Salón de Barcelona 2011
Concluye la muestra del automóvil de la Ciudad Condal y nos deja buen sabor de boca. Como si la recuperación económica fuera ya un hecho… fuera de nuestras fronteras.
Porque propuestas había, y coches para soñar y coches para ver, tocar y comprar, o al menos intentarlo… hasta que la financiera te deniega el crédito.
Pero asuntos crematísticos aparte me quedo con el buen hacer de las marcas para adaptarse a los nuevos tiempos y celebro la consideración que esta muestra tiene entre ellos para presentar nuevos productos como primicia mundial. Hubo unos cuantos, algunos más llamativos que otros, junto a coches ya conocidos por la prensa pero desconocidos por el gran público. Empecemos siguiendo el orden de visita a la muestra mejor que el alfabético, que ya está muy visto. Si echáis de menos alguna marca es que no estaba… o pasó desapercibida entre stand y stand.
Nada más entrar nos topamos a un lado con el Mercedes A-Concept que anticipa las líneas del futuro compacto de la casa de la estrella. Si en foto es impactante, en directo lo es aún más. Atrás quedará la furgonetita que se vende ahora, viva la deportividad.
Y hablando de deportivos, el nuevo SLK lucía al lado del nuevo Clase C Coupé. Su diseño limpio y pulcro conjuga a la perfección deportividad y estilo, prometiendo hacer la pascua al Serie 3 coupé de Bmw y, sobre todo, al Audi A5, verdadero best seller del segmento.
Frente a dicho stand, Mazda, con un concept –no recuerdo el nombre- que anticipa sus nuevos rasgos de diseño de la marca y poco más, porque la competencia de Mercedes venía del otro lado del pabellón: Ford. Allí hacían las delicias del público el Focus ST “concept” y un prototipo de todo terreno grande, el Vertrek, un nombre potente para un todo camino que casi seguro llegará a la producción en años venideros.
Asimismo merece mención Land Rover, escondido en una esquina pero con gran expectación gracias a su Evoque, el todo terreno pijo y pequeño de la marca. Gustó, y mucho.
Pero lo que gustaba bastante era el despliegue de prototipos eléctricos de Renault. En su espacio encontramos el ZOE y el Twizy, a la venta para ya mismo, además de los conceptos R-Space y Captur, tan llamativos como inclasificables. Pero los galos no se habían olvidado de los “coches de verdad” y nos traían las versiones deportivas Gordini de Clio y Twingo.
Al otro lado del paseo nos encontramos con Volkswagen y su BlueMotion por doquier. Pero la gente parecía más interesada en el display del nuevo Beetle que en lo poquísimo que gasta y contamina un Passat/Polo/Jetta. El nuevo Tiguan (al que le han cambiado los faros y las llantas) también tuvo éxito.
Desde allí observamos como se amontonaba gran gentío en el stand de Audi…alrededor del Q3. Si hay un triunfador claro del salón (con permiso del Ferrari FF) es este coche. Todo un éxito entre los visitantes. Esperemos lo siga siendo una vez a la venta.
También estaban el celebérrimo concept e-tron y los últimos RS (RS3 y RS5).
Pero yo ya estaba mirando hacia otro lado, el lado de Hyundai, concretamente. Los coreanos trajeron el nuevo i40, berlina y ranchera, y el nuevo Elantra. Mejor el primero que el segundo, pero aún mejor, el Veloster, ese compacto coupé con dos puertas a un lado y una en el opuesto con aire joven y espíritu dinámico. No tanto como el Génesis de 300 CV (y unos sorprendentes 33.000 euros) que tenía a su lado, pero casi.
Al fondo, Bmw, con el Serie 1M, el Serie 6 cabrio y nada más. Una moto-concepto que puede llegar a ser la scooter de la marca, como las Mini E pueden ser ya mismo la alternativa eléctrica y “posh” de dos ruedas al legendario coche pequeño germano británico.
En Volvo más de lo mismo con el S60 y V60 de protagonistas y la tecnología Drive por bandera. Ssangyong tuvo la falta de delicadeza de traer una Rodius para que los visitantes vomitaran el desayuno nada más verla y en Jeep, nuevo Compass y nuevo Cherokee que, contagiado por el gusto estético de su vecino, lucía unas discutibles llantas cromadas.
Entre ellos estaba Lancia, es decir, Chrysler-Lancia. Allí mostraban el nuevo Ypsilon, un nuevo Delta en negro mate y el Thema: un Chysler 300C con diferente calandra. Sigue siendo el coche de mafioso que siempre fue, pero ahora, con más clase.
El resto de los coches italianos estaban fuera, agrupados bajo la “Italian Drive Experience”, es decir, dar una vuelta a tres conos en un Fiat 500 o, si tienes suerte, en un Giulietta.
También en el jardín estaba Skoda, con su familia Scout y el Yeti sube que te sube y baja que te baja en un pequeño circuito off road ad hoc para la ocasión.
Por seguir con los de fuera, mencionar SEAT, con el concepto IBZ, que ya no es verde ni blanco, sino rojo. Y nada más. En Nissan, Micra, Pixo y Murano con los ya conocidos (pero no vendidos) 370Z y GT-R.
Volviendo otra vez al interior (que fuera hacía un sol de justicia) nos encontramos con Kia y el nuevo Rio, que ya no es la cosa triste, barata y lamentable que acostumbraba a ser. También nos enseñaron el óptima, una berlina en la línea del Honda Accord y con mecánica híbrida disponible desde su lanzamiento.
Mas adelante estaba el stand del euromillón: Aston Martin, Jaguar, Ferrari… cuyo indiscutible protagonista fue el FF, aunque el California sigue ganado adeptos. Más allá estaba Toyota, con el Yaris HSD (híbrido) y escondido, imagino que por vergüenza, el FT-86 concept2. Lo digo por que llevamos cuatro años oyendo hablar de este coche y su inminente lanzamiento, pero nada de nada. La marca sólo nos enseña conceptos (a cada cuál más macarra) sin motor ni interior. Una lástima. Va ser el coche más esperado… al que ya nadie espera. Como el disco Chinesse Democracy de los Guns n`Roses.
Antes de acabar la visita convenía reservarse un rato para apreciar el triple stand de Peugeot. Entre unas azafatas realmente agraciadas cuya belleza era resaltada por lo apropiado de su atuendo, pudimos ver el nuevo 308 en sus múltiples carrocerías y en la deseada versión GTi. Además, un nuevo acabado de pintura gris mate (Asphalt) convertía al RCZ en un coche todavía más atractivo de lo que ya es de cualquier otro color.
Vimos el 508 y el 3008 en configuración híbrida diesel. Ya lo conocíamos, pero aquí ya lo pudimos ver por dentro, con una detallada explicación de su mecánica y funcionamiento. Y dos prototipos, el HR1 y el EX1, un mini cross over y un roadster plano como una sandalia,
Luego, una pasada rápida por el reservado a los vehículos eléctricos, donde destacamos el Cactus de Citroen y un simpático motocarro lúdico turístico llamado Tuk-Tuk. Lo demás, bueno, vale, de acuerdo.
Y con ello dimos por concluida la visita, destacando la buena organización, la buena accesibilidad para discapacitados, la generosidad de las marcas al no escatimar en un mercado en horas bajas como es el español y la buena respuesta de los visitantes.
Ya sólo falta que unos y otros se entiendan y levantemos, poco a poco, el maltrecho sector del automóvil de nuestro país. Voluntad no falta. Creo que lo que falta es dinero…
