by AUTODOMINIS

Prueba del Mercedes Benz GLE450AMG Coupé

Mercedes Benz GLE450AMG Coupé

" Puño de hierro en guante de seda "

Mercedes Benz no inventa nada nuevo con el GLE Coupé, pero sí mejora lo existente con un SUV coupé de aspecto imponente y tacto deportivo, destinado a aquellos que buscan un coche grande, dinámico, exclusivo… y el dinero no es problema.


Durante la presentación del modelo eran inevitable las comparaciones entre el GLE Coupé y el BMW X6. En la marca de la estrella lo sabían y por ello iban con la lección aprendida. Nos decían que si bien el concepto es el mismo, como sucede entre berlinas, compactos, etcétera, no se trata de una copia, sino de la interpretación de cada marca sobre un mismo esquema de carrocería… que por cierto, no inventó BMW, sino la coreana Ssangyong con su Actyon algún tiempo antes.

De acuerdo. Conforme con la “excusa”, pasamos a examinar “el X6 de Mercedes”.

El GLE Coupé en esta versión AMG es puro músculo, agresividad y potencia.
Desde sus formas exageradas hasta sus detalles más nimios, todo el conjunto exhibe una apariencia de “macho car” impactante. Recuerdo cuando el coche hizo su aparición en la gran pantalla, en un remake del Parque Jurásico de Spielberg que dio en llamarse “Jurassic World”. El GLE Coupé AMG que conducía la protagonista aterrorizaba a los propios dinosaurios y parecía “talmente” el coche que escogería un “T-Rex” para ir a hacer la compra o al gimnasio.



El paragolpes delantero amenaza con engullir todo lo que se ponga a su paso, no sin antes darle con toda la estrella en la frente. El capó con sus nervaduras y salidas de aire al estilo de la vieja escuela nos recuerdan a un coche de carreras.

Los pasos de rueda están sobredimensionados para calzar unas llantas y unas gomas hasta hace poco privativas de modelos deportivos de campanillas, pues en el eje trasero, sus llantas de 22” montan ni más ni menos que neumáticos de 325mm de sección (los delanteros se conforman con 285…).
Dentro de semejantes ruedas de camión hay discos de freno rallados y perforados con pinzas con anagrama Mercedes Benz.

El perfil del coche es netamente de cupé de 4 puertas, con el techo marcando muy claramente la caída desde el pilar B hasta la tapa del maletero, que se remata con un discreto –pero imprescindible- alerón. Son 490 centímetros de coche que no se hacen grandes gracias a una proporción perfecta con la altura, de 172 cms. Ni muy largo, ni muy bajo, clavando casi-casi las dimensiones del X6.



La trasera es muy maciza y masiva. Muy grande, en definitiva. Los grupos ópticos alargados realzan los dos metros de ancho que tiene este coche y los bajos aparecen perfectamente carenados por un paragolpes envolvente que incluye un deflector y dos grandes salidas de escape “de verdad”.

Sometido este coche al duro juicio de los viandantes la conclusión fue unánime: es como un X6 con esteroides. Y, en definitiva, “mola más”.
Para gustos los colores. Yo ahí, ni entro ni salgo. Allá cada uno.



Pasamos al interior donde varios detalles a primera vista llaman la atención. El primero es la postura envolvente a los mandos, sentado alto, con bastante espacio alrededor pero con una grata sensación de estar en un coche más pequeño y más deportivo. La segunda, los buenos acabados, con cuero por doquier con pespunte rojo en contraste. Otra cosa más, el pantallón multimedia presidiendo la consola central y, para remate, las roscas clásicas de Mercedes en los mandos de climatización. Un detalle casi “vintage” en un coche tan moderno (y caro), pero oye, cuando una cosa funciona… ¿para qué cambiarla?.

Los asientos AMG contemplan multitud de ajustes y es muy fácil obtener la postura deseada rápidamente. Hasta los reposacabezas son eléctricos. La butacas son grandes y su mullido es más bien tirando a duro. Hay reglaje lumbar.
El cuadro es de sobra conocido, con sus toques Sport en esta versión, y el volante, pues también.
Al prescindir de palanca de freno de mano y de mando del cambio en el túnel central (va en la caña de dirección), el GLE ofrece pequeños huecos muy prácticos entre los dos asientos, amén de un par de posavasos grandes y un apoyabrazos con guantera de doble apertura de capacidad también bastante generosa.
El mando táctil remoto para el equipo multimedia está muy logrado. Es fácil de manejar y, para los más clásicos, se puede manejar sin mover la mano del sitio a golpe de rueda y botón.



Como ya comenté, hay sensación de espacio, como no podía ser menos en un coche de sus dimensiones, sin embargo, no tanta como en un GLE convencional. Y es que algunos centímetros se han quedado por el camino en la “coupeización” del modelo.
Esto, obviamente, donde más se nota es atrás.
Pero no pasa nada, nos siguen cabiendo tres pasajeros con sus pies y sus cabezas y todo ya que, partiendo de un espacio bastante grande, lo poco que se recorte no va a significar una merma dramática en su capacidad de carga de pasajeros.
Incluso la luna tumbada no incomodará a los ocupantes de esta fila, pues arranca un palmo detrás de sus nucas y puede ser tintada hasta volverla casi opaca.
De hecho, a quien más va a molestar el diseño de este cristal es al conductor de cara a la visibilidad, pero bueno, nada que unos sensores de parking y unas buenas cámaras perimetrales no puedan solucionar.



El maletero a mí me ha gustado. Esperaba menos y, una vez visto y probado, los 650 litros que anuncia la marca tienen visos de realidad. Es un hueco rectangular muy aprovechable con dos oquedades a ambos lados a modo de guanteras, una de ellas, con red. Hay ganchitos y argollas para las bolsas. La boca de carga es muy grande aunque está bastante alta. Mucho ojo con el ángulo de apertura de la tapa del maletero (eléctrica), pues en muchos párquines podemos golpear con ella el techo. Hay un botón para frenarla antes de que eso ocurra.



Hasta aquí el coche en parado, llega el momento que muchos esperabais para contaros cómo es este 450 AMG en movimiento.

Antes, pongámonos en contexto.
Tras el éxito del Mercedes Benz A45 AMG y sus derivados, la marca de la estrella vio claramente cómo había mercado para coches AMG… pero fabricados por ellos.
Me explico.
AMG –que es un acrónimo de los apellidos de sus fundadores y de la localidad donde fabrican- trabaja recibiendo los productos Mercedes en sus instalaciones de Affalterbach, donde los ponen a punto –motor, chasis, frenos…- y se los devuelven a la marca. Pero su capacidad es limitada, y no llega a lo que desde Stuttgart les están pidiendo. Solución de Mercedes: creamos una gama en la que tú nos dices lo que tenemos que hacer, y ya lo hacemos nosotros.
Tal vez se pierda algo de pedigrí, pero se aumenta el volumen, se acortan los plazos y se sigue ofreciendo un producto desarrollado por AMG con todas la letras.
Gran idea.

Y así surge este GLE450AMG –que en breve puede empezar a llamarse GLE43AMG- así como otros productos AMG “Made in Mercedes”. No confundir con la línea AMG, que es pura estética, ni con los AMG “pata negra”, que en este caso son los 63 y 63S que sí se montan en las instalaciones AMG.

Bajo el capó de nuestro coche tenemos un bloque gasolina V6 de tres litros de cilindrada y turbo de doble garganta, el mismo que monta, por ejemplo, el GLE400. Pero con una nueva admisión, nuevo escape y una nueva gestión electrónica, la potencia pasa de unos nada desdeñables 333 CV y 480NM de par (GLE400) a unos 367CV y 520NM de par (GLE450AMG). No está mal, pero está mejor cuando descubres que esos 367 son una aproximación, pues como yo mismo he podido sentir y he contrastado con otros compañeros, la cifra real debe estar más próxima a los 380…



También los de AMG han trabajado los frenos, la suspensión, los mapas de dirección, de cambio y los modos de conducción. Lo que no sé es si lo de poner una franja roja a la tapa del motor también es cosa suya… pero bueno, a falta de la firma del técnico que ha montado a mano tu motor –mi humilde A sí que la lleva, chincha rabiña-, bien está.

Sea como fuere, arrancamos. Pulso botón y… nada. Tal vez un lejano silbido de escape.
Acostumbrado a la teatralidad AMG, esperaba más drama, la verdad. Un bramido. Unas trompetas, señoras santiguándose, niños llorando… pero no, el 450 arranca suave y discreto.
Ponemos D en el palito del cambio y salimos a circular.
“Ay madre que esto es otro SUV con paquete deportivo”, pienso.
Y es que el Mercedes se mueve como todo gran y buen Mercedes, con tanta clase como parsimonia, con tanto lujo como tranquilidad.
El aislamiento del coche es de matrícula de honor. Todo lo desagradable está filtrado, dejando percibir al conductor sólo lo imprescindible para no pensar que viaja en clase preferente de un tren Ave sujetando un volante.
Acelera muy fino, frena sin sobresaltos, amortigua sin rebotar, cambia de marcha sin notarlo, maniobra sin esfuerzo… una gozada. El adjetivo de coche de lujo se lo tiene bien ganado.
Incluso en este modo confort, el consumo se mantiene por debajo de los 11 litros a los 100 kms recorridos, llegando a bajar de 10 en tramos largos de autopista.
Todo esto está muy bien, de hecho, está genial, pero casi el mismo tacto de seda se obtiene con la versión 350d, a pesar de su propulsor diesel.
Yo busco algo más, y creo que el que compra gasolina y un coche firmado por AMG, también. Pasamos al modo “Sport”.



Aquí la diferencia ya se empieza a notar. Un bonito ruido de escape se filtra al habitáculo, la dirección se endurece, la suspensión también pero no tanto, y el cambio de 9 velocidades ya no busca la relación más larga a la que pasamos de 70 km/h.
Pero, ¿sabes lo que te digo?, ese toque de pimienta me resulta artificial, incluso me parece que estropea el extraordinario sabor del coche en modo confort.
Pero, aparte del modo Individual y el específico para nieve, me queda un modo más: Sport +. Giro la rosca y… se desata la tormenta.

Esto sí que sí, amigos de Mercedes.
El GLE450 es AMG con este botón pulsado. Fuera seda. Sacamos el puño de hierro.

Los escapes empiezan a rugir, a petardear, a escupir fuego a cada cambio de marcha, la suspensión lee el asfalto y la dirección, transmite un tacto a la antigua como sólo esta gente es capaz de lograr.
Si seleccionas el modo de cambio manual con levas, el GLE te puede llega a asustar. En serio, te van a sudar las manos. Tras un tramo largo de curvas sin tráfico –ni Pegasus…- a la vista, te vas a bajar del coche con una gran sonrisa… y un leve temblor de piernas.
En increíble lo que corre y cómo transmite lo que corre. Lo bueno es que contamos también con lo bien que frena.
A golpe de gas puedes derrapar de las cuatro ruedas, jugar con las inercias a cada apoyo, seguir acelerando cuando pensabas que ya no había más conejos en la chistera y, cuando te hayas cansado de pelearte con las levas, apreciar cómo el cambio automático de doble embrague lee tu mente y siempre da con la marcha adecuada. Realmente adictivo.
Eso sí, como toda adicción, tiene un coste elevado, y es que el consumo se dispara más allá de los 16 litros a los 100 kms recorridos… siempre y cuando seas capaz de recorrer 100 kms con este modo activado.

Pero me encanta. Poder subir un puerto de montaña con toda la familia –puestos de Lexatin, claro- a ritmo de rally en un SUV de dos toneladas y bajar en un coche de lujo es toda una experiencia.



Una experiencia que para mí, personalmente y por mucho que me guste, apenas tiene sentido. Y es por el precio a pagar: 93.500 euros de partida que suben a 109.000 por el coche que ves en las fotos, a tope de equipamiento adicional. Bueno, te puedes ahorrar las absurdas ruedas gigantes que son opcionales y carísimas. Aún con eso, su precio lo mete en la liga de Porsche 911 y compañía.
El hecho de tener un deportivo, un SUV y un coche de lujo todo en uno puede llamar la atención a algunos, pero es que por 109mil euros te puedes comprar un SUV, un coche de lujo y un deportivo… incluso sin salir de la marca (comprando un GLC y un A45 hasta te sobraría dinero…).

Es ese el principal hándicap de este coche que, por otro lado, guste o no guste el concepto, no tiene muchos más defectos.

Sin embargo, aunque este Mercedes apunte más a un factor emocional que racional, también encuentra algo de esto último puesto en comparación con los excesivos y exagerados GLE63 AMG y GLE63S AMG, cuyo elevadísimo precio abunda en el sinsentido de estos modelos más allá del aparcamiento frente al pantalán nº2 del muelle de Puerto Banús.
Añadir para concluir que el GLE450, sin entrar en si es mejor o peor que su competencia, ofrece un peldaño intermedio por potencia y precio entre la gama X6 que seguro, aunque en la marca digan que no se fijan, no fue de casualidad.


NUESTRA NOTA: 9
Valoracion prueba 9
Cosas a favor

Estética imponente
Comportamiento de lujo
Comportamiento deportivo

Cosas en contra

Precio elevado
Ruedas gigantes
Consumo en conducción deportiva

motor
MOTOR
  • Cilindrada: 2.996 c.c.
  • Potencia: 367 CV CEE
  • Par: 520 NM
  • Tracción: integral permanente
  • Caja de cambios: automática 9 velocidades
dimensiones
Dimensiones
  • Largo/ancho/alto: 490/200/172 cms
  • Peso: 2.145 kgs
  • Ruedas: 285/40-325/35R22 op.
  • Maletero: 650 l
  • Cap. Depósito: 93 l
prestaciones
Prestaciones
  • Velocidad máxima: 250 km/h
  • Aceleración 0-100km/h: 5,7 seg
  • Consumo medio oficial: 8,9 l/100kms
equipamiento
Equipamiento
  • Equipamiento: ABS, BS, EDB, ESP, TCS, hill holder, 6 airbags + de rodilla conductor, asientos delanteros eléctricos, bluetooth, climatizador bizona, control y limitador de velocidad, cámara de marcha atrás, freno de mano eléctrico, faros LED, programas de conducción, kit aerodinámico con alerón trasero, discos de freno específicos, suspensión deportiva regulable, sensores de parking, tapa de maletero eléctrica…

"Bonus Gallery"
Fotografías del Mercedes Benz GLE450AMG Coupé

  • Los asientos delanteros saben sujetar el cuerpo sin estrujar los michelines

    Los asientos delanteros saben sujetar el cuerpo sin estrujar los michelines
  • El pequeño alerón realza la estética y puede tener su utilidad real dadas las prestaciones del coche...

    El pequeño alerón realza la estética y puede tener su utilidad real dadas las prestaciones del coche...
  • En las versiones AMG desarrolladas por Mercedes la placa va en una aleta y no en el morro. De momento...

    En las versiones AMG desarrolladas por Mercedes la placa va en una aleta y no en el morro. De momento...
  • El motor es el mismo que el del GLE400, pero está tan bien retocado que bien merece esa franja roja

    El motor es el mismo que el del GLE400, pero está tan bien retocado que bien merece esa franja roja
  • El modo Sport+ libera totalmente el lado salvaje de este coche

    El modo Sport+ libera totalmente el lado salvaje de este coche
  • El agresivo morro del 450AMG tiene su refrendo en la imponente trasera.

    El agresivo morro del 450AMG tiene su refrendo en la imponente trasera.
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