Volkswagen Polo 1.0T Sport DSG
" MiniGolf "
Volkswagen aprovecha la renovación del pequeño Polo para dotarlo de nuevos y eficientes motores, la última tecnología disponible y un tamaño superior al del Golf de hace seis generaciones.
Bien. Estéticamente las diferencias del “nuevo” Polo con respecto al “viejo” Polo son de matiz incluso al ojo experto. No esperábamos menos de una marca que parece ahorrar recursos creativos en lo que se refiere a su gama de toda la vida para emplearlos en nuevas propuestas “de moda” como puede ser el atractivo T-Roc.
Con todo (o mejor dicho, sin nada), el Polo es un modelo agraciado que puede llegar a destacar en función de la elección de colores y llantas disponibles. Por cierto que la pintura de nuestro coche –sosamente denominada por la marca Gris Claro- motivó más de un arqueo de cejas al descubrir que no era blanca cuando lo aparcábamos al lado de un coche blanco ni tampoco era gris puesto al lado de un coche plateado. Mi chica decía que parecía como si un calcetín negro barato se te hubiera colado en una lavadora de ropa blanca. La llantas opcionales de 17 pulgadas también gustaron bastante.
Su carrocería sigue el esquema clásico de berlina de cinco puertas, y es que en esta generación no habrá Polo de tres. Su tamaño crece ligeramente en todas las dimensiones hasta rebasar por cinco centímetros la barrera de los cuatro metros. Algo, como dije en el titular, a lo que no llegaba todo un Golf de primera y/o segunda generación. Esto es tendencia en todas las marcas, obsesionadas con poner un circo y hacer que les crezcan los enanos. A propósito.
Y por enanos, obligado por la corrección política imperante, quiero decir gente pequeña. Gente pequeña adulta, se entiende. Vamos, que si tuvieran ruedas también se les podría llamar “urbanos”.
Porque es esa la categoría a la que “quiere pertenecer” el Polo. Sin embargo, tras unos días con él, diré que da para más.
Por fuera ya hemos dicho que, a pesar de tratarse de un modelo completamente nuevo, hay poca novedad. Y gran parte de lo poco que hay lo obtendrás en función del acabado elegido y los opcionales seleccionados. Nuestro Polo “ni blanco ni gris” era un Sport, con paragolpes específico y detalles cromados. Además de las ruedas de 17” opcionales (las de serie son de 16) contábamos con faros LED, que más allá de su funcionalidad (correcta) proporcionan al coche una cara más moderna.
En el interior las diferencias tampoco son abismales. Y es que ya el Polo anterior ofrecía una calidad de terminación más que elevada.
En este modelo de 2017-2018 los plásticos empleados siguen rayando a muy alto nivel, así como sus ajustes, incluso se le ha dotado de un gran embellecedor en contraste con el negro dominante para darle un toque de luz al salpicadero. Y puedes combinar su color con el del exterior del coche.
Los asientos ofrecen un extraordinario compromiso entre tamaño, ajustes, comodidad y sujeción. No destacan en nada pero cumplen en todos ellos.
La postura de la banqueta quizá quede algo alta incluso en su posición más baja, pero el techo sigue estando lejos de tu cabeza –a menos que midas dos metros- y ofrece una posición bastante relajada para las piernas.
El mayor tamaño del modelo no se nota en estas plazas.
La instrumentación es de relojes convencionales con un gran y completo ordenador en el centro, pero puede ser completamente digital como la de sus hermanos mayores y a la que yo no acabo de verle sentido. Sí, mola, pero aporta muy poquito y en dos días te has aburrido de andar trasteando con ella.
Sobre todo cuando en mitad de la consola central, y muy a la vista, tenemos un “pantallón” de equipo multimedia que se ve hasta a dos coches de distancia. Como cuando adelantas a un autobús de largo recorrido y te fijas en qué película les van poniendo.
Dicha “televisión” del Polo puede ser de 6,5 u 8 pulgadas (nosotros teníamos la grande) y aglutina las funciones de navegación, sonido (con reproductor CD en la guantera y altavoces Beats) y entretenimiento (aplicaciones, WiFi y tal). También cuenta con la función Mirror Link tanto para IOS como para Android para que puedas tener tu teléfono y todas sus funcionalidades disponibles en formato casi panorámico.
Tal incorporación ha hecho bajar las rejillas de ventilación tal vez “algo demasiado”. Ahora pillan a la altura de la mano que lleves sobre el cambio y de tu entrepierna. Bueno, también son partes que agradecen un refresco/calentón ocasional.
Bajo las salidas de aire está el climatizador bizona y un hueco para dejar el teléfono y enchufar la memoria USB o lo que desees.
Junto a la palanca del cambio automático DSG está el botón de arranque y una sencilla botonera para el ESP, el parktronic y los modos de conducción. Tras ella un freno de mano convencional que apenas resta espacio, cumple como uno eléctrico y aporta un toque de la vieja escuela.
Hay huecos en las puertas, apoyabrazos central y un práctico portagafas en el techo.
Las plazas de atrás son las más beneficiadas del aumento de 8 cms de longitud y 7 de anchura de este nuevo Polo, aunque el verdadero quid de la cuestión está en el aumento de casi diez centímetros de la batalla del coche.
Con ellos, las piernas de nuestros pasajeros pueden ser más largas y hasta tener cartucheras.
O se pueden acomodar tres niños, aunque sólo nos quepan dos sillas completas y el pasajero central vaya a ir un tanto “emparedado”. Pero la mejora, es sustancial.
Donde es sobresaliente es en el maletero. El pequeño Volkswagen ha pasado de ser uno de los modelos más escasos de la categoría en este aspecto, a ser el mejor, empatado con su hermano de plataforma, el Ibiza.
La boca de carga es muy grande, la altura queda a ras de paragolpes y se puede ampliar abatiendo los respaldos delanteros en proporción 70/30 (ó 60/40, no sé, estoy calculando a ojo, pero queda claro que una de las dos porciones es mucho más grande).
En el apartado dinámico empezaremos diciendo que el propulsor que anima el Polo es el reciente 1.0L Turbo de tres cilindros. En este caso con 95CV (lo hay de 115). Es un motor bastante refinado y con un rendimiento tan correcto como un 1.0 Ecoboost de Ford, pero bastante más parco en consumo. Yendo alegres con el Volkswagen, que es como le gusta ir, no hemos pasado de 5 litros y medio en el modo Normal de conducción (hay Sport y Eco también, que ofrece unos gráficos adicionales en la pantalla multimedia muy logrados). Por cierto que el sistema Start&Stop contempla la característica de los nuevos Volkswagen de arrancar el motor en cuanto el radar detecta que el coche precedente inicia el movimiento. Es una pequeña mejora pero muy práctica.
El cambio DSG de siete velocidades puede parecer excesivo para un motor tan pequeño, pero al tener este un margen de utilización muy amplio (se mueve a gusto entre 1.500 y 4.000 rpm) es capaz tanto de sacarle provecho como de cuidar el gasto de combustible. El ruido no es elevado y tampoco es desagradable.
El comportamiento del Polo es gratificante en cualquier ámbito, sea urbano, interurbano o lanzado a viajar por autopista. Aunque su sistema de suspensión trasera es humilde (y casi “viejuno”) al igual que el de los Golf más básicos, su aplomo es elevado y su comportamiento a la hora de hacer curvas es seguro y confortable. En nuestro circuito tuve mis más y mis menos con los conos, no ya tanto por el esquema de muelles y comportamiento del chasis, sino por el tacto de la dirección. En el modo normal tendía a abrir demasiado la trazada mientras que en posición Sport se volvía tan directo que me comía los elementos de esquiva con la rueda interior trasera. Las pruebas de frenada las hizo un poquito peor por sus frenos de tambor traseros, que cuando se calientan mucho tienden a bloquear las ruedas.
En cualquier caso, el comportamiento general del coche estuvo siempre algo por encima de su directa competencia. Y es que su precio, también lo está.
Es normal ya que quizá el Polo es el sibarita, junto con su primo audi A1, del segmento. Mejores materiales, apropiado conjunto motor y cambio, buen tamaño y un equipamiento muy generoso de serie (frenada de emergencia, detector de fatiga, control de velocidad adaptativo ACC…) que puede ser enriquecido con opcionales a la última (aparcamiento asistido, control de carril, iluminación inteligente…).
Seguro que ello te llevará a romper la barrera de los 20.000 euros (su precio de tarifa es de 19.400), pero dado su planteamiento muy próximo al escalón superior de automóviles compactos, puede compensar incluso a aquellos que estén valorando un Golf básico por “cómo va y cómo está hecho” pero no necesiten “tanto espacio”. En ese caso, deberían probarse este Polo.
NUESTRA NOTA: 9
Cosas a favor
Calidad interior y de rodadura
Motor solvente y económico
Equipo de serie y opcional
Cosas en contra
Continuidad estética
Frenos traseros de tambor
Precio algo elevado
MOTOR
- Cilindrada: 999 c.c.
- Potencia: 95 CV CEE
- Par: 175 NM
- Tracción: delantera
- Caja de cambios: automática 7 velocidades
Dimensiones
- Largo/ancho/alto: 405/175/144 cms
- Peso: 1.080 kgs
- Ruedas: 215/45R17 op.
- Maletero: 351 l
- Cap. Depósito: 40 l
Prestaciones
- Velocidad máxima: 187 km/h
- Aceleración 0-100km/h: 10,8 seg
- Consumo medio oficial: 4,7 l/100kms
Equipamiento
- Equipamiento: ABS, ASR, BAS, EDB, ESP, TCS, 6 airbags, frenada automática de emergencia, Hill Holder, control de presión de neumáticos, sensor de luces y limpias, luces diurnas LED, volante multifunción, ordenador de a bordo, detector de fatiga, climatizador dos zonas, control de velocidad adaptativo, faros antiniebla con luz de giro, cristales traseros tintados...