Si Wankel levantara la cabeza...
… alucinaría en colores (verde y azul, principalmente) al ver cómo su motor rotativo funciona ahora con hidrógeno y electricidad.
Los artífices de semejante experimento con visos de realidad han sido los ingenieros de Mazda, los cuales venían experimentando con combustibles alternativos desde hace más de una década.
Abrió el fuego el prototipo HRX del año 91, aunque no pasó de ahí, pero su base sirvió para que tras varios ejercicios mecánicos más en 2003 surgiera el primer RX8 con propulsión a hidrógeno.
Superados los primeros años de pruebas la marca ha logrado que dicho coche junto con el monovolumen Premacy (Mazda 5 aquí) puedan circular y transportar pasajeros por carretera convencional. De momento en contrato de leasing en Japón y Noruega, eso sí.
Hablemos ahora un poco de los protagonistas sin perdernos en tecnicismos.
El RX8 Hydrogen RE emplea un inteligente sistema mixto de combustión que la marca llama Dual. Es decir, su motor funciona tanto con H2 como con gasolina, ya que dispone de inyectores y depósitos distintos para cada combustible.
Esto está muy bien, ya que la red de abastecimiento de hidrógeno es hoy por hoy casi anecdótica –pero creciendo, sobre todo en escandinavia-.
El coche sólo emite agua en ciclo H2 y poco CO2 a gasolina. Alcanza los 109 cv indistintamente del motor que utilice y… -aquí viene lo chungo- tiene 140 kilómetros de autonomía con hidrógeno y 45 con gasolina. No es mucho, de hecho es bastante poco, pero todo se andará.
Mejor lo tiene el Mazda 5 Hydrogen RE Hybrid, que combina un motor rotativo de hidrógeno con otro eléctrico. El primero de ellos se encarga de cargar las baterías de ión-litio que son las encargadas de mover las ruedas. Conclusión: cero emisiones.
Pero la cosa no acaba ahí, y es que este coche también acepta gasolina. El cambio de combustible, al igual que en el RX8 se hace con un sencillo interruptor en el salpicadero que se puede accionar incluso en marcha.
Vamos, que ya sólo falta que también se mueva con otro depósito de Anís del Mono y ya sería la repanocha.
Sus prestaciones son buenas: 110 kw de potencia –combinada- y autonomía de 200 km con hidrógeno y cerca de 400 con gasolina. Y es que para lograr el mismo rendimiento que con el combustible fósil hay que quemar mucho más hidrógeno.
En fin, como veis el uso de combustibles alternativos cada vez está más cerca de ofrecer una alternativa real al gasoil y gasolina.
Por otro lado, sin cambiar de marca (Mazda) ni de temática (ecología) comentar que en su planta japonesa Ujina 1, ha entrado en servicio el sistema de pintura Aqua-Tech, uno de los mejores sistemas del mundo en limitación de las emisiones de compuestos orgánicos volátiles (COV) contenidos en la pintura, así como en reducción de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) que se generan como consecuencia del consumo de energía asociado al proceso de pintado de vehículos. La calidad de acabado es igual de buena y la cantidad de pintura se reduce.
Otro avance que nos toca de cerca es la incorporación en el nuevo Mazda 3 del “cansino” sistema Start&Stop que para el motor del coche en atascos y semáforos, reduciendo notablemente el consumo de combustible. Disponible solamente con el motor 2.0 de gasolina.
Los artífices de semejante experimento con visos de realidad han sido los ingenieros de Mazda, los cuales venían experimentando con combustibles alternativos desde hace más de una década.
Abrió el fuego el prototipo HRX del año 91, aunque no pasó de ahí, pero su base sirvió para que tras varios ejercicios mecánicos más en 2003 surgiera el primer RX8 con propulsión a hidrógeno.
Superados los primeros años de pruebas la marca ha logrado que dicho coche junto con el monovolumen Premacy (Mazda 5 aquí) puedan circular y transportar pasajeros por carretera convencional. De momento en contrato de leasing en Japón y Noruega, eso sí.
Hablemos ahora un poco de los protagonistas sin perdernos en tecnicismos.
El RX8 Hydrogen RE emplea un inteligente sistema mixto de combustión que la marca llama Dual. Es decir, su motor funciona tanto con H2 como con gasolina, ya que dispone de inyectores y depósitos distintos para cada combustible.
Esto está muy bien, ya que la red de abastecimiento de hidrógeno es hoy por hoy casi anecdótica –pero creciendo, sobre todo en escandinavia-.
El coche sólo emite agua en ciclo H2 y poco CO2 a gasolina. Alcanza los 109 cv indistintamente del motor que utilice y… -aquí viene lo chungo- tiene 140 kilómetros de autonomía con hidrógeno y 45 con gasolina. No es mucho, de hecho es bastante poco, pero todo se andará.
Mejor lo tiene el Mazda 5 Hydrogen RE Hybrid, que combina un motor rotativo de hidrógeno con otro eléctrico. El primero de ellos se encarga de cargar las baterías de ión-litio que son las encargadas de mover las ruedas. Conclusión: cero emisiones.
Pero la cosa no acaba ahí, y es que este coche también acepta gasolina. El cambio de combustible, al igual que en el RX8 se hace con un sencillo interruptor en el salpicadero que se puede accionar incluso en marcha.
Vamos, que ya sólo falta que también se mueva con otro depósito de Anís del Mono y ya sería la repanocha.
Sus prestaciones son buenas: 110 kw de potencia –combinada- y autonomía de 200 km con hidrógeno y cerca de 400 con gasolina. Y es que para lograr el mismo rendimiento que con el combustible fósil hay que quemar mucho más hidrógeno.
En fin, como veis el uso de combustibles alternativos cada vez está más cerca de ofrecer una alternativa real al gasoil y gasolina.
Por otro lado, sin cambiar de marca (Mazda) ni de temática (ecología) comentar que en su planta japonesa Ujina 1, ha entrado en servicio el sistema de pintura Aqua-Tech, uno de los mejores sistemas del mundo en limitación de las emisiones de compuestos orgánicos volátiles (COV) contenidos en la pintura, así como en reducción de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) que se generan como consecuencia del consumo de energía asociado al proceso de pintado de vehículos. La calidad de acabado es igual de buena y la cantidad de pintura se reduce.
Otro avance que nos toca de cerca es la incorporación en el nuevo Mazda 3 del “cansino” sistema Start&Stop que para el motor del coche en atascos y semáforos, reduciendo notablemente el consumo de combustible. Disponible solamente con el motor 2.0 de gasolina.
