Volvo S90 D5 AWD Inscription
" Diez de diferencia "
Cuando los suecos de Volvo acabaron de plantear la renovación del buque insignia de la marca, el S80, vieron cuán abultada era la diferencia entre el nuevo modelo y su predecesor. Por ello tomaron la sabia decisión de sumar 10 puntos a su denominación.
En directo el nuevo volvo S90 es mucho mejor que en fotografía.
Y eso lo digo yo, lo dice quien lo ha visto y lo ha sufrido nuestro fotógrafo de pruebas.
Es un coche muy largo, muy ancho, muy bajo, con un capó kilométrico y una zaga bien rematada que gana en vivo y en directo.
Obviamente, en el nuevo coche encontramos un montón de referencias al nuevo lenguaje de diseño de la marca, como la mirada LED con ese agresivo martillo de Thor bien marcado, la parrilla descomunal, los detalles cromados en los bajos de la carrocería, las enormes ruedas disponibles o esa trasera con nuevos elementos ópticos integrados. Todo ya lo hemos visto en el XC90, y su transposición a este coche se ha hecho de forma magistral.
Por fuera el nuevo S90 tiene un punto de modernidad del que carecen, actualmente, todos sus rivales, presentando así una alternativa distinta –y tal vez mejor- a los hegemónicos fabricantes alemanes.
De puertas a dentro el S90 es muy XC90. Aquí, dadas sus dimensiones bastante parejas –excepto en su cota de altura- ha sido muy fácil “trasladar interiores”.
Tanto el cuadro digital, el volante, la consola central con su gran pantalla, el espacio y los controles entre los asientos… todo es conocido e inaugurado por la vigente generación XC90. Esto, aunque le resta encanto personal, es bastante bueno porque todo el habitáculo del XC90 raya al más alto nivel.
Empezaré por el olor. El “aroma a coche nuevo” de Volvo es de los más conseguidos, ya lo he dicho varias veces. Nuestro coche ya había cubierto más de 3.500 kms y pasado por diversa manos –algunas más cuidadosas que otras…- y aún así cada vez que abrías la puerta y te montabas era como estrenarlo. Me encanta.
Luego los asientos. Grandes, de muy buen cuero, perfectos de mullido y capaces de sujetar el cuerpo lo oportuno. En este acabado, con calefacción y ajustes eléctricos de serie.
La postura al volante se obtiene de manera sencilla. Vas sentado bajo, lo que no ayuda a la visibilidad pero sí a la sensación de espacio. El HUD –Head Up Display- sí que necesita de más paciencia y ajustes hasta lograr que caiga justo donde miran tus ojos.
El volante contempla la pertinente multifunción, que a veces es liosa. El mando por voz tampoco ayuda. No sé si es sordo y/o tonto, pero a mí en toda esta semana apenas me ha hecho caso.
Del cuadro digital tampoco soy muy “fan”, pero es verdad que un coche tan moderno no merece menos. Aunque tenga que tirar de manual hasta para saber cómo se pone el contador parcial de kms a cero (luego resultó ser la mar de fácil… pero yo anduve un rato perdido entre menús y submenús).
Lo que nos lleva a la pantalla central.
En serio, ¿es necesario tal despliegue de pulgadas y funciones para al final acabar teniendo la misma información que te ofrecía un display de dos líneas monocromo de hace 15 años?. Esto es: el móvil está conectado, estás escuchando Kiss FM, son las 12.38pm y hay 17 grados de temperatura exterior.
No sé. A mí se me queda grande.
Pero claro, de esta manera logras “limpiar” la consola de botones, que dado el abundante equipamiento de serie y adicional de este Volvo, tendrías para llenar de interruptores hasta el parabrisas. Afortunadamente, para las funciones más básicas –on/off, volumen, warning, desempañamiento…- hay teclas en la parte baja.
Y antes de pasar al espacio entre los asientos, añadir aquí dos detalles que me han gustado mucho de este interior. Uno es el acabado de madera, muy muy bonito. Y otro es el fantástico equipo de sonido opcional Bowers and Wilkins.
Su sonido brillante y potente hizo hasta que se me escapara una gotita de pis con los primeros acordes del Take it Back de Pink Floyd.
Es un accesorio caro, pero no dudaría en añadirlo a mi configuración de S90 perfecto.
Lo que me ahorraría es el mando de los modos de conducción que va justo detrás de la palanca de cambios, pegadito al peculiar mando de arranque. Luego iremos más en profundidad con ello.
Nos queda por apreciar una buena guantera – apoyabrazos con el reproductor de CD oculto en su interior.
Y ya está. Es un rollo “maxi-minimal” de lo más logrado. Diseño escandinavo dicen…
Pasamos a las plazas de atrás, que en este coche venían con climatizador independiente situado tras el apoyabrazos delantero y con mando táctil, lo que hizo que en varias ocasiones lo activase por error con el codo dada su sensibilidad.
Las puertas traseras son enormes y abren una barbaridad –esto sí que son “dimensiones exactas…”- permitiéndonos paso franco a un interior configurado para tres plazas “reales”, con longitud, anchura y altura que supera la media del segmento. El único “pero” lo pone el túnel de transmisión, muy pero que muy voluminoso, pero no quedaba otra a la hora de mantener baja la altura del conjunto y dotar al vehículo de la posibilidad de contar con tracción a las 4 ruedas.
En estas butacas el viaje resulta placentero y el entorno muy agradable, gracias en parte a lo claro de la tapicería de nuestro coche de prensa y a la luminosidad del techo solar opcional, incluso en este acabado tope de gama llamado “Inscription”.
El hueco reservado al maletero es muy profundo pero muy alto, o sea, como un enorme cajón. Más, si decides equipar rueda de repuesto de emergencia.
Aún así, es una oquedad aprovechable con ganchitos y redes, y con una capacidad acorde con el tamaño y pretensiones del modelo. Si quieres más, mejor optar por el V90. Por cierto que, independientemente del color de la tapicería, el guarnecido del maletero siempre es negro. Es que otras marcas si pides el interior en beige, por ejemplo, en esta parte te lo clavan también en beige y a la larga, es un poco cochino.
Llega el momento de ponernos en marcha.
Bajo el largo capó tenemos el “nuevo” bloque dos litros diesel de 4 cilindros que viene a sustituir a los de cinco que una vez fueron bandera de la marca. Es el mismo que probamos tiempo atrás en el XC90, aunque aquí optimizado electrónicamente para ofrecer algo más de potencia (235CV) y un poco más de par (480NM).
Arrancamos y notamos cómo a pesar de la buena insonorización del coche –con ventanillas laminadas, en opción- el motor se hace notar, restando puntos (bueno, más bien décimas) a la imagen lujosa del coche. Si quieres un diesel pequeño es lo que hay: va a hacer ruido sí o sí. No incidiré más.
Lo bueno es que hay una ausencia total de vibraciones.
Seleccionamos “D” en su caja automática de 8 velocidades y echamos a andar.
El Volvo se mueve como una alfombra mágica por autopista y vías rápidas. Tiene aplomo para dar y tomar y transmite elevadas dosis de seguridad a su conductor, que pronto se descubrirá posando para la cámara de algún radar.
Como buen buque insignia, el S90 se encuentra en su salsa viajando ligero y con total confort en las largas autovías. Da igual el estado del firme, da igual el tráfico o la climatología, la experiencia del viaje será de lo más gratificante.
Incluso podemos distraernos un poco con el sistema de conducción semiautomática, que engloba el control de velocidad activo, el sistema de mantenimiento de carril y el lector de señales de tráfico. Ver cómo da las curvas él sólo regulando la distancia con el tráfico precedente, ajustando la velocidad al límite de la vía es casi de ciencia ficción, pero ojo, no es un sistema autónomo. De hecho, se cabrea cuando “siente” que has soltado las manos del volante.
Mi pareja dice que este sistema parece estar pensado para no pegártela mientras te peleas con la pantalla multimedia y sus menús. ¡Qué sabia ella!.
Superado con nota el test de vía rápida, metemos al Volvo en carretera.
Cuando las cosas se tuercen, el S90 se mantiene firme. No le he notado la misma agilidad que el S80 con el chasis Four-C, pero claro, también es un coche más grande.
La nueva dirección eléctrica también resta comunicación entre lo que siente el conductor y pasa en las ruedas, pero sin duda, lo que menos me gusta en esta situación es el motor.
Aunque el mencionado dos litros turbo ofrece potencia y par de sobra para destacarse, el “momento óptimo diesel” es muy pequeño y obliga a la caja de cambios a ir saltando relaciones como una loca sin encontrarse a gusto en ninguna… más de 2 segundos. Y si ya seleccionamos el modo Dynamic… la cosa es todavía peor, o igual, pero más ruidosa.
Y es que lo de los modos… de verdad, el coche ya va fenomenal en “normal”, aquí llamado modo “confort”. Tocarlo es estropearlo. En la suspensión y el tacto de dirección apenas se nota diferencia, tan sólo las pantallas son las que más acusan la “diferencia”.
El Eco sólo lo usamos para medir el consumo medio. Logramos 7,6 litros a los 100 kms recorridos en uso mixto. No es para tirar cohetes, pero aventaja claramente el que obtuvimos tiempo atrás con el XC90 D5.
Hablando de 4x4, la tracción AWD de este S90 no es definitiva pero ayuda en el apartado dinámico pudiendo abrir gas antes a la salida de una curva y hace que el coche circule sobre raíles aunque estén cayendo chuzos de punta ahondando en la seguridad, tan prioritaria para la marca.
En ciudad, un entorno en principio hostil para este tipo de coches, no hemos tenido demasiada dificultad a la hora de movernos. Claro, que llevábamos el sistema de cámaras 360 y el sistema de aparcamiento automático (que eso sí, necesita espacios de 12 metros para convencerse de que es posible la maniobra…).
Y bueno, necesitaría páginas y páginas para enumerar y explicar todos los sistemas y gadgets que lleva o puede llevar este coche. Algo que al principio, ciertamente abruma.
Como puede asustar su precio, concretamente el de nuestro coche, este S90 D5 AWD Inscription de color negro Onyx con ruedas enormes: 77.378 euros. Paquete Business Pro, Light, Winter, Versatility y Xenium incluidos.
Mucho. Sí. Pero puesto en perspectiva y en comparativa, te juro que hasta parece barato, porque si a su antecesor le aventaja en 10 puntos, a la competencia, también le puede sacar 4 ó 5…
NUESTRA NOTA: 9
Cosas a favor
Imagen exterior e interior
Carga tecnológica disponible
Comportamiento rutero
Cosas en contra
Motor ruidoso
Tanta pantalla avasalla
Túnel de transmisión voluminoso
MOTOR
- Cilindrada: 1.969 c.c.
- Potencia: 235 CV CEE
- Par: 480 NM
- Tracción: Integral permanente
- Caja de cambios: automática 8 velocidades
Dimensiones
- Largo/ancho/alto: 496/189/144 cms
- Peso: 1.892 kgs
- Ruedas: 255/35R20 Op.
- Maletero: 500 l
- Cap. Depósito: 50 l
Prestaciones
- Velocidad máxima: 240 km/h
- Aceleración 0-100km/h: 7 seg
- Consumo medio oficial: 4,8 l/100kms
Equipamiento
- Equipamiento: ABS, BAS, EDB, ESP, TCS, Hill Holder, 6 airbags + rodilla conductor, alerta de cambio de carril, sistema de frenada de emergencia, asientos delanteros eléctricos, climatizador bizona, control de crucero activo con asistente de atascos, detector de fatiga, lector de señales de tráfico, sensor de luces y limpias, faros LED, ordenador de a bordo, pantalla multimedia de 12,3", navegador, tapicería de cuero…