"Plug-in Year*"
Desde luego 2020 ha sido un año atípico, con el SARS-COV2 marcando nuestra vida desde febrero, pero hoy me vais a permitir que lo deje un poco de lado para hablar de otra locura: la del enchufe.
*Año enchufable
Los coches eléctricos e híbridos con enchufe, de ser anecdóticos, comienzan a convertirse en legión en el mercado.
No insistiré más en el hecho de que la electricidad no nace de los árboles, y que en nuestro país, a día de hoy, menos de un 25% de esa energía viene de fuentes renovables. Que tampoco cada español tiene una toma al lado de su garaje o que se puede permitir cambiar el paso, o el coche, según salgan “nuevos inventos”. Quien no lo haya entendido a estas alturas, es que no lo quiere entender.
Sobre lo que quiero hacer incidencia en esta ocasión es en la vorágine en la que las marcas de automóviles andan metidas para presentar un modelo con enchufe prácticamente cada semana. Y no es una exageración, es que desde que volvimos más o menos a la actividad, no hemos acabado de publicar una noticia del modelo X cuando ya nos espera en la bandeja de entrada el del modelo Y. Todos con enchufe, por supuesto.
Y es algo que me recuerda poderosamente al “furor diesel” que se vivió al poco de estrenar milenio. Todo modelo que se lanzaba, había de contar con su motorización de gasóleo aunque esta careciera de sentido y fuera de lo más minoritaria. Así hubo –y alguno se mantiene- descapotables diesel, microurbanos diesel, deportivos diesel y coches de superlujo diesel. Por cierto que si no lo acentúo, es porque hablo del combustible y no del nombre propio de quien se lo puso (Otto Diésel). Que es que me lo han preguntado alguna vez.
La sensación de ahora es que nos están metiendo el eléctrico por la garganta a pesar de que su demanda todavía es escasa. Hablo de demanda real, porque las cosas cambian de cuando a los posibles compradores se les pregunta “compraría usted un coche eléctrico” (mayoría de síes) a cuando se cambia el condicional y se inquiere sobre si “comprará un coche eléctrico” (mayoría de noes – no se sabe – prefieren esperar). Total, que si se analizan de manera desagregada las cifras de matriculaciones de estos vehículos en nuestro país vemos que muchos pertenecen a automatriculaciones de las marcas, flotas, alquileres, sharing, transportes… quedando muy por detrás el cliente particular, o sea, nosotros, mucho más conservadores a la hora de gastarnos nuestro dinero en un bien que debe durar años.
Por supuesto que en el mundo de la empresa la oferta se debe adelantar a la demanda si quieres estar en posición de competir y alcanzar el éxito, pero para mí que se están pasando de adelantados. Aunque hay que entender que las propias marcas están muy presionadas por las nuevas y más rígidas normativas anticontaminantes, motivo real por el cual hasta Rolls Royce ha tenido que sacar un modelo eléctrico. Añadir que, las plataformas modulares actuales permiten prácticamente de un día para otro el desarrollo de estas tecnologías en los modelos recientes.
Pero el bombardeo es constante y, este año, casi molesto. Que parece que si no te planteas cambiar tu vehículo actual por uno PHEV (híbrido enchufable), HEV (híbrido sin enchufe), EV (eléctrico) eres un antiguo, un desfasado, un insolidario y, posiblemente un facha.
Quede claro que por aquí hemos probado unos cuantos coches con cable –y los que nos quedan…- y que a mí, personalmente, me parecen una solución estupenda…para su público objetivo, pero no para todo el mundo.
Así que, a la hora de cambiar de vehículo, recomiendo que te alejes de modas y de tendencias, valores tu vida y tus necesidades y no descartes ninguna otra opción, sí, hasta diesel. Pon un poco de cordura a esta locura de lanzamientos de coches conectados a la luz o puedes acabar con un electrodoméstico muy caro que no hace lo que te esperabas.
Los coches eléctricos e híbridos con enchufe, de ser anecdóticos, comienzan a convertirse en legión en el mercado.
No insistiré más en el hecho de que la electricidad no nace de los árboles, y que en nuestro país, a día de hoy, menos de un 25% de esa energía viene de fuentes renovables. Que tampoco cada español tiene una toma al lado de su garaje o que se puede permitir cambiar el paso, o el coche, según salgan “nuevos inventos”. Quien no lo haya entendido a estas alturas, es que no lo quiere entender.
Sobre lo que quiero hacer incidencia en esta ocasión es en la vorágine en la que las marcas de automóviles andan metidas para presentar un modelo con enchufe prácticamente cada semana. Y no es una exageración, es que desde que volvimos más o menos a la actividad, no hemos acabado de publicar una noticia del modelo X cuando ya nos espera en la bandeja de entrada el del modelo Y. Todos con enchufe, por supuesto.
Y es algo que me recuerda poderosamente al “furor diesel” que se vivió al poco de estrenar milenio. Todo modelo que se lanzaba, había de contar con su motorización de gasóleo aunque esta careciera de sentido y fuera de lo más minoritaria. Así hubo –y alguno se mantiene- descapotables diesel, microurbanos diesel, deportivos diesel y coches de superlujo diesel. Por cierto que si no lo acentúo, es porque hablo del combustible y no del nombre propio de quien se lo puso (Otto Diésel). Que es que me lo han preguntado alguna vez.
La sensación de ahora es que nos están metiendo el eléctrico por la garganta a pesar de que su demanda todavía es escasa. Hablo de demanda real, porque las cosas cambian de cuando a los posibles compradores se les pregunta “compraría usted un coche eléctrico” (mayoría de síes) a cuando se cambia el condicional y se inquiere sobre si “comprará un coche eléctrico” (mayoría de noes – no se sabe – prefieren esperar). Total, que si se analizan de manera desagregada las cifras de matriculaciones de estos vehículos en nuestro país vemos que muchos pertenecen a automatriculaciones de las marcas, flotas, alquileres, sharing, transportes… quedando muy por detrás el cliente particular, o sea, nosotros, mucho más conservadores a la hora de gastarnos nuestro dinero en un bien que debe durar años.
Por supuesto que en el mundo de la empresa la oferta se debe adelantar a la demanda si quieres estar en posición de competir y alcanzar el éxito, pero para mí que se están pasando de adelantados. Aunque hay que entender que las propias marcas están muy presionadas por las nuevas y más rígidas normativas anticontaminantes, motivo real por el cual hasta Rolls Royce ha tenido que sacar un modelo eléctrico. Añadir que, las plataformas modulares actuales permiten prácticamente de un día para otro el desarrollo de estas tecnologías en los modelos recientes.
Pero el bombardeo es constante y, este año, casi molesto. Que parece que si no te planteas cambiar tu vehículo actual por uno PHEV (híbrido enchufable), HEV (híbrido sin enchufe), EV (eléctrico) eres un antiguo, un desfasado, un insolidario y, posiblemente un facha.
Quede claro que por aquí hemos probado unos cuantos coches con cable –y los que nos quedan…- y que a mí, personalmente, me parecen una solución estupenda…para su público objetivo, pero no para todo el mundo.
Así que, a la hora de cambiar de vehículo, recomiendo que te alejes de modas y de tendencias, valores tu vida y tus necesidades y no descartes ninguna otra opción, sí, hasta diesel. Pon un poco de cordura a esta locura de lanzamientos de coches conectados a la luz o puedes acabar con un electrodoméstico muy caro que no hace lo que te esperabas.