Prueba del Mitsubishi Space Star 120MPi

Que no digo yo que no me gusten las posibilidades de personalización de un Renault Twingo, un Citroën C1 o el encanto inherente de un Fiat 500 o un Mini. Pero todo ello acaba sumando precio y restando versatilidad, pues muchos de aquellos que han optado por uno de estos urbanos tan “cucos” han tenido que ampliar su presupuesto para incluir una plaza de garaje.

Eso sin contar los quebraderos de cabeza que implica el tratar de no equivocarse con la combinación de colores, con los accesorios o con el equipo “techy” disponible. Amén de que todo ello cuenta en la factura final del coche y es muy fácil meterse en el terreno de los compactos sin darse cuenta.

Por eso resulta grato encontrarse de vez en cuando con un modelo que ha sabido conservar la esencia de ese coche funcional, pequeño, discreto, cómodo y barato que debe ser un coche para ciudad. Y este Space Star cumple con todo ello.



Estéticamente es un modelo capaz de pasar desapercibido en una calle, en un parking o bajo el balcón de tu casa. Pero oye, al Passat le pasa lo mismo, y con ello no quiero decir que sean modelos feos. Son coches… sinceros. La forma se supedita a la función.

En el caso de nuestro pequeño “Mitsu” al tratarse de un acabado tope de gama, llamado Kaiteki, tiene detallitos como el alerón sobre el maletero, las bonitas llantas de 15 pulgadas, los antinieblas franjeados por cromados, cristales tintados… que le dan algo de encanto a su exterior, pero desde luego, alejado de estridencias y goyerías. Por no haber, no hay ni lista de opciones, lo que simplifica enormemente la configuración. Escoge uno de los 6 colores exteriores y a rodar.



El interior es igual de simple y funcional.
Ofrece plásticos simplemente correctos, embellecedores los justos y botones los mínimos imprescindibles, como los del volante y climatizador.
El cuadro es pequeño, pero ofrece toda la información necesaria (incluido testigo de motor frío a falta de aguja de temperatura). El ordenador se maneja con el botón que hay dentro de la propia capilla, lo que obliga a meter la mano por el volante y distraer la vista un instante por lo que mejor trastear con él en parado.
El equipo multimedia ofrece una gran pantalla táctil y trae reproductor de CD, además de las conexiones bluetooth, USB y Aux oportunas.
El climatizador es de una sola zona y ofrece una potencia de calefacción aceptable.



Hay huecos en las puertas, entre los asientos incluyendo posavasos y una buena guantera. No hay apoyabrazos y conserva freno de mano convencional.

La sensación que produce el coche nada más acceder al puesto del conductor es de amplitud. El techo nos queda muy alto, el parabrisas está muy tendido, las ventanillas son grandes y la tapicería lleva toques claros para “iluminar” el ambiente (menos mal, porque plafones de luz no sobran…).
Los asientos también son grandes y mullidos. Ciertamente no parece que te encuentres en un coche de menos de cuatro metros de talla de punta a punta.
Los ajustes se realizan con facilidad, más por el reglaje del volante que por el del asiento, y la visibilidad es francamente buena.

A las plazas traseras les pasa otro tanto de lo mismo. Sus cotas de largo/alto son muy buenas, tanto como para acomodar a dos adultos sin problemas, y es sólo la medida de anchura la que comprometerá el viaje de un tercer pasajero. El suelo, por otro lado, tampoco es del todo plano. No hay salidas de ventilación –ni se las echa en falta- pero sí elevalunas.



El maletero es… pequeño, obviamente. Cubica 235 litros y tiene una práctica bandeja con compartimentos bajo su base. Afortunadamente los respaldos traseros son fácilmente abatibles de manera asimétrica pudiendo ampliar así notablemente la capacidad del hueco.

La parte mecánica de este Space Star se encomienda al propulsor 120MPI de la marca, esto es: gasolina, 1.2 litros, tres cilindros, turbo. Los 80 CV que ofrece deben ser suficientes para mover los menos de 900 kgs en báscula de este liviano japonés.
Vamos a ver.

El acceso y arranque se hace sin sacar la llave del bolsillo, de serie, y el botón que pone en marcha el coche está a la izquierda del volante, rollo Porsche.
El sonido y traqueteo que se percibe en el interior es típicamente de tres cilindros. Ni es feo ni molesta, pero da cuenta de que el aislamiento tampoco es uno de los fuertes del coche.
La caja de cambios de 5 velocidades tiene recorridos largos y un manejo algo esponjoso, cosa criticable en cualquier otro coche que no vaya a pasar la mayor parte de su vida en un entorno urbano haciendo cambios “a la remanguillé”.



El propulsor efectivamente mueve el coche sin problemas, permitiendo una conducción alegre en vías urbanas e interurbanas, siempre y cuando seamos uno o dos en su interior. A tope de ocupación ya le cuesta algo más mantener la dignidad y obliga al conductor a apurar las marchas más de lo deseado, sobre todo por el ruido del motor quejándose de tal trato.
La dirección es tremendamente blanda, en consonancia con una suspensión que puede llegar a asustar de lo mucho que deja inclinar al coche. Los frenos, a pesar de contar con tambores traseros, frenan lo suyo con un mordiente incisivo que no obstante se presta fácil a la dosificación.

El consumo en todo momento se mantiene entre los 5 litros y los 5,5 litros a los 100 kms recorridos, según la carga y el nivel de exigencia. El stop&start funciona bastante bien. Contamina muy poquito por lo que no paga impuesto de matriculación y tiene una buena bonificación en los parquímetros.

Sacarlo a carretera ya es cuestión de necesidad y paciencia. En grandes autopistas no se siente cómodo y en reviradas secundarias el cambio torpe, la dirección suave y la suspensión blanda son sus principales hándicap. No es su entorno natural pero bueno, que si lo tiene que hacer, lo hace.



Lo que nos da un coche sencillo y completo. Discreto, práctico y rápido para movernos por la urbe. Su equipamiento de serie no incluye fruslerías, pero trae de todo incluido, el navegador, y su originalidad viene de la mano de ser un coche de una marca en nuestro mercado minoritaria. A ello le añadimos un precio extraordinario: 13.400 euros. Sí ,sí, eso por el coche que exactamente veis en las fotos, aunque seguro que tal vez podáis conseguir un pelín de descuento si os hacéis querer en el concesionario.