by AUTODOMINIS
EDITORIAL

"Los chicos de oro"


Aupados por la inflación, la escasez de unidades y lo incierto del panorama nacional e internacional, los coches usados están viviendo una edad dorada… en lo que a precio se refiere.

Hace un par de semanas leía una noticia que daba cuenta de la experiencia de un periodista norteamericano que había vendido su coche con una antigüedad de más de 4 años a un negocio de usados multimarca que le había pagado exactamente la misma cantidad que él había desembolsado cuando lo adquirió nuevo. De locos.

Pero yo quise probar. A ver cómo de llamativo era el caso en nuestra España.
Me llevé a tasar mi coche de 3 años y ocho meses a tres diferentes casas argumentando que lo usaba poco –realmente tiene muy poco kilometraje- o que me iba a ir del país –que no lo descarto.
Tras escuchar lo de siempre (es un modelo muy difícil de vender, muy exclusivo, gasolina al precio que va, hay que dar con un caprichoso…) en los tres lugares me comencé a esperar lo peor. Sin embargo, el resultado fue que en el mejor de los casos mi vehículo personal conservaba casi el 90% de su valor y en el peor, había perdido un 16%. Vamos, que en cerca de cuatro años, mi automóvil apenas había perdido los impuestos.
Claro. Lo compré en marzo de 2019 (en concreto lo encargué en septiembre de 2018) y ahora, el mismo modelo, nuevo, sale por un 20% más. Y eso si esperas entre diez meses y un año a que te llegue.
Lo que en un primer momento resulta tentador (venderlo perdiendo poco dinero) a continuación se estrella contra una desilusionante realidad (lo que te compres, te va a costar un 20% más). Así las cosas, comido por servido. Pero comprobado: el fenómeno, en una medida muy similar, aquí también se da.

Y alguno podrá decir, “pues qué morro los compraventas que hayan comprado antes del 2021 que pueden sacarle mucha más rentabilidad vendiendo ahora”. Bien, podría ser que haya alguno que, haciendo un ejercicio adivinatorio que dejaría a Nostradamus como aprendiz de mago, guardara parte de su stock de 2020 a la espera de circunstancias, pero habéis de saber que la mayoría de estos negocios cierran sus tratos en menos de 90 días. Es decir, si la venta de un coche se dilata más de tres meses, se comienzan a poner nerviosos y valoran opciones como subastas o exportaciones. Que sí, que puede pasar con uno o con dos coches en inventarios muy grandes, pero lo normal es que no les duren más de 60 días.
Con lo que los coches que ahora se venden usados, se han comprado a lo largo de este año. Y la inflación comenzó a subir a finales del 21…

Eso explica un tercio de su precio abultado, el siguiente lo da la escasez del producto. Cualquiera de los tres negocios a los que me dirigí para hacer la prueba con mi coche me lo compraba en el acto, a pesar de todos los “problemas” que implicaba su reventa. Necesitan coches, como sean y los que sean. Porque la demanda está desbocada.
Y está desbocada porque los coches nuevos son cada día más caros, y no es una forma de hablar, es que a mí me mandan actualizaciones de precios de las marcas cada semana. Y siempre al alza.
Tras la pandemia, la crisis del microchip marcó un antes y un después. Un después en el que algunas marcas descubrieron que podían ganar lo mismo, o incluso más, fabricando y vendiendo menos. Aunque parezca una contradicción.
Se acabaron las ventas tácticas (automatriculaciones), los descuentos por volumen (a los concesionarios) y las campañas agresivas que ofrecían suculentas ofertas al comprador final. Ahora “son lentejas”. Hay esto, vale esto, te lo entregaremos no se sabe cuándo ni si le faltara algo (el “decontenting” o limitar equipamiento por sorpresa se está convirtiendo en una práctica habitual). A lo mejor puedes conseguir una oferta financiera pero no te engañes, acabarás pagando más.
O puedes optar por una fórmula de renting o leasing que, sobre todo a ellos (e incluyo a los compraventas de usados), les vendrá genial.
Normal que muchos se vayan al mercado de segunda mano. Y tantos que este año 22, por cada coche nuevo vendido, se han comprado 2,2 usados.

El último tercio representativo para que los coches “vetustos” sean los nuevos “chicos de oro” del mercado viene dado por lo incierto en el terreno normativo. ¿Se puede comprar diesel o me dispararán desde las azoteas? ¿Gasolina o eléctrico? ¿HEV, PHEV, MHEV o HELL? Y como dicen que los experimentos mejor hacerlos con gaseosa, esa espumosa es el mercado de ocasión. “Si se me rompe el coche yo de momento me compro un usado que no está el horno para bollos”. Y es que no todo el mundo tiene un ingreso lo suficientemente jugoso y estable para que te den uno de los mencionamos renting de 600 euros al mes durante cuatro años (que son 28.800 euros por un coche que te va a dejar 0 euros en el bolsillo a la vuelta de 48 meses).
Parece que optar por un automóvil de gama media con cinco o seis años no es mala opción, a pesar de tener que pagar algo más por él que lo que hubiera costado el mismo modelo con la misma antigüedad en 2019. Pero bueno, seguirá siendo más barato que un coche nuevo.

Para acabar de redondear el remolino de la tormenta perfecta hay un pequeñito factor más: los coches de hace cinco-seis años no son ninguna m1erda. Si te vas a cosas de gama media-alta es más que probable que, salvo en lo referente a las pantallas, ya vengan con todos los accesorios de comodidad y seguridad instalados. Y eso, también se paga.

En definitiva, que todo está más caro a cada minuto. Ojalá 2023 nos de un respiro y las aguas vuelvan pronto a su cauce y, si no al mismo cauce, a uno que podamos navegar la mayoría.

Feliz año nuevo a todos.






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