche notable siempre y cuando recordemos de dónde viene, que es de los mimbres del Clío. Pero suma unos buenos centímetros extra de capacidad a su hermano urbano que le permiten acomodar con cierta holgura a cuatro ocupantes adultos o cinco con algún niño entreverado. Pero tampoco es un coche extraordinariamente capaz en este aspecto.



Quizá lo peor es el maletero, que pierde 117 litros de capacidad con respecto a un Captur normal, claro que lo del Captur E-Tech híbrido es todavía peor pues cede 160 hasta caer muy por debajo de la barrera de los 300.

Por lo demás, todo lo que expliqué del Captur PHEV (híbrido con enchufe) hace escasas fechas, es aplicable aquí de puertas adentro: materiales correctos sin más, bien acabado, equipado con primor y los posavasos siguen siendo pequeños.



¿Y cuál de los dos prefiero?
Este, sin duda. Primero porque no tengo punto de carga en casa y segundo porque cuando dispongo de uno, me falta cabeza para acordarme de enchufarlo. Así acabo convirtiendo todos los híbridos “enchufables” en híbridos a secas.

No, en serio. Creo que el agrado de conducción entre ambos es muy similar y el que cuenta con enchufe sólo lo aventaja en prestaciones con la batería a tope (y a riesgo de dejarla seca en cuatro aceleraciones). También este HEV dista mucho menos en precio de su equivalente corriente y moliente… que ahora es microhíbrido. Lo que nos sitúa ante una nueva diatriba: ambos llevan etiqueta ECO, y uno sale por unos 27.600 euros y el otro por 31.400 a igualdad de equipamiento.

Yo escogería el Tce pero, si tu mayoría de recorridos transcurren por urbano, el Captur E-Tech HEV sin duda compensa. Como siempre han hecho los híbridos de toda la vida y que confío en que, más allá de las pajas legislativas de la UE, se sigan vendiendo mucho tiempo.