Citroen C4 Picasso 2.0BlueHdi auto
" Actualizar lo moderno "
El monovolumen de la marca del doble chevrón recibe sutiles pinceladas para modernizar aún más un coche que, tras tres años desde su lanzamiento, sigue tan fresco como el primer día. Son apenas un par de detalles que sirven para poner el Picasso al día… un poco más.
En el exterior hay que estar muy atento para dar con las diferencias entre este C4 Picasso de 2016-2017 y uno de 2013.
En el frontal, todo el conjunto del paragolpes es nuevo. Los antiniebla se integran con un reborde cromado en una nueva parrilla inferior, y una franja pintada la separa de la toma de aire superior, que incorpora la matrícula.
La “cara de Robocop”, merced a las particulares ópticas de este coche, sigue inalterada. Lleva faros de xenón de serie, pero los de baja intensidad, que no obligan a la instalación de lavafaros.
El perfil no cambia en absoluto. Lo más llamativo son los nuevos colores disponibles como el “Gris Acier” de nuestra unidad de pruebas. Las llantas bicolor opcionales de 18” ya estaban disponibles, pero creo que antes eran plata/gris y ahora son plata/negro.
A la zaga, la principal diferencia está en que el logo, ahora, ofrece un color negro charol con rebordes plateados. Y ya está.
Pero como digo, no hace falta más. El C4 Picasso fue tan rompedor en su diseño en su día que hoy por hoy no necesita de más adornos ni detalles para seguir siendo un producto “cutting edge”.
En el interior, tres cuartas partes de lo mismo.
Se han cambiado las pantallas, o eso dicen, porque a menos que seas un auténtico experto no notarás diferencias. La que gobierna el clima, la radio etc. conserva inalterado su diseño y función y la enorme “televisión” de 12” que hace las veces de instrumentación sí que ofrece algo más de definición así como la posibilidad, mediante su múltiples configuraciones posibles, de contar con un cuenta revoluciones analógico. O sea, sigue siendo digital, pero de diseño analógico.
Los grandes asientos son los mismos, el espacio y el extraordinario aprovechamiento del mismo también así como su luminosidad y gran visibilidad.
La postura a los mandos es un poquito elevada, y cuesta un rato hacerse a la instrumentación central, pero todo lo demás, por ajeno o moderno que nos parezca, es bastante fácil de ver y de manejar.
Hay huecos por todas partes, y uno muy divertido: el apoyabrazos. Al ser esta versión automática y tener su mando tras el volante, su espacio se ha aprovechado para incorporar un auténtico baúl… ¡portátil!. Sí, se puede sacar y llevártelo, junto con todo su contenido, bajo el brazo al más puro estilo radiocasete de los 80.
La calidad de los plásticos es bastante aceptable y los asientos son extraordinarios. Hace un tiempo un compañero me decía que las butacas montadas en los nuevos Citröen son tan buenos… que ya no parecen de Citroën.
Bueno, supongo que todas las marcas han evolucionado lo suyo en este aspecto, pero es verdad que algunas tenían más margen de mejora que otras…
Las plazas traseras, con tres asientos independientes y regulables pueden con tres pasajeros de “talla humana”, sea cuál sea esta: niños, adultos, Falete… hay luz, espacio, para dar y tomar, y gracias al espejo auxiliar de vigilancia junto al retrovisor central, los ocupantes delanteros mantendrán a raya los excesos de los habitantes traseros.
Hay bandejas, lucecitas, salidas de aire con regulación independiente… pero puestos a pedir, yo ya pediría un equipo multimedia o algún soporte “ad hoc” para ubicar la tableta que hipnotiza a los niños en los viajes largos.
El maletero es igual de grande y sigue siendo igual de aprovechable. Ofrece bajo su base rueda de emergencia y su tapa de accionamiento eléctrico no es de las más rápidas, pero facilita un montón la maniobra ya que la puerta es bastante grande (y con un plano de carga a dos palmos y medio del suelo, que está muy bien).
Pasamos al apartado dinámico no sin antes presentar a nuestro compareciente. Este C4 Picasso va equipado con el conocido motor BlueHDi de 150CV y cambio automático de 6 velocidades.
Un tándem, a mi juicio, muy recomendable.
El bloque diesel de este coche es un propulsor parco en consumos y solvente en potencia, sin embargo, no es un dechado en suavidad. Y es ese el punto que viene a solventar el cambio automático por convertidor de par. Con unas inserciones tan adecuadas como sutiles el C4 tendrá potencia y par en cualquier circunstancia si abrumar a sus pasajeros con innecesarios tirones, ruidos o vibraciones.
El poco que se pierde de prestaciones, en comparación con la versión manual, al optar por esta combinación queda compensada con creces por el aumento del confort en un tipo de coche que, por filosofía, ha de primar el rodar suave y seguro sobre cualquier otra vertiente más “velocística”.
El consumo tampoco se estropea. En cifras reales nuestro Picasso ha marcado 5,6 litros a los 100 kms recorridos en uso mixto, apenas una décima más que la versión “con tres pedales”.
Si se le puede hacer una crítica a esta versión, ésta tiene que ver con el “palo lamentable” que hace de palanca de cambios sobre la caña, a la derecha del volante.
En mi ranking de “palancas chungas” se aúpa hasta la primera posición, por delante del “rosca de lavadora” de Jaguar – Land Rover y el “mando de limpias reciclado” de Mercedes Benz.
En lo tocante a frenos, muy bien de tacto y de efectividad, la suspensión por su parte va bastante bien y algo menos blanda de lo esperado (quizá por las ruedas de 18” montadas opcionalmente). La dirección no es ni rápida ni sensible, pero encaja a la perfección con las aspiraciones del coche.
El equipamiento, en este acabado “Shine” es tremendamente completo, con asientos con masaje, cortinillas traseras, reposapiés extensible, sensores medidores de espacio para aparcar… más todo lo “básico” (que en una marca Premium pagarías de manera adicional). El precio, entorno a 30.000 euros tampoco es una locura para un coche tremendamente versátil, capaz, con aplomo en cualquier circunstancia, muy bien equipado, con estética singular y… tras este restyling, dos veces moderno.
En el frontal, todo el conjunto del paragolpes es nuevo. Los antiniebla se integran con un reborde cromado en una nueva parrilla inferior, y una franja pintada la separa de la toma de aire superior, que incorpora la matrícula.
La “cara de Robocop”, merced a las particulares ópticas de este coche, sigue inalterada. Lleva faros de xenón de serie, pero los de baja intensidad, que no obligan a la instalación de lavafaros.
El perfil no cambia en absoluto. Lo más llamativo son los nuevos colores disponibles como el “Gris Acier” de nuestra unidad de pruebas. Las llantas bicolor opcionales de 18” ya estaban disponibles, pero creo que antes eran plata/gris y ahora son plata/negro.
A la zaga, la principal diferencia está en que el logo, ahora, ofrece un color negro charol con rebordes plateados. Y ya está.
Pero como digo, no hace falta más. El C4 Picasso fue tan rompedor en su diseño en su día que hoy por hoy no necesita de más adornos ni detalles para seguir siendo un producto “cutting edge”.
En el interior, tres cuartas partes de lo mismo.
Se han cambiado las pantallas, o eso dicen, porque a menos que seas un auténtico experto no notarás diferencias. La que gobierna el clima, la radio etc. conserva inalterado su diseño y función y la enorme “televisión” de 12” que hace las veces de instrumentación sí que ofrece algo más de definición así como la posibilidad, mediante su múltiples configuraciones posibles, de contar con un cuenta revoluciones analógico. O sea, sigue siendo digital, pero de diseño analógico.
Los grandes asientos son los mismos, el espacio y el extraordinario aprovechamiento del mismo también así como su luminosidad y gran visibilidad.
La postura a los mandos es un poquito elevada, y cuesta un rato hacerse a la instrumentación central, pero todo lo demás, por ajeno o moderno que nos parezca, es bastante fácil de ver y de manejar.
Hay huecos por todas partes, y uno muy divertido: el apoyabrazos. Al ser esta versión automática y tener su mando tras el volante, su espacio se ha aprovechado para incorporar un auténtico baúl… ¡portátil!. Sí, se puede sacar y llevártelo, junto con todo su contenido, bajo el brazo al más puro estilo radiocasete de los 80.
La calidad de los plásticos es bastante aceptable y los asientos son extraordinarios. Hace un tiempo un compañero me decía que las butacas montadas en los nuevos Citröen son tan buenos… que ya no parecen de Citroën.
Bueno, supongo que todas las marcas han evolucionado lo suyo en este aspecto, pero es verdad que algunas tenían más margen de mejora que otras…
Las plazas traseras, con tres asientos independientes y regulables pueden con tres pasajeros de “talla humana”, sea cuál sea esta: niños, adultos, Falete… hay luz, espacio, para dar y tomar, y gracias al espejo auxiliar de vigilancia junto al retrovisor central, los ocupantes delanteros mantendrán a raya los excesos de los habitantes traseros.
Hay bandejas, lucecitas, salidas de aire con regulación independiente… pero puestos a pedir, yo ya pediría un equipo multimedia o algún soporte “ad hoc” para ubicar la tableta que hipnotiza a los niños en los viajes largos.
El maletero es igual de grande y sigue siendo igual de aprovechable. Ofrece bajo su base rueda de emergencia y su tapa de accionamiento eléctrico no es de las más rápidas, pero facilita un montón la maniobra ya que la puerta es bastante grande (y con un plano de carga a dos palmos y medio del suelo, que está muy bien).
Pasamos al apartado dinámico no sin antes presentar a nuestro compareciente. Este C4 Picasso va equipado con el conocido motor BlueHDi de 150CV y cambio automático de 6 velocidades.
Un tándem, a mi juicio, muy recomendable.
El bloque diesel de este coche es un propulsor parco en consumos y solvente en potencia, sin embargo, no es un dechado en suavidad. Y es ese el punto que viene a solventar el cambio automático por convertidor de par. Con unas inserciones tan adecuadas como sutiles el C4 tendrá potencia y par en cualquier circunstancia si abrumar a sus pasajeros con innecesarios tirones, ruidos o vibraciones.
El poco que se pierde de prestaciones, en comparación con la versión manual, al optar por esta combinación queda compensada con creces por el aumento del confort en un tipo de coche que, por filosofía, ha de primar el rodar suave y seguro sobre cualquier otra vertiente más “velocística”.
El consumo tampoco se estropea. En cifras reales nuestro Picasso ha marcado 5,6 litros a los 100 kms recorridos en uso mixto, apenas una décima más que la versión “con tres pedales”.
Si se le puede hacer una crítica a esta versión, ésta tiene que ver con el “palo lamentable” que hace de palanca de cambios sobre la caña, a la derecha del volante.
En mi ranking de “palancas chungas” se aúpa hasta la primera posición, por delante del “rosca de lavadora” de Jaguar – Land Rover y el “mando de limpias reciclado” de Mercedes Benz.
En lo tocante a frenos, muy bien de tacto y de efectividad, la suspensión por su parte va bastante bien y algo menos blanda de lo esperado (quizá por las ruedas de 18” montadas opcionalmente). La dirección no es ni rápida ni sensible, pero encaja a la perfección con las aspiraciones del coche.
El equipamiento, en este acabado “Shine” es tremendamente completo, con asientos con masaje, cortinillas traseras, reposapiés extensible, sensores medidores de espacio para aparcar… más todo lo “básico” (que en una marca Premium pagarías de manera adicional). El precio, entorno a 30.000 euros tampoco es una locura para un coche tremendamente versátil, capaz, con aplomo en cualquier circunstancia, muy bien equipado, con estética singular y… tras este restyling, dos veces moderno.
NUESTRA NOTA: 8.5
Cosas a favor
Conjunto motor/cambio
Espacio y aprovechamiento interior
Acabados y equipamiento de serie
Cosas en contra
Poca novedad, la verdad
Palito del cambio
Visión nocturna cámara trasera
MOTOR
- Cilindrada: 1.997 c.c.
- Potencia: 150 CV CEE
- Par: 370 NM
- Tracción: delantera
- Caja de cambios: automática 6 velocidades
Dimensiones
- Largo/ancho/alto: 442/182/161 cms
- Peso: 1.360 kgs
- Ruedas: 225/45R18 (op.)
- Maletero: 537 l
- Cap. Depósito: 57 l
Prestaciones
- Velocidad máxima: 207 km/h
- Aceleración 0-100km/h: 10,1 seg
- Consumo medio oficial: 4,3 l/100 kms
Equipamiento
- Equipamiento: ABS, BAS, EDB, ESP, 6 airbags, apertura y arranque sin llave, Hill Holder, bluetooth, climatizador bizona, bandejas traseras, sensor de luces y limpias, pantalla multimedia de 7", pantalla de instrumentación de 12", navegador, cámara trasera, faros antiniebla, asistente de aparcamiento, control de ángulo muerto, asientos con masaje, portón eléctrico...