Kia Cee´d 1.0T 120 GTLine
" Sin perder comba "
El hecho de que los fabricantes coreanos siguen de cerca a las marcas europeas es ya una verdad incontestable. Sus modelos suman cada vez más calidad y atractivo, e incluso ya se atreven con modernas fórmulas mecánicas.
Hablo del cacareado “downsizing”. Esa “verdad a medias” que dice que “menos es más” y que un motor pequeño puede rendir igual que uno grande siendo infinitamente más eficiente en lo tocante a consumos y emisiones.
Casi todos los fabricantes se han apuntado a esta moda, y era cuestión de tiempo que Kia, muy atenta a lo que pasa en el Viejo Continente, presentara sus nuevos motores pequeños disponibles.
Y lo hizo aprovechando el restyling de su compacto Cee´d sumando interés a un coche sumamente interesante de por sí.
En el nuevo Cee´d son nuevos algunos detalles de acabado, algunos equipos de serie y algunos opcionales, como la línea GT que exhibe orgulloso nuestro coche de pruebas.
Por lo demás, el Cee´d sigue siendo el mismo Cee´d que probamos años atrás: un compacto visualmente atractivo, con buena calidad en su interior y un encomiable aprovechamiento del espacio, sobre todo en las plazas traseras, donde tres adultos viajarán sin estrecheces aún conservando un buen maletero para todo su equipaje.
A todo ello hay que sumarle un posicionamiento de precio muy logrado –ligeramente por debajo de su competencia-, un equipo de serie generoso desde sus versiones básicas, los 7 años de garantía (o 160.000 kms) y una gama de motores diesel más que competente.
Sin embargo, los gasolina estaban perdiendo ritmo, quizá por el furor del gasóleo que poco a poco afortunadamente se bate en retirada. El 1.4 era algo flojeras, y el 1.6 tanto en sus versiones de 135 y de 204 CV (Pro Cee`d GT) podían resultar excesivos en términos de prestación y consumo.
Para no perder comba entre su competencia que ya ofrecía en sus catálogos modelos de gasolina de “cilindrada de moto” era el momento de pasar a algo más moderno y versátil, así que se pusieron a quitar cilindros…
Bueno, reconozco que esa afirmación no es del todo correcta ya que, aunque el nuevo 1.0T no es un motor nuevo-nuevo (de algo hay que partir…), sí que se ha desarrollado desde cero en más de un 80% de sus componentes. Y desde el inicio se ha ofrecido en dos gamas de potencia: 100 y 120 CV. Y hasta la llegada inminente del nuevo Rio, el Cee´d los equipa en exclusiva.
Los que me seguís sabéis que soy poco amigo del downsizing y, tras probar varios coches europeos de motores pequeños y reafirmarme en mi convicción, tenía mucha curiosidad por ver la adaptación asiática de esta tendencia.
Por ello, sin más dilación, me subo a nuestro Kia.
La atmósfera que me recibe es muy grata. Tal vez de no tener el techo panorámico el abuso del color negro por todo el habitáculo lo convertiría en un coche oscuro, pero como sí que lo tengo y es de serie en el GT Line, el efecto es agradable.
También me gusta el tacto de sus plásticos, blandos en mayor proporción, su volante deportivo pleno de botones y su cuadro que mezcla con maestría la información digital con la analógica. Me gusta su consola aunque parece que se han limitado a “meter” equipamiento sin buscar una cierta armonía estética, y me hace mucha gracia el reloj en lo alto del salpicadero con un termómetro incorporado capaz de dar la temperatura en Celsius o en Fahrenheit a golpe de tecla.
Una de las varias teclas desperdigadas por el “cockpit” del coche, algo muy oriental, tanto coreano como japonés.
Y me gustan sus huecos. En las puertas, frente a la palanca de cambios, entre los asientos, bajo el apoyabrazos… hay unos cuantos y todos muy aprovechables. Los asientos, por su parte, son grandes y cómodos, aunque me costó dar con el reglaje en altura perfecto que me permitiera ver el cuadro a través del volante en toda su totalidad.
Ya ubicado me propongo arrancar mediante un cuarto de giro de su llave convencional. A ralentí el ruido y la vibración es prácticamente imperceptible, incluso con el motor frío.
Doy un par de golpes de gas y la cosa apenas cambia. Muy bien, pero confieso que no esperaba menos (o sea, más).
Pongo primera, libero el freno de mano –también convencional- y salgo presto a circular.
Desde los primeros metros y a pesar de lo que diga la recomendación de cambio de marcha, ya voy notando que a este motor le gusta rodar ligero. Sin llegar a apurar las marchas, realizar los cambios por encima de las 3.000 vueltas te devuelve una sensación de que hay potencia bajo tu pie derecho. Llegado ese punto el motor empieza a gruñir, pero no suena feo, de hecho, casi no suena a tres cilindros.
Poco a poco voy viendo que el Cee´d también es capaz de circular despacio, de manera desahogada en cuarta o quinta velocidad y que la sexta, conviene reservarla para ir lanzado en autopista.
Tampoco hay una demora del turbo excesiva a la hora de arrancar en primera velocidad, ni se “ ahoga y muere” cuando aguantamos segunda al pasar un badén o un ceda el paso tras mirar ambos lados.
Todo depende de tu juego de pie derecho. Hay que saber anticipar y mantener la aguja por encima de las 1.300 rpm.
Las prestaciones, hechas estas aclaraciones de conducción, son bastante buenas.
Sobre el papel aventaja ligeramente a la versión de 100CV pero, según me han comentado –no hemos probado aún dicha versión-, sobre el asfalto la ventaja es notablemente mayor.
Carretera, autopista, ciudad… como buen compacto, manifiesta su versatilidad cumpliendo con nota en cualquier entorno.
La dirección es blandita –menos en el modo Sport (modo “deporte” lo llama su ordenador. Creo que en Corea se siguen fiando del traductor de Google…)- la suspensión tiene la firmeza adecuada y los frenos ofrecen un tacto y mordiente correcto.
En el cómputo general se podría decir que “este coche va muy bien”. Sí, con sus tres cilindros y todo. Hasta que paramos en el surtidor.
El consumo medio real que hemos logrado con este Kia “downsized” tras 104 kms de recorrido mixto (25 en ciudad, 39 en carretera, 50 en autopista siempre rodando alrededor de los límites de las vías) ha sido de 7,7 litros. Toma eficiencia.
Esto viene a ser medio litro menos de consumo real en el mismo recorrido que una berlina con el doble de cilindrada y cerca del doble de potencia. Casi ná.
Seguramente con más urbano, funcionando a tope el stop&start, conduciendo a punta de gas y haciendo caso al indicador de cambio, el consumo se reduzca dramáticamente litro o litro y medio, pero claro, tener un coche que obliga a reaprender a circular…
Diré más. Me temo que de los coches con motor reducido el Kia es de los que más gasta. Son décimas sí, pero ahí están.
Total, que tenemos un modelo bastante chulo con su paquete GT Line, bien equipado, bien acabado, con un buen precio de 23.800 euros antes de descuentos (que los hay muy jugosos), con una extraordinaria garantía, gran capacidad interior y propulsado por un motor pequeño que corre y se comporta como uno grande… a costa de consumir tanto como él.
Ese es el único hándicap que se le puede encontrar a un coche muy bueno en general.
Y es una pega compartida por casi todas estas mecánicas: si se las lleva “alegres”, van a gastar. Las prefiero frente a un diesel sin dudar, pero que nadie se llame a engaños. Vengan de donde vengan, Corea, Europa o Norteamérica, a todos les pasa igual. Sigo pensando que el downsizing tiene sentido a nivel de utilitario, pero para ir a más… mejor siempre tener más.
Casi todos los fabricantes se han apuntado a esta moda, y era cuestión de tiempo que Kia, muy atenta a lo que pasa en el Viejo Continente, presentara sus nuevos motores pequeños disponibles.
Y lo hizo aprovechando el restyling de su compacto Cee´d sumando interés a un coche sumamente interesante de por sí.
En el nuevo Cee´d son nuevos algunos detalles de acabado, algunos equipos de serie y algunos opcionales, como la línea GT que exhibe orgulloso nuestro coche de pruebas.
Por lo demás, el Cee´d sigue siendo el mismo Cee´d que probamos años atrás: un compacto visualmente atractivo, con buena calidad en su interior y un encomiable aprovechamiento del espacio, sobre todo en las plazas traseras, donde tres adultos viajarán sin estrecheces aún conservando un buen maletero para todo su equipaje.
A todo ello hay que sumarle un posicionamiento de precio muy logrado –ligeramente por debajo de su competencia-, un equipo de serie generoso desde sus versiones básicas, los 7 años de garantía (o 160.000 kms) y una gama de motores diesel más que competente.
Sin embargo, los gasolina estaban perdiendo ritmo, quizá por el furor del gasóleo que poco a poco afortunadamente se bate en retirada. El 1.4 era algo flojeras, y el 1.6 tanto en sus versiones de 135 y de 204 CV (Pro Cee`d GT) podían resultar excesivos en términos de prestación y consumo.
Para no perder comba entre su competencia que ya ofrecía en sus catálogos modelos de gasolina de “cilindrada de moto” era el momento de pasar a algo más moderno y versátil, así que se pusieron a quitar cilindros…
Bueno, reconozco que esa afirmación no es del todo correcta ya que, aunque el nuevo 1.0T no es un motor nuevo-nuevo (de algo hay que partir…), sí que se ha desarrollado desde cero en más de un 80% de sus componentes. Y desde el inicio se ha ofrecido en dos gamas de potencia: 100 y 120 CV. Y hasta la llegada inminente del nuevo Rio, el Cee´d los equipa en exclusiva.
Los que me seguís sabéis que soy poco amigo del downsizing y, tras probar varios coches europeos de motores pequeños y reafirmarme en mi convicción, tenía mucha curiosidad por ver la adaptación asiática de esta tendencia.
Por ello, sin más dilación, me subo a nuestro Kia.
La atmósfera que me recibe es muy grata. Tal vez de no tener el techo panorámico el abuso del color negro por todo el habitáculo lo convertiría en un coche oscuro, pero como sí que lo tengo y es de serie en el GT Line, el efecto es agradable.
También me gusta el tacto de sus plásticos, blandos en mayor proporción, su volante deportivo pleno de botones y su cuadro que mezcla con maestría la información digital con la analógica. Me gusta su consola aunque parece que se han limitado a “meter” equipamiento sin buscar una cierta armonía estética, y me hace mucha gracia el reloj en lo alto del salpicadero con un termómetro incorporado capaz de dar la temperatura en Celsius o en Fahrenheit a golpe de tecla.
Una de las varias teclas desperdigadas por el “cockpit” del coche, algo muy oriental, tanto coreano como japonés.
Y me gustan sus huecos. En las puertas, frente a la palanca de cambios, entre los asientos, bajo el apoyabrazos… hay unos cuantos y todos muy aprovechables. Los asientos, por su parte, son grandes y cómodos, aunque me costó dar con el reglaje en altura perfecto que me permitiera ver el cuadro a través del volante en toda su totalidad.
Ya ubicado me propongo arrancar mediante un cuarto de giro de su llave convencional. A ralentí el ruido y la vibración es prácticamente imperceptible, incluso con el motor frío.
Doy un par de golpes de gas y la cosa apenas cambia. Muy bien, pero confieso que no esperaba menos (o sea, más).
Pongo primera, libero el freno de mano –también convencional- y salgo presto a circular.
Desde los primeros metros y a pesar de lo que diga la recomendación de cambio de marcha, ya voy notando que a este motor le gusta rodar ligero. Sin llegar a apurar las marchas, realizar los cambios por encima de las 3.000 vueltas te devuelve una sensación de que hay potencia bajo tu pie derecho. Llegado ese punto el motor empieza a gruñir, pero no suena feo, de hecho, casi no suena a tres cilindros.
Poco a poco voy viendo que el Cee´d también es capaz de circular despacio, de manera desahogada en cuarta o quinta velocidad y que la sexta, conviene reservarla para ir lanzado en autopista.
Tampoco hay una demora del turbo excesiva a la hora de arrancar en primera velocidad, ni se “ ahoga y muere” cuando aguantamos segunda al pasar un badén o un ceda el paso tras mirar ambos lados.
Todo depende de tu juego de pie derecho. Hay que saber anticipar y mantener la aguja por encima de las 1.300 rpm.
Las prestaciones, hechas estas aclaraciones de conducción, son bastante buenas.
Sobre el papel aventaja ligeramente a la versión de 100CV pero, según me han comentado –no hemos probado aún dicha versión-, sobre el asfalto la ventaja es notablemente mayor.
Carretera, autopista, ciudad… como buen compacto, manifiesta su versatilidad cumpliendo con nota en cualquier entorno.
La dirección es blandita –menos en el modo Sport (modo “deporte” lo llama su ordenador. Creo que en Corea se siguen fiando del traductor de Google…)- la suspensión tiene la firmeza adecuada y los frenos ofrecen un tacto y mordiente correcto.
En el cómputo general se podría decir que “este coche va muy bien”. Sí, con sus tres cilindros y todo. Hasta que paramos en el surtidor.
El consumo medio real que hemos logrado con este Kia “downsized” tras 104 kms de recorrido mixto (25 en ciudad, 39 en carretera, 50 en autopista siempre rodando alrededor de los límites de las vías) ha sido de 7,7 litros. Toma eficiencia.
Esto viene a ser medio litro menos de consumo real en el mismo recorrido que una berlina con el doble de cilindrada y cerca del doble de potencia. Casi ná.
Seguramente con más urbano, funcionando a tope el stop&start, conduciendo a punta de gas y haciendo caso al indicador de cambio, el consumo se reduzca dramáticamente litro o litro y medio, pero claro, tener un coche que obliga a reaprender a circular…
Diré más. Me temo que de los coches con motor reducido el Kia es de los que más gasta. Son décimas sí, pero ahí están.
Total, que tenemos un modelo bastante chulo con su paquete GT Line, bien equipado, bien acabado, con un buen precio de 23.800 euros antes de descuentos (que los hay muy jugosos), con una extraordinaria garantía, gran capacidad interior y propulsado por un motor pequeño que corre y se comporta como uno grande… a costa de consumir tanto como él.
Ese es el único hándicap que se le puede encontrar a un coche muy bueno en general.
Y es una pega compartida por casi todas estas mecánicas: si se las lleva “alegres”, van a gastar. Las prefiero frente a un diesel sin dudar, pero que nadie se llame a engaños. Vengan de donde vengan, Corea, Europa o Norteamérica, a todos les pasa igual. Sigo pensando que el downsizing tiene sentido a nivel de utilitario, pero para ir a más… mejor siempre tener más.
NUESTRA NOTA: 8.5
Cosas a favor
Relación calidad-equipamiento-precio
Habitabilidad y confort
Prestaciones y agrado del motor
Cosas en contra
Consumo elevado en el mundo real
Algunos botones desubicados
Sin lector de CD
MOTOR
- Cilindrada: 998 c.c.
- Potencia: 120 CV CEE
- Par: 171 NM
- Tracción: delantera
- Caja de cambios: manual 6 velocidades
Dimensiones
- Largo/ancho/alto: 431/178/147 cms
- Peso: 1.204 kgs
- Ruedas: 225/45R17
- Maletero: 380 l
- Cap. Depósito: 53 l
Prestaciones
- Velocidad máxima: 190 km/h
- Aceleración 0-100km/h: 11,1 seg
- Consumo medio oficial: 4,9 l/100kms
Equipamiento
- Equipamiento: ABS, BAS, EDB, ESP, hill holder, 6 airbags, bluetooth, control y limitador de velocidad, techo panorámico, faros antiniebla LED, ordenador de a bordo, sensor de luces y limpias, cámara trasera, cristales traseros tintados, pantalla multimedia de 7", navegador, retrovisores eléctricos y plegables, climatizador...