Prueba del Renault Captur 1.3TCe EDC S-Edition

Restyling, edición limitada y nuevo motor. Con esas tres primicias nos encontramos en este coche. Yendo en orden, decir de la versión de 2017-2018 de este coche que apenas se distingue en pequeños matices (luces (LED), decoraciones exteriores e interiores, algunos materiales y accesorios) de aquel primer Captur de 2013-2014. Y es que el coche, ya en su origen, les salió “redondo” a los del rombo.
La edición limitada “S-Edition” (que no “Sedition”, por muy “de moda” que esté el término…) trae consigo un llamativo color azul eléctrico, unas bonitas llantas especificas de 17 pulgadas, decoraciones en color “gun metal” y una doble salida de escape que incomprensiblemente han preferido mantener oculta tras el paragolpes trasero.

En el interior hay una tapicería específica de Alcántara, pedalier de aluminio y algunos toques de color (de color azul, concretamente).

Como ya dije en su día, el Captur es un coche simpático y versátil cuyo “virtual posicionamiento” en la gama entre el Kadjar y el Clio (aunque tiene mucho más de este último) le ha hecho ganar una miríada de adeptos en nuestro país.

Resulta un modelo muy correcto en términos de calidad y de espacio, siempre que asumamos que está más cerca de un urbano que de cualquier otra cosa, y que sus precios son de marca generalista. Cosa que se agradece. Porque gastarse 30.000 euros en un Audi Q2 equivalente por muy “Premium” que sea… me parece un disparate.



Pero vamos al “turrón”, que es lo que hay bajo el capó y no es otra cosa que el propulsor 1.3TCe de la alianza Renault-Mercedes Benz y que también anima el recientemente presentado Clase A (A200, en este caso). Este tetracilíndrico de exactamente 1.333 c.c. rinde 150CV y 250NM de par motor, pero más allá de estos datos, que tiempo tendréis de verlos en la ficha técnica, hablaré de lo bien que le sientan a este coche. Y más con el cambio automático EDC de doble embrague y 6 velocidades.



Con semejante conjunto el Captur deja de ser un coche simplemente simpático para convertirse en un vehículo suave, silencioso y rápido como no lo habíamos visto en su gama. La entrega de potencia se hace desde abajo de manera progresiva una vez superada la primera arrancada, que suele afrontar con ímpetu haciendo patinar las ruedas delanteras. Cosa que me ha pasado 7 de cada 10 veces.

A partir de ahí, su caja irá subiendo relaciones de manera imperceptible hasta poder romper de manera real y holgada la barrera de los 200 km/h. Y no nos olvidemos de que vamos en un Captur… aunque a la hora de frenar, los tambores traseros nos lo recordarán. No sé, yo hubiera preferido menos “gun metal” y menos LED y unos discos traseros para esta versión, pero bueno, diremos que en su función, se limitan a cumplir.



También me hubiera gustado algún retoque de suspensión, pero entiendo que el que sea capaz de mantener su nivel de confort independientemente del motor que lleve, es una premisa que su público agradecerá.
Porque este Captur sigue siendo un coche muy agradable de conducir en cualquier entorno, sea urbano, de carretera secundaria o vías rápidas, si bien es cierto que en autopistas y autovías agradece este potente propulsor. A todo esto, sigue habiendo unos pequeños ruidos aerodinámicos a alta velocidad que no sabemos de dónde vienen.

El consumo ha sido tan fascinante como el rendimiento de este coche. Hemos superado la medición oficial, claro, pero en menos de un litro y conduciendo con poco (o ningún) cuidado. De 6,2 de media a los 100kms recorridos en uso mixto hemos sido incapaces de pasar. Y lo hemos verificado por si el ordenador era “generoso” a la hora de ponderar el gasto, y eran de verdad, con lo que iguala el consumo del 1.2TCe y no se queda muy lejos del diesel de 110CV.



No me extenderé más en esta prueba, ya que dado lo bien que va este Captur, su precio razonable (23.000 euros) para todo el equipo de serie que trae y el hecho de tratarse de una serie limitada (no sabemos de cuántos) cabe la posibilidad de que se hayan agotado las unidades disponibles en el momento en que escribo estas líneas.
Si estás pensando en este modelo en concreto, yo de ti correría al concesionario antes de que den el último, aunque quiero pensar, que de una u otra manera, volverá. Así como espero algún día ver (y probar) este motor con este cambio montado en el Mègane.