Renault Clio E-Tech Zen
" Razonable "
Dentro de la ofensiva eléctrica de Renault, el Clio recibe una interesante mecánica híbrida sin enchufe que mejora sus aptitudes sin lastrar en exceso su precio.
Me da la sensación de que esto “ya lo he vivido”. Cuando hace años surgió el “furor por el diesel” a los fabricantes les dio por adoptar ese tipo de mecánica en todos y cada uno de los productos de su gama. Así, junto con los compactos a gasóleo, había tractorcitos urbanos y hasta descapotables con este combustible, el paradigma del sinsentido. Ahora lo que se lleva es la electrificación, en cualquier segmento y tamaño, pues… ¿acaso no hay ya bicicletas eléctricas?
No se me entienda mal. Creo que este tipo de tecnología es la adecuada para los tiempos que corren –asunto distinto es que a mi me guste- pero todo tiene un precio y al trasladar su coste a coches pequeños, hace que muy rara vez compense. Sobre todo, si más allá de la pegatina ECO, no hay mayor valor añadido.
Con ello en mente, la tarifa de este Clio E-Tech Hybrid en acabado Zen se nos puede antojar excesiva. Son 24.000 euros, es decir, 4.000 más que un Clio 1.3 Tce de 130CV con la misma terminación. La diferencia resulta abultada, sin embargo, tras valorar este coche con detenimiento, la observo como menos insalvable y hasta razonable.
A nivel estético el Clio E-Tech es como un Clio cualquiera salvo por sus discretos emblemas en la trasera y pilar B de las puertas. Un coche moderno, bien plantado y con los toques justos de deportividad para no aparentar lo que no es. Los faros Full LED son de última hornada y su potencia lumínica es asombrosa. De lo mejorcito del segmento.
En el interior, más de lo mismo. Las principales diferencias son el cuadro digital y el menú de la gran pantalla central destinado a trastear con los flujos de energía. Eso y el maletero, que pierde 80 litros de capacidad pero, oh sorpresa, ofrece bajo su base rueda de emergencia.
Hasta aquí, un Clio de última generación. Ni más ni menos.
Pero bajo el capó tenemos un motor “grande”, de esos que ya cuesta encontrar en coches pequeños, y el mismo esquema mecánico que el Captur E-Tech que tuvimos hace pocas fechas por aquí: Bloque tetracilíndico atmosférico de 1.6L de cilindrada, dos máquinas eléctricas y una caja de cambios automática bastante particular. La potencia en conjunto son 140CV. Veinte menos que el mencionado Captur ya que el segundo motor eléctrico –que es el que de verdad cuenta pues el primero básicamente es un generador- se conforma con arrojar aquí 36kw de fuerza (50kw en el Captur). Y el cambio, de cuatro velocidades teóricas y a medio camino entre un variador continuo y un convertidor de par, es capaz de exprimir con decisión cada kw disponible en su batería de 1,2 kwh de capacidad (0,85 útiles).
Seguramente, si no sois muy aficionados a la tecnología, esto os habrá sonado a chino. Lo traduzco pues: el sistema híbrido de este coche –de esta marca- es el que mayor novedad aporta y el que más trabajado está. Los 4.000 euros de diferencia de los que hablábamos antes se comienzan a diluir desde esta perspectiva.
¿Y cómo le va al Clio esta hibridación?
Pues muy bien. El coche siempre arranca en modo eléctrico sea cual sea el nivel de carga de la batería para pasar en breve al motor térmico, o lo puedes “encender” tú pulsando el modo de conducción Sport. Sin gastar gasolina podremos recorrer unos tres kilómetros y poco, siendo realistas, “sin pasar de 75 km/h”, según advierte la marca de manera harto optimista. En cualquier caso, son 3.000 metros útiles en el caso de callejear, rodar por urbanizaciones, aparcamientos o por el centro de ciudades congestionadas. Las transiciones entre lo eléctrico y la combustión se hacen de manera casi imperceptible, de hecho, bajo fuerte aceleración cuesta saber dónde se quedaron las pilas y comenzó la gasolina. Y el consumo… el coche homologa en el ciclo WLTP 4,3 litros a los 100kms recorridos y nosotros hemos logrado clavar el dato, aunque luego verificáramos que se trataban de 4,5 litros en realidad. Muy bien, porque al 1.3 Tce le cuesta bajar de los 6, por buen resultado que sea y lo mucho que me guste ese motor.
La felicidad sería completa si la marca no me hubiera escatimado tres litros en la capacidad del depósito de esta versión híbrida porque así, a nivel de autonomía, nos deja casi otra vez a la par.
Dinámicamente al Clio E-Tech apenas se le notan los 200 kilos de peso extra que arrastra. Sí es verdad que limita sus prestaciones de manera real y perceptible, pues si el 1.3 Tce tiene un marcado carácter deportivo, este E-Tech apuesta por la tranquilidad y la suavidad. En cualquier caso, corre lo suficiente y no se echa de menos mayor potencia y/o agilidad. En ciudad se mueve muy a gusto y en las vías interurbanas exhibe un aplomo encomiable. En carreteras secundarias va bien, siempre que vayamos tranquilos. Las suspensiones se han reforzado para cargar con el mayor peso, pero no los frenos, que sorprendentemente lo siguen haciendo igual de bien que en un Clio sin hibridación. Tiene un tacto de pedal ya típico de estos coches buscando la recarga máxima en retención, al que no tardas en acostumbrarte. Hablando de recarga, este coche recupera flujo que da gusto. Un trayecto en autopista de 10-15kms en modo Sport (además hay "My Sense" -híbrido puro- "Eco" y "EV" -eléctrico hasta agotar las pilas-) basta para cargar a cerca del 100% la batería.
Y cuando llegas a casa no tienes que acordarte de enchufarlo. Todo un descanso para las memorias más maltrechas y para los bolsillos de los que no tenemos tarifa de la luz por tramos.
Así las cosas, este coche me parece razonablemente económico, razonablemente ecológico, razonablemente dinámico y razonablemente recomendable para el que quiera mudarse poco a poco al territorio eléctrico pero sin perderse por el camino.
No se me entienda mal. Creo que este tipo de tecnología es la adecuada para los tiempos que corren –asunto distinto es que a mi me guste- pero todo tiene un precio y al trasladar su coste a coches pequeños, hace que muy rara vez compense. Sobre todo, si más allá de la pegatina ECO, no hay mayor valor añadido.
Con ello en mente, la tarifa de este Clio E-Tech Hybrid en acabado Zen se nos puede antojar excesiva. Son 24.000 euros, es decir, 4.000 más que un Clio 1.3 Tce de 130CV con la misma terminación. La diferencia resulta abultada, sin embargo, tras valorar este coche con detenimiento, la observo como menos insalvable y hasta razonable.
A nivel estético el Clio E-Tech es como un Clio cualquiera salvo por sus discretos emblemas en la trasera y pilar B de las puertas. Un coche moderno, bien plantado y con los toques justos de deportividad para no aparentar lo que no es. Los faros Full LED son de última hornada y su potencia lumínica es asombrosa. De lo mejorcito del segmento.
En el interior, más de lo mismo. Las principales diferencias son el cuadro digital y el menú de la gran pantalla central destinado a trastear con los flujos de energía. Eso y el maletero, que pierde 80 litros de capacidad pero, oh sorpresa, ofrece bajo su base rueda de emergencia.
Hasta aquí, un Clio de última generación. Ni más ni menos.
Pero bajo el capó tenemos un motor “grande”, de esos que ya cuesta encontrar en coches pequeños, y el mismo esquema mecánico que el Captur E-Tech que tuvimos hace pocas fechas por aquí: Bloque tetracilíndico atmosférico de 1.6L de cilindrada, dos máquinas eléctricas y una caja de cambios automática bastante particular. La potencia en conjunto son 140CV. Veinte menos que el mencionado Captur ya que el segundo motor eléctrico –que es el que de verdad cuenta pues el primero básicamente es un generador- se conforma con arrojar aquí 36kw de fuerza (50kw en el Captur). Y el cambio, de cuatro velocidades teóricas y a medio camino entre un variador continuo y un convertidor de par, es capaz de exprimir con decisión cada kw disponible en su batería de 1,2 kwh de capacidad (0,85 útiles).
Seguramente, si no sois muy aficionados a la tecnología, esto os habrá sonado a chino. Lo traduzco pues: el sistema híbrido de este coche –de esta marca- es el que mayor novedad aporta y el que más trabajado está. Los 4.000 euros de diferencia de los que hablábamos antes se comienzan a diluir desde esta perspectiva.
¿Y cómo le va al Clio esta hibridación?
Pues muy bien. El coche siempre arranca en modo eléctrico sea cual sea el nivel de carga de la batería para pasar en breve al motor térmico, o lo puedes “encender” tú pulsando el modo de conducción Sport. Sin gastar gasolina podremos recorrer unos tres kilómetros y poco, siendo realistas, “sin pasar de 75 km/h”, según advierte la marca de manera harto optimista. En cualquier caso, son 3.000 metros útiles en el caso de callejear, rodar por urbanizaciones, aparcamientos o por el centro de ciudades congestionadas. Las transiciones entre lo eléctrico y la combustión se hacen de manera casi imperceptible, de hecho, bajo fuerte aceleración cuesta saber dónde se quedaron las pilas y comenzó la gasolina. Y el consumo… el coche homologa en el ciclo WLTP 4,3 litros a los 100kms recorridos y nosotros hemos logrado clavar el dato, aunque luego verificáramos que se trataban de 4,5 litros en realidad. Muy bien, porque al 1.3 Tce le cuesta bajar de los 6, por buen resultado que sea y lo mucho que me guste ese motor.
La felicidad sería completa si la marca no me hubiera escatimado tres litros en la capacidad del depósito de esta versión híbrida porque así, a nivel de autonomía, nos deja casi otra vez a la par.
Dinámicamente al Clio E-Tech apenas se le notan los 200 kilos de peso extra que arrastra. Sí es verdad que limita sus prestaciones de manera real y perceptible, pues si el 1.3 Tce tiene un marcado carácter deportivo, este E-Tech apuesta por la tranquilidad y la suavidad. En cualquier caso, corre lo suficiente y no se echa de menos mayor potencia y/o agilidad. En ciudad se mueve muy a gusto y en las vías interurbanas exhibe un aplomo encomiable. En carreteras secundarias va bien, siempre que vayamos tranquilos. Las suspensiones se han reforzado para cargar con el mayor peso, pero no los frenos, que sorprendentemente lo siguen haciendo igual de bien que en un Clio sin hibridación. Tiene un tacto de pedal ya típico de estos coches buscando la recarga máxima en retención, al que no tardas en acostumbrarte. Hablando de recarga, este coche recupera flujo que da gusto. Un trayecto en autopista de 10-15kms en modo Sport (además hay "My Sense" -híbrido puro- "Eco" y "EV" -eléctrico hasta agotar las pilas-) basta para cargar a cerca del 100% la batería.
Y cuando llegas a casa no tienes que acordarte de enchufarlo. Todo un descanso para las memorias más maltrechas y para los bolsillos de los que no tenemos tarifa de la luz por tramos.
Así las cosas, este coche me parece razonablemente económico, razonablemente ecológico, razonablemente dinámico y razonablemente recomendable para el que quiera mudarse poco a poco al territorio eléctrico pero sin perderse por el camino.
NUESTRA NOTA: 8.5
Cosas a favor
Funcionamiento del sistema híbrido
Bajo consumo
Agrado de conducción
Cosas en contra
Precio algo elevado
Peso generoso
Detalles de acabado
MOTOR
- Cilindrada: 1.598 c.c
- Potencia: 140 CV CEE
- Par: 144 NM
- Tracción: delantera
- Caja de cambios: automática 4 velocidades... Más o menos
Dimensiones
- Largo/ancho/alto: 405/179/144 cms
- Peso: 1.230 kgs
- Ruedas: 205/45R17
- Maletero: 260 l
- Cap. Depósito: 39 l
Prestaciones
- Velocidad máxima: 186 km/h
- Aceleración 0-100km/h: 9,9 seg
- Consumo medio oficial: 4,3 l/100 kms
Equipamiento
- Equipamiento: ABS, BAS, EDB, TCS, 6 airbags, hill holder, alerta de distancia de seguridad, asistente de mantenimiento de carril, frenada de emergencia, lector de señales de tráfico, ordenador de a bordo, cuadro digital, climatizador automático, sensor de luces y limpias, iluminación full LED, pantalla multimedia de 7"...