by AUTODOMINIS

Prueba del Test Jeep Wrangler 2.8CRD Rubicon 2p

Test Jeep Wrangler 2.8CRD Rubicon 2p

" Campero legendario "

Si el Land Rover Defender es el coche aventurero por excelencia y sin discusión, este Jeep es su interpretación norteamericana: mismas cualidades con un envoltorio más llamativo que cuide su herencia legendaria que se remonta más de 50 años.




La primera vez que tuve ocasión de conducir un Wrangler fue en un viaje a una de las maravillosas islas del archipiélago canario. Avis había perdido la reserva de mi humilde Citroën de alquiler y no me ofrecían nada a cambio. Afortunadamente, en el mismo hotel me ofrecieron su servicio de alquiler “Premium”, en el que podía elegir entre un Renault Laguna, un Ford Mondeo… o un Jeep. ¡El Jeep!, ¡el Jeep!, dije sin dudarlo. Y así, de carambola, me fueron entregadas las llaves de un flamante y exótico Jeep Wrangler 4.0L ST (soft top, o capota blanda).

Era rojo y sobre su capó estaba inscrita la palabra “Renegade” en tipografía dorada. Un gran radiador cromado albergaba sus faros aún cuadrados. Barras antivuelco, defensas, capota de lona plegable… ¡guau! Ese coche sí que “molaba”. Tanto que al instante se me olvidó el abundante importe que pagaba por él cada día de alquiler.

A la mañana siguiente me dispuse a descubrir la isla a sus lomos.
Era un coche ruidoso, incómodo, su interior hacía gala de los peores materiales y paupérrimos ajustes, la dirección era simplemente lamentable, los frenos eran angustiosos y su enorme motor (para aquel entonces e incluso ahora) de 4.000 c.c., 6 cilindros y poco más de 180 cv. se “bebía” hasta el agua de los retretes.
Sin embargo, me encantaba ese coche.

La sensación de libertad del espíritu americano me embargaba. Sí, era un desastre en carretera, pero con él, cuando quisiera, me podía salir de ella.
No hubo piedra lo suficientemente grande, arena lo suficientemente profunda o riachuelo lo suficientemente caudaloso que fuera capaz de detener mi marcha. Con reductora o sin ella, era el rey de la colina melena al viento y con un buen motor de los “gordos” bajo el capó que bramaba a cada acelerón inmisericorde.

Guardo muy buen recuerdo de aquel coche, y de aquel viaje.
Pero por causas del destino mi idilio con el Wrangler duró poco y durante años me concentré en coches más “mundanos” y asequibles.
Hasta ahora, que una empresa de alquiler me lo ha vuelto a poner en bandeja (es que Jeep no nos hace mucho caso…). Eso sí, una versión más adecuada a los tiempos que corren. ¿Seguirá manteniendo el espíritu “Renegade”?
Ahora lo vemos.



Lo primero que llama la atención del modelo americano es su poderosa estética. Enormes ruedas, formas cuadradas y trazos simples que destilan dinamismo.
Sus dos ojos redondos te miran como diciendo “sube y vámonos a descubrir mundo”.
Nuestro amigo viene con el acabado Rubicon, cuyas letras están escritas sobre su capó, que completa su equipo off-road de serie con un sistema de mitigación de vuelco, diferenciales delantero y trasero bloqueables, estabilizadora delantera desconectable, protecciones, puertas desmontables… y techo de quita y pon. Respecto a este último elemento, he de decir que su instalación y desmontaje precisa tanto maña como fuerza. Mejor que te ayude alguien cuando quieras descapotar o cubrir tu Wrangler.

El interior mejora con respecto a la generación anterior aunque sigue sin llegar al nivel de, por ejemplo, un RAV4. Pero vale, vistoso y con unos materiales y ajustes como mínimo aceptables.



Arrancamos el motor y el bronco sonido diesel 2.8CRD de origen Mercedes inunda los tímpanos. No, la insonorización no es uno de sus fuertes.
Pero fuerza es lo que le sobra al propulsor. 177 caballos de vapor propulsan rápidamente al coche a velocidades poco recomendables para su configuración de todo terreno “cuasi-puro”. En carretera se defiende, tan sólo eso. Ruidos aerodinámicos y de rodadura, dirección imprecisa, frenos justitos y caja de cambios de seis marchas con un tacto y guiado manifiestamente mejorable.
A los pocos kilómetros abandonamos el asfalto y todo defecto se convierte en virtud.

En pistas forestales su corta batalla y su poderos motor le hace extramadamente divertido, haciendo derrapar las cuatro ruedas en cada curva con total seguridad.



El terreno se complica y el Wrangler se muestra aún mejor. Incluso sin tocar la caja transfer el coche es capaz de vadear ríos, saltar rocas o atravesar barrizales como un cohete. Su estabilidad es muy elevada, incluso en situaciones en las que seguramente pocas veces sus dueños se verán envueltos (a menos que lo hagan aposta…).
Su suspensión se lo traga todo sin sacudir demasiado el habitáculo y tracciona como una cabra montesa con botas de tacos.
Retomamos la carretera con la capota bajada, ponemos el control de velocidad –de serie- mientras disfrutamos de su potente equipo de sonido.
Vamos bordeando la costa con una sonrisa en los labios.
Sí, muchos coches nos adelantan por el carril izquierdo, pero nos da igual. Somos lentos pero libres, pesados pero rebeldes, gastones (10,8l/100km en la prueba) pero con alma, rudimentarios pero en la calle, sólo nos miran a nosotros.
36.000 euros nos costará hacernos con este pedacito de espíritu indomable americano. No es barato, un Land Rover Defender equivalente cuesta unos 6.000 menos, eso sí, olvídate de salir con él a carretera.

En definitiva, he recuperado mis vivencias del pasado actualizando lo necesario. No es un coche perfecto, desde luego, pero es el mejor heredero de la saga Wrangler. Bien hecho por Jeep, que ha sabido evolucionar su emblemático Wrangler manteniendo intacta su esencia.




NUESTRA NOTA: 8
Valoracion prueba 8
Cosas a favor

Estética atractiva
Cualidades Off-Road
Motor poderoso

Cosas en contra

Comportamiento en carretera
Sediento en conducción exigente
Precio un poco elevado
(aunque su equipamiento de serie es generoso)

motor
MOTOR
  • Cilindrada: 2.777 c.c.
  • Potencia: 177 CV CEE
  • Par: 40,8 mkg
  • Tracción: integral
  • Caja de cambios: manual 6 velocidades
dimensiones
Dimensiones
  • Largo/ancho/alto: 422/187/180 cms
  • Peso: 1.805 kgs
  • Ruedas: 255/75R16
  • Maletero: 486 L
  • Cap. Depósito: 66 L
prestaciones
Prestaciones
  • Velocidad máxima: 180 km/h
  • Aceleración 0-100km/h: 11,7 seg
  • Consumo medio oficial: 8,4 l/100kms
equipamiento
Equipamiento
  • Equipamiento: ABS, EDB, BAS, ESP, BAS, 2 airbags, barra antivuelco, control de velocidad, cristales oscrurecidos, aire acondicionado, equipo de audio CD-Mp3, elevalunas eléctricos, ordenador, volante de cuero, mitigación electrónica del vuelco, diferencial delantero y trasero bloqueable, reductora, estabilizadora delantera, parabrisa abatible, protecciones, puertas desmontablesm techo de lona, rueda de repuesto normal colgada atrás...

"Bonus Gallery"
Fotografías del Test Jeep Wrangler 2.8CRD Rubicon 2p

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