"Los días contados"

Sobrevivimos a la crisis económica de 2008, de hecho, fue el momento en que abrimos esta ventanita digital al mundo (sí, gran puntería), hemos sorteado el parón al que durante la mayor parte de 2020 nos obligó la pandemia de la COVID19 y nos esforzamos por recuperarnos durante este esperanzador año siguiente. Pero parece que a la que sacamos la cabeza por encima del agua, viene otra ola que nos sumerge en la más profunda incertidumbre. Y no hablo de las olas de la enfermedad, sino de la agitación que vive el sector de la automoción.

Los coches híbridos, híbridos con enchufe y eléctricos buscan imponerse no ya como alternativa de transporte, sino como forma hegemónica. Al menos desde el plano teórico, pues en la práctica, todavía son “testimoniales” (todo se andará). Las cada vez más rigurosas políticas anticontaminación vienen presionando desde atrás, pero está claro que se ha aprovechado este momento de transición entre la “vieja” y la “nueva” normalidad para pisar el acelerador a fondo. Muestra es la proposición europea de prohibir la fabricación de vehículos de combustión para el año 2035.

Y las marcas, obligadas a subirse al carro de la corrección política y climática, venga a lanzar modelos a pilas. Y esto significa una pesadilla logística, no sólo para nosotros, los medios pequeños y medianos, sino también para las propias marcas que no tienen suficientes enchufes para mantener cargada toda su flota de prensa lista para probar. Ergo, algunas de éstas se están viendo reducidas a la mínima expresión.

Pero es que también algunos fabricantes, afortunadamente todavía los menos, han pensado que sus últimos productos y los que vengan no tienen necesidad de ser testados por los especialistas, por lo que tampoco hace falta un departamento de prensa como tal y sus funciones pueden ser perfectamente asumidas por los encargados de márketing, en una suerte de “vender a lo Tesla”: publicidad en las redes, fans, prescriptores o influencers y listo.

Es cierto que las diferencias entre un coche eléctrico y otro son de matiz, pero de matiz de precio, acabados, equipamiento, tecnología, capacidad de las baterías, carga, consumo, utilidad en el mundo real… Y alguien las tendrá que poner de relieve.

Luego está lo del coche autónomo en lo que, fíjate, voy a estar de acuerdo con nuestro director de la DGT que en una mesa redonda sobre el asunto manifestó que este tema “tiene mucha literatura”. En línea con otros más expertos en ello, yo creo que para la normalización de los coches sin conductor, falta bastante. Pero ya no me atrevo a decir cuánto es “bastante”.

Sea como fuere, en esta vuestra página web de motor, al igual que hicimos cuando el país se “dieselizó” más allá de los sueños más salvajes del propio Eduardo Barreiros, intentando probar coches de gasolina, vamos a seguir intentando ofreceros pruebas a fondo de automóviles de combustión. Pero que sepáis que no nos lo están poniendo fácil. Tanto, que es muy probable que la sección marque mínimos históricos (en trece años hemos ido para atrás, como los cangrejos, pasando de conducir una media de 40 coches al año a los poco más de una docena con la que, seguramente, cerraremos este 2021). Por supuesto también incluiremos híbridos, ya que, de momento, siguen teniendo motor bajo sus capós. No obstante, sí nos haremos eco de la actualidad y/o novedades de todo tipo.

Ahí lo dejo, en el momento presente, porque no me atrevo a vaticinar más sobre nuestro futuro. Lo digo de la misma manera que se lo he dicho a mi pequeño equipo: Así las cosas y continuando por este derrotero, el sector de la prensa del motor, al menos como hoy lo conocemos, tiene los días contados. A no mucho tardar, el automóvil pasará a ser un electrodoméstico más con su análisis en los medios que actualmente, con todos mis respetos, evalúan relojes inteligentes, televisores OLED, batidoras o aspiradoras. Que están muy bien como guías de consumo, pero no tanto como periodismo.