Prueba del Dacia Sandero Stepway 0.9Tce

La introducción de Dacia en nuestro mercado se hizo tímidamente. Era una marca con una gama pensada para países “en vías de desarrollo” y por eso su propuesta era de lo más sencilla y prosaica: utilizar bases y componentes de vehículos Renault –dueña de Dacia- ya superados, modernizar el envoltorio y ofrecerlos como coches asequibles.

La fórmula no era nueva, ya antes la habían cultivado Daewoo y Galloper, ambas con cierto éxito mientras les duró el stock de piezas y/o el mercado se dio cuenta que estaban pagando por “restos” de modelos desfasados.

Pero Renault al reflotar Dacia lo hizo con visión de continuidad sabiendo que, si no triunfaban en occidente, sí que tenían un buen mercado en su país de origen –Rumanía (por eso lo de Dacia)- y similares.
Pero llegó la crisis económica y de repente esos coches baratos se volvieron apetecibles.
Era una manera muy económica de estrenar coche y, los modelos sobre los que estaban basados, no eran ninguna porquería antediluviana. Total, que empezaron a ganar cuotas de mercado en nuestro país –y otros- permitiéndose mirar de tú a tú marcas consagradas y hasta lograr meter varios meses consecutivos a este Sandero en el Top 3 de ventas.

Así las cosas, en Renault, con buen criterio, dijeron “si nos lo tomamos un poco más en serio, partimos la pana”. O sea, lo dijeron en francés, que suena todo mucho mejor, pero básicamente la idea era esa.

Y comenzaron a aparecer las versiones Stepway, que son los mismos coches pero con carrocerías ligeramente elevadas y protecciones chulas a los lados. Y dado el gusto por el SUV de nuestros días, triunfaron entre aquellos a los que el Duster les parecía demasiado “agropecuario”.

Llegó el momento del restyling y entre las sonrisas de complacencia de los directivos de la marca alguien volvió a decir, “en serio tíos, vamos a ver si lo hacemos un poco más curioso sin que sea más caro”. Y aquí lo tenemos.



El nuevo Dacia Sandero Stepway resulta algo más moderno en su versión de 2017. Se ha retocado la parrilla, se han introducido luces LED de día y se han cambiado las ópticas traseras. Son pocos cambios y muy sutiles, pero mantienen al modelo vigente y desde luego, no transmiten imagen alguna de coche barato.

Las llantas de aleación, las protecciones de plástico y las barras en el techo son de serie. La pintura azul turquesa de nuestro coche se paga aparte (332 euros).

Su aspecto es alegre y simpático, sus dimensiones son las de un urbano aunque algunos crean que se trata de un compacto al verlo alto y fuerte. Con respecto aun Sandero normal la altura de la carrocería aumenta 40mm y el total unos 10 centímetros gracias a las mencionadas barras sobre el techo.



El interior sigue cuajado de plásticos oscuros y duros, una tapicería “de batalla” y la simplicidad que hace que incluso en cuentarrevoluciones no tenga zona roja.
Pero hay un nuevo volante de cuero multifunción con control y limitador de velocidad (223 euros) y un módulo multimedia básico pero más que suficiente (435 euros). Todo lo demás es conocido. No hay ordenador, los mandos de la climatización son de los años 90 (423 euros vale el aire acondicionado opcional) y los retrovisores se siguen regulando a palanquilla.



Pero oye, es un interior agradable. Con buena luz y espacio para los dos ocupantes delanteros que no se habrán de pelear por el apoyabrazos central, porque no hay.
La visibilidad es buena y vas sentado un poco alto en unas butacas de generoso mullido y escasa sujeción. Hay huecos en las puertas, posavasos, guantera y poco más. Tanto las regulaciones de volante y cinturones son opcionales (pack confort: 60 euros).

Las plazas de atrás me han gustado por su simplicidad, que implica un banco corrido y unos respaldos sin formas bizarras ni resaltos. Esto es, caben tres y los tres casi en las mismas condiciones, ya que el pasajero central tiene que bregar con un túnel central algo prominente y con un gran posavasos justo en su base.
Pero a nivel de altura y espacio longitudinal no hay queja ninguna. Las puertas abren un montón y sus ventanillas se bajan a manivela.

El maletero es otro punto fuerte del coche.
Es un agujero con forma rectangular que se carga salvando un pequeño escalón y que anuncia 320 litros de capacidad reales y verdaderos. Puede llevar rueda de repuesto (98 euros) que no varía su capacidad.
Está mayormente revestido y su cubicaje se puede ampliar abatiendo los respaldos (60/40) o prescindiendo de la bandeja para cargar hasta el techo.



A nivel mecánico, también Dacia/Renault aspira a más con estos coches.
Atrás quedaron los bloques pretéritos 1.6 atmosféricos de gasolina en favor de las nuevas y modernas propuestas downsizing. Como este 0.9 litros de tres cilindros turbo que equipaba nuestro coche de prensa.

Los 90 caballos que proporciona este propulsor son más que suficientes para mover al Sandero con agilidad entre el tráfico urbano e interurbano.
Para sacarle todo su jugo es verdad que hay que llevarlo alto de vueltas pues, aun siendo un motor sobre alimentado, lo escaso de su cilindrada obliga. Y esto tiene su contrapartida en el aumento considerable del ruido que llega al habitáculo y del gasto de carburante, que si bien en conducción tranquila lo habíamos dejado en 5,7 litros a los 100,en el mismo recorrido aumentando el ritmo llegamos a los 6,6 litros de consumo medio. También el viento racheado que sufrimos en carretera tuvo su incidencia, pues dado lo liviano del coche y su mal coeficiente aerodinámico, se ve bastante afectado por él.
La caja de cambios de cinco velocidades no destaca por el agrado de su manejo ni por su precisión, tal vez por ello hay disponible una versión automática con el mismo acabado y motorización.

La suspensión es blanda haciendo gala de su recorrido aumentado, la dirección es correcta y bastante directa y los frenos, con tambores detrás, aprueban con un suficiente alto.



En definitiva, el comportamiento del coche sobre cualquier vía responde a las expectativas y está en consonancia con las prestaciones del modelo. La versión de 75CV se me antoja escasa y si hubiera alguna de más de 110 podría ser hasta excesiva.
Por supuesto su configuración “campera light” con sus protecciones de bajos y laterales te permite adentrarte por vías de tierra, arena o barro con la garantía, merced a sus neumáticos y los escasos 1.000 kgs en báscula más que por otra cosa, de poder salir.

Es el Sandero Stepway un coche que va ganado seriedad poco a poco en base a su éxito y, aunque aún está muy lejos de lo que, por ejemplo, un Renault Captur pueda ofrecer, lo compensa con una estética “molona” y un precio, que con todas las opciones montadas se queda en 12.104 euros para el Dacia que ves en las fotos.

Porque por mucho que añadan o retoquen, la filosofía de modelo “low cost” parece que a día de hoy se mantiene inalterada.