Skoda Kodiaq TDi150 Style
" Entrada a lo grande "
La marca checa Skoda entra en el reñido segmento de los todo camino de talla media con un modelo que aúna la calidad y la practicidad del fabricante con la versatilidad de este tipo de carrocerías… en formato XL
El día que fui a recoger nuestro Kodiaq lo encontré aparcado junto al nuevo Volkswagen Tiguan.
Desde todos los ángulos el checo dejaba pequeño al alemán.
Más alto, más ancho y, sobre todo, más largo, la plataforma compartida entre ambos (y con el Golf, y con el Ateca, etc. Que la MQB da mucho de sí) se ha estirado bastante para ofrecer un “gran-SUV-mediano” con capacidad para siete pasajeros.
Se habla de que en breve el modelo de la casa matriz dispondrá también de una versión XL con dos butacas extra, pero hasta entonces, es responsabilidad de Skoda mover con soltura y solvencia por carretas y caminos a las familias más numerosas.
Estéticamente, el modelo está muy logrado. Recuerda a todos los Skoda sin parecerse –o ser un calco a escala- a ninguno. Realmente no es un coche bonito de cuyas líneas te puedas enamorar al primer golpe de vista, pero es que en este segmento se cuentan con los dedos de una mano –y sobran dos o tres- los modelos agraciados (Evoque, tal vez Mazda CX-5 y Mini Countryman, un peldaño por debajo).
De la misma manera reconozco que esto es cuestión de gustos por lo que no incidiré mucho más. Sólo diré que la parte que menos me gusta del Kodiaq es la trasera, por resultar excesivamente maciza, y la que más me ha satisfecho, la delantera, donde su diseño subraya su identidad.
El perfil te puede quedar mejor o peor en función del acabado y las llantas montadas, que las hay en opción hasta de 19”. A nosotros nos tocó un ejemplar “Style” (tope de gama) con unas bonitas ruedas de 18”.
El interior es un interior clásico de la marca: buenos materiales, buenos acabados, tonterías las justas y espacio a raudales.
Desde el punto de vista del conductor y acomodado en una gran butaca observamos un volante multifunción y una instrumentación completa con ordenador a color que bien podría ser de cualquier otro Skoda. A partir de ahí, comienzan los cambios.
El salpicadero es muy vertical y muy grande. En su parte central contempla una gran pantalla multimedia (hoy por hoy no puede faltar…) flanqueada por dos grandes salidas de aire y justo debajo, los mandos del sencillo climatizador de tres zonas.
Frente al copiloto, una doble guantera. La clásica a sus rodilla y otra más pequeña delante de él.
Porque los huecos no pueden faltar en un Skoda. Y, además de los mencionados huecos, hay otro muy grande en el apoyabrazos central, un cajoncito a la izquierda del volante y grandes bolsas en las puertas. También cuenta con bolsillos en los respaldos de los asientos delanteros. Ah, y nuestro coche de pruebas traía soporte para “tableta” destinada a entretener a los pasajeros de las plazas traseras.
Es un “detallito Skoda”, con los que la marca disfruta haciendo las delicias de crítica y público. Como en paraguas oculto en la puerta delantera, el rascador de hielo en la tapa del depósito, la linterna con imán en el maletero o el sistema de protector plástico retráctil que protege de golpes los marcos de las puertas. Por no hablar del sistema de amplificación electrónica de voz para escuchar mejor a tus pasajeros disponible con el –fantástico- equipo de sonido Canton.
Me encanta mucho todo.
Seguimos sentados en el puesto de conductor ya que, es tan grande y tan cómodo que no dan ganas de apearse de él.
La postura al volante es un poquito alta, lo que permite una gran visibilidad hacia delante, que hacia atrás está garantizada por unos enormes retrovisores y por una cámara, por supuesto, de serie.
Según nuestras mediciones, todas las cotas en estas plazas superan a las de su competencia. Incluso con el techo panorámico –que se abre- la cabeza de los conductores de 1,85 metros se quedará a unos buenos 4 dedos de la toldilla.
Nos vamos para atrás, donde todo lo dicho de las plazas delanteras, se podría repetir punto por punto. Resumiremos diciendo que son tres las plazas y son tres los pasajeros que caben sin ambages. El túnel central puede estorbar un poco, pero oye, es que es 4x4…
Seguimos nuestro camino hacia la zaga y descubrimos una tercera fila con los asientos escamoteables más grandes de cuantos recuerdo. Ciertamente son análogos a los de la fila precedente, aunque no se puede decir lo mismo del espacio disponible. No obstante, adelantando razonablemente las butacas delanteras, esta fila adicional sí que es capaz de alojar adultos de talla y complexión normal.
El acceso hasta ellas tampoco es complicado. De hecho, puede que te lo dificulte más la altura propia del coche que el espacio que deja el asiento trasero al deslizarse u abatir su respaldo.
Y llegamos a la parte trasera del modelo para descubrir una de las especialidades de la marca: el maletero.
El hueco de este coche supera los 650 litros de capacidad verdaderos acercándose muy de cerca a los 660 que ofrece el líder de la marca hoy por hoy, el Skoda Superb Combi.
Por supuesto tiene doble altura, ganchos donde asir bolsas, un enchufe, luz portátil, red accesoria y rueda de repuesto. La superficie es casi plana y hay dos cajones a sus lados, uno ocupado por el botiquín.
El plano de carga es bastante bajo para lo alto que es el coche, el portón abre mucho y su accionamiento es eléctrico de serie en este acabado.
Con las siete plazas disponibles todavía quedan cerca de 500 litros (cargando hasta el techo) donde poder ubicar bastante equipaje.
Llega el momento de ponerse a circular y lo primero que llama la atención al accionar el pertinente botón de puesta en marcha es la baja sonoridad que nos acompañará a lo largo de toda la prueba.
El motor que propulsa nuestro coche es el conocido bloque VAG 2.0TDi aquí con 150CV. Un bloque no especialmente suave ni silencioso, pero que pasa inadvertido gracias al fantástico trabajo de aislamiento de este coche. Supongo que, dado su gran tamaño, han disfrutado de centímetros adicionales en los que poner acolchado.
Ciertamente suena menos que su primo Tiguan.
Y esa suavidad es coherente con las sensaciones que produce el coche al rodar. El Kodiaq es un SUV francamente cómodo con el sistema de suspensión pilotada DCC.
Incluso en su modo “Sport” (hay también “Normal” y “Confort”) la firmeza no lastra el confort, pero es que pasa lo mismo al revés, el modo “Confort” tampoco lastra la firmeza que el Kodiaq ofrece en vías rápidas.
Si queremos buscarle los defectos al modelo nos tendremos que ir a retorcidas vías secundarias y conducir con decisión, y ahí es donde el Kodiaq se empieza a mostrar algo torpe y dubitativo debido a su tamaño, peso… y filosofía.
Volviendo con el motor diré que marca consumos muy bajos (hemos medido 6,6 litros a los 100 kms recorridos en uso mixto) y permite rodar ligero por carreteras y autopistas sin tener que recurrir al correcto cambio de 6 relaciones, pero que quien busque aprovechar al máximo las posibilidades de carga del coche (que ya ha quedado claro que son enormes) de manera habitual sin notable merma de prestaciones, se encontrará colmadas sus necesidades con la versión de 190CV.
La dirección y los frenos quizá son lo menos logrado del conjunto, no por su funcionamiento, sino más bien por su tacto.
Y vámonos al campo.
La mayoría de “Kodiaqs” están disponible con tracción permanente a las 4 ruedas, esto es, un embrague de acoplamiento viscoso que manda par al tren posterior cuando detecta pérdidas en el agarre del eje delantero.
También hay disponible un modo “off road” que cuenta con una suerte de control de descensos.
El rendimiento fuera de carretera de este coche con sus Michelin Latitude Sport Green X es francamente bueno. Dispone de una notable altura al suelo, unos recorridos de suspensión más que generosos y unos ángulos suficientes como para no perder ninguna pieza de la carrocería al pasar por una zanja.
No es un coche de campo “per sé” (ya ninguno lo es) pero puede defenderse sin agobios por caminos de tierra, barro, roderas, pistas forestales… y demás. Es como el Tiguan pero un poco menos ágil. Porque es más grande y pesado, lógicamente.
Y esta faceta completa un coche completo en sí, sin olvidar su completísimo equipamiento de serie que se puede adornar con muchos y muy interesantes opcionales de última generación sin alejarnos demasiado de los 39.790 euros del precio de tarifa oficial.
Con el Kodiaq han tenido que abrir de par en par las puertas del segmento pues tanto su tamaño como su valía merecen una entrada a lo grande.
NUESTRA NOTA: 9.5
Cosas a favor
Calidad, equipamiento, amplitud
Suavidad de marcha
Versatilidad y detalles
Cosas en contra
Dirección blanda, volante inclinado
Bonito-bonito no es…
Precio algo elevado
MOTOR
- Cilindrada: 1.968 c.c.
- Potencia: 150 CV CEE
- Par: 340 NM
- Tracción: integral permanente
- Caja de cambios: manual 6 velocidades
Dimensiones
- Largo/ancho/alto: 469/188/165 cms
- Peso: 1.676 kgs
- Ruedas: 235/55R18
- Maletero: Un millón de litros (aprox.)
- Cap. Depósito: 58 l
Prestaciones
- Velocidad máxima: 195 km/h
- Aceleración 0-100km/h: 9,8 seg
- Consumo medio oficial: 5,4 l/100kms
Equipamiento
- Equipamiento: ABS, BAS, EDB, ESP, TCS, 6 airbags + de rodilla conductor, Hill holder, ordenador de a bordo, control y limitador de velocidad, sensor de luces y limpias, bluetooth, acceso y arranque sin llave, faros full LED, navegador, cámara trasera, portón eléctrico, climatizador de tres zonas…